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Desde Oi Real Estate queremos contarte todo lo que debes saber sobre el aval hipotecario. Si te solicitaron ser avalista de un préstamo, pero no sabes cuál es su función y los requisitos a cumplir, este artículo es para ti. Continúa leyendo para saber cuál es el compromiso que estarás adquiriendo. ¡Pon atención y toma nota!

¿En qué consiste ser aval hipotecario?

Un aval es una persona o entidad que se ofrece como garantía de pago en caso de que el titular de un préstamo no llegue a liquidar su deuda. Por lo general, es solicitado por la institución financiera en donde se otorgará el financiamiento.

Si desconoces qué significa ser aval de un crédito hipotecario, debes saber que al aceptar ser avalista pasarás a adquirir la deuda del titular y tendrás la obligación de pagarla.

Antes de aceptar la responsabilidad, debes averiguar si la persona en cuestión tiene estabilidad económica para comprar una vivienda y solventar el préstamo. No pongas en riesgo tu patrimonio si no le tienes la suficiente confianza. Infórmate sobre las obligaciones que tiene un avalista y evítate problemas a futuro.

¿Qué es un aval hipotecario según El Banco de España?

El Banco de España define al aval como “una forma de garantizar o asegurar el cumplimiento de obligaciones económicas. Quien avala (el avalista) se declara dispuesto a hacer frente a los compromisos del avalado (por lo general, el pago de una determinada cantidad de dinero) frente a una tercera persona o empresa (el beneficiario del aval) en caso de que el avalado no lo haga. En otras palabras, el aval es una garantía que nos obliga a cumplir o pagar por un tercero en el caso de que éste no lo haga.

Hace algunos años era una figura muy común al momento de contratar una hipoteca. No obstante, la crisis generó un antes y un después en su utilidad. Actualmente, las entidades bancarias dan mayor importancia a la capacidad real de pago de los clientes que quieran contratar un préstamo hipotecario. Por tanto, el aval no suple las dificultades que pueda tener un hipotecado para cumplir sus compromisos y no sirve de nada si el cliente no puede pagar.

Requisitos para ser aval de un crédito hipotecario

Para avalar un préstamo, se exige la misma capacidad de pago que a quien se le concede el dinero. Esto implica una serie de requisitos que te detallaremos aquí:

  • Tener solvencia económica

Para ser aval de un crédito hipotecario es fundamental contar con suficiente solvencia económica, en caso de que tu avalado no pague su préstamo y tengas que hacerte cargo de su deuda.

Deberás entregar a la entidad financiera un comprobante de tu nómina, pensión o cualquier otra fuente de ingreso que sea comprobable.

  • No contar con deudas pendientes

La institución financiera aceptará la figura del avalista si tiene el historial crediticio limpio, no posee deudas hipotecarias y carece de deudas pendientes por préstamos bancarios o departamentales.

La figura del avalista debe mantener una economía estable durante el periodo del contrato por si se presenta un incumplimiento por parte del titular.

  • Contar con bienes sin hipotecar

Para ser aval hipotecario es conveniente que cuentes con inmuebles sin hipotecar y ya estén pagados. De esta forma, si el titular de la hipoteca decide no terminar de pagar el financiamiento, tu bien quedará como garantía adicional y la deuda se cubrirá con tu patrimonio.

  • Ingresos estables

Además, se debe garantizar que el aval cuenta con ingresos estables y no presenta deudas gravosas.

Los ingresos estables se pueden asegurar si tienes un empleo con un contrato indefinido, si eres jubilado o pensionado, o bien, si eres dueño de un negocio.

¿Qué debe contener un aval?

El aval es un contrato privado cuyas características se establecerán en dicho contrato, que debe contener, entre otros puntos:

  • Identificación tanto del avalista como del avalado y el beneficiario del aval.
  • Concreción de la obligación garantizada.
  • Plazo de duración y la exigibilidad de la garantía.
  • Requisitos para que el beneficiario pueda ejecutar el aval o exigir su cumplimiento.
  • Condiciones para la cancelación en caso de que no haya fecha concreta de finalización.
  • Comisiones y gastos a pagar por el avalado.

¿A qué te comprometes siendo avalista de un préstamo?

Tanto en una hipoteca con aval, como en cualquier otro tipo de préstamo, el avalista deberá responder con todos sus bienes presentes y futuros hasta lograr saldar la deuda pendiente, se se da un caso de impago por parte del titular.

No obstante, para llegar a esta situación, se requiere un proceso en el que, en primer lugar, tendrá que quedar demostrada la capacidad de pago del titular del préstamo hipotecario (o de cualquier otro tipo), tanto con su sueldo o ingresos como con su patrimonio. Es entonces cuando el avalista debe pasar a hacerse cargo del pago de las cuotas mensuales del préstamo, y también, de los intereses de demora que probablemente se hayan generado por el retraso en el pago por parte del titular.

En otras palabras, recaerán en el avalista las mismas obligaciones de pago y consecuencias legales en caso de impago. Se puede dar el caso de embargo del sueldo, o bien, de los bienes inmuebles del avalista. No obstante, es importante aclarar que este extremo es poco frecuente.

Maneras de avalar un préstamo

Hay distintas maneras de avalar un préstamo. Algunas de ellas, únicamente contemplan una responsabilidad parcial de pago. De este modo, se limita la cantidad de dinero que tendrá que devolver el avalista llegado el caso, una cantidad que no sería la totalidad de la deuda de la hipoteca con aval.

Más allá de la responsabilidad de pago, el avalista tendrá que considerar que esa deuda, si bien no es suya, le hará figurar en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE). Esta base de datos se encarga de registrar los préstamos, créditos y avales que las distintas entidades de crédito mantienen con sus clientes. Es fundamental aclarar que, el CIRBE no es lo mismo que las listas de morosos, son dos cosas totalmente diferentes. Por ende, al figurar como avalistas, se reduce nuestra capacidad de obtener para nosotros mismos un préstamo o crédito, ya que pesa sobre nosotros la posibilidad de tener que hacer frente al pago de otra deuda.

Ahora que ya sabes lo que implica ser aval hipotecario, si cumples con los requerimientos será más simple que la entidad bancaria apruebe la figura del aval de un préstamo hipotecario. Si decides ser aval es fundamental que estés informado sobre la deuda del titular. Conocer si está al corriente de sus pagos y saber su situación económica. Es importante mantenerte al pendiente del préstamo para que no tengas problemas legales ocasionados por un crédito moroso.

¿Cuándo es necesario tener un aval?

No hay una única situación en la que sea necesario contar con un aval. No obstante, por lo general, se puede decir que va a ser necesario siempre que el solicitante del préstamo hipotecario no cuente con un perfil lo suficientemente seguro para la entidad bancaria. En otras palabras, cuando quien solicita el préstamo no ofrezca las garantías suficientes a la entidad de que podrá devolver el dinero prestado y los intereses en tiempo y forma.

Con respecto a esto, los bancos suelen solicitar un aval para conceder una hipoteca en los siguientes casos:

  • Si no se tiene un contrato fijo.
  • Cuando el sueldo es demasiado bajo.
  • Si no se cuenta con unos ingresos estables y regulares (por ejemplo, ciertos autónomos).
  • Cuando quien solicita la hipoteca tiene una edad avanzada.
  • Cuando la cuota hipotecaria supondrá más del 40% de los ingresos del hipotecado.
  • Cuando la hipoteca sea mayor al 80% del precio de tasación de la vivienda que se va a adquirir.

En todas estas situaciones, es habitual que las entidades bancarias soliciten un aval antes de conceder la hipoteca. No obstante, cada banco puede presentar sus propios requisitos para la concesión del préstamo hipotecario. De hecho, las condiciones pueden variar de uno a otro. Es por este motivo que, resulta fundamental comparar hipotecas si se tiene pensado solicitar un préstamo de este tipo. La realidad es que las condiciones varían demasiado de un banco a otro, así como de un producto hipotecario a otro incluso en la misma entidad.

Los peligros de ser aval hipotecario

A pesar de que la figura se encuentra en desuso, la realidad es que no podemos olvidar los riesgos que supone ser avalista. Como decíamos unas líneas más arriba, el avalista asume un riesgo indirecto. El artículo 1911 del Código Civil es el que contempla la obligación del deudor de responder con sus bienes presentes y futuros de las deudas. Una obligación que atañe tanto al prestatario como a quien le respalda.

En definitiva, ser avalista significa ser solidariamente responsables de la deuda contraída por un tercero hasta el punto de responder con nóminas, pensiones hasta el mínimo inembargable, saldos, fondos de inversión, acciones, inmuebles, entre otros. Y durante toda la vida del préstamo, incluso si fallece el deudor.

Al momento de solicitar financiación, mientras mayores garantías de pago se aporten, mayores serán las opciones de concesión del préstamo. Los avales son una de las maneras para aumentar estas garantías de pago y que la operación de financiación llegue a buen término.

Ser avalista, por tanto, es una figura que entraña más riesgo de lo que se pudiera pensar. Aunque se podría entender como un acto generoso, la realidad es que supone una decisión con la que comprometer el patrimonio presente y futuro. 

Es muy importante tener en claro cuál será la duración del aval, ya que no se cancelará o se extinguirá hasta que no lo haga la obligación garantizada o principal de la persona avalada.

En los días previos a la firma del préstamo hipotecario, el avalista y el avalado deben reunirse con el notario. El notario se encargará de explicar que si el avalado no paga el préstamo, se le reclamará al avalista, que responderá con todos sus bienes, incluida su vivienda habitual.

¿Qué sucede si el avalista fallece?

Es importante aclarar que, si es el avalista quien fallece, la responsabilidad se mantiene y sus herederos deberán responder en caso de incumplimiento de pago por parte del prestatario. Es por este motivo que, los expertos recomiendan analizar cuidadosamente las consecuencias antes de tomar la decisión de avalar a otra persona.

Esta es otra cuestión muy importante a tener en cuenta antes de acceder a convertirse en avalista. La figura del avalista no desaparece cuando el avalista fallece. Ya que las obligaciones, según estipula el Código Civil en su artículo 1.156 no contemplan el fallecimiento como causa de extinción de la deuda. 

Por lo tanto, las obligaciones solo se extinguen por el pago, por la condonación de la deuda, por compensación de la deuda, por novación, por pérdida de la cosa debida o por la confusión de los derechos de acreedor y deudor. Entonces, la figura del avalista, en caso de fallecimiento, se transmite en herencia. Eso sí, siempre y cuando los herederos acepten la herencia. En este punto, es importante recordar que se hereda todo, tanto derechos, como obligaciones, siendo la figura del avalista una obligación adquirida. 

¿Cómo dejar de ser avalista?

La obligación se extingue en los casos que estipula el Código Civil en el artículo 1.156 como se ha mencionado. Por lo que dejar de ser avalista y dejar de formar parte de una operación de financiación queda en manos de la voluntad de la entidad financiera que concedió el préstamo

Para dejar de ser avalista hay dos opciones. La primera de ellas consiste en realizar una modificación de las condiciones del préstamo. Se trata de llevar a cabo una novación y eliminar la figura del avalista. La otra opción es realizar un cambio de avalistas, es decir, sustituir uno por otro. Eso sí, en ambas opciones será la entidad la que tenga la última palabra. Ya que eliminar avalistas implica eliminar garantías de que el dinero que la entidad prestó le será devuelto. Y eso es algo a lo que las entidades no suelen estar muy dispuestas.

¿Es posible limitar la responsabilidad de un avalista de hipoteca?

Para limitar la responsabilidad de impago existe la posibilidad de estipularlo en el contrato. A tal fin se deben establecer las cantidades, los intereses y las comisiones mínimos que se deben cubrir y que una vez pagadas exime al avalista del resto.

¿Hay préstamos que no necesitan aval?

La respuesta es sí, se trata de algunos préstamos, como el préstamo rápido o los micropréstamos, no requieren aval para su concesión. Por otro lado, en este tipo de productos la documentación requerida es mucho menor si los comparamos con un préstamo personal o hipoteca. Por lo general, se solicita el DNI, tu nómina o justificante de ingresos y una cuenta bancaria para hacerte el ingreso.

Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre ser aval hipotecario. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.

Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!

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