Las dudas sobre las pensiones y la escasa capacidad de ahorro están a la orden del día. Siendo así, ¿qué tipo de garantías ofrece el patrimonio inmobiliario en la jubilación?
Hace algunos meses, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, calculaba que en una España sin paro la desviación entre ingresos y gastos del sistema público de pensiones sería de 7,4 puntos de PIB. Unos 80.000 millones de euros en el año 2050.
Con este panorama, Fedea estimaba que las pensiones perderán un 5% de su poder adquisitivo cada diez años. Un jarro de agua fría para muchos cotizantes y un serio aviso para los futuros jubilados.
Frente a este panorama, la OCDE es aún más rotunda. Según la evolución demográfica, el porcentaje del último salario que percibirá un nuevo pensionista caerá a casi la mitad en 2060. Pasando la pensión media, de cerca de 1.060 euros mensuales a menos de 600 euros.
Ante este panorama, el patrimonio inmobiliario supone una tabla de salvación para muchos jubilados. Además de una garantía para los actuales propietarios.
Panorama ‘gris’ de la jubilación
Aunque no siempre se hable de ello, conviene tenerlo presente. En seis años, el fondo de reserva de la seguridad social ha pasado de 66.815 millones (2011) a 11.602 millones (2017).
Este detalle, sumado a los cambios demográficos, no vaticina una situación fácil. A medida que el número de jubilados se incremente y la natalidad disminuya, la tasa de reemplazo será cada vez menor. Y con ella el poder adquisitivo de los futuros jubilados.
En ese sentido, el acceso a una vivienda en propiedad viene siendo un punto a favor entre los españoles. Tal y como destaca Statistica con datos de Eurostat. Al contrario que en una parte de Europa donde los hábitos residenciales están más ligados a la vivienda en alquiler.
España, con un 78,8% de propietarios del inmueble en el que viven, supera ámpliamente a a la media europea del 70,1%. Apostando por un activo mucho más seguro y rentable que la mayoría de productos de inversión.
El patrimonio inmobiliario de los españoles
No hace mucho se hicieron públicos dos informes que recordaban la importancia del patrimonio inmobiliario en España.
Por un lado, los datos de VidaCaixa donde se aseguraba que el 70% de los jubilados españoles tiene en la pensión pública su única fuente de ingresos.
Mientras que BlackRock recordaba que el ahorro medio para la jubilación en España es de apenas el 7% de los ingresos.
Con este panorama, ¿qué alternativas ofrece el mercado? Sin duda, la inversión inmobiliaria es una de las más atractivas.
La última ‘Encuesta Financiera de las Familias‘, elaborada por el Banco de España, pone cifras a la compra de vivienda.
La entidad destaca que un 80,4% de los españoles es propietario de su vivienda habitual. Mientras que un 39,8% del total es dueño también de otros activos inmobiliarios.
Poseer inmuebles como método de ahorro
La inversión en activos inmobiliarios es una de las opciones de ahorro más valoradas por los españoles.
La contratación de hipotecas inversas, la suscripción de rentas vitalicias y las rentas por el alquiler son algunas de las posibilidades que ofrece al propietario.
Con la hipoteca inversa, el propietario recibe dinero del banco a cambio de su vivienda. Quedándose la entidad con el inmueble, habitualmente a un precio inferior al de mercado, o contrayendo una deuda que los herederos deberán saldar.
Por otro lado, la renta vitalicia consiste también en una contraprestación periódica. Obligando a la venta del inmueble para aportar al banco una capital inicial. Dinero que el cliente percibirá de manera constante, a cambio de renunciar al inmueble.
Finalmente, los dueños de más de un inmueble podrán vender o alquilar en el momento adecuado aquella propiedad donde se depositaron los ahorros. Aprovechándose de la rentabilidad inmobiliaria, frente a otros métodos de ahorro.