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¿Puede la Arquitectura Moderna servir como medicina? Ante la presente crisis mundial generada por el COVID-19 la pregunta se nos viene a la mente.

En un momento en el que el mundo entero se encuentra paralizado, las mentes se ponen en funcionamiento para tratar de minimizar los riesgos generados por el COVID-19.

Con el Sanatorio de Paimio podemos comprobar como el arquitecto Alvar Aalto incorporó la dimensión humana al proyecto. Otorgó una nueva visión a la arquitectura moderna para trabajar desde la funcionalidad. Desde OI REAL ESTATE te contamos todo sobre este interesante tema.

Medicina: El Sanatorio de Paimio

El hospital de Paimio, ubicado en Finlandia, es una de las obras más emblemáticas del arquitecto finlandés Alvar Aalto. Este es el resultado de un concurso para construir un sanatorio que ganó Aalto en 1929.

Este interesante edificio, con un fin funcional, toma como ideal al ser humano, algo que es propio de la arquitectura de Aalto. Esta forma de proyectar va más allá del funcionalismo de la arquitectura moderna y pone énfasis en el detalle.

El sanatorio de Paimio supuso un punto de inflexión en la arquitectura finlandesa y, sobre todo, en la obra de Aalto. La arquitectura de Alvar Aalto es una clara muestra de los edificios que respetan la tradición relacionada con el Movimiento Moderno. 

Este edificio colocó a Finlandia en el mapa de la arquitectura moderna a nivel mundial. En la actualidad, este edificio se encuentra en la lista indicativa para optar el título de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

¿Dónde se encuentra?

Este sanatorio se encuentra ubicado en la parte más alta de un paisaje espectacular y aislado en el sureste de Finlandia. Se encuentra a unos 29 Km de la ciudad finlandesa de Turku. El proyecto comprende un complejo de edificios que se abren y articulan con su entorno. Gracias a esto, se genera la oportunidad de valorar las vistas y aprovechar la luz natural.

El viaje hacia el hospital de Paimio se realiza en coche, luego de atravesar un bosque en el cual se revela el edificio del sanatorio. A pensar de dicho acceso, Alvar Aalto no proyecta una fachada principal importante; la sorpresa es encontrar los volúmenes en medio de ese paisaje idílico.

La planta asimétrica responde a un sistema coordenado que permite ajustar los diferentes espacios en base a sus necesidades. De este modo, la zona de terrazas conecta con las habitaciones en un ángulo de 20º, está paralelo al bloque B dónde se hallan el comedor y las zonas de trabajo, el cual se conecta con el bloque C dónde están los cuartos técnicos y la cocina en un ángulo de 45º.

Medicina a la luz del sol

Las habitaciones se diseñan dentro de un bloque lineal cuya orientación sur-sureste y su máxima apertura al sol y el aire juegan un papel importante a nivel curativo. La permanencia en posición tumbada de los pacientes hace que el diseño de las habitaciones cobre un papel fundamental en el proyecto y en su sanación. 

Es un edificio que está pensado para albergar distintos tipos de pacientes. Se incluye como instrumento imprescindible del hospital a la luz del sol y a la vegetación exterior, las cuales ayudarán a la recuperación del paciente.

Como hemos mencionado anteriormente, Aalto pensó los interiores cuidando los detalles al mínimo.  Introdujo superficies curvas en el encuentro entre las paredes y los suelos.

Este edificio, de alas entrelazadas, se diseñó con el fin de capturar la luz del sol y el aire fresco. Las habitaciones estaban provistas de ventanas grandes, a través de las cuales ingresaba la luz del sol.

Debido a la continua ventilación del ala de pacientes, el resto de los espacios no resultaban tan cálidos en invierno como se había previsto. La altura del edificio daba lugar a una diferencia de presión de aire entre los pisos inferior y superior, lo que permitía que el sistema de ventilación natural por gravedad funcionara de manera eficiente en combinación con el sistema de calefacción central empleado.

Arquitectura Moderna en función de la medicina

El estilo arquitectónico moderno dio su origen en Europa y Estados Unidos, donde se encuentran algunos de sus ejemplos más representativos. La llamada “arquitectura moderna” fue moldeada por arquitectos según las necesidades de cada contexto específico.

Surgió como resultado de cuatro factores importantes que se dieron en el siglo XX. En primer lugar, el descontento con los diseños resultantes que carecían de relación con la función del edificio. En segundo lugar, la necesidad de construir un gran número de edificios comerciales que sirvieran a una sociedad que estaba en proceso de industrialización. En tercer lugar, el desarrollo exitoso de nuevas técnicas de construcción que implican el uso de acero, hormigón armado y vidrio. Y, por último, un fuerte deseo de crear un estilo “moderno” de arquitectura contemporánea con el hombre. Esto destacó la necesidad de un estilo que fuera funcional y neutro, sin ninguna de las características decorativas que se utilizaban hasta entonces.

Un gran ejemplo

Observamos la construcción de un hospital en Wuhan, origen de uno de los acontecimientos que, sin duda alguna, marcarán el devenir del siglo XXI. Este hospital fue construido siguiendo las bases del levantado en Pekín en 2003, el cual hizo frente a la epidemia del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS).

Estas construcciones nos permiten recapacitar acerca de la función que tiene la arquitectura en la cura de las enfermedades. Pero no pensemos en esto como algo novedoso, sino como un problema planteado desde periodos previos a la Segunda Guerra Mundial, y muy bien resueltos por Alvar Aalto.  

Fue en 1928 cuando Aalto salió vencedor de un concurso en el que se plantea el diseño de un sanatorio para tuberculosos. Por aquel entonces, los únicos medios conocidos para afrontar dicha enfermedad consistían en la exposición al sol y al aire puro.

Este edificio es uno de los ejemplos que nos muestran cómo la arquitectura y el diseño se deben de poner al servicio de la sociedad, trabajando mano a mano con el resto de disciplinas para mejorar la calidad de vida de la población mundial.

“La arquitectura moderna no significa el uso de nuevos materiales, sino utilizar los materiales existentes en una forma más humana”. Alvar Aalto.

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Hay una nueva tendencia que refleja una necesidad urgente: la arquitectura sustentable. Desde tiempos remotos el hombre ha ido modificando su entorno para poder sobrevivir. Pero, ahora, el camino es inverso. Las nuevas tendencias resultantes de la crisis del coronavirus, dejaron de manifiesto que es hora de recuperar el equilibrio con la naturaleza.

El Modernismo catalán

Cuando se habla de Barcelona, lo primero que se visualiza es su arquitectura. La Sagrada Familia, Casa Milà y Casa Batlló son algunos de los epicentros del turismo en Cataluña. Basta con observarlas detenidamente para identificar aspectos arquitectónicos poco convencionales: las paredes curvilíneas, las figuras de dragones e incluso las similitudes de los edificios con las piedras o con cuevas subterráneas, entre otras cosas. En efecto, es por su peculiar aspecto que a Casa Milà solían llamarla “La Pedrera”.

Su arquitecto, Antonio Gaudí, amaba la naturaleza. Era un gran observador del entorno e incluso imitaba obsesivamente las formas naturales. Si caminas por la Casa Battló, sentirás que estás sumergido en un océano de porcelana. Incluso, al mirar a la Sagrada Familia, identificarás su similitud con una cueva de barro.

Su principio fundamental era que las construcciones debían estar integradas con su entorno. Concepto que hoy retoman muchos arquitectos, motivados por el impacto del cambio climático.

La Casa Duna

La “Casa Duna”, construida en California en 1975, es una obra del arquitecto William Morgan. Su principio fundamental se asemeja al de Antonio Gaudí, pues pretende integrar la construcción con el medio ambiente.

Si miras la casa desde afuera, parecerá una duna. El edificio está en total concordancia con el paisaje y el entorno al que pertenece. Además, el arquitecto utilizó la misma tierra como aislante, de forma tal que se puede conservar una temperatura agradable aún en los meses más calurosos.

Por otro lado, esta construcción no cuenta con agua corriente. En su lugar, se recoge el agua de lluvia y se utiliza para los baños, el fregadero y la lavadora.

Lo más curioso es que su integración es tan completa que, si buscas la casa, ¡probablemente no la encuentres! Pasa desapercibida por su total similitud con el entorno.

Tower Flower

Esta torre es una continuación vertical del parque que la rodea. Las viviendas se esconden detrás de 280 macetas de bambú que cubren al edificio. Fue construida en París, Francia, por el arquitecto Édouard François, quien fue considerado por el Financial Times como “El héroe de la arquitectura sustentable”.

El arquitecto utilizó para su construcción materiales locales, de forma tal que la perturbación del entorno fuera mínima.

Los habitantes pueden gozar del aroma del bambú y de la filtración de la luz a través del follaje. La complicidad entre la vegetación y la construcción permite disfrutar de la naturaleza incluso dentro del edificio.

El cambio climático es una realidad y la arquitectura sustentable viene a dar una nueva respuesta a una antigua necesidad: el cuidado de la naturaleza y el equilibrio entre el hombre y su entorno. Desde el modernismo hasta aquí, la arquitectura ha ido evolucionando y reduciendo su impacto sobre el medio ambiente. Pero el amor por la naturaleza fue y seguirá siendo una constante que invita a reflexionar sobre nuestro estilo de vida.