El Paseo de Gracia unió en sus inicio a la gran Barcelona con la vecina villa de Gracia. Un paseo desde la Plaza Catalunya y hasta los Jardinets de Gracia, descubre los secretos de la avenida más lujosa de la ciudad.
Desde el auténtico km 0 de Barcelona, la Plaza de Catalunya, y a pocos metros de las Ramblas se alza el majestuoso Paseo de Gracia. Una avenida que hasta la década de 1820 fue un camino rural que llevaba del Portal del Ángel -una de las puertas de entrada a la Barcelona de la época- con la vecina villa de Gracia.
Hoy en día el Paseo de Gracia es la avenida elegante y señorial de Barcelona.Una gran calle con las mejores tiendas de moda, el modernismo más representativo, así como hoteles y restaurantes de primera categoría.
La mayor exclusividad en poco menos de 1,5 kilómetros, al estilo de los parisinos Campos Elíseos. Así es el Paseo de Gracia, donde muy pocos pueden vivir pero que muchos otros visitan a diario.
Un paseo por el mundo
Si la presencia oficial de un país se hace a través de su representación diplomática, el Paseo de Gracia es uno de los más internacionales de Barcelona. Hasta seis países tienen su sitio a lo largo del trazado, donde banderas y placas reciben a personas de todo el mundo.
Desde la Plaza Catalunya, el primer país que encontramos es Turquía (Pg de Gràcia, 7). Algo más arriba se encuentra Argentina (Pg Gracia, 11), haciendo esquina con Gran Via.
En el lado opuesto encontramos a Panamá (Pg Gracia, 20) y Cuba (Pg Gracia, 34). Los ciudadanos de Uruguay (Pg Gracia, 55) acceden junto al Bulevard Rosa. Y para llegar a la delegación de Alemania (Pg Gracia, 111) hay que cruzar la Avenida Diagonal, hasta el edificio que acogerá al futuro Four Seasons de Barcelona.
Consulados de todos los rincones a los que se suma una delegación gastronómica auténticamente ibérica, la de El Nacional. El mayor Mercado Gastronómico del país.
El Mandarín Oriental: placer de los sentidos
Tras la Gran Vía se suceden las tiendas, algunas terrazas y restaurantes. Superada la calle Diputación, y entre marcas de prestigio como Tiffany’s o Manolo Blahnik aparece una imponente entrada, la del Hotel Mandarín Oriental (Passeig de Gràcia, 38-40).
En su interior se encuentra el el lugar perfecto para descansar de todo el ajetreo, relajarte y disfrutar de los más selectos platos en el restaurante Moments, de dos estrellas Michelín. Dirigido por la chef Carme Ruscalleda y su hijo Raül Balam, ofrece una renovación de las tradicionales recetas catalanas y los primeros menús anti-envejecimiento de Barcelona.
A Ruscalleda se le ha sumado el chef Ángel León y su BistrEau, que trae a Barcelona su cocina de la costa. Embutidos marinos, cefalópodos en lugar de hortalizas y plancton como arroz. Una cocina entre dos aguas, las del Mediterráneo y las del Atlántico.
Y en la planta baja, el Banker’s Bar, una cuidada y elegante coctelería decorada con las cajas fuertes originales del banco que un día acogió el edificio.
Cultura y moda en la Manzana de la Discordia
La Casa Batlló (Pg Gracia, 35), la Casa Amatller (Pg Gracia, 41) y la Casa Lleó Morera (Pg Gracia, 43) nos sorprenden de vuelta al Paseo de Gracia. Se conoce como “Manzana de la Discordia” a esta parte del paseo en la que en menos de cien metros se suceden obras de figuras clave del modernismo: Antoni Gaudí, Josep Puig i Cadafalch y Lluís Domènech i Muntaner.
Cruzando la calle Aragón encontramos edificios contemporáneo pero igualmente majestuoso, como la tienda enseña de Burberry (Pg Gracia, 5).
A continuación, la tienda Replay (Pg Gracia, 60). Su diseño, mezcla de roca, madera y luz natural, invita a entrar atravesando un pequeño estanque con agua.
Sólo un poco más arriba puedes entrar en la Casa del Libro (Pg Gracia, 62). Una librería de referencia, con 90 años de historia y una amplia selección de libros de los más variados temas y formatos.
Al salir, el lujo y la historia vuelven a seducirnos con uno de los hoteles clásicos de la ciudad: el Hotel Majestic (Pg Gracia, 68-70). Sus cinco estrellas y su inconfundible estilo neoclásico enamoran a propios y extraños.
La Pedrera, la gran joya del Paseo de Gracia
El Paseo de Gracia no sería lo mismo sin otra de las obras del genial Gaudí. Con un siglo a sus espaldas, la Casa Milà (C/ Provença, 261) – conocida como La Pedrera – es un icono de Barcelona. Recibe cada año a más de millón y medio de visitantes.
El nombre de La Pedrera (que en catalán significa cantera) no es casual. El sinfín de ondulaciones que cubre su fachada la distingue del resto de edificios para convertirla en una verdadera escultura.
Justo enfrente de La Pedrera, la Galería Loewe (Pg Gracia, 91). En cinco plantas diferentes se recrea la historia y el proceso de creación de algunos de sus productos estrella. Un regalo a la ciudad de éste icono de la moda, tras más de un siglo de idilio con ella.
Algo más arriba la tienda Santa Eulalia (Pg Gracia, 93) es parada obligatoria. Se trata de la sastrería de referencia de Barcelona, que abrió sus puertas por primera vez en 1843. Actualmente, una nueva generación a su cargo y aires renovados mantiene su esencia con el vigor del primer día.
Cena con estrella en el Roca Moo
Con el anochecer las tiendas cierran y hay que dar por acabadas las compras. Sin embargo, el Paseo de Gracia tiene mucho más que ofrecernos. El Hotel Omm (C/ Rosselló, 265) nos hará disfrutar de la velada de 5 estrellas. Un espacio moderno y colorista con un restaurante de excepcional categoría.
Tras diez años de historia, el equipo del restaurante El Celler de Can Roca, en la ciudad de Girona, renovó el restaurante y abrió el Roca Bar. El resultado ha sido el reconocimiento internacional con su primera estrella Michelín. Todo un premio a la innovación por un concepto que reinventa el modelo habitual.
En el Roca Moo la cocina ocupa la sala para que los clientes vean in situ la preparación de los platos. La satisfacción de los comensales está prácticamente asegurada.
Els Jardinets de Gracia
Al cruzar la Avenida Diagonal nos encontramos con los Jardinets de Gracia. Al final de los jardines que dan la bienvenida al barrio de Gracia, encontraremos la Casa Fuster (Pg Gracia, 132).
Un lujoso establecimiento proyectado por Lluís Domènech i Montaner que ha sido declarado hotel-monumento. El interior del hotel combina el ambiente modernista con un estilo confortable y elegante.
En la última planta espera la terraza Blue View, un espacio al aire libre con música en directo con vistas inmejorables de la ciudad.
Se acaba una una fantástica jornada con el Paseo de Gracia a los pies, centro del histórico Eixample de Barcelona.
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