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casa en la playa

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El confinamiento derivado de la crisis del Coronavirus ha movilizado las bases del estilo de vida español. El uso de mascarilla es la costumbre más evidente, pero también nacen nuevas preferencias a la hora de comprar un piso.

El pasado 15 de marzo el gobierno español dictaminó el confinamiento de toda la población. En consecuencia, los hogares se transformaron en inmuebles multifuncionales. Comenzaron a redefinirse los espacios que dejaron de ser lugares de ocio y de descanso para transformarse en oficinas, aulas de aprendizaje, gimnasios y salas de juego. Gracias a esta experiencia, nace una nueva tendencia que valoriza aspectos de las construcciones que antes se consideraban prescindibles. Los pisos de lujo son, sin lugar a dudas, los protagonistas de este cambio.

Costa Brava

En los últimos meses, los españoles pasaron muchas horas dentro de sus casas y, desde entonces, la posibilidad de disfrutar del aire libre sin tener que salir se volvió primordial. Por ello, los grandes ventanales y las terrazas, jardines o balcones incrementaron su valor para el cliente a la hora de comprar o alquilar su nuevo piso. También se revalorizó la presencia de piscinas privadas o comunitarias, que aliviaron a muchos en los inicios del verano.

Las aglomeraciones (que siguen incrementando los contagios en las grandes ciudades) y la inevitable evolución del trabajo hacia el home office, también crearon un nuevo escenario inmobiliario.

Los usuarios que antes elegían vivir cerca del trabajo, ya no lo necesitan; basta con tener un ordenador portátil para poder trabajar desde cualquier lugar. En consecuencia, se prevé un desplazamiento desde el centro hacia la periferia. O bien, las mudanzas hacia pueblos cercanos a la ciudad. Aquí también influye la necesaria interacción con la naturaleza, lo que permite que las horas de descanso sean más plenas. Se afianza entonces la preferencia hacia vivir en las segundas residencias o comprar inmuebles en la Costa Brava o en la montaña.

casa en la playa

Existe una estrecha relación entre las características del hogar y la calidad de vida. Los clientes siguen buscando tranquilidad y bienestar, aunque estos conceptos se materializan en nuevas preferencias y nuevas expectativas sobre su futura casa.

Frente a esta nueva normalidad, la cercanía al lugar del trabajo, los ambientes pequeños y los espacios cerrados están perdiendo valor. En contraposición, los espacios amplios, la presencia de piscinas, la cercanía con la naturaleza y la luminosidad están ganando protagonismo a la hora de comprar. Los pisos que cumplen con estas características son ahora mismo los más valorados.