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Los fondos de inversión del tipo ETFs combinan las características de los fondos tradicionales y la operatoria de las acciones. Además, hay de gestión activa y de gestión pasiva y por sectores. Aquí te contamos sobre los distintos tipos de ETFs y cómo invertir en ellos.

Los fondos del tipo ETFs son vehículos incluidos en los mercados de valores. Se los conoce por sus siglas ETFs, aunque su nombre en inglés es Exchange Trade Fund. Ya hemos mencionado en otros artículos como éste sobre la naturaleza de los ETFs y las diferencias que tienen con las acciones, fondos y bonos. Pero hay más que puedes saber sobre sus características principales y la manera en que puedes operar con ellos. 

Además de los ya conocidos ETFs de gestión activa y pasiva, se encuentran los de renta fija, variable, los monetarios, sectoriales, regionales y globales. Cada uno de ellos responde a estrategias diseñadas por la gestora de los fondos, y se encuentran en relación con la demanda de inversores de las distintas bolsas de comercio. Aquí te brindamos información que te puede servir de ayuda para invertir en los distintos tipos de ETFs.

Características principales de los ETFs

Los fondos de inversión del tipo ETFs conforman la constelación de vehículos de inversión de los mercados de valores. Su funcionamiento se acerca más a una acción que a un fondo y pueden ser de gestión activa como pasiva. 

Pero hay otras características que reúnen y son de gran importancia a la hora de elegir entre los distintos tipos de ETFs. Por ejemplo la flexibilidad para operar en todo momento y con el valor que tiene al instante de realizar compra o venta. Esta modalidad se acerca más a la de una acción que a un fondo de inversión, donde la ejecución de la orden de compraventa se realiza al final de la jornada y por el valor del ETF al final de la rueda. 

Otra de las características de un ETF es su diversificación. Por definición, un fondo compone su cartera con diferentes activos, por lo que aquella regla de diversificar la inversión, se cumple con la participación de un fondo cotizado. En ese sentido, el hecho de conocer en todo momento el valor del fondo le brinda un grado de transparencia a la inversión toda. 

La liquidez está garantizada por la posibilidad de operar libremente durante la jornada de operaciones. Así, cuando se vende la participación o una porción de ella, el vendedor cuenta con el dinero en cualquier momento que lo desee.

Por último, el tema de las comisiones. Es sabido que en los ETFs las comisiones suelen ser más bajas que para los fondos tradicionales. Aunque, cuando las operaciones de compraventa se multiplican, las comisiones pueden terminar afectando la inversión.

Invertir en los distintos tipos de ETFs

La característica principal de un ETFs es replicar un índice. O al menos tomarlo como referencia de la estrategia de inversión, que puede ser activa o pasiva. Pero hay distintos tipos de ETFs, de acuerdo al tipo de índice del que se referencia.

Entre los tipos más comunes están los ETFs de renta fija, cuyo desempeño se basa en títulos de deuda pública o privada. Pero con un componente de renta fija y a un plazo mediano o largo. Los que constituyen sus carteras con deuda soberana de las economías europeas y de los EEUU son los más buscados. 

En el caso de los ETFs de renta variable, la variedad es muy amplia. Hay prácticamente una estrategia para cada inversor. La renta variable que busca replicar los índices europeos y de los EEUU (como el Ibex 35 y el Dow Jones) es la más habitual. Pero, al tratarse del corto plazo, los índices de los mercados emergentes pueden otorgar una rentabilidad muy por encima de las grandes economías. Aquí se cumple la regla de “a grandes rentabilidades, grandes riesgos”.

Hay un tipo de ETF que realiza una selección de distintos índices. Por ejemplo, replicar el comportamiento de las primeras cinco compañías del Ibex 35. Otro caso sería replicar el promedio de las empresas con mejores balances durante 2022. Como se ve, es un diseño muy particular, de hecho, muchas veces sus gestoras forman parte de las mismas compañías o trabajan para ellas.

ETFs menos tradicionales

Además de los distintos tipos de ETFs mencionados anteriormente, hay otros menos comunes y que puedes tener en cuenta a la hora de invertir. Son menos habituales pero las rentabilidades pueden estar por encima de la media, sobre todo aquellos cuyo origen se encuentra en activos y títulos tanto de las grandes economías como de los países emergentes. 

Tal es el caso de los ETFs sectoriales. Por ejemplo, los vehículos que buscan replicar el comportamiento de una porción o sector de las actividades económicas, como los tecnológicos, compañías automotrices, de metales y materias primas, etc.

En ese sentido, hay ETFs propiamente de materias primas. El oro, la plata, el petróleo, entre otros. También son utilizados como alternativa a la inversión en oro. En otro orden, hay desarrollos de ETF monetarios, o sea que buscan replicar los activos monetarios más dinámicos de un mercado en particular. 

Los ETFs regionales se componen de activos provenientes de una zona geográfica determinada, y pueden ser de renta fija o variable. Por muchos años, el Sudeste Asiático experimentó un avance muy marcado de sus bolsas. Hoy en día, algunas economías de la zona euro ameritan la composición de tales vehículos.

Por último, los ETFs globales parten de índices mundiales, como su nombre lo indica. También pueden ser de renta fija o variable y sus gestoras tienen la tarea de buscar cuales son las compañías de carácter global, con trayectoria y rentabilidad. Algunos ejemplos de estos índices son el MSCI World Index y el AC World Index. 

Hasta aquí un breve repaso sobre los distintos tipos de ETFs que pueden servir de ayuda a la hora de elegir en qué invertir.

Luego de leer este artículo, nos interesaría mucho conocer tu opinión acerca de los distintos tipos de EFTs. Puedes compartirla con nosotros desde la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

Si te encuentras en la situación de querer invertir en estos momentos, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!

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Invertir en fondos de gestión pasiva o activa son dos estrategias contrastantes para poner tu dinero a trabajar en los mercados. Pero al elegir cuál estrategia de inversión iniciar, suelen surgir muchas dudas.

En este artículo queremos aclarar tus dudas al respecto de los fondos de inversión y explicarte en qué consiste cada uno de ellos; sus diferencias y cuál es la mejor opción con mayor potencial de afectar los resultados de tu inversión de una manera real y significativa.

Sigue leyendo!!

Los fondos de inversión son fondos comunes con una gestora que lleva adelante una estrategia de inversión. Tenemos los fondos de inversión cotizados, de los cuales te contamos aquí. Los fondos de inversión son de gestión pasiva o activa. Los inversores participan con un porcentaje y reciben las ganancias que generan las inversiones. Pueden ser de gestión pasiva cuando buscan replicar el margen de ganancia que otorga un índica. Y son de gestión activa aquellos fondos cuya estrategia es superar la media de rentabilidad.

Para empezar, debemos tener claro algo, ambos tipos de inversión no son excluyentes una de la otra, no hay una lucha por vencerse entre ellas, incluso puede haber inversiones mixtas donde estén incluidas ambas.

En todo caso, tanto la gestión pasiva como la activa miden su éxito frente a puntos de referencia comunes, pero la inversión activa generalmente busca superar el punto de referencia; mientras que la inversión pasiva tiene como objetivo duplicar su rendimiento.

¿Qué es realmente la inversión activa?

Los fondos de gestión activa, son aquellos cuyos gestores de cartera seleccionan las inversiones en función de una evaluación independiente de su valor, esencialmente, tratando de elegir las inversiones más atractivas. En términos generales, el objetivo en una inversión activa es “vencer al mercado” o superar ciertos puntos de referencia estándar.

Este tipo de inversión implica operaciones frecuentes, generalmente con el objetivo de superar los rendimientos promedio del índice. Por otra parte, requiere un alto nivel de análisis del mercado; además de cierto grado de experiencia para determinar el mejor momento para comprar o vender acciones.

Tu mismo puedes gestionar un fondo de inversión activa, o contratar los servicios de un profesional en negocios (un gestor), a través de fondos mutuos administrados activamente y fondos cotizados en bolsa (ETF) activos. Estos proporcionan una cartera lista para usar de cientos de inversiones. En este artículo te contamos sobre los mejores activos para que comiences a invertir.

Los gestores de fondos activos evalúan una amplia gama de datos sobre cada inversión en sus carteras, desde datos cuantitativos y cualitativos sobre valores hasta tendencias económicas y de mercado más amplias. Utilizando esa información, los administradores compran y venden activos para capitalizar las fluctuaciones de precios a corto plazo; y mantener la asignación de activos del fondo en el buen camino.

Sin esa atención constante, es fácil que incluso la cartera más meticulosamente diseñada caiga presa de las fluctuaciones volátiles del mercado y acumule pérdidas a corto plazo que pueden afectar los objetivos a largo plazo.

Esta es la razón por la cual la inversión activa no se recomienda a la mayoría de los inversores, especialmente cuando se trata de sus ahorros para la jubilación a largo plazo.

¿Qué es la inversión pasiva?

La inversión pasiva es una estrategia centrada en la compra y tenencia de activos a largo plazo. Se describe mejor como un enfoque de no intervención: eliges un valor y luego te aferras a través de altibajos con un objetivo de mayor alcance en mente. Los gestores pasivos simplemente buscan poseer todas las acciones en un índice de mercado dado; en la proporción en que se mantienen en ese índice.

Es decir, el inversor pasivo no se somete al proceso de evaluar la virtud de ninguna inversión específica. Su objetivo es igualar el rendimiento de ciertos índices de mercado en lugar de tratar de superarlos.

Debido a que el enfoque es establecerlo y sentarse a esperar los rendimientos, la inversión pasiva no requiere atención diaria; ya que solo tiene como objetivo igualar el rendimiento del mercado. Esto conduce a menos transacciones y tarifas drásticamente más bajas. Es por eso que es uno de los favoritos de los asesores financieros para los ahorros para la jubilación y otros objetivos de inversión.

Combinando estrategias para invertir en fondos de gestión pasiva o activa

No todo es blanco o negro cuando se trata de invertir. Las estrategias activas han tendido a beneficiar más a los inversores en ciertos climas de inversión; y las estrategias pasivas han tendido a superar en otros.

Por ejemplo, cuando el mercado es volátil o la economía se está debilitando, los gestores activos pueden tener un rendimiento superior con más frecuencia que cuando no lo es. Por el contrario, cuando valores específicos de las acciones tienen valoraciones más uniformes; las estrategias pasivas pueden ser la mejor manera de hacerlo.

Todo depende de la oportunidad en diferentes sectores de los mercados de capitales, los inversores pueden beneficiarse de la mezcla de estrategias pasivas y activas, de una manera que aproveche estos conocimientos. Sin embargo, las condiciones del mercado cambian todo el tiempo, por lo que a menudo se necesita información y experiencia para decidir cuándo y cuánto inclinarse hacia las inversiones pasivas en lugar de activas.

 Al igual que con muchas opciones que enfrentan los inversores; Invertir en fondos de gestión pasiva o activa, dependerá realmente de las prioridades personales, plazos y objetivos del inversor.

La gestión pasiva aún no ha entrado totalmente entre las opciones de inversión de los españoles, donde solo el 2% de los inversores se decantan por ella. No obstante, en el resto de Europa esta cifra aumenta a un 20 % en contraste con Estados Unidos, donde el 50% de las inversiones siguen un tipo de estrategia pasiva.

Diferencias entre invertir en fondos de gestión pasiva o activa

Estas son las diferencias clave entre los fondos de gestión pasiva y activa:

Fondos activos

  • Están destinados a superar a un índice específico, llamado punto de referencia

  • Suelen tener gerentes de cartera y analistas humanos

  • Tienden a tener gastos más altos, lo que puede obstaculizar el rendimiento

Fondos pasivos

  • Están destinados a igualar, no a superar, el rendimiento de un índice específico

  • Generalmente son automatizados, con cierta supervisión humana

  • Tienden a tener gastos mucho más bajos que los fondos activos

Ventajas y desventajas de las inversiones en fondos de gestión activa

Muchos asesores financieros recomiendan inversiones activas, porque implican numerosos activos donde escoger. La gestión activa incluye fondos mutuos y fondos cotizados en bolsa, así como carteras de acciones, bonos y otras tenencias administradas por asesores financieros.

Ventajas:

  • Flexibilidad: porque los gerentes activos, a diferencia de los pasivos, no están obligados a mantener acciones o bonos específicos.

  • Cobertura: la capacidad de usar ventas cortas, opciones de venta y otras estrategias para asegurar contra pérdidas.

  • Gestión de riesgos: la capacidad de salir de participaciones específicas o sectores de mercado cuando los riesgos se vuelven demasiado altos.

  • Gestión de impuestos: incluye estrategias adaptadas al inversor individual, como la venta de inversiones que pierden dinero para compensar los impuestos a los ganadores.

Desventajas:

Debido a que la inversión activa es generalmente más costosa (se debe pagar a analistas de investigación y administradores de carteras, así como costos adicionales debido a operaciones más frecuentes), muchos gestores activos no logran superar el índice después de contabilizar los gastos; en consecuencia, la inversión pasiva a menudo ha superado a la activa debido a sus tarifas más bajas. 

Pero los inversores deben tener en cuenta que no hay garantía de que un fondo activo pueda ofrecer un rendimiento superior al de los índices, y muchos no lo hacen, en parte debido a sus tarifas más altas. El problema: no basta con vencer al índice: el gestor tiene que superar el índice de referencia del fondo al menos lo suficiente como para pagar los gastos que el mismo fondo acarrea.

Ventajas y desventajas de las inversiones en fondos de gestión pasiva

Mientras que la inversión activa tiende a centrarse en valores individuales, las estrategias pasivas generalmente implican la compra de acciones de fondos indexados o ETF que tienen como objetivo duplicar el rendimiento de los principales índices del mercado, por ejemplo, el S&P 500 o el Nasdaq Composite en Estados Unidos. Se pueden comprar acciones de estos fondos con un gestor de inversiones, o puede hacerse de forma automatizada.

Ventajas:

  • Tarifas muy bajas, ya que no hay necesidad de analizar los valores en el índice.

  • Buena transparencia: porque los inversores saben en todo momento qué acciones o bonos contiene una inversión indexada.

  • Eficiencia fiscal: porque el estilo de compra y retención del fondo indexado no desencadena un gran impuesto anual sobre las ganancias de capital.

Desventajas

Los fondos pasivos, están estructurados para replicar un índice determinado de referencia y están destinados a coincidir con el rendimiento de ese índice, ni más ni menos. Eso significa que obtienen todo el lado positivo cuando un índice en particular está subiendo. Pero, también significa que obtienen todas las desventajas cuando ese índice cae.

Entonces, ¿cómo decidir invertir en fondos de gestión pasiva o activa?

Si quieres invertir, pero no tienes tiempo para investigar fondos activos y tampoco cuentas con asesoría financiera, los fondos pasivos pueden ser una mejor opción. ¡Al menos no te quedará atrás en el mercado y no pagará tarifas enormes!

Asimismo, aquellos inversores que están dispuestos a involucrarse al menos un poco con sus inversiones; los fondos pasivos son una forma de bajo costo de obtener exposición a sectores o regiones individuales, sin tener que dedicar tiempo a investigar fondos activos o acciones individuales.

Pero no tiene que ser una elección de uno u otro. Como ya hemos dicho, algunos inversores han construido carteras diversificadas combinando fondos activos, que conocen bien, con fondos pasivos que invierten en áreas, que no conocen tan bien.

La elección de invertir en fondos de gestión pasiva o activa; dependerá en gran medida del tipo de inversor que uno elija ser, si quiere ser más agresivo o moderado.

La gestión pasiva generalmente funciona mejor para tenencias conocidas y fácilmente negociables, como las acciones en grandes corporaciones; porque se sabe tanto sobre esas empresas que es poco probable que los gestores activos obtengan una visión especial.

Pero en ciertos nichos de mercado, como las acciones de mercados emergentes y pequeñas empresas, donde los activos son menos líquidos y menos personas están mirando, es posible que un gerente activo detecte el diamante entre los carbones.

¿Tienes planes de invertir en función de tu futuro? Si planeas invertir a largo plazo, entonces sería bueno considerar un fondo de gestión pasiva. Al invertir a largo plazo; puedes hacer crecer tu dinero a medida que inviertas más cada año.

¿Tienes algún comentario o sugerencia?, déjanos tu mensaje, nos encantaría saber tu opinión.

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Los Fondos de inversión cotizados se han transformado en una alternativa cada vez más elegida por quienes buscan opciones a los modelos tradicionales. Puedes elegir ETFs de gestión pasiva o de gestión activa. Aquí te describimos las particularidades de cada uno.

Los vehículos de inversión Exchange Trade Fund o ETFs, son conocidos como Fondos de Inversión Cotizados. Se trata de un híbrido que reúne las características de otros dos vehículos: las acciones de empresas y los fondos de inversión. Por un lado se compran y venden como las acciones, pero se participa de un modelo diseñado como los fondos. De modo que se componen de activos y valores cotizados (como es propio de un fondo), pero para participar se debe lanzar una orden de compra a través de un bróker, como cuando se opera con acciones.

En la actualidad, los fondos cotizados se han transformado en una opción para muchos inversores que buscan una alternativa rentable a los vehículos tradicionales. La diferencia esencial con los fondos de inversión es que los ETFs se pueden comprar y vender en cualquier momento, por lo que su precio puede variar en cada instante durante el tiempo en que se encuentre habilitada la operatoria. Y los hay de gestión pasiva o de gestión activa de acuerdo al diseño realizado por la gestora a cargo del fondo.

Qué son los fondos de inversión cotizados

Los fondos de inversión cotizados o ETFs son instrumentos que el inversor tiene como opción de participar de los mercados bursátiles. En su esencia, combinan la operatoria de compra y venta igual que las acciones, pero se participa de un instrumento diseñado como lo son los fondos de inversión.

Son fondos en el sentido que combinan en una cartera de inversiones distintos activos y valores financieros. Pero para operar en ellos se deben emitir órdenes de compra a  través de un bróker, al igual que cuando se realiza una compra de activos de empresas u otros valores financieros. Esto deriva en el hecho que el valor o precio de cada participación puede variar durante el tiempo en que está abierta la operatoria. 

En un principio, los ETFs eran de gestión pasiva, es decir que su estrategia buscaba replicar un índice, como el Ibex35, pero con operatorias más sencillas y a bajos costos para el inversor. Luego, las gestoras a cargo de los ETFs fueron desarrollando algunos vinculados a índices sectoriales (como los que replican las tecnológicas, o las materias primas) y también zonas geográficas.

En la actualidad, la variedad de opciones de ETFs es tal que prácticamente tienes uno para cada inversor. Están los que concentran su estrategia en inversiones a la baja de los índices, a estrategia de apalancamiento, etc. 

Un hecho que permite tanta diversidad de tipos de ETFs es que son instrumentos de fácil ingreso y salida. Este tipo de fondos se pueden comprar y vender en cualquier momento, distinto a los fondos cuya ejecución de la orden de compra o venta se realiza recién terminada la jornada bursátil.

Gestión activa y gestión pasiva

La diferencia existente entre los ETFs de gestión activa y los de gestión pasiva es el lugar que desempeña la gestora del fondo. Mientras que en la gestión pasiva se limitan a elaborar la composición de la cartera y luego controlar que los activos no se salgan de los parámetros indicados. 

En cambio, los administradores tienen un papel más dinámico, ya que todo el tiempo debe realizar operaciones de compra y venta de activos. Estos movimientos tienen su comisión, por lo que se encarece los montos que deben abonar quienes participan del ETFs.

En el caso de los fondos de inversión cotizados de gestión pasiva, quien lleva adelante las estrategias sólo se remite a realizar la primera elección de los activos que conforman los índices para copiar su desempeño. Al ser una gestión con pocas operaciones, los costos de la participación se reducen respecto a los de digestión activa.

En cuanto a las comisiones que se deben pagar, los ETFs tienen menores comisiones que un fondo tradicional. Los de gestión activa, por ejemplo, se encuentran por debajo de las comisiones de un fondo tradicional. Solo que el aumento de clases de fondo hizo que las operatorias se multipliquen y con ello el costo de las comisiones.

Las mayores ventajas de un ETFs

Como se ha visto, los mercados bursátiles están plagados de opciones. Algunas del tipo alternativa y otras más tradicionales. Los fondos de inversión cotizados representan una opción cada vez más seguida por los inversores.

Las comisiones de gestión de ETF se encuentran por debajo de los fondos. Aunque se deben tener en cuenta los adicionales, como la intermediación y la depositaría. Esto puede encarecer la comisión si el movimiento de compra y venta es constante. Este aspecto es fundamental, por lo que te sugerimos que prestes atención al valor o porcentaje de las comisiones, ya que de esto puede depender la rentabilidad o no de la inversión.

En cuanto a cuanto puede acercarse la réplica de los índices, los ETFs de gestión pasiva suelen tener más exactitud, lo que baja la cantidad de operaciones necesarias para alcanzar el objetivo. Y menos operaciones equivalen a menos comisiones que el inversor debe pagar.

Por último, algo que es importante diferenciar entre un ETFs y los fondos de inversión es que en el ETFs la operatoria es por el total de lo que acumula. Esto puede llegar a ser una ventaja, ya que los fondos de inversión tradicionales no pueden realizar operaciones por el total, sino que la normativa les obliga a guardar una porción del mismo en liquidez.

Hasta aquí te brindamos algunos aspectos y características de los fondos de inversión cotizados, una alternativa de inversión que brinda el mercado bursátil en la actualidad.

Luego de leer este artículo, nos interesaría mucho conocer cuál es tu opinión acerca de los fondos de inversión cotizados. Puedes compartirla con nosotros desde la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

Si te encuentras en la situación de querer invertir en estos momentos, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!

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