Barcelona es una ciudad abierta al mundo con gran reconocimiento internacional. Su frente marítimo, con la Villa Olímpica y el Fórum, cuenta con playas, un puerto deportivo y algunos de los locales más concurridos de la ciudad. Algo difícil imaginar antes de 1992
- Barcelona ’92, la gran transformación
- El Paseo Marítimo y sus playas
- El puerto deportivo y sus muelles
- La Villa Olímpica de noche, que empiece la diversión
- Un espacio para la cultura
- Vivir en la Villa Olímpica de Barcelona
Con las Olimpiadas de 1992, Barcelona se reinventa. Las vías del tren, las calles enclaustradas y los descampados dejan paso a grúas enormes que transforman el suelo y el espacio con una nueva arquitectura que atrajo a vecinos, ejecutivos o turistas.
En definitiva, Barcelona se abrió al mar. Esto se deja sentir intensamente en tres barrios: la Villa Olímpica, el Poblenou y el Fórum.
Barcelona ’92, la gran transformación
La Villa Olímpica de Barcelona se renovó por completo con los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona en 1992.
En ella convivieron miles de atletas durante las intensas semanas que duró la competición. El equipo de baloncesto norteamericano, liderado por Michael Jordan y Magic Johnson, fue uno de sus grandes protagonistas. Y fue un joven Josep Guardiola el que capitaneaba entonces la selección española de fútbol, que conquistó en el oro olímpico el Estadio de Montjuïc.
El Paseo Marítimo y sus playas
Más de dos décadas después, la Villa Olímpica es un barrio tranquilo y dinámico al mismo tiempo. Los amantes del deporte encuentran en este barrio un entorno ideal para practicar su afición. El Paseo Marítimo abarca más de cinco kilómetros y es perfecto para salir a correr en cualquier época del año. Y la playa sirve de escenario para partidos de voleibol, palas e incluso de fútbol playa.
Barcelona goza de una situación geográfica y de un clima privilegiados. Cualquiera puede disfrutar de un baño en sus playas desde finales de abril hasta bien entrado el mes de octubre. Los más valientes, todo el año. Imagina zambullirte en las aguas del Mar Mediterráneo, luego tumbarte en tu toalla y sentir el sol sobre tu piel mientras lees, te pones tus auriculares o simplemente duermes. Sí, todo esto es posible en una de las grandes capitales europeas.
Si en algún momento necesitas un refresco o algo que llevarte a la boca, en la misma playa puedes encontrar algún chiringuito donde resguardarte del sol y disfrutar de música chill out al aterdecer.
El puerto deportivo y sus muelles
Construido para acoger las pruebas de vela de los Juegos Olímpicos de 1992, el Port Olímpic es actualmente un puerto deportivo de lujo rodeado de bares y restaurantes.
Ubicarlo es realmente fácil desde cualquier parte de la ciudad, ya que está situado junto a dos rascacielos: el lujoso Hotel Arts Barcelona y la Torre Mapfre, dedicada a oficinas.
Pocos saben que en el Port Olímpic se permite la pesca recreativa en el rompeolas; que fue diseñado para tal fin. Unos grandes escalones de cemento permiten pescar sentados, haciendo la pesca bastante cómoda. La profundidad es de 8 metros en el borde del rompeolas. A unos 50 metros, se construyeron unos contraespigones sumergidos que actúan como biotopos y atraen gran variedad de especies de peces y cefalópodos.
La Villa Olímpica de noche, donde empieza la diversión
Situada a los pies del Hotel Arts, se encuentra el Peix d’Or (Pez de Oro) – una gigantesca escultura de cobre muy característica proyectada por el arquitecto canadiense Frank Gehry – y uno de los epicentros de la vida nocturna de Barcelona.
Cuando cae la noche, clubs como Opium Mar, Shoko y CDLC se llenan de gente, tanto de la ciudad como de personas venidas de cualquier rincón del mundo. En estos locales se puede cenar tranquilamente antes de que las luces se apaguen, el volumen de la música aumente y las salas se llenen. Y si lo tuyo es el riesgo, no dudes en probar suerte en el gran Casino de Barcelona.
Un espacio para la cultura
Dejando atrás la diversión, nos adentramos unas calles en la ciudad. Llegamos así al campus principal de la Universidad Pompeu Fabra. En él se hallan, entre otras, las facultades de Derecho, Ciencias Políticas o Economía. Las aulas han sustituido lo que antes era en su mayor parte un cuartel militar.
Durante la mayor parte del año, la Universidad permite también el acceso a su biblioteca: el “Dipòsit de les Aigües” (depósito de aguas). Y esto no es poca cosa, la visita merece la pena. No es casualidad que en 2009 recibiera el Premio Década, como mejor obra arquitectónica edificada en Barcelona.
El edificio fue construido en 1874 como depósito de aguas y en su desarrollo participó un joven estudiante llamado Antoni Gaudí, máximo representante del modernismo catalán. Este es un espacio único y muy adecuado para leer o estudiar mientras se disfruta de una tranquilidad absoluta. Sus muros de ladrillo de 1 metro de grosor, techos de 14 metros altura y bóvedas de cañón logran una atmósfera en la que el tiempo se detiene y el mundo exterior parece quedar lejos.
De vuelta al exterior, podemos dirigirnos al Centre de la Vila. Se trata de un pequeño centro comercial con supermercado y una variada oferta de restaurantes. Su mayor atractivo son, sin duda, sus salas de cine, unas de las pocas de Barcelona en las que se proyectan películas subtituladas en versión original.
Vivir en la Villa Olímpica de Barcelona
Debido a su reciente construcción, la Villa Olímpica se diferencia en algunos aspectos de los demás barrios de Barcelona.
Se trata, eminentemente, de una zona residencial con edificios de cuatro alturas. Ello, sumado a su anchas aceras hacen que pasear por sus calles sea una experiencia apacible y tranquila. Asimismo, el tráfico en sus calles es poco denso. Los pisos de la zona son por lo general amplios y luminosos y cuentan con grandes jardines interiores. Los que están situados en primera línea gozan de privilegiadas vistas al mar.
Como no podía ser de otra forma, el callejero acusa la impronta de un pasado olímpico. Cerca del paseo que vertebra el barrio, la Avenida Icaria hay una sucesión de pequeñas calles bautizadas en homenaje a Helsinki, Los Ángeles, Melbourne, Seúl o Múnic, ciudades que precedieron a Barcelona como sedes de los Juegos. En lugar de pisos, se alzan aquí pequeñas casas con jardín particular que contrastan con la mayoría de construcciones del barrio y de la ciudad.
Esta zona cuenta asimismo con escuelas, institutos, gimnasios y centros de salud. La red de metro y autobuses permite estar en poco más de 15 minutos en Plaza Catalunya, es decir, en pleno centro de Barcelona.
En definitiva, la Villa Olímpica es por una parte un entorno tranquilo, residencial y moderno. Por otra, un fantástico lugar para vivir plenamente la ciudad al aire libre: deporte, paseos viendo el mar, cenas, diversión y ocio. Todo ello afianza una propuesta cada día más atractiva para sus muchos visitantes.
