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Ningún piso de alquiler está a salvo de las temidas humedades y goteras. Tanto si son pisos viejos como nuevos.

Manchan techos y paredes, generan olores desagradables y, en ocasiones, encubren problemas bastante más serios. Cuando aparecen goteras en el techo, no basta con “maquillarlas” para que el piso ofrezca la mejor imagen. Si no se soluciona el problema que las origina, volverán a aparecer.

Por lo general, aparecen por un deficiente mantenimiento o por el lógico desgaste de las tuberías por el paso del tiempo. ¿Cómo actuar entonces?

Por eso hoy en Oi Real Estate, te vamos a explicar cómo arreglar las humedades y goteras, a prevenirlas y a mantener todo en perfecto estado.

¿Qué provoca la gotera?

Evitar las goteras no siempre es sencillo, ni posible. A veces se deben a un mal mantenimiento o uso de las instalaciones. Pero otras veces la causa no es más que el lógico deterioro provocado por el paso del tiempo o algún hecho inesperado e imprevisible; la cal y los restos de jabón o cabellos pueden acabar atascando las tuberías. En el peor de los casos pueden provocar una presión que acabe dañándolas.

¿Qué hago si hay humedades y goteras en mi piso?

A la más mínima aparición de goteras debemos comunicárselo a nuestros caseros. Estamos viviendo en el piso y debemos vivir en condiciones perfectas de salubridad y las goteras nos pueden complicar nuestra salud, sobre todo en los meses más fríos del año.

Aunque apenas sean unas humedades, no sabemos qué hay detrás de ellas y como pueden ser sus consecuencias. El casero debe verla lo más rápido posible y optar por una solución profesional para erradicar el problema, no taparla con plástico o pintar encima.

Haz un mantenimiento

Mantener las tuberías limpias es una forma de conseguir que se mantengan en perfectas condiciones durante más tiempo y evitar el riesgo de fugas o rupturas.

Eso sí, hay que evitar productos abrasivos que puedan deteriorar los conductos o introducir en ellos elementos punzantes porque se pueden provocar más daños de los que se pretenden evitar. Si el atasco parece serio, lo mejor es avisar a un profesional.

Dedicar unos minutos de forma periódica a revisar toda la instalación de fontanería y sus elementos también ayuda a evitar algún disgusto.

Presta principal atención en las conexiones de lavadora y lavavajillas estén en buenas condiciones, en que los desagües de fregadero y sanitarios también lo estén, en que las juntas de los grifos no presenten deterioro y en que las llaves de paso se encuentren en perfecto estado.

Evita la condensación, sobre todo en baños con mala ventilación, la diferencia térmica y el vapor acaban provocando problemas de condensación. No son goteras como tales, aunque también se manifiesten en forma de manchas de humedad e incluso puedan llegar a gotear. Lo mejor es mejorar el aislamiento de las paredes para evitar esas diferencias térmicas. Si no, al menos, es conveniente mejorar la ventilación con un buen extractor y dejarlo que funcione un rato antes y después de usar la ducha.

Si ya hay humedades y goteras recuerda que aunque sean molestos tienen solución.

Localizar el origen

Si tu piso es un último, lo más común es que el problema se deba a filtraciones de agua en el tejado. En ese caso, es la comunidad la que debe hacerse cargo de las reparaciones correspondientes, tanto en la cubierta como en los techos de tu piso dañados.

Si la altura del piso no es el caso, lo más común es que las goteras aparezcan por fisuras en alguna tubería y, en alguna que otra ocasión, el motivo puede ser algún escape de agua en el piso superior. Lo aconsejable es que sea un fontanero quien eche un vistazo a la instalación, localice el origen de la gotera y busque una solución. Si el agua viene de otro piso, la reparación correrá a costa de su propietario.

Cabe la posibilidad de hacer algún arreglo temporal empleando parches para techos o alguna pintura impermeabilizante, pero recuerda que eso no sirve para solucionar la gotera, simplemente para taparla. Tarde o temprano el agua volverá a dar la cara y la reparación podría ser más costosa.

Reparar la gotera

La humedad, en el mejor de los casos, deja manchas oscuras en techos y paredes. En el peor, provoca que aparezca moho.

Una vez solucionado el problema que ha generado la gotera, para dejar el techo como nuevo lo primero es esperar a que seque completamente. En este caso, las prisas no son buenas y cualquier arreglo que se haga con la superficie húmeda durará poco.

Con el techo perfectamente seco, se debe lijar la superficie para quitar restos de pintura y aplicar algún producto para quitar el moho si es que este ha aparecido. Si hay alguna grieta o desperfecto, hay que cubrir con masilla o un sellador, igualar la superficie y aplicar una pintura antihumedad.

No es complicado, pero si no lo has hecho nunca, tal vez sea mejor que lo dejes en manos de un profesional. Un mal acabado en un techo se suele notar bastante, de modo que puede suponer un pequeño inconveniente a la hora de alquilar el piso.

La prevención es el mejor consejo

Evidentemente, las goteras tienen reparación, y por lo general no se trata de un problema grave. Pero lo más importante es evitarlas. Si vas a alquilar tu piso, lo mejor es que revises bien los techos y te fijes si hay alguna mancha oscura, aunque esté seca, es una señal de aviso.

Y también conviene echarle un vistazo a la fontanería (grifos, desagües, toma de lavadora, etc) para asegurarte de que no hay escapes, así como a la ducha o bañera para comprobar que las juntas estén en buen estado. Si hay un escape en el piso y manchas al vecino, tendrás que afrontar los gastos de las reparaciones.

Nunca olvides que quitar las goteras no es una cuestión de estética, sino de mantenimiento básico. Taparlas hará que la humedad actúe poco a poco y acabe dañando, además de los techos, los revestimientos del piso, y la reparación entonces será aún más costosa. Cuando hay humedades en una vivienda, cuanto antes se ataje el problema, mucho mejor.

Teniendo en cuenta estos consejos, tal vez no siempre podrás evitar las humedades y goteras, pero, al menos, sí te aseguras de prevenirlas en la medida de lo posible. Y en caso de que ya hayan aparecido, recuerda que lo más aconsejable es que dejes el problema en manos de profesionales que sabrán resolverlo de la manera más efectiva posible.

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