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El interés negativo impulsado por el Banco Central Europeo continuará en esa escalada por lo menos por una década más según proyectan analistas financieros.

El mercado financiero prevé una extensión de su interés negativo por lo menos hasta 2031 gracias a las políticas monetarias expansivas promovidas por el Banco Central Europeo.

La crisis que atraviesa el mundo entero provocada por la pandemia ha puesto en movimiento las más diversas estrategias en pos de que sus economías permanezcan a flote. Una de ellas es la que promueven los bancos al mantener su tipo de interés en negativo, y de esta manera tratar de incrementar los beneficios para atraer clientes.

Esto no es gratuito para las entidades financieras, ya que significa que generan una ganancia menor que si los puntos de interés crecieran con el tiempo.

Sin embargo, según los analistas, esta tendencia seguirá en baja hasta por lo menos 2031 y trae consecuencias tanto a clientes como para los bancos. Para éstos la receta que se propone es bajar sus costes, fusionarse con otras entidades o una combinación de ambas propuestas.

Interés negativo: qué significa?

Para entender de qué hablamos cuando decimos interés negativo nada mejor que dar un ejemplo concreto. Un tipo de interés negativo se da cuando pedimos dinero y en vez de tener que devolverlo -sumando costes extras como sucede comúnmente- no nos piden nada a cambio. Además, nos dan un extra.

En economía, al tipo de interés negativo se lo cataloga como una política monetaria expansiva. Es un mecanismo no convencional que tienen a mano los bancos para utilizar según sea conveniente por la situación coyuntural que se esté viviendo.

¿Qué son políticas monetarias expansivas?

Según explica el sitio Economipedia la política monetaria expansiva se caracteriza principalmente por tratar de estimular el tamaño de la oferta monetaria de un país. Los responsables de su control son generalmente los banco centrales u otro poder económico similar.

En este caso, el Banco Central Europeo impulsa estas políticas al prestarle a los bancos con un tipo de interés negativo. De esta manera, los bancos nacionales salen ganando al no tener que pagar extras por el dinero que piden.

Este tipo de políticas se implementan cuando hay un bajo crecimiento, una marcada crisis económica, baja demanda de créditos o altas tasas de morosidad. Lo que se busca es incentivar el gasto de modo que la gente piense en gastar el dinero que tienen ahorrado o pedir prestado para invertir. Esto sucederá porque la rentabilidad de tener ahorros en depósitos es baja o porque el beneficio que traerá pedir un préstamo con este tipo de interés negativo es alto.

Ventajas y desventajas del interés negativo

Como todas las políticas, tienen su lado ventajoso y sus costes negativos.

Consecuencias positivas

  • El Euribor seguirá en baja: Esto significará que las cuotas que pagan los clientes cuya hipoteca se rige por este índice serán más bajas.
  • Los créditos tendrán un interés menor: Esto podrá permitir a los clientes pedir créditos para compras generando movimientos positivos en la economía.
  • Se promueve la inversión: Que no sea tan rentable tener ahorros en depósitos anima a la gente a realizar inversiones lo que incrementa la cadena productiva

Consecuencias negativas

  • Menor rentabilidad bancaria: Los bancos van a generar menos ingresos por los créditos que impulsen. De esta manera, si bien se promueve el crecimiento de la cartera de clientes, los beneficios que logra son menores.

¿Qué se espera que suceda con el Euribor?

Los mercados financieros prevén un Euribor en negativo por lo menos por 10 años más. Esto mantendrá las cuotas de las hipotecas que de él dependen -que de momento son mayoría en España- en bajada.

El Euribor, que terminó el noveno mes del año con una media mensual de -0.415% volverá a batir récords en octubre, si se cumplen las proyecciones económicas. Mientras algunos estiman que sobrepasará los -0.46%, algunos lo sitúan casi llegando al -0.5%.

Esta tendencia comenzó en 2016, cuando por primera vez el índice entró en terreno negativo. En ese entonces se creía que era algo pasajero y nadie se animaba a anticipar que esta situación se convertiría en estructural.

¿Cómo afecta el interés negativo a los bancos?

Según el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos,  la rentabilidad bancaria es uno de los grandes riesgos que penden hoy sobre la economía de la zona euro.

Tal como publica el diario El Mundo, el retorno sobre el capital de las entidades pasó del 5% un índice ya de por sí bajo al 2%. Todo esto en menos de seis meses ha provocado un fuerte desplome del valor de sus acciones y dificultó su acceso al mercado de capitales.

Este contexto genera más preocupación en España e Italia, países donde la crisis sanitaria ha golpeado con más fuerza y la recuperación económica está tardando un poco más en llegar. Los países sufrieron importantes caídas en los ingresos por intereses de los bancos y tuvieron que hacer frente a una baja rentabilidad que sólo culminará cuando la situación económica mejore.

La solución a estos problemas que propone el Banco Central Europeo es como medida principal reducir los costes. Esto significa hacer el mismo trabajo pero con menos personal, menos oficinas y gastando mucho menos. Si antes de la pandemia estos consejos se podían considerar sensatos ahora, con la crisis generada por la tragedia sanitaria, se han convertido en primordiales.

Otra de las opciones que se ofrece como beneficiosa es la fusión entre bancos, ya sea generando conglomerados nacionales o transnacionales. Esta alternativa es una posibilidad que ya vienen promoviendo tanto el Banco Central Europeo como el Español y la Asociación Española de Bancos ( AEB). Según estas entidades, las bondades de una concentración residen en que se pueden generar los mismos y aún más ingresos con menores recursos, sumando fuerzas productivas.

Fusión entre bancos, una alternativa en tiempos de crisis

En este contexto hay varias entidades financieras que han atendido las sugerencias del Banco Central y han comenzado procesos de fusión. Un ejemplo de ello son Caixa Bank y Bankia, cuyos equipos se encuentran trabajando en la formación de un nuevo banco. Según sus proyecciones, se espera que para el primer trimestre del 2021 tengan sellados todos los acuerdos. Con ese objetivo ambas empresas han destinado el 2 % de su plantilla para la organización de la integración, formando equipos de perfiles jurídicos y tecnológicos.

Con este panorama, lo que se espera es que el gobierno reaccione tomando medidas que fortalezcan la economía. Una de las demandas de la banca es que haya previsibilidad y que los estímulos brindados en primavera para palear la crisis se capitalicen. El corte abrupto en las medidas que alentaron la liquidez durante los primeros trimestres podría traer costes negativos.