Quien haya recorrido la ruta que une Barcelona con Madrid seguramente habrá quedado sin aliento al toparse de frente con el Macizo del Monistrol de Montserrat. Con sus asombrosas formaciones rocosas, modeladas por el viento y la lluvia. En este post te contamos más sobre el balcón más alto de Cataluña.
¿Quieres saber la historia del Monistrol de Montserrat?
Las primeras noticias del municipio se remontan al año 888, cuando el conde Wifredo el Velloso hace una donación al monasterio de Santa María de Ripoll. Esta incluye algunas iglesias situadas en la cumbre y a los pies de Montserrat. El nombre Monistrol, sin embargo, no aparece hasta el año 942 en un documento de compra que hace Cesari: el fundador y primer abad del monasterio de Santa Cecília de Montserrat.
En el siglo XIV se creó la villa de Monistrol. Bajo el priorat de Bernat Escarrer se inició la construcción del puente. La terminación de las obras coincidió con la llegada de la peste negra, la cual causó una disminución importante de la población. De los 158 hogares que había en 1358, quedaron 97 en 1378. Durante el siglo XV Monistrol sufrió una profunda crisis, de la cual logra salir al siglo siguiente. En el siglo XVII, Monistrol vivió un notable crecimiento urbano. Este tuvo como puntos culminantes la creación de la Plaza Pública, la Casa de la Villa y la Font Gran.
Durante el siglo XVIII, Monistrol experimentó un crecimiento demográfico gracias al desarrollo agrícola, urbanístico e industrial. En el año 1787 llegaron a 1.341 habitantes. El incremento de la actividad textil y las obras que se hicieron entre 1920 y 1930 le dieron un nuevo empujón a la villa, que llegó a los 3.497 habitantes. Pero los estragos de la Guerra Civil española hicieron bajar el número nuevamente.
La reanudación de la actividad industrial junto con la llegada de una oleada inmigratoria procedente del sur de España. También la instalación de nuevas industrias y las necesidades surgidas en torno al monasterio le devolvieron a Monistrol un ritmo estable de actividad. Esto logró abrir buenas perspectivas de cara al futuro más inmediato.
Un poco de sus actividades
Sus formas caprichosas evocan castillos de arena. Su nombre significa “montaña serrada”, por su forma dentada. Se encuentra a 60km de la capital catalana, en la comarca Bagés. Se trata del balcón más alto de la provincia de Cataluña cuyo pico más elevado, el Sant Jeroni, alcanza los 1236 metros sobre el nivel del mar. Hasta allí se puede llegar a pie.
Los fines de semana se llena de peregrinos. Hay quienes acuden por motivos religiosos, por el monasterio benedictino Santa María de Monserrat. Otros, interesados por el valor arquitectónico de esos edificios enclavados en una ladera de la montaña a 720 metros de altura. Están quienes suben a escuchar al coro de niños más antiguo de Europa, la Escolanía. O a ver el Museo de Montserrat, que atesora pinturas antiguas de artistas como El Greco o Caravaggio y una importante colección de artistas catalanes. Los amantes de la naturaleza también acuden a la cita dispuestos a recorrer los diferentes senderos que ofrece la montaña, declarada Parque Natural en 1987.
¿Cómo llegar hasta allí?
Hay muchas maneras de llegar al Monserrat y su elección hace a la visita. Lo más sencillo es llegar en coche y disfrutar de su ruta panorámica, BP-1121, donde los visitantes plantan sus mesas y sillas para contemplar el paisaje que termina en la línea de los Pirineos. La desventaja es que su parking es limitado. Por lo tanto, lo ideal es llegar en tren y disfrutar de los medios de elevación que son toda una atracción.
Las vistas son grandiosas y los edificios que esperan, monumentales. Es que en su Basílica es venerada la Mare de Déu de Montserrat, patrona de Cataluña, llamada cariñosamente La Moreneta por su piel oscura. La talla románica de madera policromada que data de finales del siglo XII se oscureció debido a la degradación del barniz. Merece una visita por su belleza singular.
Cuenta una leyenda que fue en el año 880 cuando unos niños pastores vieron a La Moreneta en una cueva. Y que, desde entonces, se construyó una capilla para adorarla. El monasterio fue fundado en 1025, por el Abad Oliba y fue saqueado e incendiado en 1811 y 1812 por tropas napoléonicas. En 1840 comenzó la restauración de la vida monástica y en 1881 la virgen fue proclamada Patrona de Cataluña, por el Papa XIII.
¿Qué más se puede ver en el Monistrol de Montserrat?
El conjunto arquitectónico -que se inscribe en la transición del estilo gótico al renacentista- se puede observar que es irregular debido al relieve montañoso. Está integrado por dos grandes bloques, la basílica junto con las dependencias monásticas y los hoteles y apartamentos para los peregrinos y visitantes. También encontrarás supermercados, cafeterías, etc. Todo lo que se necesita se concentra allí, en pocos metros, si uno quiere quedarse a dormir en la tranquilidad de las alturas.
El Museo de Montserrat convoca por varias colecciones: una de arqueología del Oriente Bíblico, otra de pintura de los siglos XIX y XX con grandes nombres catalanes. Por ejemplo, Fortuny, Rusiñol, Casas, Nonell, Mir, Dalí, entre otros. Y por sus obras del impresionismo francés, firmadas por Monet, Sisley, Degas, Pissarro, por mencionar algunos.
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