Al pedir un préstamo hipotecario debes saber que, por lo general, las entidades bancarias suelen prestar hasta el 80% del precio de la vivienda o su valor de tasación. Esto significa que, será necesario contar con ahorros para cubrir lo que resta y un 10% extra para gastos e impuestos. Continúa leyendo el artículo para saber más.
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Si ya has encontrado la vivienda ideal para ti y tienes la intención de pedir un préstamo hipotecario, es importante tener en claro cuánto dinero te prestará la entidad bancaria y cuánto debes tener ahorrado para poder pedir el préstamo hipotecario. Te contaremos todo lo que debes saber al respecto.
Si bien existe la posibilidad de solicitar una hipoteca por el 100% del precio de la vivienda, en la mayoría de los casos las entidades bancarias no conceden este tipo de préstamos. Lo más habitual es que los bancos te brinden únicamente el 80% del precio de la vivienda que se va a hipotecar. En otras palabras, deberás contar con el 20% restante del precio de la vivienda.
¿Cuánto dinero hace falta para pedir un préstamo hipotecario?
Más allá del 20% del precio de la vivienda que las entidades bancarias habitualmente no conceden con la hipoteca, deberás considerar los gastos que implica el proceso de compra de la vivienda. Por lo general, se trata de gastos que rondan un 10% del precio de la casa. Esto significa que, si quieres comprar una vivienda y pedir un préstamo hipotecario, deberás contar con ahorros de, aproximadamente, un 30% del valor de la vivienda.
¿Es posible pedir un préstamo hipotecario sin tener ahorros?
La respuesta es sí, existe la posibilidad de acceder a una hipoteca sin contar con ahorros. No obstante, debemos resaltar que no se trata de la opción más recomendable. Por lo general, las entidades bancarias evitan llevar a cabo este tipo de operaciones. El motivo es simple, se trata de operaciones que implicar un mayor riesgo por el alto nivel de endeudamiento que implican. Sin embargo, esto no quiere decir que no sea posible conseguir un préstamo hipotecario sin contar con ahorros.
Aquí van diferentes opciones que pueden ser de ayuda para pedir un préstamo hipotecario sin ahorros:
Tener un aval
La manera más sencilla de conseguir un préstamo hipotecario sin contar con los ahorros del 30% del valor de la vivienda es por medio de un aval o avalista. Cuando hablamos de un aval nos referimos a una tercera persona que se compromete a responder por la deuda del préstamo hipotecario si tiene lugar un caso de impago. De esta manera, si el titular del préstamo hipotecario ya no puede continuar abonando las cuotas, la entidad bancaria recurrirá a esta tercera persona. Ella será quien se haga responsable de los pagos.
Alquiler con opción a compra
Otra manera de acceder a la compra de una vivienda y pedir un préstamo hipotecario sin contar con ahorros es optar por el alquiler con opción a compra. Se trata de una opción que le da la posibilidad al comprador de vivir de alquiler hasta 5 años en la vivienda que le interesa comprar. Una vez que haya pasado ese tiempo, se lleva a cabo la compra. Sin embargo, se descontará del precio de compra el dinero del alquiler que se ha abonado durante el tiempo que se alquiló.
De este modo, la suma de dinero que se debe desembolsar será más baja. Esto, le dará la posibilidad de acceder a un préstamo hipotecario con mayor facilidad, ya que no se necesita el precio de compra completo. Ten en cuenta que, si te interesa acceder a esta opción, será necesario llevar a cabo un contrato de alquiler con opción a compra en el momento en el que se inicia el alquiler.
Préstamos hipotecarios al 100%
Cuando hablamos de préstamos hipotecarios al 100% nos referimos a aquellos que brindan una financiación completa para la compra de la vivienda. Como ya hemos mencionado, a causa del alto riesgo de impago que implican, cada vez son menos las entidades bancarias que están dispuestas a ofrecer este tipo de productos. Sin embargo, la realidad es que son una manera de acceder a la compra de una vivienda sin tener que contar con ahorros previos para solicitar la hipoteca. Cabe dejar en claro que, en cualquier caso, siempre será necesario contar con el 10% del precio de la vivienda para poder costear los gastos de gestión de la compra de la vivienda.
El lado negativo de las hipotecas al 100% es que, al implicar un endeudamiento muy alto, también significa un alto riesgo de impago. En otras palabras, deberás hacer frente a unas posibilidades de embargo más elevadas.
Por otro lado, también debemos mencionar que las hipotecas al 100% tienen un coste elevado. Se trata de préstamos que brindan una gran cantidad de dinero, a un plazo de devolución que, por lo general, es muy largo. Esto genera una cantidad de intereses muy alta que debemos abonar en nuestras cuotas hipotecarias.
Otro punto de gran importancia es la posibilidad de que el importe de la hipoteca sea mayor que el valor de la vivienda. Es decir, en caso de que tenga lugar un proceso de ejecución hipotecaria y se lleva a cabo el embargo, existe la posibilidad de que la vivienda cueste menos que el saldo que resta pagar. En este caso, el titular aún tendrá una deuda que debe pagar.
Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre cuánto dinero necesitas para pedir un préstamo hipotecario. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.
Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!
Aquí te contaremos cuáles son los pasos que debes seguir para cambiar el aval de una hipoteca. Continúa leyendo el artículo para enterarte.
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Es muy habitual que los bancos soliciten algún tipo de aval al momento de conceder una hipoteca. El motivo es que, por medio del aval de una hipoteca se aseguran de que la deuda será abonada en su totalidad, incluso, si el solicitante deja de pagar las cuotas. No obstante, se aval de una hipoteca implica una gran responsabilidad que puede traer varias consecuencias. Teniendo esto en claro, es lógico que aparezcan algunas dudas, por ejemplo, si se es posible cambiar el aval de una hipoteca.
¿Se puede cambiar el aval de una hipoteca?
La respuesta es sí, actualmente contamos con una gran variedad de opciones que nos permitirán quitar a los avalistas actuales de una hipoteca. Esto puede hacerse tanto para reemplazar un aval por otro, o bien, para liberar a dicha persona de obligaciones financieras. Sin embargo, debemos resaltar que no se trata de un proceso sencillo. Será necesario llevarlo a cabo de la manera indicada para evitar cualquier inconveniente. Aquí te contaremos, paso a paso, cómo hacerlo.
Los diferentes tipos de avales
En primer lugar, si lo que buscas es quitar el aval de una hipoteca, deberás saber cuáles son los diferentes tipos que hay. De este modo, te asegurarás de tener una idea clara de cómo levar a cabo dicho cambio en tu préstamo hipotecario.
Aval en función del emisor
Este tipo de aval se refiere a una persona física o jurídica. Ambos, deben hacerse cargo de las responsabilidades del deudor principal en caso de que este no logre cumplir con el pago de la hipoteca. Por otra parte, es fundamental aclarar que estos se dividen en otras dos categorías, se trata de las siguientes:
Aval personal
Se trata de la persona física o jurídica que se compromete a cumplir con la devolución de la hipoteca si el deudor no puede hacerlo. Es un tipo de aval muy habitual en prestaciones hipotecarias y financiaciones de empresas. Por la naturaleza de este trámite, el avalista queda expuesto a una gran cantidad de riesgos al tomar la responsabilidad del préstamo.
Generalmente se busca cambiar el aval de una hipoteca en dichas situaciones para no comprometer a otra persona a largo plazo. Principalmente, si te encuentras al día con el pago de tu préstamo.
Aval bancario
En este caso, el banco actuará como aval para la hipoteca, implementando ciertas comisiones y condiciones para cubrir el riesgo de la operación. Sin embargo, no se trata de algo muy común en este tipo de trámites financieros.
Aval como producto financiero
Al momento de cambiar el aval de una hipoteca, también es necesario tener en cuenta a los tipos de avales menos utilizados en dichos trámites. Se trata de aquellos donde una entidad financiera cubre con el pago restante del préstamo en caso de que el deudor principal no logre hacerlo. Se separan en categorías diferentes:
Aval económico
En este caso, el avalista se compromete a cubrir el resto de la deuda para brindar garantías a la entidad bancaria. Este puede llevar a cabo dicho pago por medio de alquileres, impuestos y otros servicios. Lo fundamental es que tenga la responsabilidad que se requiere para satisfacer al banco. Principalmente, para que no sea necesario cambiar avalistas hipotecarios con el paso del tiempo.
Aval técnico
En caso de que busques cambiar el aval de una hipoteca de este tipo, debes saber que no son de naturaleza económica como los demás de la lista. Aquí, el avalista tendrá que cubrir la deuda de la hipoteca con servicios de cualquier tipo designados por el banco. La realidad es que no suelen ser muy habituales en estos trámites financieros.
¿Cómo quitar al aval de una hipoteca?
Actualmente, los avales de un préstamo hipotecario no son tan muy habituales como lo eran hace tiempo, no obstante, todavía siguen presentes. Por este motivo, muchos buscan el modo de reemplazarlos, o bien, quitarlos por completo. La realidad es que, cambiar el aval de una hipoteca no es un proceso simple que se realiza de un día a otro. Deberás seguir una serie de pasos:
Negociar: lo primero que debes hacer si quieres quitar el aval de la hipoteca, será negociar con el banco que te concedió el préstamo.
Análisis del banco: una vez terminada la negociación, la entidad bancaria en cuestión se encargará de analizar tu solicitud junto a tu perfil financiero y profesional.
Garantía: además, tendrás que proveer una garantía similar o de igual valor para la institución, para conseguir la aprobación. Lo más aconsejable es que sustituyas el aval por otro para que la entidad bancaria pueda aceptar tus condiciones sin inconvenientes.
Si no tienes la posibilidad de cambiar aval hipoteca por la negativa del banco, es posible optar por la subrogación hipotecaria. No obstante, en dicha situación también será necesario que el banco acepte tus condiciones. Generalmente, la negativa se debe al riesgo que implica dicha operación, principalmente, si no se pone una garantía de valor.
Formas de quitar a los avalistas de una hipoteca
Hay distintas formas de quitar o cambiar a los avalistas de un préstamo hipotecario, ya que cada situación es diferente. Lo que debes tener en cuenta es que cada una de ellas depende de la aprobación de la entidad bancaria. Es por esto que, estos trámites no suelen ser aprobados con frecuencia. Contamos con las siguientes maneras de cambiar el aval de hipoteca:
Reemplazar el aval por otro: puedes cambiarlo por uno del mismo tipo o distinto. En este caso, lo más aconsejable es mantener las condiciones originales de la hipoteca.
Quitar a los avalistas: en este caso, permitirás que el banco establezca nuevos términos con respecto al pago del préstamo hipotecario.
Pedir una subrogación hipotecaria: o bien, puedes solicitar un cambio de institución bancaria por medio de una novación de los avalistas.
En todo caso, la manera más simple de obtener la aprobación del banco es contando con una buena solvencia económica. En otras palabras, tu perfil financiero será de gran ayuda para eliminar a los avalistas de un préstamo hipotecario.
Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre cambiar el aval de una hipoteca. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.
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Aquí te contaremos de qué manera funciona el aval de una hipoteca y si es necesario abonar por él. Continúa leyendo el artículo para enterarte.
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El avalista es una figura que puede ayudar a un usuario a acceder a una financiación que supere el 80% en su préstamo hipotecario. Sin embargo, la realidad es que implica ciertos riesgos.
Al momento de solicitar un préstamo hipotecario, para que el banco nos permita acceder a la financiación debemos cumplir con una serie de requisitos. Entre los más comunes se encuentran los siguientes: contar con un trabajo estable, que no se destine más del 30% de los ingresos al pago mensual de las cuotas del préstamo hipotecario, tener un historial crediticio limpio y, en algunos casos, puede solicitar un aval bancario o personal. Por este motivo, te contaremos de qué modo funciona un aval personal.
Aval de la hipoteca: ¿En qué consiste un aval personal?
El aval personal es una figura que actúa como garantía ante la entidad bancaria. Dicho de otra forma, la persona que acepta ser avalista de un préstamo se compromete a hacerse cargo de la deuda en caso de que el futuro propietario no pueda abonar las cuotas mensuales de la hipoteca.
Este aval puede tener la misma duración que el tiempo de vida de la hipoteca, sin embargo, en muchos casos cuenta con una fecha de caducidad. El motivo es simple, una vez pasado un periodo de tiempo, la entidad bancaria considera que el titular ha demostrado que no tendrá mayores inconvenientes para terminar de pagar la deuda.
Si la entidad bancaria presta más del 80% del importe de la vivienda, lo más habitual es que solicite un aval personal. Esto se debe a que, al considerar que se trata de una operación de riesgo, por medio del aval se asegura de que el dinero le será devuelto.
¿En qué casos se solicita un aval para la hipoteca?
Es necesario aclara que no se trata de una figura que se requiera en todos los préstamos hipotecarios. La solicitud de un aval en la hipoteca dependerá de la financiación que brinde la entidad bancaria y, también, del perfil del cliente que la solicita. Por ejemplo, en caso de que el dinero que prestará el banco vaya a superar el 80% del importe de la vivienda, lo más probable es que el banco requiera un aval para la hipoteca. De este modo, contará con un respaldo para asegurarse de que el dinero prestado le va será devuelto a pesar de que el propietario no logre abonar las mensualidades.
Por otro lado, el perfil del solicitante también puede influir. Por ejemplo, es habitual que se solicite un aval a los más jóvenes, ya que el banco considera que no se trata de personas que cuenten con estabilidad económica. Incluso, hay bancos que brindan hipotecas al 95% para los jóvenes menores de 35 años, para acceder a ellas deben contar con un aval.
¿Cuánto cuesta solicitar un aval para hipoteca?
Las entidades bancarias no se encargan, únicamente, de analizar el perfil del solicitante también, analizarán el perfil de aquellas personas que van ser aval de la hipoteca. Se trata de algo lógico, ya que el avalista será quien haga frente a la deuda si el hipotecado informa que no puede continuar pagando el préstamo hipotecario. En otras palabras, a pesar de que una persona pueda pensar en añadir un aval para acceder a una mayor financiación, tendrá que analizar si podrá hacer frente a los costes.
Entonces, es muy importante tener en claro que solicitar un aval implica una serie de costes. Estos pueden ser los que se producen al momento de llevar a cabo el estudio al avalista y una vez que se formaliza la existencia de dicha figura en el préstamo hipotecario.
Contar con un aval para la hipoteca es una muy buena idea, sin embargo, resulta fundamental evaluar previamente cuáles son los riesgos que implica. Recuerda que el avalista puede acabar haciendo frente a la deuda del hipotecado, cargando con el peso de abonar cada una de las cuotas de la hipoteca hasta que termine. En otras palabras, si estás buscando contar con un avalista debes elegir con mucho cuidado a la persona que va a firmar el compromiso de respaldar el préstamo hipotecario por medio de esta vía.
El Gobierno anunció un aval del ICO: ¿Funciona de la misma manera?
El Gobierno dio a conocer una medida por medio de la cual el Instituto de Crédito Oficial (ICO) avala el préstamo hipotecario de menores de 35 años y familias vulnerables.
De este modo, les permitirán a estas personas acceder a hipotecas del 100%, sin tener que aportar una entrada, no obstante, sí que deberán asumir ciertos costes. El propietario tendrá que abonar los gastos de compraventa y gestión del préstamo hipotecario, generalmente, se trata de, aproximadamente, un 10% del precio de la vivienda. Entonces, aquellos jóvenes que soliciten el aval del ICO deberán contar con unos ahorros mínimos.
La letra pequeña de esta ayuda a los más jóvenes
La realidad es que, al afrontar una deuda del 100% la cuota hipotecaria que deberán abonar por mes estas personas será más elevada. Si la entidad bancaria, en lugar de ofrecer una financiación del 80% del precio de la vivienda en cuestión, ofrece una financiación del 100%, la cuota que tendrá que abonar el hipotecado cada mes subirá. Esto significa que, también lo hará su riesgo de endeudamiento, lo que podría llegar a ocasionar una nueva burbuja inmobiliaria.
Sin embargo, todavía el ICO no hizo público de qué manera se podrá solicitar este aval para adquirir una vivienda.
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En esta nota, te brindaremos distintas alternativas para comprar vivienda cuando no posees ahorros suficientes. ¡Continúa leyendo!
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¿Cuánto dinero debemos tener ahorrado para comprar vivienda?
Los ingresos que deberíamos poseer para comprar vivienda son los siguientes:
El 20 % del valor de la vivienda: Usualmente las hipotecas cubren hasta el 80 % del valor de la compra.
Un 15 % del valor de la vivienda adicionales: Este dinero se destinará a los gastos de la operación de compraventa y de la tramitación de la hipoteca.
¿Es posible comprar vivienda sin ahorros?
Solicitar una hipoteca para comprar vivienda es una opciones más buscadas al momento de comprar vivienda. Las entidades bancarias suelen financiar hasta el 80% del valor de la propiedad que tienes en vista, pero ¿Qué sucede en el caso de que no cuentes con el 20% restante?
A no desesperar. Tienes diferentes opciones para comprar vivienda sin ahorros. Solicitar hipotecas al 100%, optar por comprar propiedades de entidades bancarias, alquilar con opción de compra o buscar un aval son algunas de las opciones que te traemos desde Oi Real Estate para que consideres.
Solicitar hipoteca al 100%
Al implicar más riesgo brindar una hipoteca a un cliente sin ahorros, los bancos ponen muchas más requisitos. Tener el dinero suficiente para realizar el pago inicial y poder hacer frente a los gastos de la hipoteca es algo imprescindible que los bancos pondrán sobre la lupa antes de concederte una hipoteca.
Sin embargo, actualmente las entidades bancariastienen gran aceptación con un perfil de cliente bien diferenciado: jóvenes que no cuentan con muchos ahorros pero cuentan con un buen trabajo, con ingresos elevados en un sector en alza o estable.
Estas personas suelen costear alquileres más altos que la cuota de una hipoteca (sobre todo en las grandes ciudades), algo que demuestra a los bancos fácilmente que tienen solvencia. Además, al ser jóvenes, los bancos están predispuestos a ofrecer mayor financiación, ya que este tipo de clientes tendrán muchos años por delante para poder devolver la deuda contraída.
Comprar vivienda embargada de entidades bancarias
Es una muy buena opción para comprar vivienda con escaso dinero guardado en la alcancía. Hoy en día hay muchos bancos que tienen disponibles un gran número de propiedades embargadas listas para la compra.
Venderlos estos inmuebles que han sido embargados es la única forma que tienen las entidades bancarias de recuperar el dinero que perdieron en la financiación. Por lo tanto, los bancos suelen brindar mejores condiciones hipotecarias para encontrarles comprador rápidamente.
Una de estas mejoras que ofrecen los bancos es ofrecer hipotecas al ciento por ciento, que de otra manera es bastante difícil de conseguir actualmente. He aquí la gran oportunidad en el caso de no contar con ahorros para cubrir el 20% restantes.
Cabe destacar que la oferta de estas viviendas se limita a la cartera de propiedades de las entidades, por lo que no siempre podremos escoger la zona donde comprar vivienda o las características particulares de la propiedad. Además, muchas veces este tipo de viviendas suele necesitar reformas, por lo que puede que tengas que destinar un monto de dinero en restaurar.
Alquiler con opción de comprar
El alquiler con opción a compra es una buena opción también. Esta modalidad de alquiler-compra nos permite acceder a una vivienda e ir pagándola poco a poco, por medio del pago mensual de la renta. Será necesario contar con algún monto de dinero para el pago inicial, pero suele ser mucho menor que el 20 % del valor de la propiedad. Es una opción tentadora si tenemos algunos ahorros, pero no llegamos a cubrir la cantidad de dinero necesaria para una hipoteca.
Una vez que hemos hecho el pago inicial y comenzado a vivir en la vivienda, el contrato de alquiler tiene un plazo de 5 años. Durante este tiempo, las rentas se destinarán, en parte, al pago de la propiedad.
A modo de ejemplo: si pagas 1000 euros de renta, 800 pueden ir destinados al pago de la vivienda, y 200 al alquiler. Estos porcentajes pueden ir variando, según se establezca en el contrato, reduciendo cada vez más los montos que irán al pago de la compra de la casa.
Ahora bien, es muy importante aclarar que el alquiler tiene una fecha de vencimiento. Luego de esta fecha, podrás comprar la vivienda por la cantidad restante o deberás dejar la propiedad. En caso de elegir dejar la vivienda, el propietario de la misma no tiene la obligación de devolvernos el dinero que hemos pagado en concepto de compra del inmueble.
Busca un aval para la hipoteca o pide un préstamo a un familiar
Otra alternativa que tienes si no cuentas con un ahorros es buscar un avalista que sirva de respaldo a tu préstamo hipotecario. Cualquier familiar cercano que esté dispuesto a ayudarte y que cuenta con propiedades o posee ingresos elevados puede servir como tu avalista.
El avalista debe estar muy seguro y confiar en ti lo suficiente como para aceptar ser tu respaldo. Tener un avalista te generará bastante presión ya que, en el caso de no poder pagar tu hipoteca, el banco irá a reclamar su dinero en la cuenta de tu aval, llegando a poner en riesgo el patrimonio de ambos,
Otra opción es directamente pedir un préstamo a un familiar. En este caso, por más que estés en familia, lo mejor será confeccionar un contrato para dejar las cosas en claro y evitar malentendidos o futuros inconvenientes.
Como verás, hay un abanico de opciones para que no te quedes atrás en la compra de tu futuro hogar. Solo se necesita analizar tus posibilidades y elegir la alternativa que más se adapte a ti. ¡Y a por ello!
¡Esperamos haberte guiado con estas opciones para comprar tu vivienda! No dudes en dejar tu comentario contándonos tu experiencia o tus inquietudes sobre las alternativas en la compra de vivienda.
Sigue leyendo más sobre estos temas en nuestro Oi Real Estate:
Desde Oi Real Estate queremos contarte todo lo que debes saber sobre el aval hipotecario. Si te solicitaron ser avalista de un préstamo, pero no sabes cuál es su función y los requisitos a cumplir, este artículo es para ti. Continúa leyendo para saber cuál es el compromiso que estarás adquiriendo. ¡Pon atención y toma nota!
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¿En qué consiste ser aval hipotecario?
Un aval es una persona o entidad que se ofrece como garantía de pago en caso de que el titular de un préstamo no llegue a liquidar su deuda. Por lo general, es solicitado por la institución financiera en donde se otorgará el financiamiento.
Si desconoces qué significa ser aval de un crédito hipotecario, debes saber que al aceptar ser avalista pasarás a adquirir la deuda del titular y tendrás la obligación de pagarla.
Antes de aceptar la responsabilidad, debes averiguar si la persona en cuestión tiene estabilidad económica para comprar una vivienda y solventar el préstamo. No pongas en riesgo tu patrimonio si no le tienes la suficiente confianza. Infórmate sobre las obligaciones que tiene un avalista y evítate problemas a futuro.
¿Qué es un aval hipotecario según El Banco de España?
El Banco de España define al aval como “una forma de garantizar o asegurar el cumplimiento de obligaciones económicas. Quien avala (el avalista) se declara dispuesto a hacer frente a los compromisos del avalado (por lo general, el pago de una determinada cantidad de dinero) frente a una tercera persona o empresa (el beneficiario del aval) en caso de que el avalado no lo haga. En otras palabras, el aval es una garantía que nos obliga a cumplir o pagar por un tercero en el caso de que éste no lo haga.
Hace algunos años era una figura muy común al momento de contratar una hipoteca. No obstante, la crisis generó un antes y un después en su utilidad. Actualmente, las entidades bancarias dan mayor importancia a la capacidad real de pago de los clientes que quieran contratar un préstamo hipotecario. Por tanto, el aval no suple las dificultades que pueda tener un hipotecado para cumplir sus compromisos y no sirve de nada si el cliente no puede pagar.
Requisitos para ser aval de un crédito hipotecario
Para avalar un préstamo, se exige la misma capacidad de pago que a quien se le concede el dinero. Esto implica una serie de requisitos que te detallaremos aquí:
Tener solvencia económica
Para ser aval de un crédito hipotecario es fundamental contar con suficiente solvencia económica, en caso de que tu avalado no pague su préstamo y tengas que hacerte cargo de su deuda.
Deberás entregar a la entidad financiera un comprobante de tu nómina, pensión o cualquier otra fuente de ingreso que sea comprobable.
No contar con deudas pendientes
La institución financiera aceptará la figura del avalista si tiene el historial crediticio limpio, no posee deudas hipotecarias y carece de deudas pendientes por préstamos bancarios o departamentales.
La figura del avalista debe mantener una economía estable durante el periodo del contrato por si se presenta un incumplimiento por parte del titular.
Contar con bienes sin hipotecar
Para ser aval hipotecario es conveniente que cuentes con inmuebles sin hipotecar y ya estén pagados. De esta forma, si el titular de la hipoteca decide no terminar de pagar el financiamiento, tu bien quedará como garantía adicional y la deuda se cubrirá con tu patrimonio.
Ingresos estables
Además, se debe garantizar que el aval cuenta con ingresos estables y no presenta deudas gravosas.
Los ingresos estables se pueden asegurar si tienes un empleo con un contrato indefinido, si eres jubilado o pensionado, o bien, si eres dueño de un negocio.
¿Qué debe contener un aval?
El aval es un contrato privado cuyas características se establecerán en dicho contrato, que debe contener, entre otros puntos:
Identificación tanto del avalista como del avalado y el beneficiario del aval.
Concreción de la obligación garantizada.
Plazo de duración y la exigibilidad de la garantía.
Requisitos para que el beneficiario pueda ejecutar el aval o exigir su cumplimiento.
Condiciones para la cancelación en caso de que no haya fecha concreta de finalización.
Comisiones y gastos a pagar por el avalado.
¿A qué te comprometes siendo avalista de un préstamo?
Tanto en una hipoteca con aval, como en cualquier otro tipo de préstamo, el avalista deberá responder con todos sus bienes presentes y futuros hasta lograr saldar la deuda pendiente, se se da un caso de impago por parte del titular.
No obstante, para llegar a esta situación, se requiere un proceso en el que, en primer lugar, tendrá que quedar demostrada la capacidad de pago del titular del préstamo hipotecario (o de cualquier otro tipo), tanto con su sueldo o ingresos como con su patrimonio. Es entonces cuando el avalista debe pasar a hacerse cargo del pago de las cuotas mensuales del préstamo, y también, de los intereses de demora que probablemente se hayan generado por el retraso en el pago por parte del titular.
En otras palabras, recaerán en el avalista las mismas obligaciones de pago y consecuencias legales en caso de impago. Se puede dar el caso de embargo del sueldo, o bien, de los bienes inmuebles del avalista. No obstante, es importante aclarar que este extremo es poco frecuente.
Maneras de avalar un préstamo
Hay distintas maneras de avalar un préstamo. Algunas de ellas, únicamente contemplan una responsabilidad parcial de pago. De este modo, se limita la cantidad de dinero que tendrá que devolver el avalista llegado el caso, una cantidad que no sería la totalidad de la deuda de la hipoteca con aval.
Más allá de la responsabilidad de pago, el avalista tendrá que considerar que esa deuda, si bien no es suya, le hará figurar en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE). Esta base de datos se encarga de registrar los préstamos, créditos y avales que las distintas entidades de crédito mantienen con sus clientes. Es fundamental aclarar que, el CIRBE no es lo mismo que las listas de morosos, son dos cosas totalmente diferentes. Por ende, al figurar como avalistas, se reduce nuestra capacidad de obtener para nosotros mismos un préstamo o crédito, ya que pesa sobre nosotros la posibilidad de tener que hacer frente al pago de otra deuda.
Ahora que ya sabes lo que implica ser aval hipotecario, si cumples con los requerimientos será más simple que la entidad bancaria apruebe la figura del aval de un préstamo hipotecario. Si decides ser aval es fundamental que estés informado sobre la deuda del titular. Conocer si está al corriente de sus pagos y saber su situación económica. Es importante mantenerte al pendiente del préstamo para que no tengas problemas legales ocasionados por un crédito moroso.
¿Cuándo es necesario tener un aval?
No hay una única situación en la que sea necesario contar con un aval. No obstante, por lo general, se puede decir que va a ser necesario siempre que el solicitante del préstamo hipotecario no cuente con un perfil lo suficientemente seguro para la entidad bancaria. En otras palabras, cuando quien solicita el préstamo no ofrezca las garantías suficientes a la entidad de que podrá devolver el dinero prestado y los intereses en tiempo y forma.
Con respecto a esto, los bancos suelen solicitar un aval para conceder una hipoteca en los siguientes casos:
Si no se tiene un contrato fijo.
Cuando el sueldo es demasiado bajo.
Si no se cuenta con unos ingresos estables y regulares (por ejemplo, ciertos autónomos).
Cuando quien solicita la hipoteca tiene una edad avanzada.
Cuando la cuota hipotecaria supondrá más del 40% de los ingresos del hipotecado.
Cuando la hipoteca sea mayor al 80% del precio de tasación de la vivienda que se va a adquirir.
En todas estas situaciones, es habitual que las entidades bancarias soliciten un aval antes de conceder la hipoteca. No obstante, cada banco puede presentar sus propios requisitos para la concesión del préstamo hipotecario. De hecho, las condiciones pueden variar de uno a otro. Es por este motivo que, resulta fundamental comparar hipotecas si se tiene pensado solicitar un préstamo de este tipo. La realidad es que las condiciones varían demasiado de un banco a otro, así como de un producto hipotecario a otro incluso en la misma entidad.
Los peligros de ser aval hipotecario
A pesar de que la figura se encuentra en desuso, la realidad es que no podemos olvidar los riesgos que supone ser avalista. Como decíamos unas líneas más arriba, el avalista asume un riesgo indirecto. El artículo 1911 del Código Civiles el que contempla la obligación del deudor de responder con sus bienes presentes y futuros de las deudas. Una obligación que atañe tanto al prestatario como a quien le respalda.
En definitiva, ser avalista significa ser solidariamente responsables de la deuda contraída por un tercero hasta el punto de responder con nóminas, pensiones hasta el mínimo inembargable, saldos, fondos de inversión, acciones, inmuebles, entre otros. Y durante toda la vida del préstamo, incluso si fallece el deudor.
Al momento de solicitar financiación, mientras mayores garantías de pago se aporten, mayores serán las opciones de concesión del préstamo. Los avales son una de las maneras para aumentar estas garantías de pago y que la operación de financiación llegue a buen término.
Ser avalista, por tanto, es una figura que entraña más riesgo de lo que se pudiera pensar. Aunque se podría entender como un acto generoso, la realidad es que supone una decisión con la que comprometer el patrimonio presente y futuro.
Es muy importante tener en claro cuál será la duración del aval, ya que no se cancelará o se extinguirá hasta que no lo haga la obligación garantizada o principal de la persona avalada.
En los días previos a la firma del préstamo hipotecario, el avalista y el avalado deben reunirse con el notario. El notario se encargará de explicar que si el avalado no paga el préstamo, se le reclamará al avalista, que responderá con todos sus bienes, incluida su vivienda habitual.
¿Qué sucede si el avalista fallece?
Es importante aclarar que, si es el avalista quien fallece, la responsabilidad se mantiene y sus herederos deberán responder en caso de incumplimiento de pago por parte del prestatario. Es por este motivo que, los expertos recomiendan analizar cuidadosamente las consecuencias antes de tomar la decisión de avalar a otra persona.
Esta es otra cuestión muy importante a tener en cuenta antes de acceder a convertirse en avalista. La figura del avalista no desaparece cuando el avalista fallece. Ya que las obligaciones, según estipula el Código Civil en su artículo 1.156 no contemplan el fallecimiento como causa de extinción de la deuda.
Por lo tanto, las obligaciones solo se extinguen por el pago, por la condonación de la deuda, por compensación de la deuda, por novación, por pérdida de la cosa debida o por la confusión de los derechos de acreedor y deudor. Entonces, la figura del avalista, en caso de fallecimiento, se transmite en herencia. Eso sí, siempre y cuando los herederos acepten la herencia. En este punto, es importante recordar que se hereda todo, tanto derechos, como obligaciones, siendo la figura del avalista una obligación adquirida.
¿Cómo dejar de ser avalista?
La obligación se extingue en los casos que estipula el Código Civil en el artículo 1.156 como se ha mencionado. Por lo que dejar de ser avalista y dejar de formar parte de una operación de financiación queda en manos de la voluntad de la entidad financiera que concedió el préstamo.
Para dejar de ser avalista hay dos opciones. La primera de ellas consiste en realizar una modificación de las condiciones del préstamo. Se trata de llevar a cabo una novación y eliminar la figura del avalista. La otra opción es realizar un cambio de avalistas, es decir, sustituir uno por otro. Eso sí, en ambas opciones será la entidad la que tenga la última palabra. Ya que eliminar avalistas implica eliminar garantías de que el dinero que la entidad prestó le será devuelto. Y eso es algo a lo que las entidades no suelen estar muy dispuestas.
¿Es posible limitar la responsabilidad de un avalista de hipoteca?
Para limitar la responsabilidad de impago existe la posibilidad de estipularlo en el contrato. A tal fin se deben establecer las cantidades, los intereses y las comisiones mínimos que se deben cubrir y que una vez pagadas exime al avalista del resto.
¿Hay préstamos que no necesitan aval?
La respuesta es sí, se trata de algunos préstamos, como el préstamo rápido o los micropréstamos, no requieren aval para su concesión. Por otro lado, en este tipo de productos la documentación requerida es mucho menor si los comparamos con un préstamo personal o hipoteca. Por lo general, se solicita el DNI, tu nómina o justificante de ingresos y una cuenta bancaria para hacerte el ingreso.
Luego de leer este artículo, nos interesa mucho conocer cuál es tu opinión sobre ser aval hipotecario. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.
Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!
Desde Oi Real Estate queremos contarte cuáles son las diferencias entre un aval y una garantía hipotecaria. Continúa leyendo el artículo para enterarte.
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Las entidades bancarias, al momento de conceder préstamos hipotecarios, deben realizar ciertos estudios para estar al tanto de cuál es la situación económica de los clientes. De este modo podrán ofrecerles un tipo de préstamo hipotecario u otro, o incluso, declinar la solicitud, para dejar de lado la posibilidad de impagos.
Además de llevar a cabo dichos estudios, con el fin de asegurarse de que las personas que solicitan un préstamo hipotecario podrán hacer frente al pago de todas las mensualidades, muchas entidades requieren que sus clientes dispongan de avales o garantías. Esto es ideal para aquellas personas que tengan intenciones de comprar una segunda residencia sin necesidad de dedicar todos sus ahorros o bien, para personas que cuentan con una buena situación laboral pero no han tenido tiempo de ahorrar lo necesario para realizar la compra de una vivienda. Aquí te contaremos cuáles son las principales diferencias entre un aval y una garantía hipotecaria, además, te explicaremos cuál es mejor según el caso.
Diferencias entre aval y una garantía hipotecaria
Debido a que, como mencionamos más arriba, es ideal para personas jóvenes o para aquellos que deseen comprar una segunda residencia sin gastar sus ahorros. En estos casos, se requiere que los solicitantes cuenten con avales o garantías. Aquí van sus diferencias más notorias.
Aval hipotecario ¿De qué se trata?
Cuando hablamos de aval hipotecario nos referimos a un tipo de garantía que ofrece una persona, por medio de la cual se compromete con el hipotecado a abonar sus deudas, es decir, las cuotas mensuales del préstamo hipotecario, en caso de que el titular no pueda hacerlo. Para ello, el avalista por lo general ofrece su estabilidad laboral y económica como seguro de que las cuotas del préstamo hipotecario serán abonadas. En algunos casos, el avalista también puede responder con sus bienes, esto puede ser, por ejemplo, un inmueble en propiedad. Es por este motivo que, realmente se trata de un compromiso sumamente arriesgado, ya que si el cliente no paga las cuotas mensuales, el avalista se quedará sin su capital.
Los avales por lo general son usados cuando el importe del préstamo hipotecario es muy alto y el deudor no cuenta con las garantías necesarias para asegurar a la entidad bancaria el pago del préstamo hipotecario.
Garantía hipotecaria ¿De qué se trata?
La garantía hipotecaria, también llamada garantía adicional, es aquella por medio de la cual se entrega un bien específico, por lo general, suele ser un inmueble, como garantía en el caso de que el deudor deje de abonar las cuotas mensuales de su préstamo hipotecario. En algunos casos puede tratarse de la propiedad hipotecada en sí, por otro lado, en otros casos el deudor ofrece como amparo otro inmueble, generalmente libre de cargas, que tiene en su haber.
En otras palabras, la garantía hipotecaria implica un inmueble. Puede ser el hipotecado u otro que ya pertenecía al cliente previo a la concesión del préstamo hipotecario. La vivienda en cuestión sería embargada si se da el caso de que el deudor no pudiera hacer frente de manera continuada al pago de las cuotas mensuales de la hipoteca.
Aval o garantía hipotecaria: ¿Qué es más conveniente?
Como ya hemos mencionado más arriba, el aval requiere de la existencia de un tercero. Dicha persona, se encargará de poner a disposición de la entidad bancaria todos sus bienes para garantizar que el hipotecado podrá hacer frente al pago de las cuotas mensuales del préstamo hipotecario. Si el hipotecado no paga sus cuotas, el avalista perderá todo lo que posea, motivo por el cual es considerado como un compromiso de alto riesgo.
Por otro lado, la garantía pone en riesgo una vivienda en propiedad del hipotecado, es decir, que no compromete ningún bien ajeno. Además, se trata de una solución que brinda más ventajas que la anterior. Ya que en estos casos, los clientes necesitan contar con una menor cantidad de dinero para la entrada, que por lo general suele tratarse del 20% del importe de la tasación de la vivienda, dado que la financiación se divide entre las dos viviendas. De modo que, el 80% suele ser para la nueva, mientras que el 20% restante es para el “inmueble garantía”, en otras palabras, las dos tienen responsabilidad hipotecaria.
La garantía adicional, también conocida como doble garantía, se encuentra principalmente recomendada para los más jóvenes. Esto se debe a que generalmente suelen tener una baja solvencia económica. También, se trata de una buena solución para personas que ya cuentan con una vivienda pagada y tienen la intención de adquirir otra sin tener que gastar todos sus ahorros.
Resumen
En resumen, como hemos podido comprobar, la diferencia más importante que podemos encontrar entre un aval y una garantía hipotecaria es que en el primer caso el garante es un tercero, que compromete sus bienes, mientras que en el segundo es el mismo solicitante del préstamo hipotecario el que ofrece la doble garantía con su propio patrimonio.
Luego de leer este artículo, nos interesa mucho saber qué opinas sobre las diferencias entre un aval y una garantía hipotecaria. Si te interesa compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.
Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!
Más del 50% de la adquisición de bienes inmuebles en España se financia actualmente a través de un crédito hipotecario. A la hora de dirigirse a una entidad bancaria para solicitar uno, es muy probable encontrarse con que la empresa exige algunas garantías que le permitan resguardarse antes de concederlo. ¿En qué consiste el aval que los bancos suelen pedir a los solicitantes antes de otorgarles una hipoteca para comprar vivienda? ¿Cuándo suelen solicitarlo y en qué casos es posible evitarlo? ¿Quién puede convertirse en avalista y cuáles son sus responsabilidades? ¿Es posible utilizar otro inmueble como aval de una hipoteca? En este artículo respondemos todas estas preguntas.
Tener que aportar un aval o no para conseguir una hipoteca y destinarla a comprar una vivienda depende de diversos factores. Principalmente, tendrá que ver con el nivel de ingresos y la estabilidad del empleo del solicitante. A partir de ahí, puede elegir a un tercero para que asuma el rol de avalista o presentar un bien inmueble para que funciones como garantía.
A continuación te contamos todo lo que debes saber sobre el aval que los bancos suelen pedir antes de otorgar una hipoteca para comprar vivienda. ¡Sigue leyendo para enterarte!
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¿En qué consiste el aval que los bancos suelen pedir antes de otorgar una hipoteca para comprar vivienda?
Un aval es un contrato a través del cual una persona, ya sea física o jurídica, garantiza el cumplimiento del pago de una deuda emitida por una tercera persona. De esta manera, en caso de impago, el avalista deberá hacerse cargo de la deuda y asumir el pago.
Cuando se trata de un crédito hipotecario, el avalista asumirá la deuda contraída con el banco en caso de impago por parte de la persona que lo solicitó para comprar una vivienda. A continuación veremos todos los aspectos importantes sobre el aval que los bancos suelen pedir antes de otorgar una hipoteca para comprar vivienda.
¿Cuándo suelen solicitar los bancos un aval antes de conceder una hipoteca para comprar vivienda?
En general, los bancos suelen solicitar un aval cuando el solicitante de una hipoteca no cuenta con un perfil suficientemente seguro. Es decir, cuando la persona que solicita el préstamo no ofrece garantías que le aseguren a la entidad que podrá devolver la totalidad del dinero prestado junto con los intereses correspondientes.
Las entidades de crédito suelen solicitar un aval antes de conceder una hipoteca cuando el solicitante:
No posee un contrato laboral fijo.
Su salario es bajo.
No cuenta con ingresos estables y regulares (suele ocurrir en el caso de algunos autónomos).
Cuenta con una edad avanzada.
La cuota de la hipoteca significa más del 40% de sus ingresos.
La hipoteca supera el 80% del precio de la vivienda que desea adquirir.
Cabe mencionar que cada banco puede contar con requisitos diferentes para la concesión de hipotecas, por lo cual las condiciones pueden variar de una entidad a otra. En este sentido, es recomendable comparar entre varias de ellas antes de presentar la solicitud del préstamo.
¿Qué requisitos se deben cumplir para evitar el aval?
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos asegurar que la única manera de evitar la presentación de un aval al solicitar una hipoteca es convencer al banco de nuestra solvencia. Ya vimos cuáles son las razones por las cuales las entidades de crédito suelen pedir esta garantía antes de conceder el préstamo, ahora veamos en detalle qué factores podrían permitirnos evitarlo:
Nivel de ingresos lo suficientemente elevado
El más importante de los factores es el nivel de ingresos del solicitante. Si cuenta con una entrada de dinero lo suficientemente elevada, es muy probable que el banco no le solicite un aval para concederle la hipoteca. Sin embargo, esto depende del empleo que posea, punto en el que nos centraremos más adelante. Una buena estrategia para conseguir el crédito sin aportar un aval es solicitarlo después de un aumento de sueldo.
Empleo estable
En conjunto con el nivel de ingresos, los bancos suelen tener en cuenta la estabilidad del empleo del solicitante para pedirle un aval o no. Aunque posea un nivel elevado de ingresos, si no se mantienen a lo largo del tiempo, no serán suficiente garantía para el banco.
Llevar muchos años en un mismo empleo, contar con un contrato fijo, suelen ser los factores que contribuyen para evitar el aval. En el caso de los trabajadores autónomos, contar con un alta en el régimen de autónomos de manera estable y sostenida en el tiempo también pueden ser de ayuda para prescindir de esta garantía al solicitar una hipoteca.
Edad ideal
La edad del solicitante es el siguiente de los factores que influyen en la necesidad de aportar un aval o no. ¿Cuál es la mejor edad para pedir una hipoteca? Podemos afirmar que entre los 35 y los 45 años, ya que es dentro de esa franja etaria que los bancos suelen exigir menos esta garantía para conceder una hipoteca.
Por el contrario, si el solicitante es menor de 35 años o si cuenta con una edad avanzada, es casi seguro que la entidad bancaria le solicitará un aval para concederle la hipoteca.
Bajo importe del préstamo
Otro elemento que puede ser decisivo a la hora de necesitar un aval o no es el importe del crédito hipotecario solicitado. Mientras más grande sea el capital que preste el banco, mayor será el riesgo de impago que correrá, por lo tanto, mayor será la probabilidad de que exija un aval al solicitante. Por el contrario, cuando se trate de un préstamo por un capital pequeño, al haber menos riesgo de impago, es más probable que el banco lo otorgue sin pedir un avalista.
Larga relación con el banco
Por último, otro de los factores que pueden influir en la solicitud o no del aval es el nivel de vinculación que el solicitante tiene con el banco. Por ejemplo, si la persona pide una hipoteca a un banco con el cual tiene una larga relación, en donde posee otros productos contratados hace tiempo, es más probable que la entidad no le solicite un aval para otorgarle la hipoteca.
¿Quién puede aportar un aval para una hipoteca?
Para que una persona pueda convertirse en avalista de una hipoteca, los bancos suelen exigirle requisitos similares a los que fija para los solicitantes. Por lo general, las condiciones con las que deben cumplir las personas físicas que quieran convertirse en avalistas son los siguientes:
Ser mayor de 18 años.
Contar con una situación económica estable y solvente.
Poseer un patrimonio suficiente para que la entidad bancaria se asegure de que podrá cubrir el pago de la deuda hipotecaria en caso de impago.
No tener deudas pendientes ni aparecer en listados de morosidad.
Si bien cualquier persona puede actuar como avalista de una hipoteca, siempre y cuando cumpla con los requisitos mencionados, cabe mencionar que, en la mayoría de los casos, suelen ser los padres de los solicitantes quienes se ofrecen. Esto se debe, principalmente, a que suelen ser las personas más cercanas a los hipotecados y que cuentan con capital suficiente para asumir este rol. Ocurre, principalmente, en los casos de menores de 35, a quienes los bancos suelen pedir un aval sin excepción para conseguir este tipo de crédito.
¿Qué responsabilidades implica convertirse en avalista de una hipoteca?
Como mencionamos previamente, la principal responsabilidad del avalista de una hipoteca es responder ante un impago de la deuda que aceptó avalar. De esta manera, si se produce el incumplimiento, la persona tendrá obligación de hacerse cargo del capital que el banco prestó al hipotecado pero también de los intereses que ha generado esa suma, como comisiones, recargos, etc. Para ser claros, el avalista responde por el total de la hipoteca y cuenta con la responsabilidad de afrontar la deuda con la totalidad de su patrimonio.
No obstante, es importante aclarar que existe la posibilidad de limitar la responsabilidad del avalista de una hipoteca. Para ello se debe estipular tal limitación en el contrato que se firme por el préstamo hipotecario.
Se debe tener en cuenta, igualmente, que las entidades de crédito buscan precisamente, a través del aval, que la persona responda por completo en caso de que se produzca un impago de la hipoteca. Es probable, entonces, que si se intenta limitar las obligaciones del avalista, la hipoteca no sea concedida al solicitante. De todas maneras, siempre es válido negociar con las entidades y tener esta posibilidad en cuenta a la hora de comparar hipotecas, ya que algunos bancos pueden ser más flexibles que otros en este sentido.
¿Puede otra vivienda funcionar como aval de una hipoteca?
Sí. A la hora de solicitar un crédito hipotecario, si el banco pide un aval, es posible utilizar un inmueble de nuestra propiedad en vez de buscar a una persona que asuma el rol de avalista. Esto implica que, en caso de que se produzca un impago, el banco podrá recurrir al embargo de esta vivienda para cubrir el pago de la deuda.
¿Qué requisitos debe cumplir una vivienda para convertirse en aval de una hipoteca?
Es muy importante tener en cuenta que no cualquier inmueble es aceptado por las entidades bancarias para que funcione como aval de una hipoteca. A rasgos generales, las condiciones que debe cumplir una propiedad para cubrir esta garantía son las siguientes:
Debe estar libre de cargas
El inmueble elegido para funcionar como aval del crédito no puede estar sujeto a otra hipoteca. En caso de que en algún momento lo haya estado, pero la deuda se haya abonado en su totalidad, será necesario cancelarla en el Registro de la Propiedad.
Debe ser aceptada por el banco
Lo más habitual es que los inmuebles que se presentan como aval de una hipoteca sean viviendas, o sea, unidades de residencia. Estas son las propiedades que más seguridad ofrecen a los bancos. Por el contrario, si se quiere presentar otro tipo de inmueble para avalar un préstamo, como un terreno o un local comercial, es muy probable que la entidad no lo acepte.
El propietario debe aceptar que sea utilizada como aval
Si el propietario del inmueble también es el solicitante de la hipoteca, es probable que no tenga ningún problema en utilizarla como aval. Sin embargo, en caso de que la propiedad pertenezca a otra persona, es indispensable que la misma acepte y ponga su firma en el contrato.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de avalar una hipoteca con otra vivienda?
La principal ventaja de avalar un crédito hipotecario con otra vivienda es que facilita el acceso al mismo, ya que se trata de una garantía incomparable para el banco. Cuando se trata de una persona, la misma puede ser más o menos solvente, pero en el caso de los bienes inmuebles, es difícil que su valor descienda abruptamente.
Por otra lado, la principal desventaja es que, en caso de producirse un impago, existe la posibilidad de perder la propiedad por un embargo. De esta manera, la vivienda se encuentra en riesgo de pasar en algún momento a manos del banco.
¿En qué casos puede ser útil avalar una hipoteca con otra vivienda?
Los casos en los que es más frecuente que una persona elija avalar una hipoteca con otro bien inmueble son los siguientes:
Quiere adquirir una segunda vivienda.
Necesita dinero para abonar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD), por ejemplo, luego de recibir una herencia.
Desea realizar una reforma integral de la nueva vivienda que va a hipotecar.
De esta manera, podemos concluir que avalar una hipoteca con otra vivienda es una opción que suele elegirse cuando se requiere de financiación, no sólo para adquirir el inmueble en cuestión, sino también por razones externas.
Sin embargo, como hemos visto, aunque se trata de una manera fácil y efectiva de avalar un crédito hipotecario, también implica un riesgo alto en caso de impago. Por esta razón, se trata de una opción que debe analizarse detenidamente antes de tomar la decisión.
Luego de haber leído este post nos interesa muchísimo conocer tu opinión. Si quieres compartirla con nosotros, puedes hacerlo en la sección “Comentarios” de nuestro Blog.
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