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Entender la rentabilidad de tu empresa es esencial para evaluar la efectividad de las decisiones que tomas. En este sentido, contar con indicadores financieros te proporciona una visión clara del estado económico en relación con sus activos. Estos indicadores ofrecen insights valiosos que te ayudan a evaluar el rendimiento de tu negocio y a tomar decisiones informadas para su mejora continua. Es así como tenemos el retorno de inversión en sus diversas variantes: ROI, ROA y ROE. Pero ¿de qué trata cada uno? En esta nota te lo contamos.

Los indicadores financieros son esenciales para evaluar el rendimiento de las inversiones y la rentabilidad de un negocio. Para medir la rentabilidad, tres indicadores clave son el ROE (Return on Equity), ROA (Return on Assets) y ROI (Return on Investment). Cada uno ofrece información específica sobre el desempeño financiero de una empresa.

El ROE (Return on Equity) mide la capacidad de una empresa para generar ganancias en relación con el capital aportado por los accionistas. Un ROE alto indica una eficiente utilización del capital de los accionistas para generar ganancias.

El ROA (Return on Assets) evalúa la eficiencia de una empresa en la generación de ganancias a partir de sus activos totales. Un ROA alto indica una eficiente utilización de los activos para generar ganancias.

En tanto, el ROI (Return on Investment) es un indicador más general que evalúa la rentabilidad de una inversión específica. Un ROI positivo indica que la inversión generó ganancias, mientras que un ROI negativo indica pérdidas. En esta nota anterior desarrollamos en profundidad este concepto.


En síntesis, el ROE se centra en la rentabilidad para los accionistas; el ROA evalúa la eficiencia en el uso de activos para generar ganancias; y el ROI proporciona una visión sobre la rentabilidad de una inversión particular. Cada indicador tiene su utilidad y proporciona información valiosa para evaluar el desempeño financiero de una empresa o una inversión.

Qué es la Rentabilidad: definición

La rentabilidad es una medida fundamental que evalúa los beneficios obtenidos a través de una inversión. Esto es decir cuánto se ha ganado o perdido durante un período específico en relación con la cantidad invertida. Comprender la rentabilidad de tus inversiones es crucial para planificar y tomar decisiones financieras efectivas.

Este concepto se divide en dos términos principales:

1. Rentabilidad económica: Representada en forma de porcentaje, la rentabilidad económica indica el beneficio promedio de la empresa en relación con el total de las inversiones realizadas. Es una medida clave para evaluar el rendimiento general de la empresa en términos de generación de ingresos a partir de las inversiones realizadas.

2. Rentabilidad financiera: Este término se refiere al beneficio que cada socio o accionista de la empresa obtiene por su participación en la compañía. En otras palabras, la rentabilidad financiera mide la capacidad del negocio para generar ingresos. En específico, para aquellos que han invertido en la empresa.

Para evaluar la rentabilidad de un negocio, existen tres indicadores importantes:

➧ Return on Equity (ROE): Este indicador mide la rentabilidad financiera al calcular el retorno que los accionistas obtienen sobre su inversión. Se calcula dividiendo la utilidad neta entre el patrimonio neto de la empresa.

Return on Assets (ROA): El ROA evalúa la rentabilidad económica al medir la eficiencia con la que la empresa utiliza sus activos para generar ganancias. Se calcula dividiendo la utilidad neta entre los activos totales de la empresa.

Return on Investment (ROI): Este indicador proporciona una visión más amplia de la rentabilidad al evaluar el rendimiento de una inversión específica. Se calcula dividiendo la ganancia neta de la inversión entre el costo de la inversión y multiplicando el resultado por 100 para obtener un porcentaje.

Estos indicadores son herramientas valiosas que te permiten evaluar y monitorear la rentabilidad de tu negocio. Y te proporciona información clave para la toma de decisiones financieras estratégicas.

Retorno de inversión: definición de ROI

Definitivamente, el ROI es un indicador crucial que proporciona una visión clara y concisa de las ganancias reales o pérdidas derivadas de una inversión. Esto lo convierte en una herramienta invaluable para las empresas. En este artículo hemos hablado sobre el ROI en el mercado inmobiliario. Además de proporcionar un valor real de las ganancias o pérdidas, el cálculo del ROI tiene varios beneficios adicionales:

1. Establecer el éxito del negocio: permite evaluar la eficacia de un negocio al relacionar las ganancias obtenidas con los gastos en los que se incurrió para obtener esas ganancias. Esto ayuda a determinar si el negocio está generando suficientes ganancias para cubrir sus costos y generar beneficios.

2. Identificar productos rentables: Al calcular el ROI para diferentes productos dentro de una cartera de mercado, las empresas pueden identificar qué productos están generando mayores ganancias en comparación con los costos asociados. Esto les permite enfocar sus esfuerzos en los productos más rentables. También optimizar su cartera de productos.

3. Estimar la tasa interna de inversión: El ROI también puede ayudar a estimar la tasa interna de retorno (TIR) para futuras inversiones o lanzamientos de productos. Al conocer el rendimiento esperado de una inversión, las empresas pueden tomar decisiones más informadas sobre dónde asignar sus recursos.

4. Optimizar gastos: Cuando el ROI revela que los gastos superan los ingresos percibidos, las empresas pueden identificar áreas donde pueden recortar gastos de manera efectiva. Esto es en función de mejorar la rentabilidad general.

5. Predicción del éxito a largo plazo: Al analizar el ROI a lo largo del tiempo, las empresas pueden prever el éxito o el fracaso de una operación comercial a mediano y largo plazo. Esto les permite ajustar su estrategia comercial según sea necesario para mejorar su rentabilidad y sostenibilidad.

Entonces, el cálculo del ROI proporciona información valiosa que ayuda a las empresas a tomar decisiones financieras sólidas. Así también como a maximizar su rentabilidad a través de una gestión más efectiva de sus inversiones y gastos.

La fórmula del ROI se calcula de la siguiente manera: 

ROI = (Ingreso – Inversión) / Inversión

Retorno de inversión: diferencias entre ROA y ROE

El ROA es un indicador crucial de rentabilidad que nos ayuda a entender cuánto está generando una empresa con el capital invertido en sus activos. Un porcentaje más alto indica una gestión más productiva y eficiente de estos activos. Evaluar el ROA nos permite determinar si las decisiones de inversión de una empresa han sido acertadas.

Para considerar una inversión rentable, su ROA debe ser superior al 5%. Un incremento en este número a lo largo del tiempo sugiere que la empresa está generando mayores ganancias por cada unidad de capital invertido en sus activos. Por el contrario, un ROA en descenso señala posibles inversiones deficientes o una mala asignación de recursos.

Además, el ROA desempeña un papel crucial al solicitar financiamiento bancario u otro tipo de financiamiento. Las instituciones financieras, entre otros datos relevantes, buscarán comprender cuánto está ganando o perdiendo una empresa para evaluar el nivel de riesgo asociado con el financiamiento solicitado.

Fórmula:

ROA = (Beneficio Neto / Activos totales) x 100

Por otro lado, el ROE evalúa el rendimiento de una empresa en función del capital aportado por los accionistas. Especifica cuánto beneficio se genera para los propietarios en relación con su inversión en la empresa.

El Return on Equity, también conocido como rentabilidad financiera, es una métrica ampliamente utilizada para evaluar la rentabilidad de un negocio. Aunque comparte similitudes con el ROA, la principal diferencia radica en que el ROE no refleja el nivel de endeudamiento de la empresa, un aspecto crucial para comprender su rentabilidad.

En cambio, el ROE proporciona una visión de la capacidad de un negocio para generar valor para sus accionistas en relación con el costo de su capital. Si el ROE supera el costo de capital de cada accionista, se espera que se obtengan beneficios adicionales.

Se recomienda calcular tanto el ROE como el ROA para comparar los resultados y obtener una comprensión más completa de los rendimientos de las inversiones. Esto permite una evaluación más precisa del desempeño financiero de la empresa y ayuda a tomar decisiones informadas sobre su gestión y estrategias de inversión.

Fórmula:

ROE = (Beneficio Neto / Fondos Propios) x 100

Cada uno de estos indicadores proporciona información valiosa sobre diferentes aspectos del desempeño financiero de una empresa o inversión. Y puede utilizarse de manera complementaria para obtener una imagen más completa de su rentabilidad y eficiencia operativa.

Luego de leer este artículo, nos interesaría mucho conocer tu opinión acerca del retorno de inversión. Puedes compartirla con nosotros desde la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

Si te encuentras en la situación de querer invertir en estos momentos, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!

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Desde Oi Real Estate queremos contarte todo sobre los costes mensuales que implican la hipoteca y el alquiler en España este 2022. Continúa leyendo el artículo para enterarte.

la hipoteca y el alquiler

Al momento de decidir si comprar una vivienda o alquilarla, es lógico que las familias comparen la cuota del préstamo hipotecario con el pago mensual del alquiler. Por eso aquí, te contaremos las principales diferencias de la hipoteca y el alquiler. Además, te explicaremos si la diferencia de costes es demasiado significativa.

¿Cuál es la mejor opción entre la hipoteca y el alquiler?

La realidad es que no hay una respuesta exacta a esta pregunta. Principalmente, variará según cada caso particular. Influyen temas como su situación personal, los ingresos mensuales, el nivel de ahorro, previsiones de cambios y, sin lugar a dudas, la situación del mercado de la vivienda.

Siendo arrendatario tienes la obligación de pagar un alquiler mensual a cambio de un hogar donde vivir. Con una hipoteca adquirirás una propiedad, pero también obligaciones a largo plazo.
Entonces, ¿Cuál es la mejor opción? Ni una ni otra, todo depende de las necesidades y circunstancias personales. También de la situación del mercado inmobiliario en un momento determinado. Tenemos que tener en cuenta que tanto un alquiler como una hipoteca suponen disponer de una cantidad de dinero importante. En el caso del alquiler para la fianza y los primeros gastos. En la hipoteca, para el importe no financiado y los pagos de constitución. Además, es importante preguntarse cuánto tiempo vamos a vivir en el inmueble y analizar cuáles son las perspectivas laborales y económicas para futuro.

Qué debes tener en cuenta para saber si alquilar o comprar

Hay tres puntos básicos que debes tener presentes para valorar si te resulta conveniente comprar un piso o alquilarlo. Aquí te contaremos cuáles son:

Tu situación económica

En primer lugar, debes considerar cuál es tu situación económica. En este punto, tienes que saber que no todo el mundo tiene la posibilidad de acceder a una hipoteca. Para comenzar, necesitarás cierto volumen de dinero ahorrado, se trata del 30% del precio de la vivienda que te interese. Además, todos los bancos te exigirán tener un trabajo estable y un sueldo que te permita pagar las cuotas sin dedicar más de un 35% de lo que ganas al mes.

Por otro lado, debes tener en cuenta que una vivienda en propiedad implica gastos de mantenimiento que requerirán de una parte de tus ganancias. Se trata del IBI, los gastos de comunidad, las tasas municipales, entre otros. Cada una de estos gastos no los tendrás que pagar si te decides por el alquiler.

Por otro lado, para alquilar una vivienda no se exigen tantos requisitos. Será necesario tener algo de dinero ahorrado para abonar la fianza, generalmente se trata de dos mensualidades, además de los honorarios de la inmobiliaria, que implica menos dinero que el que piden las entidades bancarias para conceder un préstamo hipotecario. El casero, eso sí, no te alquilará su vivienda si no cuentas con un trabajo (algunos aceptan personas con contratos temporales) y un sueldo que te permita abonar las rentas mensuales.

El precio de la vivienda

En segundo lugar, debes analizar cómo ha evolucionado el precio de la vivienda en la zona en la que deseas residir. Esto aplica tanto al precio de las casas y pisos en venta como al de los alquileres. Generalmente, no es aconsejable comprar si el precio de los inmuebles se encuentra en máximos históricos, así como no es recomendable alquilar cuando el coste de los arrendamientos está disparado.

La realidad es que hoy en día, la situación no resulta favorecedora en absoluto, ya que tanto los precios de venta, como los de alquileres se encuentran disparados en España. No obstante, aún puedes encontrar zonas en las que los precios no han subido significativamente, así como a propietarios que pueden acceder a rebajar sus precios si sabes negociar. Lo aconsejable es investigar y hablar con profesionales del sector, por ejemplo, las inmobiliarias. De este modo, podrás hacerte una idea de cómo se encuentra el mercado.

Estilo de vida

Por último, deberás tener en cuenta tu estilo de vida. Comprar una vivienda, por ejemplo, es conveniente si deseas vivir siempre en la misma zona y valoras la estabilidad. A diferencia del alquiler, que te puede venir mejor si debes mudarte habitualmente por tu trabajo o por motivos personales, o bien, si no quieres vivir atado siempre al mismo lugar.

¿En qué situación es mejor la compra que el alquiler de un piso?

Luego de considerar los anteriores factores, consideramos que comprar una vivienda te conviene más si te ves reflejado en todos estos puntos:

  • Si buscas ser propietario, en otras palabras, si uno de tus objetivos vitales es tener una vivienda propia.
  • Si cumples los requisitos para acceder a una hipoteca: contar con ahorros, trabajo estable y bien remunerado, entre otros.
  • Si la vivienda que buscas se vende por un buen precio y no se ha producido una burbuja de precios en la zona en la deseas residir.

¿Cuándo es mejor alquilar que comprar?

Por otro lado, el alquiler puede ser una mejor opción (o la única viable) si cumples con estos requisitos:

  • Si no buscas ser propietario por motivos ideológicos. En este caso, lo ideal es optar por el alquiler de una vivienda.
  • Si no tienes acceso a contratar una hipoteca porque no cuentas con la solvencia o los ahorros necesarios. Para alquilar una vivienda no te exigirán tantos requisitos, tampoco tendrás que adelantar tanta cantidad de dinero.
  • Si sueles mudarte con frecuencia por motivos familiares, laborales o de estilo de vida. Alquilar te dará la libertad necesaria para cambiar de casa periódicamente.

Alquiler con opción a compra

El alquiler con opción a compra es una opción intermedia. Si te has enamorado de una vivienda y que, por cualquier motivo, aún no la puedes comprar. En ese caso, hay un modo de alquilar ese inmueble para vivir en él y, al mismo tiempo, reservar la compra del mismo por si tienes la posibilidad de hacerlo más adelante. Se trata de formalizar un contrato de alquiler con opción a compra.

Con este contrato, podrás residir en esa vivienda como si tuvieras un alquiler normal, abonando las rentas que correspondan. Sin embargo, cuando hayan transcurrido dos o tres años, tendrás la opción de comprar la vivienda al precio que hubieras acordado en su momento con el propietario, descontando las rentas ya pagadas.
En caso de decidirnos por enfrentar un alquiler en lugar de comprar una vivienda, lo más ideal es buscar una que no resulte demasiado costosa. Esto nos sirve para poder ahorrar y adquirir un inmueble propio en un futuro.

Para cualquiera de las opciones, la hipoteca y el alquiler, lo ideal es ponerte en contacto con Oi Real Estate para que podamos asesorarte profesionalmente y despejar todas tus dudas.

Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre alquilar o comprar una vivienda en España. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!

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En la cadena de bloques hay que entender que es muy importante el almacenamiento de los datos que se registran en el libro mayor, el Ledger. En relación con esto, hay que saber las diferencias entre la base de datos y la cadena de bloques. Hoy en Oi Real Estate te comentaremos cada una de las características de estos dos conceptos. ¡Sigue leyendo!

La base de datos

Una base de datos sirve para almacenar información en estructuras que se llaman tablas de datos. Las bases de datos permiten que el usuario de ellas puedan consultarse para encontrar información y así poder crear bases estructuradas en dicha información. De hecho, las empresas muchas veces crean sus bases a través de bases de datos.

Por ejemplo, las instituciones gubernamentales usan las bases de datos para guardar grandes cantidades de datos en los registros. Organizan las bases de datos en tablas donde poder registrar la información de la población y así llevar contabilizada toda la información. 

Inicio de las bases de datos

En un principio las bases de datos se crearon para hacer una jerarquía en la organización de información más sistemática. Con esta idea se podía encontrar información de manera mucho más rápida y eficiente. Pero con el tiempo la base de datos se ha ampliado y se usa como base para la creación de otras bases de información y para almacenar mucha más información. 

De hecho, las bases de datos se han llegado a organizar con la propia base de datos inicial, haciendo una jerarquía mucho más amplia del almacenamiento. Aunque, la base de datos más simple se organiza en tablas que tienen campos donde se registra la información.

Funcionamiento de las bases de datos

Las bases de datos las controla un administrador que modifica y controla la información que se almacena. Siempre hay un administrador de la base de datos y es él quien debe optimizar la base para que no disminuya su rendimiento y funcionamiento. 

El administrador puede delegar algunas de sus funciones y puede dejar permitir el manejo y una parte de la administración de la base de datos a otros usuarios. Lo que hay que tener en cuenta es que cuando hay algún problema en los servidores de las bases de datos, cualquiera que tenga acceso a su funcionamiento, también tendrá el acceso bloqueado.

Además, otro punto que hay que tener en cuenta es que la base de datos puede ser corregida, es decir, se puede añadir más información a una información ya añadido. Y, también se puede eliminar información o modificar. 

La cadena de bloques

Una cadena de bloques se basa en el registro de información en un libro mayor, que se organiza en bloques de información uniforme. La información se añade a través de un sistema de algoritmos en la cadena de bloques y a través de una validación que permite añadir otro bloque. 

Funcionamiento de la cadena de bloques

Una cadena de bloques tiene un bloque original o bloque génesis al que se le añaden bloques de información cada vez que se verifica información. Y, cuando el usuario entra en la cadena de bloques puede ver desde el bloque original hasta el último que se ha añadido.

La información que se añade a las cadenas de bloques son datos que una vez que se han añadido no se pueden borrar, es decir, si se añaden estarán para siempre. De hecho, todos los nodos (trabajadores que tienen acceso a la red) pueden tener acceso a la información y todos llevan por igual la cadena de bloques. Y, cada vez que se añade información nueva, todos los nodos son actualizados. 

Principales diferencias entre la base de datos y la cadena de bloques

Hay que tener en cuenta que una base de datos es, en resumen, una lista larga de información que se organiza jerárquicamente. En cambio, la cadena de bloques son bloques de información formados por bases de datos. Es decir, la cadena de bloques está formada por bases de datos, pero la base de datos no está formada por cadenas de bloques.

Asimismo, otra diferencia se basa en su objetivo, es decir, para qué se utiliza. Las bases de datos son ideales para el almacenamiento de información privada y para información que no necesita verificación de nadie. Además, normalmente las bases de datos se usan para almacenar información confidencial. 

En cambio, la cadena de bloques aunque también sirvan para el almacenamiento de información, debe ser verificada por los nodos. Los datos que se añaden en la cadena de bloques debe ser creíble e integra, ya que son datos que se añaden para siempre. Y, otra diferencia, las cadenas de bloques se usan más para el almacenamiento de información pública.

Más diferencias entre la base de datos y la cadena de bloques

Para poder acabar de ver cuándo es mejor usar una base de datos y cuado usar la cadena de bloques hay que acabar de ver las diferencias entre ambos sistemas.

Las cadenas de bloques sirven para:

  • Transacciones monetarias
  • Transacciones de valor no monetario 
  • Verificación de información pública
  • Sistema descentralizado
  • No hay una autoridad que controle el sistema
  • Encriptación de información 
  • Se usa para formar aplicaciones basadas en cadenas de bloques

En cambio, las bases de datos sirven para:

  • Almacena información que necesita una actualización constante 
  • Almacenamiento de información privada
  • Procesamiento rápido de datos financieros
  • Datos que no necesitan verificación
  • Hay un administrador que controla la base
  • La información no debe ser encriptada
  • Pueden ser usados para aplicaciones que no almacenan datos

Con todo esto, podemos concluir que las diferencias entre la base de datos y la cadena de bloques son claves para determinar cual es mejor según la necesidad de cada usuario. Aunque, a pesar de las diferencias entre la base de datos y la cadena de bloques, el Blockchain usa bases de datos para registrar su información en el libro mayor.

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Tener clara la diferencia entre la superficie útil y construida de una vivienda es fundamental porque estos conceptos determinan el espacio habitable de la casa, su valor y los impuestos que se tienen que pagar (por ejemplo, el IBI).

No hay que olvidar que uno de los criterios fundamentales cuando buscas una vivienda es su superficie. A priori, tienes claro que quieres un piso con al menos 90 metros cuadrados o un adosado de 150 metros cuadrados, pero te surgen dudas a la hora de determinar si son de superficie construida o superficie útil. Y la diferencia es muy importante, ya que puedes acabar comprando un inmueble con menos metros aprovechables de los que necesitas (en este otro artículo te contamos cuántos m2 necesitas en tu piso según tus circunstancias personales y el tamaño de tu familia).

Lo primero que debes saber es que al hablar de la superficie de una vivienda existen tres conceptos diferentes: superficie útil, construida y construida con elementos comunes. Son términos recogidos en la orden ministerial ECO 805/2003, cuyo significado en Oi Realtor te explicaremos.

superficie útil y construida

 ¿Qué es la superficie útil?

Para tener claras las diferencias entre superficie útil y construida, lo primero que debes saber es qué se entiende en cada uno de los dos casos. En primer lugar, la superficie útil es la medida de la vivienda sin tener en cuenta los muros, pilares, tabiques o tuberías. Es la superficie interior de la casa, que está delimitada por la cara interior de los muros perimetrales y que se puede pisar físicamente. Dentro de esta superficie útil se incluyen los armarios empotrados, pero no el suelo cuando la altura de la habitación es inferior a los 1,5 metros.

La superficie útil de una casa también incluye el 50% del espacio de balcones, terrazas, patios o tendederos si están cubiertos. En el caso de que estén descubiertos no se computan como superficie útil.

¿Qué es la superficie construida?

Por su parte, la superficie construida es la suma de la superficie útil más la ocupada por los muros perimetrales. Es decir, abarca todo lo que está dentro del perímetro de la casa. Aquí sí se computan los elementos estructurales verticales y las canalizaciones.

Como ves, la principal diferencia entre superficie útil y construida son los metros aprovechables. Lógicamente, la segunda siempre será mayor que la primera: en términos generales, se calcula que la diferencia entre la superficie útil y la construida varía entre un 15% y un 25% aproximadamente.

¿Y qué es la superficie construida con elementos comunes? Esta superficie se da en las viviendas plurifamiliares que forman parte de un edificio sujeto a la Ley de Propiedad Horizontal. Esta superficie suma a la construida la parte proporcional de las zonas comunes que corresponde a la vivienda (de acuerdo con la cuota que tiene en la superficie de esos elementos). Estos espacios comunes son el portal, el vestíbulo, las escaleras, el cuarto de contadores, las salas comunitarias, el gimnasio, los vestuarios… La superficie construida con elementos comunes suele ser entre un 10% y un 14% mayor que la superficie construida normal.

¿Para qué sirven la superficie útil y construida de una vivienda?

Ahora que ya tenemos claro lo que significa cada una, vamos a ver para qué sirven exactamente. En primer lugar, la superficie útil sirve para saber el espacio habitable de la casa, los metros útiles que tiene la vivienda. Por su parte, la superficie construida es la que se refleja en el Catastro y se utiliza para la valoración del inmueble. Los tasadores valoran las viviendas según el precio del metro cuadrado construido con espacios comunes.

El Catastro refleja dos datos: la superficie construida y la superficie construida con elementos comunes. A partir de este dato se calcula el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el coeficiente de participación de la vivienda en la comunidad de propietarios, que sirve para determinar la cuota de la comunidad.

Para que lo entiendas fácilmente, la superficie construida es la que utilizan los notarios en las escrituras (aunque también suelen incluir la superficie útil); los ayuntamientos para realizar determinados trámites administrativos como las licencias.

En cuanto al Registro de la Propiedad, no hay un criterio fijo sobre qué superficie debe reflejar: puede aparecer la superficie útil o la construida. No obstante, si existen discrepancias en los datos de la superficie de la vivienda recogidos en el Catastro y el Registro de la Propiedad, prevalece la información de este último (aunque es conveniente subsanar el error). Si existe una diferencia entre las superficies inferior al 10% se puede rectificar la escritura sin necesidad de abrir ningún expediente. Sin embargo, si la discrepancia supera el 10%, el notario tiene que abrir un expediente hipotecario y aportar la representación georreferenciada de la finca.

¿Qué superficie se debe poner en los anuncios inmobiliarios?

Normalmente, la superficie que se especifica en los anuncios de venta de viviendas de los portales inmobiliarios es la construida, aunque es aconsejable incluir también la superficie útil y construida con los elementos comunes incluidos para dar toda la información posible a los potenciales compradores. De este modo, se sabrá el espacio disponible para vivir y los metros sobre los que se fija el valor de la vivienda.

Cuando los clientes no están conformes con las condiciones de sus préstamos hipotecarios, existe la posibilidad de hacer una subrogación o de contratar una nueva hipoteca. Entérate en esta nota de todos los detalles que diferencian ambas operaciones.

Lo único permanente es el cambio es una frase que se le atribuye al filósofo presocrático Heráclito. Y aunque sus enseñanzas datan de hace más de dos mil años, sus dichos siguen estando vigentes. Lo que hasta hace algún tiempo nos pareció conveniente puede ya no serlo, y es probable que querramos cambiarlo. 

Si lo llevamos al terreno de las finanzas, un contrato que firmamos hace 5 ó 10 años puede habernos servido en esos tiempos pero ahora necesite una actualización. En el caso de los préstamos hipotecarios, existen varias posibilidades para cambiar sus condiciones, firmar un nuevo contrato o incluso mudarse de entidad.

Si estás pensando en modificar tu hipoteca, no dejes de leer este post! Aquí te explicaremos las diferencias entre subrogación y contratación de una nueva hipoteca para que puedas evaluar cuál es más conveniente para tu caso.

Cuáles son las diferencias entre subrogación y la contratación de una nueva hipoteca en otro banco?

Si tenemos un crédito hipotecario que tiene un interés más alto de lo que pensamos, es posible cambiarla de banco a través de una subrogación de acreedor o la contratación de un nuevo préstamo con el cual cancelaremos el vigente. Básicamente en estas dos operaciones lo que buscamos es dejar el banco originario de la hipoteca y cambiar de entidad financiera. Para cualquiera de los dos casos deberemos tener en cuenta los gastos para poder elegir cuál nos puede convenir más.

Subrogación ó contratación de una nueva hipoteca: cuál es la mejor opción?

Si bien las dos operaciones tienen como meta mejorar las condiciones del préstamo, cada una tiene diferencias considerables.

Subrogación del acreedor

Este procedimiento sirve para sustituir al banco prestamista por otro, con lo cual permite trasladar la hipoteca de una entidad a otra sin necesidad de contratar un nuevo préstamo.  Gracias a esta operación es posible modificar el coste del crédito, rebajando el interés, quitando comisiones o vinculaciones y los plazos, ya sea para aumentarlo o reducirlo.

La formalización de una subrogación requiere firmar una escritura específica. En la misma se oficializa el cambio del acreedor y las modificaciones de las condiciones del préstamo. Puede tener muchas similitudes con la firma de un nuevo préstamo, pero en realidad es distinto ya que no se necesita cancelar el que ya teníamos.

Luego de aceptar la oferta de subrogación, el nuevo banco enviará un aviso al banco originario. A partir de entonces nuestra entidad tendrá 15 días para presentar una propuesta mejoradora, si es que tiene la intención de retenernos como clientes. Esta contraoferta podrá ser aceptada o rechazada, según la conveniencia.

Contratación de una nueva hipoteca 

Otra de las opciones que tenemos para mejorar las condiciones de nuestro crédito es cancelar la hipoteca con un nuevo préstamo hipotecario. Aquí tendremos la opción de modificar cualquier condición del préstamo que nos permita el nuevo banco: cambiar a un titular por otro, ampliar el capital, rebajar el interés, eliminar comisiones o bonificaciones o   quitar avales por ejemplo.

Contratar una nueva hipoteca para cancelar el préstamo anterior requerirá firmar dos escrituras: una será para oficializar el nuevo crédito y otra será para cancelar el que tenemos vigente. Una diferencia con la subrogación es que no existe el plazo de 15 días para que el banco actual presente una contraoferta. Sin embargo podemos negociar si queremos una mejora en las condiciones y pedirle una contrapropuesta.

Gastos de subrogación vs gastos de refinanciación con una nueva hipoteca

En estas dos operaciones intervienen distintos procesos, los cuales conllevan distintos costes. Veamos qué gastos están establecidos por ley en cada caso:

Costes de subrogación

  • Tasación de la vivienda

A precio de abril de 2021 una tasación puede costar unos 300 euros de media

  • Comisión de subrogación

Es posible que la hipoteca que firmamos haya tenido una cláusula por subrogación, cuyo coste puede ser de entre el 0% y el 2% sobre el importe pendiente dependiendo de lo que indique la escritura original de la hipoteca y de la fecha en la que la contratamos.

Costes de cancelar una hipoteca con otra

  • Tasación de la vivienda

A precio de abril de 2021 una tasación puede costar unos 300 euros de media

  • Comisión de apertura

Si bien es cierto que muchos bancos no la cobran, hay algunos que si continúan haciéndolo.

  • Gastos asociados a cancelación registral

Estos gastos suelen costar alrededor de 1000 euros de media. Son los que se incluyen dentro de la notaría, gestoría y registro.

  • Comisión por amortización anticipada

Es posible que hayamos contratado una hipoteca en la cual se pagaba por amortizar el pago anticipadamente. Por esto se suele cobrar entre el 0% y el 2% sobre el importe pendiente. Esto también dependerá de la escritura original y de la fecha de contratación de ese préstamo.

Entonces, subrogar o nueva hipoteca?

Si vemos la tabla de costes nos daremos cuenta enseguida que una subrogación nos saldrá más a cuenta que contratar un nuevo préstamo hipotecario. Pero hay que tener en cuenta que una nueva hipoteca nos puede permitir modificar más aspectos del crédito. El coste y el ahorro que podemos obtener con cada operación dependerán de la oferta que nos haga el nuevo banco y de las comisiones que nos cobre el actual.

Es recomendable entonces buscar ofertas de subrogación y otras de refinanciación de hipoteca a través de un nuevo préstamo. Comparando propuestas podremos estar seguros de cuál es la mejor opción.

¿Te fue útil esta información? ¿Conoces más sobre cuáles son las mejores hipotecas de febrero 2021? ¡Esperamos que sí! Nos interesa mucho conocer tu opinión, por lo que si tienes algo para comentarnos puedes escribirnos en la casilla, debajo del post.

Y si necesitas financiación para comprar una vivienda, no dudes en contactarnos. Oi Real Estate cuenta con los mejores asesores, a tu disposición.

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La diferencia de precios entre la obra nueva y la de segunda mano es cada vez más significativa. Así, el segmento de inmobiliario usado cerró el año con rebajas en sus precios. Mientras que el precio medio de la vivienda nueva se situó en 2020 en los 2.476 euros por metro cuadrado en el conjunto de las capitales de provincia de España. Para obtener más información acerca de este tema, ¡sigue leyendo!

Diferencia de precios

Durante la presentación del “Informe Tendencias del Sector Inmobiliario con precios de vivienda nueva”, elaborado por Sociedad de Tasación, su consejero delegado, Juan Fernández-Aceytuno, ha desvelado que el precio medio de la obra nueva despidió el año con un incremento del 0,9% con respecto a 2019.

Siguiendo esta línea, una vivienda de tipo medio de unos 90 metros cuadrados costaría 222.840 euros. Sociedad de Tasación ha explicado que el ritmo de crecimiento del precio se ha ralentizado por tercer ejercicio consecutivo, “manteniendo la tendencia hacia la moderación de los precios iniciada a finales de 2018″.

El estudio demuestra que la brecha entre la vivienda nueva y el resto de modalidades se está ampliando. Según la tasadora, esta tendencia se va a mantener a lo largo del 2021.

¿Qué sucederá con la vivienda nueva?

Por otro lado, ha indicado que la falta de stock de vivienda nueva “va a afectar al mercado”. Y que la vivienda nueva puede recibir inversiones de personas que no quieran o que no sepan invertir en otros productos y prefieran invertir en ladrillo.

Además, Fernández-Aceytuno ha explicado que la tipología de vivienda demandada está cambiando por la pandemia y que “puede haber una oportunidad muy importante” tanto en compra como en alquiler. Sobre todo para aquellas personas que quieran salir del centro de las ciudades.

Si nos referimos al mercado de segunda mano, los descuentos se mantienen en torno al 5% desde marzo 2020. Y solo ha subido medio punto la capacidad de negociación.Ese medio punto es una tendencia del mercado, y la vivienda usada es más susceptible de negociar. Mientras que en vivienda nueva los promotores han mantenido precios y no han rebajado.

Si hay algo en lo que los expertos están de acuerdo es en que la contracción del precio será desigual en España. “Se espera un menor ajuste en el precio de la vivienda nueva porque su oferta va a ser más limitada”, apunta Félix Lores, economista de BBVA Research.

Diferencia de precios

Diferencia de precios entre obra nueva y usada

La vivienda de segunda mano se lleva la parte más fea en esta crisis. Ya en septiembre, el Consejo General del Notariado registró un abaratamiento de las casas usadas de un 9,4% interanual. En octubre, el descenso fue del 3,3%. Las noticias sobre la llegada de las vacunas han cambiado las expectativas de los vendedores, que se muestran resistentes a las grandes bajadas de precios. Esto está afectando al cierre de operaciones: la compra de vivienda de segunda mano bajó un 15,2% interanual en octubre, según el INE.

Desde el portal inmobiliario Fotocasa creen que el precio de la usada no caerá en exceso, porque está un 37% por debajo de los años del boom, Aunque reconocen que es un momento para buscar oportunidades. Según su último estudio, siete de cada diez profesionales inmobiliarios prevén bajadas de precios en los próximos seis meses. El 39% afirma que la recepción de solicitudes de contacto ha disminuido mucho. Y el 28% que ha caído ligeramente.

Con respecto a la vivienda usada, varios expertos, como Gonzalo Bernardos, aconsejan vender ya para no tener que aplicar más rebajas y comprar a lo largo de 2021. “En el primer trimestre del año habrá más ofertas”, dice convencido. En cualquier caso, “dada la enorme incertidumbre respecto a las variables fundamentales, incluyendo precios, las decisiones de compra deberían sustentarse en las circunstancias personales o familiares”.

Vivienda nueva: Los precios resisten

En lo que respecta a la vivienda nueva, los precios parecen resistir la crisis, al menos, de momento. Esto es así porque las estadísticas que surgen ahora corresponden a contratos privados firmados hace dos años.

Generalmente, el precio de la usada suele ser un indicador adelantado de lo que sucederá con la nueva. Pero, en este caso, las grandes promotoras insisten en que no habrá grandes rebajas. “Hay que tener en cuenta que se están produciendo 100.000 viviendas al año y hay demanda suficiente para cubrir esta cifra”, afirma Daniel Cuervo, secretario general de la patronal APCEspaña.

A pesar de la diferencia de precios, la vivienda nueva parece ganar terreno

Actualmente, existe un cambio de preferencias del comprador. Ahora busca terrazas, balcones, zonas comunes y más metros cuadrados. En este sentido, sale ganando la obra nueva y las periferias, antes penalizadas. “Tener calidad y buenos espacios comunes se ha puesto al nivel de importancia de la ubicación”, cree Consuelo Villanueva, directora de Instituciones y Grandes Cuentas de Sociedad de Tasación. “Las promociones con las últimas viviendas a la venta, en algunos casos áticos y bajos con jardín y aquellas más grandes, han sido favorecidas por la búsqueda de más amplitud por parte de los clientes”, apunta Cuervo.

Otra ventaja para la vivienda nueva es la migración de dinero financiero a dinero inmobiliario. Es decir que la vivienda se plantea como un valor refugio de ahorros. De hecho, “cuando comience la recuperación, parte del ahorro acumulado de las familias, ahora en máximos, irá a bienes de consumo y a comprar vivienda como inversión, para su puesta en alquiler”, cree Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas. De esta manera, se pondrá freno a la caída de precios.

La pandemia y la diferencia de precios

La crisis por pandemia también se está notando en la actividad constructora. El número de visados para iniciar viviendas ha bajado un 30% hasta septiembre y esto repercutirá en la edificación de 2021 y 2022. “En 2021 podríamos ver una reducción de la producción en torno a 70.000 viviendas, lo que supone retroceder hasta niveles de 2016”, argumentan en Colliers International. Esta reducción de la oferta es lo que lleva a los promotores a afirmar que los precios no sufrirán grandes variaciones a la baja.

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La superficie de una vivienda es un parámetro característico muy importante de la misma. El valor de la vivienda es directamente proporcional a la superficie: a mayor superficie mayor valor. También es muy importante diferenciar correctamente los términos que habitualmente se utilizan cuando se está hablando de superficies, ya que no son lo mismo. Los más empleados son la útil y la construida.

¿Qué es la superficie útil de una vivienda?

La superficie útil es la del suelo, delimitada por el perímetro definido por la cara interior de los cerramientos externos de un edificio o de un elemento de un edificio. Incluyendo la mitad de la superficie del suelo de sus espacios exteriores de uso privativo cubiertos (tales como terrazas, balcones y tendederos, porches, muelles de carga, voladizos, etc.), medida sobre la proyección horizontal de su cubierta.

En palabras más simples, la superficie útil (o metros útiles de una vivienda) es la superficie que se puede pisar dentro de la casa. En este concepto entra todo el interior de una vivienda (incluidos los armarios). Pero quedarían excluidas todas las partes que, aun estando dentro de la casa, no son útiles. Como, por ejemplo, los tabiques, pilares y demás elementos estructurales.

La información de esta proporciona una idea del espacio del que dispondrá para vivir.

No se considerará superficie útil la superficie ocupada en planta por cerramientos interiores fijos, por los elementos estructurales verticales y por las canalizaciones o conductos con sección horizontal superior a los 100 centímetros cuadrados. Y tampoco a la superficie del suelo cuya altura libre sea inferior a 1,5 metros. Incluso, no se considerará superficie útil la ocupada por los espacios exteriores no cubiertos.

¿Qué es la superficie construida?

En esta superficie se incluirán todos los metros cuadrados que estén dentro del perímetro de la vivienda. Si se compartieran paredes con algún vecino, el perímetro se medirá desde la mitad de esas medianeras. Se suelen computar también los tabiques, galerías, conductos de ventilación e instalaciones. En uso residencial, no se considera superficie construida los espacios de altura inferior a 1,50 metros.

Esta siempre es mayor que la útil, para un piso de 100 metros cuadrados, la diferencia está en torno al 10%.

¿Cuál consta en catastro?

En catastro los metros cuadrados de una vivienda que aparecen son la superficie construida y los elementos comunes.

Cuando hablamos de edificios y urbanizaciones es muy diferente a la superficie útil e incluso a la construida simple, ya que aquí se incluyen los pasillos y las zonas comunes.

En la información catastral de un bien inmueble, aparece la superficie construida de catastro por un lado y las superficies de los elementos comunes por otro. En caso de que la plaza de garaje y el trastero formen parte de la misma referencia catastral, también aparecen desglosadas sus superficies por separado.

La superficie del catastro es muy importante, ya que marca el coeficiente de participación de una vivienda en la comunidad de propietarios y también porque el IBI (impuesto de bienes inmuebles) se paga en función de esa superficie.

¿Cómo se miden?

Conocer la superficie exacta con la que cuenta una vivienda es una cuestión clave para su propietario. Seguro que siempre te has preguntando cómo se mide la superficie de una vivienda o por qué hay tanta diferencia entre metros cuadrados construidos y útiles. La superficie es uno de los elementos que determinan el valor del inmueble.

De igual modo, también condiciona el tipo de fiscalidad ante la que el titular del inmueble debe responder. Sin embargo, calcularla no resulta fácil, pues en función de la vivienda que se trate, hay que aplicar un determinado sistema de medida. Analizamos los elementos que se deben tener en cuenta para realizar este cálculo correctamente y cómo queda reflejado en los documentos inmobiliarios.

Tres medidas estándar

Para hallar la superficie real de una vivienda en España se aplican tres medidas estándar. Estos conceptos son superficie útil, superficie construida y superficie construida con elementos comunes. Se desarrollan, según explica Paloma Arnaiz Pérez-Villamil, secretaria general de la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), bajo la orden ministerial ECO 805/2003.

A juicio de esta experta, la útil es el espacio que se puede pisar físicamente cuando se recorre por dentro una vivienda, la cual incluye el espacio “que queda delimitado por las caras interiores de los muros perimetrales de la vivienda”. Ya sean fachadas o muros medianeros. Y excluye la superficie ocupada por los tabiques, pilares, columnas o tuberías.

Por su parte, la superficie construida incluye la superficie útil “más el espacio ocupado por los cerramientos interiores fijos, los elementos estructurales verticales, las canalizaciones o conductos con sección horizontal superiores a 100 cm2 y las partes en las que la altura libre sea inferior a 1,5 metros”.

Así lo confirma José María Basañez, presidente de TecniTasa. Quien agrega que la superficie construida también se compone del espacio “correspondiente” a los cerramientos exteriores, “computado al 100% si son de fachada o medianeros, o al 50% si son compartidos con otros elementos”.

Con respecto a los edificios de viviendas plurifamiliares, en ellos se aplica el concepto de superficie construida con elementos comunes. Este término incluye, según Rubén Cózar, director del área residencial de Foro Consultores, “las zonas comunes de la finca y suma a cada vivienda la parte proporcional”. Entre otros, de portales, vestíbulos, escaleras, cuartos de basuras, contadores y aljibes.

¿Cómo computan en la superficie de la vivienda las terrazas y los patios?

A la hora de computar el espacio que representan elementos representativos de una vivienda, como son las terrazas y balcones, patios, porches o tendederos se requiere que el propietario conozca el porcentaje de cobertura con el que cuenta cada uno de ellos. Para Arnaiz Pérez-Villamil, se sumará el 50% de la superficie de este espacio a la superficie útil de la vivienda “si se trata de un espacio cubierto y su superficie de suelo es inferior al 15%” al resultado final de este concepto.

Por el contrario, esta experta matiza que si se trata de un espacio cubierto cuya superficie de suelo es superior al 15% de la superficie útil de la vivienda “no se sumará ningún espacio”. Tampoco se agregará ninguna superficie si el elemento es un espacio descubierto. No obstante, desde la AEV recuerdan que, cuando se calcule el valor del inmueble “sí se tendrá en cuenta que esos espacios exteriores existen”. Por ejemplo, buscando viviendas comparables en el mercado que también los posean o valorándolos de forma independiente.

¿Cómo se mide la superficie de una vivienda de protección oficial?: El valor de módulo y el valor de vivienda libre

Las viviendas de protección oficial presentan una serie de particularidades en cuanto a superficie útil, ya que como afirma Diego Lasaosa, CEO de Certicalia, “este espacio debe ser, como mucho, de 90 metros cuadrados”. Además, la medición de los elementos contenidos en el apartado anterior, como son las terrazas o los patios cubiertos, “se computan al 10%, no al 50%, como en el resto de viviendas”. Estas diferenciaciones, para Arnaiz Pérez-Villamil, “en ningún caso han de generar problemas”.

En concreto, esta experta sostiene que, para medir los inmuebles de protección oficial, “se determinan habitualmente dos indicadores”, como son el valor de módulo y el valor de vivienda libre, “tomándose como indicador de medición el que resulta inferior”. En el mismo sentido, desde la AEV recuerdan que el valor de medición se halla haciendo uso de las mismas reglas de cómputo de superficies comunes “y que deberá coincidir con el valor que figura en la cédula de calificación de la vivienda”. Por el contrario, el valor como vivienda libre se calcula con las normas de cómputo propias de la normativa de tasación, “no existiendo interferencias entre ambos valores”.

¿Cómo se refleja la superficie de una vivienda en el Catastro y en el Registro de la Propiedad?

La superficie final que queda reflejada en órganos como el Catastro o el Registro de la Propiedad resulta fundamental para el propietario de una vivienda. En el primer caso, recuerdan desde Foro Consultores, suele quedar plasmado el resultado relativo a la superficie construida de la vivienda. Un parámetro, señala Cózar, “que se tendrá en cuenta, entre otros tributos, a la hora de pagar el IBI”.

Por su parte, no existe un criterio definido sobre la superficie que se ha de reflejar en el Registro de la Propiedad. En este sentido, desde la AEV reconocen que pueden encontrarse escrituras “en las que se refleja únicamente una de las tres medidas, dos de ellas o incluso las tres, cuando se trata de inmuebles de construcción e inscripción reciente”. De la misma opinión se muestran desde TecniTasa, desde donde resaltan la importancia de llevar a cabo “una correcta medición, análisis y adopción de superficies” por parte de tasadoras homologadas por el Banco de España.

firma

¿Qué superficie escoger a la hora de anunciar un inmueble? ¿Y en el momento de escriturarlo?

Los expertos consultados coinciden en afirmar que, a la hora de anunciar una vivienda en venta, el propietario ha de ofrecer a los potenciales compradores la mayor y más útil información posible. De ahí, que aconsejen reflejar en sus ofertas tanto la superficie útil como la construida con la parte proporcional de elementos comunes. El primer indicador, señala Arnaiz Pérez-Villamil, “permite al comprador hacerse una idea de la cantidad de espacio pisable del que va a disponer”. De igual modo, hace hincapié en que, al hacer público el segundo, “se le permite acceder a la información que tomará como base para fijar el valor de la vivienda”.

Finalmente, Lasaosa explica que en las escrituras, “el notario suele indicar, cuando detalla las características del inmueble, tanto la útil como la construida”. Una información que suele coincidir con los metros cuadrados que se muestran en la Nota Simple del inmueble. A la cual el interesado ha accedido acudiendo previamente al Registro de la Propiedad.

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