La Casa Nautilus toma su nombre de la forma de una caracol marino. Esta vivienda fuera de serie fue construida en México en el Municipio de Naucalpan de Juárez y es obra del Arquitecto Javier Senosian.
En este artículo encontrarás:
Arquitectura Orgánica
Inspirarse en las formas de la naturaleza para diseñar una vivienda es todo un desafío. Este diseño orgánico y plástico toma la forma de un caracol marino y sigue la frecuencia de Fibonacci.
Te mostramos cómo es esta sorprendente casa.
Las líneas orgánicas de la casa Nautilus
En el proyecto de esta casa el arquitecto a cargo, Javier Sanosian añadió una nueva fachada que no siempre es tenida en cuenta: el techo. El desarrollo y la construcción presentó características y requerimientos específicos que se iban cubriendo casi espontáneamente, sin imposiciones y sin dejar ningún detalle de diseño al azar. La arquitectura orgánica consiste básicamente en generar una experiencia espacial en la secuencia de un recorrido, donde ni los muros ni el piso son paralelos o forman ángulos rectos.
¿Cómo se construyen estas líneas orgánicas?
Obviamente si la vivienda no es tradicional, su forma de construirla tampoco lo es. Para realizar esta obra se elabora un esqueleto de varillas de hierro armado con la forma de la casa. Luego se aplica un mortero de arena, cemento y agua. A ésta red de acero se la recubre con dos mallas metálicas de gallinero, una por el interior y otra por el exterior.
Estructuralmente Nautilus trabaja como la concha de un caracol. Los cimientos, los muros, los pisos, los techos, e incluso los muebles trabajan como un cascarón de cuatro a cinco centímetros de espesor.
Los acabados de la vivienda son rústicos pintados con pintura acrílica.
La distribución del espacio
La experiencia en el espacio comienza desde el ingreso al predio. La Casa Nautilus está rodeada por edificios más altos, a excepción del lado oeste, desde donde se pueden apreciar unas preciosas vistas de las montañas. Desde los primeros esbozos se definió la zona de la construcción en el fondo del predio, quedando al frente los accesos peatonales y el vehicular, como también el jardín exterior.
La experiencia de la casa Nautilus
La vista principal de la casa
Al ingresar nos encontramos con una sorprendente entrada principal. Un muro escultural de vidrios coloreados La visión la hace atractiva desde el exterior mientras que en el interior proyecta múltiples manchas de colores sobre las paredes. Esta primera vista de mosaicos nos invita a encontrarnos con más mosaiquismo en el interior.
Llama la atención la forma de vientre protuberante que parece flotar en el espacio vacío; espacio que a la vez es un volumen.
La sorpresa interior
Al acceder desde el exterior, se sube por una escalinata y al pasar al interior vemos los colores proyectados por el vitral. Viviendo la secuencia de un recorrido, se genera una experiencia espacial en donde ni las paredes, ni el piso, ni el techo son paralelos y tienen un movimiento fluido.
El detalle de un ambiente colorido y sin límites espaciales es sólo una de las características inusuales de la vivienda. En su interior una “alfombra de hierba” conduce a sus residentes a través de una red de caminos de piedra hacia las distintas áreas de la casa. Todo el proyecto es un espacio continuo, amplio, integral, liberador de formas y con luces cambiantes que siguen el ritmo natural de los movimientos del hombre.
Los ambientes fluctuantes
Esta es un casa diferente en todos los sentidos, aquí los baños ocupan un papel transcendental y cada estancia recrea las profundidades marinas. Nos volvemos a encontrar con mosaiquismo realizado con azulejos azules. Desde un nicho en la pared sale un chorro de agua a modo de manantial que brota de la roca. En todas las habitaciones hay pequeñas oquedades en el techo que permiten la entrada de luz y están resguardadas de las inclemencias del tiempo.
Como vemos las aberturas siguen la forma orgánica del espacio.
En esta vivienda se han prescindido de las divisiones internas que separan unas dependencias de otras en las partes comunes, consiguiendo un espacio abierto armónico y unificado, similar a la concha de un molusco. Algunos muros curvos imprimen a los espacios movimientos sinuosos, armónicos y calmos. Han sido utilizados para crear espacios privados en la planta baja, dormitorios, vestidores, baños y cocina.
Los muebles de la casa Nautilus
El mobiliario está realizado con la misma técnica que se levantó la casa, unificando así toda la estructura. Los caminos que recorren la sala principal se encuentran entre plantas que fueron sembradas en grandes parterres integrados en el suelo, creando un gran jardín interior.
En la sala nos encontramos los sofás y sus formas siguen las líneas de la casa caracol, armonizando e integrándose al espacio. Dentro de todas las estancias se han creado muebles que incorporan artesanías mejicanas con personalidad propia. Vemos también en las demás salas mobiliario construido in situ con las técnicas ya nombradas y con la apariencia de ser parte de un todo en el espacio.
¿Te gustó esta casa diferente y orgánica? ¿Vivirías en un espacio como este con forma de caracol? Nos interesa mucho tu opinión! Puedes dejarnos tu comentario en la casilla, debajo del post.
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