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¿Qué es una nave industrial?
Para empezar, se entiende como nave industrial al espacio o construcción que tiene como objetivo producir y/o almacenar bienes industriales. Dentro de una nave se desempeñan obreros, existen máquinas que generan los bienes, se moviliza el transporte interno, y hay salida y entrada de mercancías. Además, este espacio brinda un gran número de soluciones constructivas, por ejemplo, innumerables actividades económicas que se pueden desarrollar en su interior.
Dentro de este espacio, se pueden desarrollar un gran número de actividades económicas, por eso se dice que sirven como lugar de producción y de almacenamiento a la vez, una opción muy práctica en términos de construcción. En las naves que albergan cadenas de producción la longitud suele ser la dimensión predominante de la construcción.
Cabe aclarar la ventilación dentro de una nave industrial es esencial para quienes trabajan en ella.
Lamentablemente, por normativa, los edificios son diseñados primando la eficiencia energética, siendo por lo tanto cada vez más herméticos. Esta normativa deteriora la calidad del aire interior. En consecuencia, la concentración de contaminantes es mayor y contribuyen al deterioro de la calidad del aire.
¿Qué provoca una mala circulación de aire dentro de la nave industrial?
Si la nave industrial presenta una mala ventilación, el aire dentro de ella será de una mala calidad y afectará la salud de quienes trabajan allí.
Los humanos somos sensibles a los efectos olfativos e irritantes de cerca de medio millón de compuestos químicos presentes en el aire. La OMS alerta que al año 3,8 millones de personas mueren de forma prematura por enfermedades adjudicadas a la contaminación del aire interior, causada por el uso de combustibles sólidos ineficientes.
Esto provoca síntomas agudos y/o crónicos (enfermedades diagnosticadas) donde se ve afectada la salud de las personas. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), los síntomas más habitual son los siguientes:
- Zona ocular: irritación, sequedad, lagrimeo, picor y ardor
- En las vías respiratorias (nariz y garganta): sequedad, picor, congestión nasal, goteo nasal, estornudos, epistaxis hemorragia nasal, dolor de garganta.
- En los pulmones: opresión torácica, sensación de ahogo, sibilancias, tos seca, bronquitis.
- La piel: enrojecimiento, sequedad, picor generalizado y localizado.
- En términos generales: dolores de cabeza (migrañas/cefaleas), debilidad, somnolencia, dificultad para concentrarse, irritabilidad, ansiedad, náuseas, mareos.
También, la mala calidad de aire, puede provocar enfermedades de carácter respiratorio:
- Asma. Es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias y provoca episodios de estrechamiento de las vías respiratorias y obstrucción del flujo aéreo.
- Alergias o rinitis. Especialmente relacionadas con la acumulación de ácaros, alérgenos en general y humedades.
- EPOC. Son las siglas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Esta enfermedad provoca la obstrucción de los bronquios que generan enfisemas en el pulmón debido a la aspiración de humo de tabaco u otras sustancias tóxicas para el ser humano.
Controlar la calidad de aire interior
Ya que nuestra salud dependerá, en gran medida, del ambiente en el que trabajamos, el control de la calidad del aire interior es cada vez más necesario.
Esto puede controlarse observando las fuentes de contaminación cuando nos sea posible, o bien con la implantación de medidas que nos permitan asegurar una óptima calidad del aire.
Algunas de estas medidas pueden ser:
- Utilizar sistemas de ventilación mecánica controlada; este tipo de sistemas, recomendados por la normativa actual, nos permitirán optimizar la ventilación de nuestras viviendas minimizando además las pérdidas de energía y permitiéndonos un importante ahorro en calefacción.
- Controlar y medir los niveles de contaminación del aire; por ejemplo las sondas de calidad del aire, donde el funcionamiento se basa en activar los equipos de ventilación cuando los niveles de calidad del aire sobrepasan los valores seleccionados previamente.
- Utilizar sistemas de filtración y purificación de aire; en aquellos edificios que estén ubicados en zonas de elevada contaminación atmosférica. También los purificadores de aire nos ayudarán a eliminar posibles contaminantes existentes en el aire de una determinada zona del lugar de trabajo.
- Utilizar materiales de construcción sostenibles; la utilización de algunos materiales de madera, fibras de vidrio, adhesivos, sellantes o pinturas pueden favorecer y liberar contaminantes como formaldehídos y componentes orgánicos volátiles (COV).
- Controlar factores como temperatura o humedad relativa; tanto la temperatura como la humedad relativa son factores que pueden agravar los efectos provocados por la contaminación del aire interior.
- Con una adecuada regulación y medidas eficaces que nos permitan controlar los niveles de contaminación del aire interior, conseguiremos espacios interiores que nos proporcionen bienestar, salud y confort.
¿Por qué es necesaria la ventilación en las naves industriales?
Por sus dimensiones y distribución de los espacios, las naves industriales requieren unos sistemas de ventilación adicionales, puesto que no es suficiente con la ventilación natural. El problema es que a menudo estos sistemas son viejos, no funcionan correctamente, o simplemente no hay.
Hay que tener en cuenta que, como mencionamos anteriormente, la calidad del aire en el interior de la nave es esencial para la salud de los trabajadores. Además, con la reciente epidemia de COVID-19, el Ministerio de Sanidad indica en su manual de buenas prácticas que, «para ayudar a la buena renovación del aire y hacerlo de manera habitual, es recomendable reforzar la limpieza de los filtros del aire y aumentar el nivel de ventilación de los sistemas de climatización».
Por ello, muchas empresas están aprovechando para renovar y/o mejorar sus sistemas de ventilación industriales.
En qué consiste la ventilación de una nave industrial
La ventilación de una nave industrial radica en la renovación del aire interior mediante un sistema de extracción o de inyección. El hecho de renovar el aire nos permite:
- Garantizar la calidad del aire.
- Controlar la humedad, tanto de cara a trabajadores como a mercancías y maquinaria.
- Mejorar el acondicionamiento térmico de la nave.
- Reducir la concentración de gases o partículas a niveles adecuados.
- Evitar la entrada de agentes perjudiciales en determinadas áreas.
- Favorecer la extracción de humos en caso de incendio.
Cómo diseñar una ventilación industrial eficiente
El objetivo de cualquier sistema de ventilación es conseguir una óptima calidad del aire interior. Para ello, es necesario renovar el aire un determinado número de veces a la hora, teniendo en cuenta:
- Las dimensiones de la nave.
- Los materiales usados en la edificación.
- Las sustancias presentes.
- El número de trabajadores.
- El tipo de actividad que realizan.
Todos estos factores son determinantes para hacer el cálculo de la ventilación y extracción que se necesita en cada nave. De este modo, se puede optar por la instalación del sistema de ventilación industrial más eficaz dependiendo del caso.
¿Cada cuánto hay que renovar el aire en la nave industrial?
La normativa sobre la ventilación en naves industriales en España viene regulada en el Anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, donde se fijan las condiciones ambientales de los lugares de trabajo para que no supongan un riesgo de seguridad para los trabajadores.
En él se establece la mínima renovación del aire de los locales de trabajo, correspondiente a 30 metros cúbicos de aire limpio por trabajador y hora, cuando se trate de trabajos sedentarios y ambientes no contaminados por el humo del tabaco ni calurosos. Este límite aumentará hasta los 50 metros cúbicos de aire por trabajador y hora cuando el centro de trabajo tenga aire viciado u olores desagradables.
Sin embargo, algunos expertos aseguran que estos niveles son claramente deficientes. Más allá de la normativa, para que la calidad del aire de una nave industrial sea saludable, la recomendación es que este se renueve un número determinado de veces cada hora, en función del volumen de la nave y de las condiciones. Este número estaría entre 4 y 10 renovaciones a la hora. Por ejemplo, si el ambiente está muy viciado, sería recomendable hacer 10 renovaciones por hora, y si es una nave de almacenaje y de grandes dimensiones, probablemente sea suficiente con 4 renovaciones por hora.
En las Notas Técnicas de Prevención del Ministerio de Trabajo encontramos indicaciones más precisas de acuerdo con las características específicas de cada nave y la actividad que desarrolla. Por otra parte, el Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, regula las instalaciones térmicas en los edificios. De todas formas es importante consultar al departamento de asesorías para comprobar qué normativa aplica en cada caso. Ya que dentro de la legislación española hay varias lagunas de normativas relacionadas con la ventilación de las naves industriales.
De qué se componen los sistemas de ventilación
El funcionamiento de un sistema de ventilación industrial es muy fácil de esquematizar. Se necesitan unos puntos de entrada de aire limpio y unos de salida del aire viciado. Esto es para establecer un circuito en el que el aire que viene de fuera empuje al contaminado hacia el exterior para que se cierre el círculo de renovación del aire. El modelo de ventilación para la industria más básico consta de dos elementos:
- Rejillas (entrada aire).
- Ventiladores (salida aire).
Tipos de ventilación para naves industriales
En el diseño de la ventilación de naves industriales es muy importante tener en cuenta la instalación del sistema de ventilación. Para que cualquier sistema de ventilación funcione correctamente, aparte de determinar el caudal necesario y el tipo de ventiladores, hay que prever un punto o puntos por donde entre aire del exterior que sustituya al que se extrae, pero situados de determinada manera para que se cree una corriente de aire entre las entradas y los puntos de extracción “barra” la zona afectada, evitando así posibles recirculaciones.
Hay tres tipos de ventilaciones:
- Ventilación estática o natural, consiste en abrir ventanas u otro tipo de cerramientos para que se produzca una renovación del aire interior causada por el viento o por gradientes térmicos. Es una ventilación incontrolada, con ineficiencia térmica y que además no permite el filtrado del aire entrante.
- Ventilación eólica, los ventiladores se mueven utilizando exclusivamente la fuerza del viento. Este sistema en la práctica presenta los mismos inconvenientes que la ventilación natural.
- Ventilación forzada o dinámica, emplea extractores eléctricos para forzar la salida del aire. Estos extractores pueden ser de diferentes tipos: de motor axial, de motor centrífugo (los más habituales) o intercalados entre conductos. También podemos encontrar climatizadores evaporativos, que además de ventilar la nave, la climatizan.
Hay naves que quizás necesiten una extracción de aire constante con aumentos puntuales, o bien una extracción rápida y potente. Las naves donde se desarrollen actividades con focos de calor, humos, contaminación o productos corrosivos necesitarán sistemas más potentes.
Entonces se puede decir que, para la mayoría de naves industriales, será necesario un sistema de ventilación forzada o dinámica. Aunque se puede estudiar un sistema combinado con uno de los otros dos tipos, si las condiciones de la zona así lo requieren.
Los sistemas de ventilación en naves industriales suelen componerse de:
- Extractores axiales o helicoidales. Tienen una gran potencia y capacidad para mover grandes volúmenes de aire. Trabajan con pérdidas de carga mínimas lo que permite que estas instalaciones prescindan de conductos, aspiración y descargas libres. Para la entrada de aire se usan rejillas, normalmente ubicadas en las puertas. La mejor solución para ventilar naves diáfanas.
- Extractores centrífugo. Aprovechan la fuerza centrífuga para generar presión al aire para renovarlo. Los extractores se ubican en una caja protectora de metal, la cual actúa como aislante acústico. Este sistema de ventilación industrial trabaja con pérdidas de carga elevadas. Como permite la extracción por conductos, está recomendado para naves divididas en distintas estancias. La solución más efectiva para la ventilación de naves no diáfanas.
Por otro lado, es importante destacar que si existen elementos particulares en la nave que producen humos o gases nocivos, deben de preverse sistemas de captación de humos para cada uno de estos procesos. Un ejemplo podría ser la típica zona de soldadura que disponen muchas naves. Es decir, al sistema de ventilación general de la nave, hay que añadir otro en cada punto donde se generan los contaminantes.
Si en la nave industrial existe una zona de oficinas, en esta se deberá aplicar aquello que considera el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE). El cual se limita a instalaciones térmicas, es decir, aquellas instalaciones fijas de climatización como calefacción, refrigeración y ventilación, tanto en edificios de nueva construcción como en los ya existentes.
Esperamos que te haya sido de utilidad esta nota sobre la ventilación de las naves industriales. Si tienes algún comentario para hacernos, escríbenos en la casilla debajo del post. ¡Nos interesa mucho tu opinión!
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