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Marian Fuset
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El mar y la montaña se unen en este maravilloso pueblo de la Costa Brava. Begur tiene el encanto y la esencia del típico poblado marinero de la Costa Brava. A pesar de contar con unas playas casi paradisíacas, este municipio costero no ha sufrido las consecuencias de la urbanización, por lo que sus casas siguen manteniendo viva la historia de Begur.
Su término municipal está formado por un conjunto de colinas llamado Macizo de Begur, y un extenso litoral de playas. Su núcleo urbano está formado por numerosos monumentos que cuentan la evolución de este pueblo desde sus inicios, como el núcleo románico de Esclanyà.
Castillo medieval
Begur es un pueblo con mucha personalidad. Tiene su propio castillo medieval, donde pescadores, coraleros e indianos han protagonizado parte de la historia que se ve reflejada en cada rincón de este pueblo.
La arquitectura de sus casas está caracterizada por el estilo indiano, casas coloniales construidas por los begurenses que en el siglo XIX emigraron a las Américas huyendo de la crisis económica y que regresaron con importantes fortunas que invirtieron en su preciada localidad.
Calas
Begur también posee ocho preciosas calas que conforman un entorno paisajístico inigualable. Los alcantilados, los pinos y la abrupta costa hacen de esta zona un claro referente de la Costa Brava. Sus calas son de una belleza muy variada. Desde playas rocosas frente a las antiguas casas de los pescadores hasta pequeñas playas rodeadas de árboles y acantilados.
Vivir en un lugar tan privilegiado, que huye del turismo de masas y cuenta con una variedad paisajística inigualable, tiene un alto precio. Comprar una vivienda en este municipio cuesta una media de 3.200 euros por metro cuadrado.
