La Visa de Oro, también conocida como Visa Dorada o Golden Visa, fue una propuesta que surgió hace diez años con el fin de atraer inversiones a nuestro país. Funcionó, sin dudas, para su cometido, pero a la vez generó una nueva demanda que España eventualmente debería afrontar: la escasez de viviendas. Así, un tema que no estaba en la agenda urgente, llega a nuestros días con la presión extra por resolverlo que imponen tanto la demanda social, como las campañas políticas y los organismos internacionales. En la nota de hoy, revisamos el debate que hay actualmente sobre la Visa de Oro, una propuesta que pendula entre la desigualdad de los privilegios y la necesidad de las inversiones.
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Una propuesta producto de la crisis
En 2013, cuando España aún sufría las consecuencias de la Gran Recesión de 2008 y el estallido de la burbuja inmobiliaria, el Gobierno presidido por Mariano Rajoy promovió una Ley de emprendedores que pretendía fomentar y resguardar iniciativas de ese tipo y, ante todo, motivar las inversiones. Dada la situación en la que estaba el país, resultó relativamente lógico pensar que dichas inversiones podrían venir, también, del exterior. En el marco de esta propuesta surgió entonces el sistema del visado de oro, a fin de contrarrestar uno de los efectos más evidentes del descalabro económico de aquella época: la salida masiva de capital extranjero que había ocurrido desde el comienzo de la crisis.
Otro de los factores que motivó la entrada en vigencia de la Visa de Oro fue, por supuesto, el grave debilitamiento del sector inmobiliario. En ese sentido, el gobierno lanzó esta propuesta dirigida a ciudadanos de otros países pero poniendo condiciones para que inclinaran sus inversiones hacia la compra de vivienda. De esta manera, actualmente se otorgan permisos de residencia a los extranjeros que compran una vivienda por 500.000 euros.
Hoy España también se encuentra en medio de una crisis que, si bien no tiene las dimensiones de la de 2008, hace que el Ejecutivo revea esta posibilidad que se da a los grandes inversores extranjeros de adquirir una residencia y tener una situación regular en cuanto a su tránsito por nuestro país. Concretamente, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones estudia limitar las Visas de Oro, esto es, los permisos de residencia que se obtienen a cambio de importantes inversiones económicas.
Los pro y los contra de la Visa de Oro
Sin dudas, el principal objetivo de propulsar la Visa de Oro para extranjeros fue atraer al país su capital, mediante la oferta inmobiliaria. Esta no es una idea desarrollada únicamente en España sino que otros países europeos que hoy también se encuentran revisándola, tales como Irlanda y Portugal, emprendieron en su momento medidas similares.
En nuestro país, desde que se dió inicio a esta Visa, en 2013, se concedieron más de 35.400 visados de oro, según los datos brindados por Europa Press a finales de 2020. Por su parte, el diario El País indicó que el 94% de los permisos otorgados tenían como contrapartida la compra de viviendas. Esto significa que en el marco de esta medida propulsada por la Ley de emprendedores hubo en casi su totalidad un beneficio para el mercado inmobiliario, pero ello también implicó que dicho mercado se viera más vulnerable a la demanda extranjera. Esto, en ocasiones y en determinadas comunidades autónomas, terminó generando un problema al resultar que gran cantidad de viviendas fueran usadas pocas semanas al año por propietarios extranjeros en calidad de segunda residencia o vivienda vacacional, lo que de alguna manera las inutilizaba para contener la demanda habitacional local.
Algunas problemáticas a tener en cuenta
Sumado al “cuello de botella” que generó para la demanda local la oferta de residencias a extranjeros en España, la Visa de Oro derivó con el tiempo en la posibilidad de realizar transacciones ilegales. Específicamente, el año pasado la Comisión Europea instó a sus socios a revocar de forma inmediata cualquier “esquema de ciudadanía por inversión”. Esto lógicamente, incluye todo el sistema de visado alternativo. El pedido se da en un marco en donde todo el continente busca evitar el lavado de dinero y garantizar controles a las transacciones de capital de fuente ilegal y aún más, con fines de financiamiento criminal, terrorista, o susceptible de ser utilizado como herramienta de lavado de dinero y evasión fiscal.
Por último, pero no menos importante es el más reciente problema que genera la guerra en Ucrania, por el cual podría haber ciudadanos rusos o bielorusos sancionados que busquen por vía de la VIsa de Oro obtener la ciudadanía europea y así transitar libremente por el continente.
¿Estabas al tanto de este panorama? ¿Debería limitarse o directamente eliminarse la Visa de Oro para extranjeros? Comparte tu opinión en esta nota. Y recuerda que si estás en la búsqueda de una vivienda de lujo en España, puedes recurrir a los mejores especialistas en Oi Real Estate.
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