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Existen clientes de todo tipo. En el sector inmobiliario, la mayor parte de ellos, acaso se mostrarán afables y en lo general accesibles. De hecho, recurren a ti como asesor inmobiliario porque reconocen estar frente a una situación compleja de manejar y frente a la que deben ser muy cuidadosos. La compraventa o alquiler de una vivienda no es algo que pueda encararse desde el llano, tanto por el vendedor como por el interesado. Sobre todo teniendo en cuenta los marcos legales o urbanísticos. Una de las cualidades de un asesor debe ser conocer esos vericuetos en su totalidad. Pero… ¿Qué hacer con aquellos que te contratan a ti o a tu agencia, pero que terminan por complicar o entorpecen tu trabajo? Tanto buenos como malos clientes deben ser bien recibidos. Hoy en Oi Real Estate, veremos algunos consejos sobre clientes complicados en gestión inmobiliaria. ¿Cómo identificarlos y acompañarlos en esta etapa? Te invitamos a leer la nota hasta el final para conocer mucho más.

¿Escapar de los clientes complicados?

La teoría que afirma que tratar clientes complicados es malgastar un tiempo que podrías estar empleando en uno dócil es (al menos en el real estate) una noción que deberíamos descartar. Lejos de ello, creemos firmemente que todos los clientes deben ser guiados hasta llevar a buen puerto sus diligencias, sean cual fueren. El primer paso será dejar claro (acciones concretas mediante) que no estás allí de favor, sino que realizas un trabajo que sabes hacer, que conoces bien, y que por dichas causas (entre muchas otras) te ha elegido como gestionador en esta operación.

Un mal cliente es fácil de ser reconocido. Pero si recién estuvieras comenzando a dar tus primeros pasos en el sector inmobiliario, debes estar atento a una serie de situaciones que no deberías dejar pasar. Estos individuos traumáticos serán una porción mínima en tu inventario de clientes, pero definitivamente existen y te darán la pauta de que más que “no querer” trabajar con ellos, será que “no podrás hacerlo” en las condiciones que imponen.

¿Reticente a las firmas de documentos?

Un ejemplo claro y entre esos pocos que harán que desistas del proyecto, es enfrentar a aquel cliente que no está dispuesto a la firma de los formularios iniciales para comenzar una venta o una búsqueda. No deberías trabajar así. Como agente inmobiliario estarás expuesto a muchos trámites del orden legal, en cada uno de tus movimientos. Obligadamente debes estar autorizado por el cliente para ello. El “luego lo vemos” o el “luego firmamos” es una muy mala carta de presentación de parte del cliente y una clara forma de mostrarte la irregularidad con la que planea manejar las situaciones venideras.

Este es el único caso en el que te recomendamos ni siquiera empezar a negociar. No por cerrarle la puerta, ni por tu incapacidad de manejar una situación compleja; sino porque sin un contexto legal, un agente inmobiliario no puede trabajar.

Clientes problemáticos en gestión inmobiliariar

En tu camino de asesor inmobiliario, te encontrarás con una variedad de clientes problemáticos. Entre los más recurrentes, están quienes tasan o valoran por sí mismos su propiedad a un precio elevado, para nada conveniente y que ni siquiera se muestran apremiados por vender.

En cuanto un cliente venga hacia ti con un precio inamovible bajo el brazo, muéstrate curioso por conocer las causas del resultado al que condujo dicho cálculo. En lo general, la explicación que un cliente te ofrecerá para defender su tasación o valoración será algo disparatada. La más común: se ha enterado que un vecino ha vendido una vivienda cercana y muy similar a la suya a un valor incluso mayor al que él propone. Si conoces apenas un poco del real estate y sus fórmulas, sabrás que esto es un disparate.

Cuando el cliente pone las reglas

La solución a este caso es muy sencilla y uno de los motivos por los que un agente inmobiliario debe permanecer actualizado todo lo posible. Para ello, ten a la mano un análisis de mercado regional vigente. Exhíbelo y propónle verlo juntos. Intenta hacerle entrar en razón mediante datos duros. Si no tuvieras un estudio ya elaborado, pues tómate un par de jornadas para confeccionarlo específicamente respecto a su barrio. Casi no habrá mejor manera de erradicar de la mente del cliente la idea popular de “iniciar la venta a un precio alto, e ir bajándolo con el tiempo”. Generalmente, los clientes toman tu idea y disminuyen sus pretensiones o simplemente retiran su propiedad de la venta.

Soy tu asesor inmobiliario

Tratar con clientes complicados, implicará también relacionarse con quienes se creen pares tuyos. Cualquiera que esté en el negocio inmobiliario, desde la recepción de la agencia, pasando por los agentes de ventas hasta sus directivos, identificarán de inmediato a estos “clientes expertos en el mundo inmobiliario”. Mayormente se tratará de alguien que ya ha intentado vender su propiedad por su cuenta y que por supuesto ha fracasado en el intento.

Ya ha colocado carteles de venta (seguramente en lugares inapropiados o poco visibles al público) y distribuido algún que otro folleto o “flyer” en las tiendas locales. Sin éxito, recurre a una agencia para resolver el asunto, pero persiste en no soltar las riendas. Te indicará cómo exhibir la propiedad, por dónde empezar, dónde acabar. Definitivamente “sienten” que pueden vender ellos su vivienda, pero por extraños motivos no lo logran.

La solución con este tipo curioso de cliente, radicará en mostrarte abierto a sus opciones y demostrar que sigues (en parte) con la mayoría de sus directivas. Pero, paulatinamente deberás ir implementando tus métodos de venta, que son en definitiva los que van a llevar la operación a buen puerto. Muchos recomiendan huir de ellos, pero ese consejo no lo encontrarás aquí. Insiste.

La multicompetencia inmobiliaria

Te encontrarás con clientes que te entregan rápidamente su propiedad para la venta. Al poco tiempo, descubres que tres o cuatro agentes inmobiliarios se encuentran manipulando la misma vivienda, con el mismo fin. Pues, no te desanimes. Es un hecho muy común y característico entre las dificultades de tratar con clientes complicados en el sector inmobiliario.

Primero que nada, ante estos casos de multi competencia, averigua quiénes son esos agentes. Si estás en el negocio, seguramente conozcas a alguno de ellos. Nuestra recomendación es mantener siempre una buena relación con la competencia. Intercambia información respecto a la propiedad, condiciones entabladas con el resto de los agentes inmobiliario y detalles menores. No abandones la venta precozmente. Ofrécele tu atención, pero relégala en tus operaciones para que no te quite tiempo y energías en exceso. Nunca se sabe cómo termina este tipo de diligencias “compartidas”.

Evalúa y actúa en consecuencia

Todos los propietarios precisan ayuda para vender su inmueble. Tratar con clientes complicados es parte de tu rutina diaria de trabajo. Aplica los conocimientos y haz un buen uso de la información. Si te basas en actuar siempre en consecuencia de la evaluación respecto a cada caso, dando por hecho que todos son diferentes, verás que ningún cliente es tan complejo como parece.

Hemos visto cómo enfrentarse a clientes problemáticos en gestión inmobiliaria. Si tienes tus tácticas autodidactas, nos encantaría conocerlas en la bandeja de entrada, al pie del artículo. Tu palabra es siempre bienvenida.

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