Una vivienda pasiva busca un equilibrio con el medio ambiente, a través del escaso o nulo uso de la energía. En España hay en este momento tres proyectos piloto para estudiar cómo se construye un edificio más sostenible. Pero, ¿de qué se trata este nuevo modo de vida?
En este artículo encontrarás:
Una vivienda pasiva o passivhaus busca que sus habitantes reduzcan drásticamente el consumo de energía. Sus precios son más elevados que las casas tradicionales pero ayudan a vivir de una manera más sostenible con el medio ambiente y de reducir el consumo y el gasto en energía al mismo tiempo.
Qué es una casa pasiva
A raíz de que la Unión Europea haya establecido en 2020 que las nuevas construcciones deben contar con certificación energética, las personas han empezado a preocuparse sobre su consumo energético. Fomentando esta corriente, los bancos comenzaron a ofrecer las llamadas hipotecas verdes, destinadas a propiedad sostenibles exclusivamente.
Si quieres profundizar en este tema puedes leer nuestra nota La eficiencia energética: dificultades para conseguir las ayudas.
Es por eso que la arquitectura y la construcción de la vivienda pasiva ha cobrado mucha importancia últimamente. El objetivo de una vivienda pasiva es lograr el mínimo o nulo consumo necesario de energía. A la vez, la calidad interior de las viviendas, las comodidades y el confort que ofrecen son muy superiores a las viviendas comunes.
La construcción utiliza nociones de arquitectura bioclimática a través del cual la temperatura de la vivienda será confortable todo el año sin necesidad de calefacción o aire acondicionado.
El origen del concepto passivhaus
Este concepto de passivhaus ha sido creado en 1988 por dos profesores: el sueco Bo Adamson y el alemán Wolfgang Feist. Preocupados por el cambio climático, comenzaron a crear viviendas bajo este estándar, con la colaboración del Estado alemán.
En la década del 90 construyeron sus primeras experiencias pasivas en Alemania para luego comenzar a expandir esta idea por el resto del mundo. Se estima que estas viviendas tienen un sobrecoste del 15% más, comparadas con las viviendas comunes, pero que el mismo se amortiza en 10 años.
Para conseguir el certificado passivhaus se deben cumplir 7 requisitos:
- Diseño bioclimático: la arquitectura y el diseño de la casa debe basarse en la orientación, la protección solar, entre otras cosas, y haberse estudiado y detallado posibles rehabilitaciones futuras.
- Aislamiento térmico: la vivienda debe mantenerse fresca en verano y cálida en invierno. Esto se consigue con un adecuado aislamiento, con paredes de mayor grosor que lo que la normativa exige para que aísle la temperatura exterior.
- Que no posea puentes térmicos: con el fin de eliminar la pérdida de energía y maximizar su uso, todos los puntos de la envolvente del edificio que no suelen tener aislamiento se tratan y se calculan.
- Hermetismo completo: la vivienda pasiva no debe tener ningún hueco u orificio o pérdida de aire para así poder conservar mejor el clima confortable del interior de la propiedad. Esto también reduce las corrientes de aire internas.
- Muebles con poca transmitancia térmica: que las puertas y ventanas no transmitan la temperatura, se suele utilizar PVC con cristales triples y marcos aislantes.
- Sistema de ventilación mecánica: este sistema logra la recuperación rápida del calor y permite renovar el ambiente constantemente para que no haya presencia de ácaros, CO2, virus, etc.
- Protección del sol: hay que evitar el sobrecalentamiento de la vivienda pasiva, a través de un estudio detallado y el diseño adecuado para la protección solar.
Los proyectos de vivienda pasiva en España
En nuestro país hay tres pruebas de vivienda pasiva con el objetivo de analizar construir en un futuro edificios de consumo energético nulo.
Pasiva Positiva
Este experimento se encuentra en Robledo del Buey, Toledo, y es una vivienda pasiva de alta eficiencia energética. Está abierta al público para que la visite, la conozca, la viva en persona e incluso se puede dormir una noche. Su dueño es el socio de Passivhaus Consultores, en donde se brindan cursos oficiales sobre este tema.
La vivienda cuenta con muy pocos electrodomésticos y muy poca electricidad (solo consume 7 kWh por metro cuadrado al año). Esta especie de casa-taller se edificó con termoarcilla.
Villa Suasana
En Mijas, Málaga, se encuentra la primera casa pasiva con certificación passivhaus premium de toda Andalucía, la máxima calificación a nivel mundial. Es una vivienda unifamiliar de 220 metros cuadrados, cerca de la playa, construida por Ayron Infraestrcuturas y diseñada por Amparo Corral Martín.
Su orientación al sur permite reducir enormemente la cantidad de calefacción y su confort interior es de alto nivel gracias a sus altas prestaciones envolventes y la energía fotovoltaica que se produce en su cubierta.
Casa Sophia
En Guadalix de la Sierra, Madrid, se está finalizando la construcción de otra vivienda pasiva, Casa Sophia, que se destaca por la sostenibilidad y salubridad de sus materiales de construcción. El diseño estuvo a cargo de 100×100 biopasiva y más de 30 empresas han aportado materiales.
Esta Casa servirá de laboratorio para analizar el ozono troposférico, el consumo energético, la humedad y su certificación passivhaus premium se encuentra en proceso. Esta vivienda pasiva será de consumo de energía nulo y tendrá un uso más eficiente del agua.
Ventajas de una vivienda pasiva
Queda claro, entonces, que las viviendas de consumo energético nulo o casi nulo presentan más confort y comodidades que las tradicionales. Sus materiales son de máxima calidad y con ellos se puede ahorrar hasta el 90% del consumo habitual de energía.
Las facturas energéticas también verán trasladado este ahorro mes a mes, además de colaborar con el planeta disminuyendo la contaminación. Este tipo de viviendas aseguran la temperatura ideal y constante durante todo el año, gracias a su sistema de aislamiento.
Por último, la calidad del aire es excelente al disponer de ventilación mecánica, evitando la acumulación de bacterias, polen y ácaros y favoreciendo un modo de vida más saludable. “En la vivienda está en 450-500 partículas por millón (ppm). Y 400 ppm ya se considera aire puro. Cuando hemos realizado mediciones en viviendas convencionales, algunas estaban en 2.000 ppm”, señalan desde 100×100 biopasiva.
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