El sector inmobiliario, desde el punto de vista industrial, es uno de los grandes contenedores de otros circuitos de mayor o menor envergadura. En este sentido, millones de personas se ven incluidas cada una desde el sitio que les toca; y en su gran conjunto quedarán constituidos sendos y diversos mercados, protagonistas de las economías regionales. Marketing, construcción, arquitectura y turismo son cuatro de las industrias que (entre muchas otras) podrían considerarse satélites y de injerencia en el real estate; dentro y fuera del mercado de la compraventa de inmuebles. A su vez, todos ellos enmarcan muchos otros circuitos, que en algunas ocasiones podrán trastocarse y en otras funcionarán de forma mancomunada. En este artículo de Oi Real Estate veremos el auge de las casas verdes en pos de un porvenir menos perjudicial para la salud del planeta y la nuestra.
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Un planeta con problemas
Los niveles de consumo energético y sus consecuencias en sostenibilidad están encendiendo las alarmas en muchos sentidos. Las poblaciones de los países más o menos desarrollados persisten en trasladarse y afianzarse de forma permanente en las ciudades; que con tal de satisfacer tal demanda terminan por incrementar los niveles demográficos a escalafones impensados ¿Están las ciudades más modernas lo suficientemente preparadas? ¿Hasta qué punto soportarán los sistemas energéticos de las metrópolis?
El sector inmobiliario no debería ser ajeno a esta problemática; y de hecho no lo está. Una rama del real estate, en conjunción con los mercados de arquitectura, construcción y el marketing (este último como pata fundamental) plantea una solución acorde a los tiempos que corren: las casas verdes ¿Habías oído hablar de ellas? Te contaremos de qué se trata.
Habituarse a un nuevo estilo de vida
Las casas verdes no ocupan aún un lugar de importancia real en los porcentajes de transacciones del business en bienes raíces. Muchos otros circuitos comerciales comparten ese estadio de “auge” o de “proyectos bien vistos”; como lo son el coworking en el mercado de oficinas y la domótica implementada en propiedades construidas desde cero o acopladas a una vivienda ya construida.
Sin embargo, estamos hablando de una tendencia que hasta hace algunos pocos años era ignorada o resistida por la mayoría de los circuitos comerciales y por los usuarios. En este sentido y mirando hacia atrás, comprobamos el hecho irrefutable: la ecología se ha puesto de moda.
Hacia comienzos de siglo las personas buscaban incorporar más y más artefactos que para su funcionamiento precisan indispensablemente de la energía eléctrica; hoy día la problemática respecto al calentamiento global provoca que nos replanteemos ciertos elementos de nuestra vida cotidiana. Aunque la gran mayoría tal vez no se sienta preparada para habitar de forma permanente una casa verde, ya muy pocos podrían negar que hacerlo contribuiría a la salud del planeta y a un futuro mejor para las próximas generaciones ¿Se trata entonces de un asunto de concientización?
El auge de las casas verdes
¿De qué hablamos si hablamos de casas verdes? Pues este concepto se ha engrosado con el paso del tiempo. Una casa verde no es simplemente una propiedad iluminada mediante lámparas led; es un concepto que va mucho más allá y que no detiene su marcha a la hora de extender sus parámetros en medidas que protejan la sostenibilidad ambiental.
Una casa verde deberá ante todo contar con las siguientes características de base:
- Emplear mecanismos que utilicen gas natural para el consumo de agua caliente.
- Disponer de un diseño eficiente en cuanto a sistemas de ventilación e iluminación naturales.
- Aplicar paneles solares para proveer de energía al total de la unidad.
El factor humano
¿Puede el cuidado ambiental quedar en manos solamente de la casa que habitemos? Por supuesto que no. Habitar una casa verde implicará también una conducta responsable por parte de sus familias moradoras. Cuando decimos que “la ecología se ha puesto de moda”, también nos referimos a la importancia clave de una “educación verde”; ya que estilo de vida de las personas será el aporte clave y definitivo para alargar la vida del planeta.
Costumbres como el reciclaje a conciencia de los desechos cotidianos; el uso mínimo de elementos energéticos no renovables; así como maximizar el aprovechamiento y minimizar el consumo del agua para el uso habitual, serán estrategias cotidianas que complementarán el sentido de una casa verde.
Organismos internacionales al servicio de lo sostenible
Estos proyectos, al menos de momento, con mayor incidencia en los Estados Unidos y los países nórdicos, ya son avalados por organismos internacionales que certifican su correcta funcionalidad. En cierto modo, este tipo de regulaciones permiten, habilitan y avalan los sistemas más innovadores de cuidado medioambiental; por supuesto siempre y cuando sean seguros y aptos para ofrecer los niveles estándar de habitabilidad.
En dicho contexto y entre muchos certificados de valoración medioambiental, sobresale la certificación LEED, en su acrónimo de Leadership in Energy & Environmental Design; en español Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental. Dicho certificado de aplicación internacional fue pergeñado al inicio mismo del siglo XXI (más precisamente en el año 2000) por el Consejo de Edificación Sustentable de los Estados Unidos; y se ocupa de evaluar y ofrecer una valoración plata, oro y platino, así como una puntuación que va del 1 al 100. En este sentido, las autoridades municipales de cientos de ciudades alrededor del mundo otorgan ya mayores beneficios (como por ejemplo la disminución en la carga de impuestos) dependiendo de la puntuación obtenida.
¿Qué opinas del auge de las casas verdes? ¿Crees que se trata de una tendencia que conseguirá finalmente sus propósitos o se quedará rezagada en su intento de concientización sostenible?
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