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Aquí te contaremos cuáles son los puntos que pueden afectar al análisis de riesgo hipotecario. Continúa leyendo para enterarte.

Análisis de riesgo hipotecario

Es fundamental saber cuáles son los principales puntos que pueden afectar al análisis de riesgo hipotecario. De este modo, tendrás la posibilidad de mejorarlos y negociar un préstamo hipotecario con buenas condiciones que se adapten mejor a tus necesidades.

Tu calificación crediticia es muy importante a la hora de definir tu perfil de riesgo hipotecario. Sin embargo, una hipoteca cuenta con características propias, por ejemplo si es a largo plazo, por importes altos, existe una garantía real, entre otros. Esto significa que requiere un mayor compromiso por parte de la entidad bancaria. Es por esto que, los bancos establecen unos criterios para realizar el análisis de riesgo propio para este tipo de operaciones.

Riesgo hipotecario: ¿Qué es?

Cuando hablamos del riesgo hipotecario nos referimos a las probabilidades de que tenga lugar un caso de impago de las cuotas de una hipoteca. En resumen, es un tipo de riesgo de crédito, no obstante, su principal característica es que en el contrato media una garantía de hipoteca.

Dicho de otra forma, en una hipoteca el riesgo de pérdida por impago es más bajo. Sin embargo, no se elimina del todo y esto implica problemas para la entidad prestamista.

Aquí va un ejemplo para comprenderlo mejor. En caso de que se dé un caso de impago en un préstamo hipotecario, el acreedor tiene la posibilidad de efectuar la ejecución hipotecaria.

Si la vivienda en cuestión sale a subasta y no hay ningún postor, según la Ley de Enjuiciamiento Civil (art. 671) hay dos opciones:

  • Opción uno: en caso de que no sea una vivienda habitual, el acreedor tiene la posibilidad de reclamar la adjudicación por importe del 50% del valor por el que el bien ha salido a subasta.
  • Opción dos: si es una vivienda habitual, la entidad bancaria puede reclamar la adjudicación por importe igual al 70%. En caso de que la cantidad que se debe resulte ser más baja que ese porcentaje, será el 60%.

Ahora, la entidad bancaria tiene la vivienda y debe ponerla en venta. Por otro lado, el prestatario continúa debiendo las cantidades restantes.

¿Qué sucede si el banco no puede vender la propiedad?

La realidad es que, a pesar de todo esto, continúa existiendo un riesgo de pérdida por impago de un préstamo hipotecario. Esto se llama riesgo hipotecario y te afecta de manera directa, ya que determina si una hipoteca te será concedida y cuáles serán las condiciones. Cada cliente del banco tiene un perfil de riesgo hipotecario.

¿Qué criterios utiliza el banco para realizar el análisis de riesgo hipotecario?

Entonces, además de la garantía hipotecaria, la entidad bancaria deberá realizar un análisis de riesgo hipotecario, es decir, de posibilidad de impago de las cuotas. Se trata de un análisis de operaciones de crédito propio para los préstamos hipotecarios.

Los factores que intervienen en el análisis de riesgo hipotecario suelen ser iguales para todos los bancos. En resumen, se trata de elementos objetivos: ingresos, deudas, situación personal del solicitante, entre otros.

No obstante, la dureza con la que se aplican y la importancia que le da a cada uno de ellos variará dependiendo de la política de riesgos hipotecarios de cada banco. Que la política de riesgo hipotecario de una entidad sea más o menos flexible variará según el tamaño del banco, la organización, los recursos, la capacitación de sus gestores, los objetivos de crecimiento, entre otros.

Sin embargo, para decidir si dan el visto bueno o no un préstamo hipotecario y cuáles son las condiciones de la misma, siguen los siguientes puntos.

  • Tu historial de crédito y posición en la entidad: si eres cliente del banco, ya cuenta con información interna. En caso de que no seas cliente de una entidad bancaria, no cuentas con un historial, esto hará que resulte más complicado acceder a una hipoteca. Por otro lado, si eres cliente, pero tienes un historial de crédito negativo, también resultará más difícil su concesión. De hecho, en caso de ser concedida, será con unas condiciones más desventajosas para ti. En este caso son fundamentales, el cumplimiento de las obligaciones de pago anteriores, domiciliación de nómina, productos que mantienes con el banco, saldo medio de la cuenta, entre otros. Si el banco te valora como cliente, será más flexible con el resto de elementos de análisis de riesgo hipotecario.
  • La edad: un préstamo hipotecario es una operación financiera a largo plazo. Es por esto que, las entidades no conceden una hipoteca a usuarios que tengan una edad muy avanzada. Por lo general, la mayoría de los bancos exige que la hipoteca sea amortizada antes de cumplir los 75 años. De hecho, hay algunas entidades que rebajan esta edad. Sin lugar a dudas, a mayor edad, menor será el plazo de amortización máximo al que puedan acceder. Mientras más bajo sea el plazo, el valor de las cuotas aumenta y esto genera mayores posibilidades de entrar en conflicto con la capacidad máxima de endeudamiento del cliente.
  • Solvencia y estabilidad económica: se trata de los puntos de análisis de riesgo hipotecario más relevantes. El banco quiere saber cuál es tu nivel de ingresos netos y si serán estables. También considerarán tu capacidad de devolución, resulta ventajoso contar con otros bienes que acrediten una solvencia sólida. Es por esto que, generalmente, el banco solicita documentación laboral y financiera, por ejemplo: el contrato, vida laboral, justificantes de otros ingresos adicionales, escrituras de otras propiedades, entre otros. Es importante resaltar que la cuota de la hipoteca no debe ser mayor al 30% de los ingresos netos, sin contar los gastos fijos mensuales. Es buena idea que preparar toda la documentación actualizada al momento de solicitar la hipoteca. También, es aconsejable contactar con un asesor hipotecario para llevar a cabo esta tarea y las negociaciones.

Préstamos con otros bancos

De la misma manera que los bancos analizan tus ingresos, gastos, estabilidad laboral y los activos que tienes en propiedad, te solicitarán los recibos de otros préstamos para saber cuál es tu capacidad de endeudamiento.

Ten en cuenta que los bancos pueden comprobar la información. Solo contactan con la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), esto les permite saber si tienes préstamos abiertos con otros bancos.

De la misma manera, será necesario tener al día tus otras cargas financieras. Si estás registrado en un fichero de morosidad, es poco probable que la hipoteca sea aceptada, ya que el riesgo hipotecario aumenta significativamente.

Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre el análisis de riesgo hipotecario que realizan los bancos. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

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Si eres avalista de una hipoteca y el hipotecado ha dejado de abonar las cuotas este artículo es para ti. Te contaremos cuáles son tus opciones ante esta situación. Continúa leyendo el artículo para enterarte.

¿Qué significa ser el avalista de una hipoteca?

En primer lugar, debemos dejar en claro qué implica ser avalista de una hipoteca. El avalista es aquella persona que sirve de garantía a la entidad bancaria. Es decir, si el deudor no pueda abonar su deuda el avalista deberá hacerse cargo de ella. En otras palabras, cuando firmas como avalista de una hipoteca, la deuda que el avalado tiene con el banco pasa de manera directa al garante con las mismas condiciones y cantidades.

En resumen, ante un caso de impago el avalista se vuelve responsable de la deuda, y, en primer lugar, deberá afrontar esa deuda como si la hubiera firmado él.

El avalista debe responder con todo su patrimonio presente y futuro, esto significa que sus obligaciones se transmiten a sus herederos. Por ende, cuando alguien decide firmar como avalista de un préstamo hipotecario, expone sus ingresos, su patrimonio actual y el que pueda llegar a obtener en un futuro.

El banco no solicita un avalista en todas las solicitudes de hipotecas o créditos. Por lo general, primero se encarga de evaluar el patrimonio del solicitante. La primera garantía que se exige es la hipotecaria, sin embargo, si considera que no es suficiente o si tiene dudas sobre el perfil de pagador del deudor, la entidad solicitará un avalista.

¿Cuáles son las obligaciones del avalista si el deudor no paga?

El avalista es el respaldo del deudor, es decir, debe responder ante la entidad bancaria si el dueño de la deuda no paga. Entonces, si el deudor no abona, el banco reclamará al avalista el pago de la cantidad adeudada o bien, el de la totalidad del préstamo si están dadas las condiciones. El avalista debe asumir la deuda, ya que a eso se comprometió al presentarse como aval.

Uno de los problemas de ser avalista es que al momento de solicitar financiación figura la condición de garante en el registro de riesgos del Banco de España, CIRBE. El hecho de figurar en este registro limita la solvencia para las entidades bancarias.

Otro punto que debe ser considerado al momento de ser avalista es que la responsabilidad sobre la deuda continúa vigente aun en caso de fallecimiento. Es decir, los herederos recibirán esa deuda y tendrán que hacerse cargo.

¿Es posible que el avalista le reclame el pago al deudor?

La respuesta es sí, el avalista que se vio obligado a abonar la deuda avalada, cuenta con el derecho a reclamar lo pagado al deudor. La acción de reembolso ante el deudor tiene base en el artículo 1838 del Código Civil, que establece lo siguiente:

  • El fiador que paga por el deudor debe ser indemnizado por éste. La indemnización comprende:
  • La totalidad de la deuda.
  • Los intereses legales de ella a partir de que se haya hecho saber el pago al deudor, a pesar de que no los produjese para el acreedor.
  • Los gastos ocasionados al fiador luego de poner éste en conocimiento del deudor que ha sido requerido para el pago.
  • Los daños y perjuicios, cuando procedan.

La disposición de este artículo tiene lugar a pesar de que la fianza se haya dado ignorándolo el deudor.

En este artículo se estable que, a pesar de que se canceló la deuda con el acreedor debido a que el avalista la pagó, el deudor contrae una nueva deuda con su avalista.

En primer lugar, se procede a negociar con el deudor y establecer condiciones para el reembolso de lo pagado. Sin embargo, en caso de no llegar a un acuerdo, se dará inicio a una demanda legal al amparo del artículo 1838 del Código Civil.

¿Qué opciones tiene un avalista para su defensa a la hora de firmar?

Actualmente, las personas ya no quieren convertirse en avalistas. Es muy común que las personas se endeuden y después no paguen, de modo que el fiador debe ocuparse.

No obstante, existen situaciones que comprometen y ante las que es difícil decir que no. Por ejemplo, un padre con sus hijos, o un amigo que responde por otro.

La realidad es que hay ciertas acciones que brindan la posibilidad de reducir los riesgos y brindan protección al avalista.

Contra aval o contragarantía

Cuando hablamos de contragarantía o contra aval nos referimos a un documento que se firma ante notario. Allí se establece que si el avalista deba abonar la deuda, tendrá la posibilidad de reclamar al deudor el reembolso. Es principalmente útil cuando el deudor y el avalista no cuentan con una relación estrecha.

Así como el contrato de aval vincula al avalista y a la entidad bancaria, con el contra aval se regula la relación jurídica entre avalista y deudor.

Avalar solo una parte de la deuda

Si se establece un acuerdo con la entidad bancaria, es posible avalar solo una parte de la deuda y no la totalidad de la misma. De este modo, en caso de impago, será menos lo que se deba abonar.

La demanda judicial

Se trata de una acción de gran utilidad cuando el deudor cuenta con la capacidad económica para responder por su deuda y no lo hace. El avalista tiene la posibilidad de iniciar una demanda para demostrar la mala fe del deudor, con el objetivo de evadir el pago y para que el fiador se ocupe de su deuda.

Por otro lado, a pesar de que no se haya firmado contra aval, el avalista tiene la posibilidad de presentar ante el juez la solicitud de reclamo de reembolso de lo abonado por la deuda.

Eliminar las deudas como avalista

A partir del año 2015, un avalista tiene la posibilidad de eliminar su responsabilidad con las deudas por medio de la Ley de la Segunda Oportunidad. Dicha ley brinda la posibilidad de eliminar las deudas cuando no podemos hacer frente al pago, para esto, será necesario demostrar nuestra insolvencia ante la justicia.

Una vez justificado que no tenemos la posibilidad de abonar las deudas pendientes y hemos atravesado todo el proceso legal, el juez nos puede perdonar hasta el 100% de las deudas. De esta manera, el avalista ya no debe responder ante esta deuda ni la entidad bancaria podrá volver a reclamarla.

Anular el aval: ¿Es posible?

Si bien no se trata de un trámite sencillo, existe la posibilidad de quitar el aval de un préstamo hipotecario. Para que esto suceda, será necesario dar inicio a un procedimiento judicial. El juez deberá decidir si el aval se colocó respetando todos los derechos.

Para esto, se deberá presentar un procedimiento judicial de nulidad de la cláusula de aval. Este trámite puede tardar aproximadamente entre ocho y doce meses. Si el tribunal emite una sentencia favorable, el avalista queda libre de la deuda para siempre.

Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre las posibilidades del avalista de una hipoteca ante un caso de impago. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

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Aquí te contaremos si, en caso de impago de la hipoteca, debes seguir abonando cuando el banco te quita la vivienda. Continúa leyendo el artículo para enterarte.

Seguir o no pagando una hipoteca variará según la manera en que se resuelva cada situación. Aquí te explicaremos cuáles son las situaciones que pueden presentarse y las posibles soluciones según la Ley.

Es necesario tener en cuenta que, actualmente, la morosidad hipotecaria ha disminuido en comparación a peores momentos de crisis económica. De todas maneras, si bien hay casos más aislados, continúan produciéndose expedientes de impago de la hipoteca y morosidad. Generalmente, antes de que se llegue a la situación de no poder hacer frente al pago de las cuotas hipotecarias, se atraviesa un período complicado en lo que respecta al ámbito financiero.

En esos primeros momentos es fundamental dirigirse al banco o entidad financiera que es acreedor hipotecario. De este modo, tendrá la posibilidad de explicarle la situación para buscar la posibilidad de renegociar el importe del préstamo hipotecario.

Por otro lado, también es cierto que a causa de la situación de volatilidad que atravesamos hoy en día, es posible que este incumplimiento de pago de la hipoteca haya sucedido muy  repentinamente.

Negociaciones con el banco: novación hipotecaria

De cualquier forma, negociar con el banco puede implicar una extensión del plazo a cambio de una reducción significativa en nuestras cuotas mensuales. Sin embargo, a pesar de todo no se debe dejar de abonar la hipoteca.

Cuando hablamos del proceso por el cual se cambian los términos o se renegocia una hipoteca nos referimos a una novación hipotecaria.

Los costes de solicitar la novación varían según el tipo de cambios que se lleven a cabo. Por ejemplo, si únicamente reducen la tasa de interés, no será necesario el registro con una escritura pública. En caso de haber otros la escritura de novación tendrá que realizarse, con la documentación que corresponda, además de los gastos registrales y notariales.

Lógicamente, el objetivo de los bancos es cobrar los préstamos. Si detectan que no puedes cumplir con sus términos, muy probablemente acepten los nuevos. Por otro lado, para las entidades bancarias la opción de ampliar el plazo de devolución resulta sumamente atractiva, el motivo es que para ellos implica recibir más intereses.

Es necesario dejar en claro que en un momento en que los precios de la vivienda se encuentran aumentando, los bancos muestran menor flexibilidad al momento de negociar. No obstante, si los precios de la vivienda se moderan el banco estará más interesado en renegociar la hipoteca. El motivo es que, si el deudor no abona, el banco se quedará con la vivienda a un precio bastante más bajo.

Impago de la hipoteca

En el caso de condiciones económicas sumamente complicadas, en las que no es posible llegar a un acuerdo con el banco acreedor de la hipoteca, el deudor solo tendrá la opción dejar de abonar.

Por supuesto que el impago de la hipoteca trae consecuencias, generalmente, conducen a la ejecución hipotecaria y al proceso de subasta.

¿Cuáles son las herramientas legales para hacer frente a esta situación?

Muchos han atravesado una muy difícil situación en 2020 por la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Esta situación ha generado que una gran cantidad de personas pierdan sus viviendas o dejen de pagar sus hipotecas.

Por lo general, ley se inclina a favor del banco que del cliente. No obstante, hay algunas leyes que muchas personas no usan por desconocimiento.

En otras palabras, si se pierde o se está a punto de perder la vivienda, hay opciones para afrontarlo, o al menos para no continuar abonando las deudas. Nos referimos a dos herramientas, se trata de las siguientes:

  • Dación en pago.

Cuando se lleva a cabo la ejecución hipotecaria, en otras palabras, cuando se le quita la vivienda al deudor, es habitual que los ingresos que obtiene el banco por la subasta de la vivienda no resulten suficientes para cancelar dicha deuda.

Los bancos ofrecen viviendas por menos de su valor de mercado y los precios de mercado son volátiles, esto significa que la vivienda puede valer menos actualmente que cuando se la compró. En este caso, la compra de la vivienda se deducirá de los pagos pendientes, sin embargo, la deuda continuará existiendo si no hay suficiente para liquidar.

El impago de la hipoteca y la no liquidación por medio de la ejecución no permiten poseer activos actualmente y en el futuro, ya que el banco los recuperará hasta que abone todo lo que debe.

Dación en pago

Se trata de la transferencia de activos a cambio de la condonación de la deuda. Dependiendo del tipo de vivienda y la situación, esta opción puede ser bastante atractiva para el banco.

Sin dudas, se trata de un paso que se debe tomar antes de que llegue la ejecución. El Banco podrá considerarlo como un gesto de buena voluntad. En caso de tener otra propiedad a su nombre, es posible ofrecer esa propiedad para terminar de abonar las deudas.

Ley de la Segunda Oportunidad

La Ley de la Segunda Oportunidad les permite a aquellos deudores insolventes cancelar total o parcialmente sus deudas. Esto se debe a que tendrán la posibilidad de elegir, durante el procedimiento, si desea cancelar totalmente sus deudas y perder la vivienda, o bien cancelar parcialmente sus deudas y cumplir con un plan de pagos a cambio de mantener la vivienda.

Además, permite paralizar todos los embargos desde el momento de la solicitud y no figurar en los registros de morosidad una vez que el procedimiento haya llegado a su fin.

¿Cuál es el procedimiento cuando se deja de abonar una hipoteca?

El proceso habitual que se sigue cuando se deja de pagar la hipoteca es el siguiente:

En caso de que haya pasado un mes desde el momento en que se dejó de abonar la hipoteca, el banco se podrá en contacto con el deudor para comprobar si el impago de la hipoteca fue un error. Además, ofrecerá la posibilidad de abonar esa cuota, con el tipo de interés moratorio que corresponda.

Si el impago de la hipoteca continúa por un período mayor, el banco continuará intentando cobrar las cuotas de los meses impagados, generalmente, se considerará la modificación de los plazos que fueron acordados. En la revisión, es posible ampliar el plazo de amortización del préstamo hipotecario. De ser así, la deuda será el importe total de la hipoteca, además del interés de demora.

Si el impago se mantiene por seis meses, el banco lo trasladará a su cuenta de resultados. Habitualmente, los bancos demandan al deudor para hacer cumplir las garantías de los préstamos y que el deudor figure en la lista de morosos.

Subasta por impago de la hipoteca

Una vez transcurrido un año o año y medio, se subastará de la vivienda, siendo tarea del juez competente determinar el plazo de pago de la deuda con los intereses impagos que correspondan, para evitar la subasta de la propiedad.

Sin embargo, la realidad es que con la subasta de la vivienda no se soluciona el problema. Todo depende de la cantidad que se logre recaudar con la subasta. En caso de que el importe sea mayor al de la hipoteca, no hay problema, ya que se asegura la totalidad de la hipoteca. Sin embargo, si es menor, se tendrá que asegurar la diferencia entre el dinero del remate de la propiedad y la deuda, según lo establece la ley.

A partir de aquí, será tarea de cada deudor ver con qué posibilidades cuenta antes de decidir en esta difícil situación.

Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre el impago de la hipoteca. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

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Aquí te contaremos todo lo que debes saber sobre el interés moratorio de una hipoteca, por ejemplo, en qué momento se cobra. Continúa leyendo el artículo para enterarte.

En varias ocasiones, tenemos en mente una gran cantidad de cosas diferentes y buscamos hacer tanto que parece inevitable que los descuidos aparezcan. La realidad es que no implica un gran problema si se te olvida comprar azúcar o felicitar a un familiar por su santo, sin embargo, cuando se trata de un descuido financiero la gravedad puede ser otra. Esto dependerá del tipo de descuido al que debamos hacer frente.

Por ejemplo, en el caso de que te retrases en el pago de la hipoteca o de un préstamo o bien, que dejas de pagarlo, las consecuencias pueden ser bastante graves. Ante este tipo de situación, una de las principales consecuencias será que deberás pagar intereses adicionales por ese dinero que no has abonado en tiempo y forma. Esto, es lo que se conoce con el nombre de interés moratorio o interés de demora. Aquí te contaremos todo lo que necesitas saber al respecto para evitar caer en este tipo de situaciones.

Intereses de demora en una hipoteca: ¿De qué se trata?

Cuando hablamos de los intereses de demora de una hipoteca nos referimos a la penalización que se aplica cuando te retrasas en el pago de la cuota de un préstamo hipotecario. Se comienzan a aplicar a partir del primer día de demora. En otras palabras, desde el momento en que no cumples con la obligación de pago. Se trata de una especie de indemnización que se abona a la entidad bancaria por no hacer frente a las cuotas hipotecarias en el plazo acordado en el contrato.

¿En qué momento se cobran los intereses de demora?

El interés de demora debe abonarse desde el momento en que la entidad financiera envía la orden de pago y tu entidad bancaria la rechaza. Será en ese momento cuando comience a aplicarse el interés moratorio.

¿Hay un máximo de interés moratorio en un préstamo hipotecario?

Sí, se trata de intereses que están regulados por ley. Nos referimos a la Ley 5/2019, reguladora de los contratos de crédito inmobiliario, dicha ley establece que no se podrá cobrar un interés mayor en tres puntos porcentuales al interés remuneratorio.

Esto significa, principalmente, que estos intereses de demora en el préstamo hipotecario no pueden ser mayores que el resultado de sumar tres puntos al tipo que debes abonar por la hipoteca. Un ejemplo para comprenderlo mejor, si tu préstamo hipotecario tiene un tipo fijo del 2%, el interés de demora no podrá ser mayor al 5% anual.

En todo caso, la escritura de la hipoteca dejará ver normalmente el tipo de interés concreto que se aplica para ese préstamo hipotecario.

¿De qué manera se cobran los intereses de demora?

Los intereses de demora se aplican sobre los días de retraso y de manera proporcional al tiempo que se ha tardado en abonar las cuotas del préstamo hipotecario.

Aquí va un ejemplo para que se comprenda mejor. Imagina que la cuota de tu préstamo hipotecario a tipo fijo es del 2,5% y te retrasas un mes en el pago. En caso de que dejes un mes sin pagar y abonas todo en el siguiente mes. Si no se hubiese pactado previamente un interés de demora distinto, se aplicaría el legal de tres puntos más que el interés del préstamo, en otras palabras, 5,5%.

Ese interés se debe aplicar sobre la cuota que dejaste de abonar (imaginemos que de 800 euros) y proporcional al retraso. Ten en cuenta que ese 5,5% es para todo un año y que tú solo te has retrasado por 30 días, de modo que no deberás pagar un 5,5% sobre la cuota, solo la parte proporcional, lo que equivale a un 0,45%. Con el ejemplo anterior, el interés de demora se elevaría a 3,6 euros.

En qué se diferencia el interés moratorio del interés ordinario

Como ya hemos mencionado, los intereses de mora corresponden a la indemnización de perjuicios hacia el banco o persona que puso su dinero a la disposición de un deudor que no ha abonado según lo acordado.

Se trata de un tipo de interés que aparece solo al incurrir en demora en las cláusulas establecidas a una fecha dada a conveniencia de las dos partes. El interés moratorio tiene una naturaleza sancionatoria, ya que busca castigar al deudor que no cumple con el contrato.

Por otro lado, el interés ordinario remunera al acreedor que realiza un préstamo a un deudor, en la vigencia de una fecha determinada. Se trata de intereses que se pactan de acuerdo al tiempo y a un porcentaje basado en la cantidad de capital prestado al deudor.

Elimina cualquier deuda que tengas pendiente

En caso de que no puedas hacer frente a los pagos de los créditos que tienes a tu nombre, es muy probable que estos comiencen a crecer gracias a los intereses moratorios. En estos casos, lo ideal es renegociar las condiciones de la hipoteca con el acreedor.

Si no tenemos muchas deudas y acreedores, una buena opción es tratar de solicitar una moratoria con el objetivo de retrasar el pago de las cuotas sin que esto implique que se generen nuevos intereses para ti. Para poder realizarlo, será necesario negociar con la entidad bancaria o el acreedor titular del préstamo.

Si contamos con varias deudas y diferentes acreedores, no resultará sencillo hacer esto. En estos casos, la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser la mejor solución. Consiste en un mecanismo legal que brinda la posibilidad a cualquier persona insolvente de renegociar sus deudas de manera totalmente segura y eficaz.

La Ley de la Segunda Oportunidad fue diseñada específicamente para aquellos que se encuentran en una situación económica complicada y no logran abonar las deudas, o prevén que no será posible hacerlo de forma inminente.

Se trata de una ley aprobada en el año 2015, se viene aplicando desde entonces y ya ha logrado eliminar las deudas de una gran cantidad de personas.

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