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Quieres vender tu casa, pero te encuentras atravesando una de las situaciones más dolorosas de tu vida, nosotros sabemos cómo ayudarte. En OI REAL ESTATE, te indicaremos qué es lo que tienes que hacer para vender tu piso en caso de divorcio, descubre qué es lo que necesitas aprender para convertirte en el mejor vendedor de la zona.

Te encuentras en proceso de divorcio y no sabes cuales son los pasos que necesitas para iniciar la venta de tu piso, no tienes de qué preocuparte. En Oi Real Estate, queremos ayudarte a que transites este momento de la mejor manera posible y que te sientas preparado para empezar con la venta de tu piso lo más pronto posible.

Vender tu piso en caso de divorcio, no es de las situaciones más bellas en lo que respecta a posibilidades de vender propiedades, pero con nuestro apoyo verás que lo complejo termina convirtiéndose en algo simple. Estamos para ayudarte a resolver cada aspecto de la venta de tu vivienda, a continuación te indicaremos qué es lo que tenemos para ofrecerte.

Seguramente, sean muchas las preguntas qué piensas para vender tu piso en caso de divorcio. En instantes, conocerás las principales respuestas al respecto y te sentirás cómodo para iniciar un nuevo capítulo en tu vida, uno que esté alejado del dolor y se proponga un objetivo a cumplir, como lo es una nueva vivienda y la venta de tu anterior propiedad.  

Vender tu piso en caso de divorcio: ¿Qué ocurre si hay niños viviendo en la propiedad?

A la hora de vender tu piso en caso de divorcio, son muchos los interrogantes que se plantean y uno de ellos, corresponde a si es posible vender una casa con niños en su interior y la respuesta es afirmativa. Para que esto ocurra tiene que intervenir un juez, que indicará qué es lo que se debe hacer, si bien suele otorgársele la vivienda al tutor, puede venderse.

En cualquier situación de divorcio es el juez el que establece el mejor destino de los niños, si piensa que esa es la casa indicada no permitirá que sea vendida. Sin embargo, la contraparte puede solicitar la venta de la propiedad para solventar su situación económica y será el juez el que decida cómo continuar ante esta solicitud.

Además, en ocasiones la venta de la casa es la mejor opción, porque pueden ocurren ciertos inconvenientes para quién abandona el hogar y se muda a otro sitio. Esto quiere decir que si existe una hipoteca sobre la vivienda, ambas partes continúan pagándola, para que esto no suceda es preferible que sea vendida y que cada quién genere su propia ganancia.

¿En un divorcio cuándo es aconsejable vender una propiedad?

Un divorcio, nunca será una situación linda para transitar, pero lo mejor es que ocurra de la manera más sencilla que se pueda. Para evitar problemas, la decisión de vender la casa antes de comenzar el proceso de divorcio es lo más recomendable, ya que de esa manera se puede fijar el precio ideal para la venta y cerrar el contrato con un comprador rápidamente.

Sin embargo, no siempre se dan las mejores condiciones para hacerlo y sucede que la vivienda termina vendiéndose luego de la firma de los papeles del divorcio. Si existe separación de bienes no hay de qué preocuparse, porque a cada una de las partes le corresponderá una ganancia al efectuarse la venta de la propiedad.

Vender tu piso en caso de divorcio, si hay un régimen ganancial consistirá en que se adjunte a la demanda de divorcio, el establecimiento de esta casa. Esto permitirá concluir con los bienes gananciales y que a cada uno le corresponda su parte, pero esto podrá obtener el mejor resultado si se desea proseguir con esto, de común acuerdo.

Si quieres vender rápidamente recurre a un iBuyer

A la hora de vender una casa rápido, se puede recurrir al uso de un iBuyer y aunque las ganancias no serán las mejores porque el precio de venta es bajo, es la mejor opción si quieres vender tu piso en caso de divorcio rápidamente. Cuando se habla de una venta rápida no hay dudas de qué es la mejor alternativa, en menos de una semana se concretará.

Si deseas obtener los mejores beneficios con la venta, esto no es lo indicado y tienes que saber que la mejor decisión para elegir esta propuesta es su rapidez. El precio de venta suele ser muy bajo y por ello, su rápida acción y si piensas que las ventas tardan un promedio de seis meses en cumplirse, este es el inconveniente de lo rápido que se venderá.

Los iBuyer son empresas que se dedican a la adquisición de casas a precios bajos, para reformarlas y volverlas a colocar en el mercado inmobiliario y así, obtener una buena ganancia con ellas. Vender tu piso en caso de divorcio bajo esta forma es la mejor opción para terminar rápidamente con el asunto y obtener una pronta ganancia.

Para vender tu piso en caso de divorcio contrata a los mejores agentes inmobiliarios

Los agentes inmobiliarios están capacitados para vender propiedades bajo cualquier situación y si necesitas vender tu piso en caso de divorcio, lo más recomendable es que acudas a su ayuda. Ellos sabrán que es lo necesario para lograr la venta y harán todo lo posible para hacerlo de la manera más rápida, colaborando en todo lo que se pueda.

Por otra parte, se ocuparán de una de las cosas más importantes: los documentos obligatorios y esto, tiene su relevancia tratándose de una situación como lo es el divorcio. Se encargará de cada uno de los pasos de una venta, uno de los más importantes consiste en la difusión de avisos en los portales inmobiliarios.

Si tienes alguna duda y quieres dejarnos un mensaje. También puedes enviarnos tu inquietud, a través del espacio de comentarios o ingresar a nuestra página web para conocer qué otros servicios tenemos para ofrecer.

Pensamos que esta nota puede ayudar a que tu venta sea más rápida. Te invitamos a leerla:

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Un divorcio conlleva gran cantidad de trámites y complicaciones. Entre ellos, la de decidir qué hacer con la vivienda que ambos cónyuges tienen en común. ¿Estás atravesando por un divorcio y buscas vender tu piso? En este artículo te contamos todo lo que debes saber en caso de haber tomado dicha decisión. 

Cuando se termina el amor, hay dos opciones posibles a la hora de decidir qué destino darle a la vivienda compartida. Todo depende de que las dos partes puedan llegar a un acuerdo justo. Una posibilidad es vender el inmueble, la otra es que uno de los cónyuges se quede con él.

En ambos casos, la decisión dependerá también del régimen matrimonial dentro del cual se encuadre la situación de la pareja. ¿Cuáles son estos regímenes? Puede tratarse de un matrimonio con separación de bienes o de un matrimonio en régimen de gananciales. A continuación te contamos qué debes tener en cuenta a la hora de vender un piso tras un divorcio, según cada régimen.

Matrimonio con separación de bienes

Se trata de aquellos matrimonios en los cuales, previamente a la unión, se firma un acuerdo o contrato en donde se especifica que ambas partes conservarán por separado su patrimonio. De compartir la propiedad de una vivienda, cada miembro tendrá derecho a conservar, administrar y gestionar con autonomía su parte. Pueden ocurrir dos cosas al momento de la separación:

  • Que haya acuerdo entre las partes: En este caso, si se quiere vender el inmueble, no hay ningún impedimento ni tampoco ningún procedimiento legal adicional que realizar. En cambio, si uno de los cónyuges decide quedarse con él, deberá realizarse una extinción de condominio ante un notario. Esto es indispensable para finalizar la copropiedad entre ambos. De producirse esto, la parte que se quede con el piso deberá compensar económicamente a la otra.

  • Que no haya acuerdo entre las partes: Puede ocurrir que uno de los cónyuges se niegue a vender el inmueble. En caso de que eso ocurra, la otra parte puede solicitar una resolución judicial que habilite la división del bien en común. De concretarse este proceso, la vivienda terminará siendo ofrecida en subasta pública y cada parte se quedará con el porcentaje del valor que le corresponde.

¿Cómo vender el piso en común tras el divorcio en este caso?

Como mencionamos antes, en este caso, las partes pueden vender el inmueble de mutuo acuerdo sin realizar ningún trámite adicional al que corresponde a la demanda de divorcio. No es necesario firmar ningún tipo de escritura ante un notario ni tampoco asignar un porcentaje de la propiedad a cada uno, ya que cada miembro es dueño de su parte. Solo será necesario fijar el precio de venta de la vivienda y repartir entre ambos el dinero que obtengan por la venta, según lo que acuerden.

Matrimonio en régimen de gananciales

Todos los matrimonios en los cuales no se ha firmado un acuerdo o contrato previo de separación de bienes, son matrimonios que se encuadran en el régimen de gananciales. En este tipo de uniones, la propiedad de los bienes y los beneficios obtenidos les corresponden a ambos en partes iguales. En este caso pueden ocurrir dos cosas:

  • Que haya acuerdo entre las partes: En un matrimonio de gananciales es necesario, antes que nada, realizar una disolución del régimen económico matrimonial y una división de bienes ante un notario. Una vez concretado este paso, las partes pueden optar entre vender el inmueble o que uno de los cónyuges se quede con él, siempre y cuando, compense económicamente al otro.

  • Que no haya acuerdo entre las partes: En este caso, la disolución del régimen económico y la repartición de bienes debe ser realizada por un perito que haya sido designado por un juez. Si la vivienda en común es una sola y sigue sin producirse un acuerdo, cualquiera de las dos partes puede solicitar su venta en subasta pública.

¿Cómo vender el piso en común tras el divorcio en este caso?

Ahora veamos qué pasos se deben seguir en este caso si se produjo un acuerdo entre las partes y ambas decidieron vender el inmueble. Existe la posibilidad de que ambos acuerden la venta de la vivienda antes de divorciarse. En ese caso no habría mayores complicaciones. Pero, en caso de que esta decisión se tome de forma paralela al divorcio o después de él, así es como debe procederse:

  • Disolución del régimen económico matrimonial ante notario: Como te mencionamos antes, este es el primer paso a seguir cuando se produce un divorcio bajo este régimen. Puede realizarse por pedido de las partes al iniciar el proceso de divorcio o bien, puede incluirse en el convenio regulador que se firma para formalizar legalmente la separación.

  • Repartición de bienes: En el mismo acto de liquidación del régimen económico matrimonial, también deben repartirse todos los bienes en común en partes iguales. En esta división cada cónyuge obtendrá el 50% del valor de ellos. Es importante mencionar que, cuando se produce este tipo de reparto equitativo, al momento de vender una propiedad no es necesario pagar ningún impuesto como el IRPF o la plusvalía municipal. Esto se debe a que la disolución del régimen de gananciales no se computa como un aumento o una disminución en el patrimonio de las partes.

  • Venta del piso: Una vez hecha la división de bienes, si ambas partes decidieron vender la vivienda en común, pueden llevar a cabo un proceso de venta convencional. Solo deberán ponerse de acuerdo en los aspectos cotidianos de una venta inmobiliaria. Entre ellos, el precio de venta del piso, la gestión de los documentos necesarios, la recepción de los posibles compradores, entre otros.

¿Qué pasa si la ruptura se da en el marco de una separación de hecho?

Hoy en día es cada vez más común que las uniones no se formalicen en el registro civil. Cuando una pareja no está casada, sino que constituye una unión de hecho, el procedimiento a la hora de decidir qué hacer con la vivienda en común es muy similar al que se lleva a cabo en un matrimonio de separación de bienes.

Si la propiedad fue adquirida por una de las partes antes de producirse la unión, corresponderá únicamente a ese cónyuge. En cambio, si fue comprada por ambos, existe una situación de copropiedad, en los términos establecidos en la escritura. Cuando esto ocurre, las partes pueden optar por dos posibilidades: 

  • Vender el inmueble a un tercero de mutuo acuerdo y repartir el dinero obtenido tras la venta entre ambos.

  • Dejar que una de las partes se quede con la vivienda, previa realización de una extinción de condominio.

Si necesitas ayuda para vender tu piso tras un divorcio, en OI REAL ESTATE podemos brindarte el mejor asesoramiento. ¡No dudes en contactarte con nosotros!

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Cuando una pareja tiene un divorcio, uno de los primeros problemas que se plantean es qué hacer con la vivienda familiar, es decir, el domicilio habitual donde ha residido el matrimonio, en alquiler o como propietarios. Si ha sido en alquiler, la solución es más sencilla. Pero si el inmueble es en propiedad, la situación se puede complicar mucho; en Oi Realtor te explicaremos todo lo que debes saber sobre este tema.

Cerca de 100.000 parejas de españoles se divorcian o separan al año. Muchos de estos ciudadanos encuentran en la adjudicación o reparto de la vivienda uno de los mayores conflictos para el acuerdo.

Precisamente por eso, los expertos recomiendan ir a un notario para hacer capitulaciones matrimoniales, donde se elige en qué régimen se quiere contraer matrimonio; sociedad de gananciales, régimen de participación o separación de bienes. Si no se hace ninguna elección, en la mayoría de las Comunidades Autónomas suele aplicarse por defecto la sociedad de gananciales, excepto en Cataluña, País Vasco, Aragón, Navarra y Baleares.

Divorcio

Sociedad de gananciales

Este régimen es el más complicado a la hora de resolver una separación. Si se ha adquirido una vivienda en gananciales, el divorcio supone una disolución de ese régimen y el reparto del patrimonio. Según el Código Civil, los bienes que se han adquirido durante el matrimonio serán repartidos a partes iguales (50%) entre los cónyuges.

En ese momento, la pareja tendrá que decidir qué hacer con la vivienda: venderla, si se la queda una de las partes o alquilarla.

Se puede poner en alquiler como opción para pagar la hipoteca, si la hubiera. En este caso, la expareja deberá incluir su parte de este alquiler en su declaración de la Renta.

Si hay acuerdo en vender la vivienda, lo primero es pactar el precio de venta. Si no hubiera conformidad en este punto, habría que recurrir a la tasación del inmueble para conocer su valor en el mercado. Lo que se obtenga con la venta se debe repartir al 50%, de manera que cada parte liquide su porcentaje de hipoteca.

Otra posibilidad es que se la quiera quedar una de las partes. Aquí es importante tener en cuenta si la pareja tiene hijos o no.

Cuando uno de los excónyuges propone quedarse con la casa, lo normal es que una de las partes ceda la propiedad a la otra. “Ponemos un ejemplo para explicarlo: una pareja ha comprado una vivienda de 200.000 euros al 50%. En el momento del divorcio han pagado 20.000 euros. Para realizar la extinción de condominio, el excónyuge que se queda con la casa también se queda con una hipoteca de 180.000 euros y debe pagarles a sus ex 10.000 euros. Este procedimiento es el más económico porque solo tributa por Actos Jurídicos Documentados, aplicando entre un 0,5% y un 1% (según la CCAA) sobre el valor real de los bienes adjudicados”, señala Antonio Gallardo, experto financiero en iAhorro.com.

Una vez que el banco estudie la solvencia del excónyuge interesado en la casa, se haría una novación del préstamo (un cambio de las condiciones de la hipoteca). “Si el banco no acepta a la pareja que quiere hacerse con el 100% de la vivienda, otra opción que tiene es cancelar la hipoteca y constituir un nuevo préstamo hipotecario con otra entidad”, destaca Antonio Gallardo.

Divorcio

Cuando la pareja tiene hijos

También puede ocurrir que haya una sentencia judicial por la que una de las partes se quede con la vivienda por el cuidado de los niños. En este caso, el banco no elimina a uno de los titulares de la hipoteca por lo que sigue estando obligado a pagarla. Esto se debe a que las condiciones de un préstamo no pueden ser modificadas por una sentencia de separación.

El Código Civil regula la atribución del uso de la vivienda familiar en caso de separación o divorcio. Esto solo afecta al uso de ese inmueble, no a la propiedad.

“El uso de la vivienda familiar y de los objetos de uso ordinario en ella corresponde a los hijos y al cónyuge en cuya compañía queden”, según el artículo 96 del Código Civil. Esto quiere decir que, siempre que haya hijos menores de edad, la atribución del uso de la casa dependerá del tipo de custodia que se determine.

Régimen de custodia compartida

En este caso, los niños permanecerán con cada uno de los progenitores por periodos alternos de convivencia. Este tipo de régimen es cada vez más frecuente. En cambio, la ley no prevé el uso de la vivienda en este supuesto, por lo que, si no hay acuerdo entre los padres, será el juez quien determine según las circunstancias en cada caso. Deberá primar siempre el interés del menor.

Se pueden dar escenarios en los que uno de los excónyuges tenga en exclusiva el uso de la vivienda si su situación económica es más desfavorecida, incluso siendo el inmueble propiedad de la otra parte. Esto sucederá, siempre y cuando esta tenga la posibilidad de vivir en otro domicilio adecuado.

Régimen de custodia exclusiva

Esto último también puede pasar cuando el juez asigne la custodia a uno de los progenitores. Es lo que se conoce como custodia monoparental, individual o exclusiva.

En el supuesto en el que no se haya llegado a un acuerdo entre las partes durante un proceso de divorcio, será el juez el que, en beneficio del menor o menores, determine el uso del domicilio familiar. Aunque la vivienda sea propiedad únicamente del progenitor que no tiene la custodia; su uso se asignará a los hijos y al progenitor custodio (al que se le atribuye la guardia y custodia de los hijos).

En caso de separación o divorcio, es aconsejable acudir con un abogado especialista, que podrá ayudarte a gestionar este tema. Estos profesionales tienen amplia experiencia en tramitar este tipo de procedimientos, por lo que no dudes en ponerte en manos de un experto.

Te divorciaste y quieres vender tu casa, pero no sabes cuales son los pasos que tienes que dar para que esto se concrete. En OI REAL ESTATE te brindamos toda la información que necesitas saber, para que la venta de tu inmueble no te cause mayores inconvenientes.

Llegar a un divorcio es una situación dolorosa para todos. Romper vínculos con quién creíste que sería tu compañero durante toda la vida no es un asunto para nada grato; pero la vida continúa y se deben seguir ciertos pasos, para poder dar vuelta la página: uno de ellos, es poner la casa a la venta.

Vender tu casa puede ser un gran alivio ante esta situación. Una casa provoca unión y una separación es todo lo contrario, por lo que no es aconsejable seguir conviviendo con aquella persona de la cual te separaste emocionalmente.

Necesitamos poner en venta la vivienda, para que cada parte de los que conforman el divorcio puedan rehacer su vida con la obtención de las ganancias que se generen en la venta. Y aunque la tristeza esté sobrevolando en todo proceso de divorcio, la venta de la casa es una de las mejores decisiones que pueden tomarse.

Continúa leyendo, que te indicamos todo lo que tienes que hacer para que tu casa se venta lo más rápido posible. Emprendiendo un nuevo camino para tu vida.

Debe existir acuerdo entre las partes

Suena duro volver a tener contacto con alguien que te dañó o a quién dejaste de querer, pero transitar por la vía del acuerdo es lo que facilita las cosas; esto es válido para el divorcio y para lograr la venta de la vivienda.

Cuando una de las partes en cuestión no está de acuerdo con la venta o no desea quedarse con la vivienda, se requerirá de la ayuda de la justicia para que se logre poner a la propiedad en venta.

Involucrar a la justicia, hará que se gaste mucho dinero, pagando por honorarios a los abogados y peritos (encargados en la valoración de la vivienda) e implicará que se disponga la venta de la casa en subasta pública, lo que dará como resultado menos dinero de lo que vale en el mercado.

No debemos olvidarnos el tiempo excesivo, que puede demorarse en un proceso como este. Son largos y muy complejos, por lo que la resolución del asunto puede prolongarse más tiempo del que en de verdad es necesario.

Llegar a  un acuerdo con nuestro ex, aunque parezca imposible, es la forma más adecuada y realista para lograr vender tu casa y que todos salgan ganando.

Si las partes acuerdan, lograrán buenas ganancias para empezar una nueva vida; no tendrán que pasar por demoras ocasionadas por vía judicial, ni gastar energía emocional en otra cosa que no sea su divorcio, bastantes inconvenientes trae un divorcio, como para seguir perdiendo tiempo y dinero.

¿Qué ocurre si tengo hijos?

Si la pareja que está en proceso de divorcio tiene hijos menores de edad,  la posibilidad de vender tu casa será decisión del juez. Este, tiene que intervenir para asegurar que los intereses de los menores no se vulneren, debe velar por ellos y la casa es el derecho, que tiene toda persona que se encuentre en formación.

Suele ocurrir habitualmente, que la parte que obtenga la custodia de los menores sea quién se queda con la casa en cuestión. Sin embargo, se puede solicitar una modificación de esto para que la casa sea vendida, bajo autorización expresa de la autoridad judicial.

Fija un precio para vender tu casa rápidamente

Después de atravesar una situación tan poco feliz como lo es un divorcio, uno de los objetivos más necesarios para las parejas divorciadas es una venta rápida de la vivienda. Para ello, es necesario acordar el precio en el cuál se la desea vender.

Como sabemos, no podemos fijar un precio sin conocer lo que sale en el mercado. Mirar los precios de las viviendas publicadas en los portales inmobiliarios, nos puede ayudar a hacernos una idea de a qué precio se venden los pisos en determinada zona y cuál es la competencia a la que nos estamos exponiendo.

Sin embargo, realizar una tasación será nuestro boleto de venta más rápido. En Oi Real EState, te realizamos una tasación online gratuita para que sepas cuál es el monto que debes fijar para que tu casa sea vendida. Si no tienes idea de cuáles son los precios del mercado, será muy difícil que consigas a un comprador dispuesto a comprar la casa.

Como es sabido, no existe un único precio de mercado para nuestra casa, sino muchos. Se ubica dentro de un rango de precios sobre el cual podemos decidir el nuestro, según las ganas que tengamos en vender. Si queremos vender la casa lo más rápido posible, debemos fijar un precio que atraiga la atención de los compradores y que se encuentre por debajo del rango de precios que establecimos para la venta.

Pide ayuda de un profesional para vender tu casa

Vender una casa después de un divorcio, requerirá de ayuda. Como queremos tener el mínimo contacto con quién fuera nuestra pareja por años, la participación de un agente inmobiliario puede ser el trampolín para estar de acuerdo con tu ex, sin tener la necesidad de hablar con él.

Contar con un  profesional inmobiliario, hará que tu venta sea más sencilla. Se encargará de hacer todas las tareas que sean necesarias para alcanzar la venta, como los documentos obligatorios para vender la casa, publicará los anuncios en los portales inmobiliarios y enseñará la vivienda a los potenciales compradores.

Será, quién efectuará la comunicación con las partes que desean vender la casa. Actuará como mediador, en el caso de que aparezcan desacuerdos entre los ex, sobre la forma de llevar la venta.

Si quieres vender tu casa, en Oi Real Estate contamos con los mejores agentes inmobiliarios para que tu venta sea un éxito. Si tienen alguna duda te dejamos un botón de acceso debajo.

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Cuando se juntan las variables hipoteca y divorcio, se deberán seguir una serie de pasos para repartir las obligaciones que correspondan a cada uno de los ex cónyuges.

El amor puede comenzar como un contrato para toda la vida. Vemos las mejores virtudes en la otra persona, nos enamora cada gesto, actitud, su forma de resolver los problemas y el modo en que nos trata. Casi sin pensarlo de un día para el otro estamos comprometidos y al siguiente nos casamos formalmente. Nos imaginamos pasar años compartiendo juntos, llegando a ancianos con una familia numerosa. Dentro de ese plan por supuesto se complementa el de comprar una vivienda, para lo cual nos embarcamos en un préstamo hipotecario con una entidad bancaria.

Sin embargo pasa el tiempo y no todo es color de rosa. Lo que antes nos enamoraba, ahora nos disgusta, lo que pensábamos que podía llegar a cambiar en la pareja, se acrecienta. El amor que antes parecía llenarlo todo, se ha terminado. Las discusiones suben de tono y tomamos la decisión más difícil pero inevitable: firmar el divorcio. En medio del dolor por la separación tocará el turno del trabajo de los abogados, quienes pondrán orden en la división de los bienes que fuimos juntando a lo largo de la vida compartida.

Qué pasará ahora con la hipoteca? Quién se queda con la vivienda? Seguirán siendo los dos titulares? Si te interesa saber la respuesta a estas preguntas, no dudes en seguir leyendo. En este post te comentaremos todo lo referido a la hipoteca cuando nos enfrentamos a un divorcio.

Hipoteca y divorcio: quién se hará cargo de las cuotas luego de la separación?

Uno de los grandes temas cuando las parejas se separan es qué sucederá con el pago de la hipoteca que adquirieron juntos cuando la relación iba viento en popa. El problema es que aunque las personas que estuvieron casadas se separen, seguirán unidas por un vínculo económico y legal como lo es el de la hipoteca.

Para las entidades financieras tampoco es una situación cómoda. Muchas de ellas no aceptan con facilidad que uno de los cónyuges se desvincule del préstamo.

A quién le corresponde la vivienda con la hipoteca pendiente?

La primera cuestión a plantearse cuando hablamos de un divorcio es a quién le corresponde el piso. Según una estadística, los divorcios se dan al cabo de 16,4 años, tiempo que no alcanza a terminar el plazo medio de una hipoteca, que es de 22 años. No es extraño entonces que las parejas que deciden divorciarse tengan el problema de ver quién continúa con el compromiso adquirido con el banco. Apelando al diálogo, ambos cónyuges deberán debatir quién se hará cargo del pago de la hipoteca

Veamos distintos escenarios de hipoteca y divorcio:

  • Si el divorcio es por mutuo acuerdo: los cónyuges deciden quién será el que se quede con la vivienda con hipoteca
  • Cuando el divorcio de plantea por vía contenciosa: será el juez quien decida quién se queda con la vivienda:
  • en caso de tener hijos, la vivienda le corresponderá al cónyuge que tenga la guarda, 
  • Sii no tuvieron descendencia, el piso será para la persona que cuente con menos recursos

Opciones para solucionar quién se queda con la casa:

Las parejas que se divorcian por mutuo acuerdo pueden tomar distintas alternativas para repartirse la vivienda:

Vender la casa a un tercero

De esta manera podrán cancelar la hipoteca y ninguno deberá asumir la deuda

Que el cónyuge le compre al otro su parte

Otra posibilidad es que uno de los cónyuges se quede con toda la propiedad y la hipoteca a cambio de pagarle su parte al otro. Aquí deberá pagar los siguientes gastos:

  • Gastos notariales y registrales
  • Impuesto a Transmisiones Patrimoniales de la vivienda : esto suele ronda entre el 6 y el 10% del valor de la vivienda según dónde esté ubicada.

Extinción de condominio

Esta es la opción más recomendable porque lleva una carga fiscal menor que la venta, y consiste en que uno de los cónyuges cede su propiedad a la otra. Esto lo realiza a cambio de dinero o del pago de la hipoteca. En este caso sólo deben pagar el impuesto de Actos Jurídicos Documentados. 

Cómo se paga la hipoteca en caso de divorcio?

En los casos de divorcio con hijos, la vivienda familiar se quedará con el cónyuge que tenga la guarda y custodia. Esto no significa que éste tenga que hacerse cargo íntegramente el pago de la hipoteca, sino que ambos miembros deberán pagar la hipoteca a partes iguales. No tendrá que ver quién viva en la casa o quién cuente con mayores ingresos. 

En el pasado se entendía que la hipoteca era una carga del matrimonio, pero el Tribunal Supremo dictaminó que los préstamos hipotecarios debían pagarse por ambos miembros de la ex pareja. De esta manera sentó jurisprudencia y el pago de la hipoteca es independiente de quién se queda con el uso de la vivienda familiar y de los ingresos de cada uno de ellos.

El pago que le corresponda a cada uno dependerá de:

  • Si la vivienda es un bien ganancial, la hipoteca se paga al 50%, ya que  es una deuda de la sociedad de gananciales y por eso tienen que costearla ambos propietarios.
  • Si el matrimonio está en régimen de separación de bienes entonces la vivienda no es bien ganancial. Entonces cada miembro de la pareja pagará el porcentaje de la hipoteca que le corresponda según su cuota de participación en la propiedad. Esto significa que si uno pagó anteriormente el 60% y el otro el 40%, así quedará el porcentaje que cada uno abone de la hipoteca. 
  • Si la vivienda tiene un solo titular de la hipoteca será esa persona la encargada de pagar las cuotas, aunque no le corresponda el uso del inmueble porque no es quien esté a cargo de los hijos.

Qué ocurre cuando uno de los dos ex cónyuges arma una nueva pareja?

Según el Tribunal Supremo la vivienda familiar ocupada por los hijos y el progenitor pierde esta condición cuando se instala allí una nueva pareja. De esta forma, ya no se trataría de una casa familiar de la pareja divorciada, sino de otra vivienda familiar  lo que implica que finaliza el  derecho de uso de la vivienda por parte del progenitor que vive con los hijos. Entonces el otro cónyuge podrá pedir la extinción de la sociedad de gananciales. 

Cómo cambiar la titularidad de una hipoteca por divorcio?

Cuando uno de los cónyuges vende su parte o se hace extinción de condominio, el banco deberá autorizar una novación de hipoteca por divorcio. Es probable que la entidad financiera no conceda fácilmente esta opción, ya que pierde una de las garantías que había dado origen al préstamo, por lo que podrá pedir a cambio  la presencia de un avalista o  hipotecante no deudor.

Si uno de los miembros de la pareja incumple con su parte del pago de la hipoteca, el otro debe pagar la totalidad de la cuota. De esta manera se evitará la ejecución de la vivienda por alta de pago. 

¿Te fue útil esta información? Conocés más sobre Hipoteca y divorcio?  ¡Esperamos que sí! Nos interesa mucho conocer tu opinión, por lo que si tienes algo para comentarnos puedes escribirnos en la casilla, debajo del post.

Y si necesitas comprar o vender una vivienda, no dudes en contactarnos. Oi Real Estate cuenta con los mejores asesores, a tu disposición.

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¿Qué sucede cuando un matrimonio se muda a una vivienda de alquiler y luego ocurre el divorcio? ¿Quién debe quedarse habitando esa vivienda? ¿Qué dice la ley? En este post te lo contamos.

Cuando un matrimonio se muda a una vivienda de alquiler todo suele ser optimismo y esperanza. Pero, lo sabemos, las parejas muchas veces se separan. Y los matrimonios se divorcian. En esos casos, la convivencia bajo un mismo techo ya no es una opción y uno de los dos debe dejar la vivienda. ¿Quién debe quedarse en la vivienda en alquiler? ¿Qué pasa cuando se tiene que ir de la vivienda la persona que firmó el contrato en calidad de arrendatario o arrendataria? Analizaremos qué dice la ley al respecto.

Divorcio del inquilino

¿Puede el divorcio del inquilno influir de alguna manera en el contrato de alquiler? La respuesta es que sí, puede. Imaginemos que la vivienda está alquilada a nombre de uno de los cónyuges. Muchas veces las personas se conocen, se ponen en pareja y, antes o después de contraer matrimonio, una de ellas se muda al piso que alquila la otra. Cuando los acontecimiento se dan de esta manera indudablemente el contrato de alquiler estará a nombre de uno solo de los cónyuges en calidad de arrendatario.

En otros casos, aunque la pareja ya esté casada al momento de mudarse, solo uno de ellos se hace cargo del trámite de alquilar vivienda y solo esa persona consta como arrendatario en el contrato de alquiler. Así, cuando el matrimonio se termina y sucede el divorcio, puede ocurrir que quien queda habitando la vivienda sea justamente el cónyuge que no figura en el contrato como arrendatario. Es la Ley de Arrendamientos Urbanos la que nos va a dar las pautas en estos casos.

Ley de Arrendamientos Urbanos

Lo primero que debes saber es que la norma madre que regula todo lo que a alquileres se refiere es la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). La última modificación de esta ley fue sancionada el 6 de marzo de 2019 y establece condiciones más favorables para el inquilino que la ley anterior.

La nueva Ley de Arrendamientos Urbanos elevó la duración de los contratos de alquiler de tres a cinco años. Se elevó la prórroga tácita de uno a tres años. Asimismo, se estableció una actualización obligatoria de la renta sujeta a la indexación del IPC. Anteriormente, la actualización de la renta estaba sujeta al pacto de las partes o, en su ausencia, al índice de garantía de competitividad. Respecto de la incidencia del divorcio del inquilino en el contrato de alquiler, la ley le dedica el artículo 15 en el Capítulo II referido a la duración de los contratos de alquiler

Uso de la vivienda por parte del cónyuge no arrendatario

En su artículo 15 la Ley de Arrendamientos Urbanos establece la posibilidad de que se continúe el uso de la vivienda arrendada por parte del cónyuge no arrendatario. Es decir que, en estos casos, puede darse que abandone la vivienda aquella persona que originalmente contrato el arriendo y deje en su lugar a su excónyuge. Textualmente, la ley dice que en caso de divorcio “el cónyuge no arrendatario podrá continuar en el uso de la vivienda arrendada”. La misma posibilidad aplica para los casos de nulidad del matrimonio, separación judicial.

Sentencia firme de divorcio

Para que opere esta posibilidad que otorga la ley, es necesario que el cónyuge beneficiario acredite el divorcio mediante sentencia judicial firme. Es imporante que quede demostrado que realmente hubo un divorcio y se falló judicialmente. Tengamos en cuenta que en estos casos se le impone al arrendador tomar un inquilino distinto a aquél con quien contrató originalmente. La ley dice que “el cónyuge no arrendatario podrá continuar en el uso de la vivienda arrendada cuando le sea atribuida de acuerdo con lo dispuesto en la legislación civil que resulte de aplicación”. Se prevé el caso genérico de “la legislación civil que resulte de aplicación” porque, recordemos, esta posibilidad también rige para nulidad de matrimonio o separación judicial.

Traspaso de titularidad

Cuando se cumplan los extremos detallados en los apartados precedentes, el cónyuge que no era arrendatario pasará a ser el titular del contrato de alquiler en los mismos términos que fue suscrito originalmente. Así lo dice la ley: “El cónyuge a quien se haya atribuido el uso de la vivienda arrendada de forma permanente o en un plazo superior al plazo que reste por cumplir del contrato de arrendamiento, pasará a ser el titular del contrato”. Es recomendable que toda la documentación referida al divorcio y cambio de titularidad, se agregue como anexo al contrato de arrendamiento original.

Comunicación al arrendador

El cónyuge que permanezca en la vivienda deberá comunicar de manera fehaciente su voluntad de continuar en el uso de la vivienda al arrendador. La ley establece que dicha comunicación debe realizarse en el plazo de dos meses desde que fue notificada la resolución judicial correspondiente. Asimismo, es obligatorio que con la comunicación se acompañe copia de la resolución judicial de divorcio, o al menos de la parte de la resolución que afecte al uso de la vivienda

Divorcio de arrendador

Otra situación vinculada al tema de este artículo es la del divorcio del arrendador, ya no del inquilino. La ley establece que el divorcio del arrendador puede incidir en la duración de los contratos de alquiler. Resumidamente, cuando el que se divorcia es el arrendador, la ley permite establecer duraciones más cortas en los contratos de alquiler. Si quieres saber más sobre cómo influye el divorcio del arrendador en el contrato de alquiler, lee este post.

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¿Qué sucede cuando el arrendador de una vivienda sufre un divorcio y necesita la vivienda que dio en alquiler para su cónyuge? ¿Qué dice la ley? En este post te lo contamos.

Sucede a veces que el arrendador adquiere la vivienda arrendada como inversión para ponerla en alquiler y así obtener una renta mensual. Mientras tanto vive con su cónyuge y ambos usan el dinero de la renta para cubrir su coste de vida. Pero, si se divorcia, puede necesitar de esa vivienda que es de su propiedad y dio en alquiler. Muchas veces la justicia determina que uno de los cónyuges debe proveer de vivienda al otro. Generalmente cuando hay niños de por medio  Analizaremos qué dice la ley al respecto.

Ley de Arrendamientos Urbanos

Lo primero que debes saber es que la norma madre que regula todo lo que a alquileres se refiere es la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). La última modificación de esta ley fue sancionada el 6 de marzo de 2019 y establece condiciones más favorables para el inquilino que la ley anterior. La nueva Ley de Arrendamientos Urbanos elevó la duración de los contratos de alquiler de tres a cinco años. Se elevó la prórroga tácita de uno a tres años. Asimismo, se estableció una actualización obligatoria de la renta sujeta a la indexación del IPC. Anteriormente, la actualización de la renta estaba sujeta al pacto de las partes o, en su ausencia, al índice de garantía de competitividad. Respecto de la incidencia del divorcio del arrendador en el contrato de alquiler, la ley aclara el supuesto que analizaremos a continuación.

Divorcio del arrendador

¿Puede el divorcio del arrendador influir de alguna manera en el contrato de alquiler? Pues sí. No es lo más común, pero en el caso que el arrendador esté atravesando o haya atravesado recientemente una situación de divorcio, ello puede afectar el plazo mínimo de alquiler establecido por la ley como parámetro general. Para entenderlo cabalmente, antes analizaremos brevemente la duración de los contratos de alquiler.

Duración de los contratos de alquiler

A pesar de lo establecido por la Ley de Arrendamientos Urbanos, es habitual creer erróneamente que los contratos de alquiler duran un año. Conforme lo establecido en el artículo 9° de la ley, la duración de los contratos de alquiler será libremente pactada por las partes. Sin embargo, la norma sugiere un plazo de duración de cinco años. Indica que, si la duración pactada fuera inferior a cinco años, llegado el día del vencimiento, el contrato se prorrogará obligatoriamente por plazos anuales hasta que el arrendamiento alcance esa duración..

Divorcio del arrendador como excepción a la prórroga obligatoria

La ley establece algunos casos que comprenden una excepción a la prórroga obligatoria que mencionamos en el apartado precedente. Cuando el arrendador necesite la vivienda para su cónyuge, en el supuesto de divorcio, podrá pactarse una duración menor a los cinco años sin obligación de prorrogar. Textualmente, el inciso 3 del artículo 9 de la ley dice lo siguiente.

Una vez transcurrido el primer año de duración del contrato y siempre que el arrendador sea persona física, no procederá la prórroga obligatoria del contrato cuando, al tiempo de su celebración, se hubiese hecho constar en el mismo, de forma expresa, la necesidad para el arrendador de ocupar la vivienda arrendada antes del transcurso de cinco años para destinarla a vivienda permanente para sí o sus familiares en primer grado de consanguinidad o por adopción o para su cónyuge en los supuestos de sentencia firme de separación, divorcio o nulidad matrimonial

Comunicación anticipada

Para ejercer esta potestad de recuperar la vivienda, el arrendador deberá comunicar fehacientemente al arrendatario que tiene necesidad de la vivienda arrendada. Deberá realizar la comunicación con al menos dos meses de antelación especificando el divorcio como causa de dicha necesidad y la fecha en que va a necesitar la vivienda. Cumplido este extremo, el arrendatario estará obligado a entregar la finca arrendada en dicho plazo si las partes no llegan a un acuerdo distinto

Requisitos para pactar duración menor a cinco años por divorcio del arrendador

Repasamos los requisitos que establece la ley para que el arrendador divorciado pueda pactar una duración menor a 5 años sin que le aplique la prórroga obligatoria.

  • Debe constar en el contrato la posible necesidad de la vivienda para el cónyuge.
  • Debe tener sentencia firme de divorcio.
  • Debe haber transcurrido un año de arriendo como mínimo.
  • El arrendador debe comunicar fehacientemente al arrendatario, con al menos dos meses de anticipación, su voluntad.
  • En la comunicación, el arrendador debe establecer la fecha exacta en la que necesitará la restitución de la vivienda.

Supuesto de no ocupación de la vivienda por el cónyuge

Ahora bien, la Ley de Arrendamientos Urbanos aclara un supuesto para salvaguardar el derecho genérico del arrendatario a residir en la vivienda de alquiler por cinco años. Si transcurridos tres meses desde el efectivo desalojo de la vivienda, el cónyuge del arrendador no hubiera procedido a ocupar la vivienda, el arrendatario podrá optar entre dos opciones. Para ello tendrá un plazo de treinta días contados desde los tres meses de su desalojo.:

Reposición del arrendatario en la vivienda

Una opción que tiene el arrendatario en estos supuestos es exigir ser repuesto en el uso y disfrute de la vivienda arrendada por un nuevo período de hasta cinco años. En este caso, se  respetarán, en lo demás, las condiciones contractuales existentes al tiempo de la extinción. Sumado a ello, el arrendatario tendrá derecho a la indemnización de los gastos que el desalojo de la vivienda le hubiera supuesto hasta el momento de la reocupación.

Indemnización al arrendatario

La segunda opción que da la ley al arrendatario en estos supuestos es el de recibir una indemnización sin ser restituido en la vivienda. La indemnización se calculará en una cantidad equivalente a una mensualidad por cada año que quedara por cumplir hasta completar cinco años.

Excepción a la obligación del arrendador de reponer o indemnizar al inquilino en estos supuestos

La ley indica un supuesto en el que no procede la reposición del arrendatario ni la indemnización a su favor. Esto es cuando el cónyuge del arrendador no hubiera procedido a ocupar la vivienda desocupada por el arrendatario por causa de fuerza mayor. Se entiende por fuerza mayor el impedimento provocado por aquellos sucesos expresamente mencionados en norma de rango de Ley a los que se atribuya el carácter de fuerza mayor, u otros que no hubieran podido preverse, o que, previstos, fueran inevitables.

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Las disoluciones matrimoniales, sea por separación o divorcio, suponen una ruptura complicada de afrontar. Especialmente en lo relativo a la vivienda habitual, que se acostumbra a vender. Sabemos que pasar por procesos de divorcio siempre es un tema difícil, por ello te traemos toda la información para que puedas afrontarlo de manera mas simple.

El divorcio o la separación lleva consigo un difícil proceso que no solo afectan a los miembros de la familia, sino también a sus bienes materiales.

La reciente ‘Estadística de nulidades, separaciones y divorcios-4T 2016‘, publicada por el Consejo General del Poder Judicial, ofrece datos y tendencias en el número de disoluciones matrimoniales.

En los últimos quince años se han producido más de dos millones de procesos, entre separaciones y divorcios. La mayoría de ellos por mutuo acuerdo.

Una cifra que ha aumentado entre 1995 y 2006, hasta estabilizarse en cerca de 125.000 procesos anuales. Miles de disoluciones matrimoniales en las que vender la vivienda común es la solución más habitual.

Miles de demandas de disolución

Entre enero de 2001 y diciembre de 2016, en España se han registrado 2.068.063 procesos de disolución matrimonial. Una cifra a considerar, si tenemos en cuenta que más de cuatro millones de personas han pasado por ello en solo quince años.

En estas estadísticas del CGPJ hay que diferenciar entre 1.621.394 divorcios y 446.669 separaciones. Aunque afortunadamente, muchos vienen precedidos por el mutuo acuerdo entre ambas partes (59,6% en divorcios y 66,5% en separaciones).

Aun así, cabe hacer un doble apunte a este respecto.

La disminución del número de separaciones y el aumento de la cantidad de divorcios. Una estadística que responde a la situación económica y a la que contribuyó la Ley 15/2005, que permitía divorciarse sin tener antes que separarse.

El desigual número de demandas de divorcio en cada punto de la geografía española. Destacan Canarias y Cataluña como las comunidades con mayor número de divorcios. Y Extremadura y Castilla y León como las que registran menos casos.

¿Divorcio y venta de la vivienda?

Un 20% de las operaciones de compraventa de vivienda se deben a procesos de divorcio, según el portal Monapart.

Exactamente, de las 120.018 disoluciones matrimoniales registradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2016, un 80% corresponden a parejas que poseen una vivienda.

Un dato importante al que debemos apuntar que el 75% de dichas parejas propietarias, una vez finalizada la relación deciden vender la que fue su vivienda común.

Es aquí donde un consultor inmobiliario resulta clave para encontrar la mejor solución. Aunque existen diversas posibilidades:
Poner a la venta el inmueble. Así se cancela la hipoteca con el dinero obtenido. Repartiendo ganancias o pérdidas en función del momento de la compra.
Vender o alquilar la vivienda a uno de los miembros de la pareja.
Compartir la vivienda para comercializarla, alquilándola a una tercera persona. Se participa así de una inversión común con una rentabilidad garantizada y compartida.
Convertirla en ‘casa nido’. Pensando en que sea el hogar de los hijos y sean ambos miembros de la pareja quienes alternen la estancia.
Probar una dación en pago con el banco. Operación que depende de la accesibilidad de la entidad, desaprovechando un excelente momento del mercado inmobiliario.

¡Consultanos al respecto y te ayudaremos a encontrar la mejor solución!

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