La Plaza Mayor se encuentra en pleno centro de Madrid, a pocos metros de la Puerta del Sol y del Palacio Real. Fue diseñada por Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora en estilo barroco y es una de las visitas imprescindibles de Madrid.
Un poco de su historia…
Muchos de nosotros hemos oído acerca de La Plaza Mayor de Madrid. Otros, han tenido el placer de conocerla. Esta histórica Plaza mide 129 metros de largo por 94 metros de ancho y está rodeada por soportales y edificios de ladrillo de tres plantas. A lo largo de la historia de Madrid, la Plaza Mayor ha sido lugar de encuentro, anuncios y celebraciones de carácter civil. Además, está cargada de placas conmemorativas, lugares históricos y otros símbolos de gran valor.
En la construcción de la plaza intervinieron varios arquitectos, entre los que destacan Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora, que fueron los verdaderos impulsores del proyecto. Con el paso del tiempo y los distintos incendios sufridos, la Plaza Mayor ha sido reconstruida y reformada en varias ocasiones. Para llegar a ella, puedes usar las diferentes puertas de acceso que rodean la plaza, cada una con un encanto especial.
En el siglo XV, la Plaza Mayor recibía el nombre de Plaza del Arrabal, que fue sustituido por otros nombres como: Plaza de la Constitución, Plaza Real y Plaza de la República. El nombre actual se conserva desde finales de la Guerra Civil.
Puntos de interés en la Plaza Mayor
Podemos encontrar tres lugares de especial interés:
- Estatua de Felipe III: creada en 1616 por Juan de Bolonia y Pietro Tacca. Fue un regalo del Duque de Florencia al rey español. Hasta mediados del siglo XIX estuvo en la Casa de Campo.
- Casa de la Panadería: es el edificio más importante y fue el primero en comenzar a construirse en 1590. Inicialmente, fue la tahona más importante de Madrid. La fachada está decorada por Carlos Franco.
- Arco de Cuchilleros: este arco conforma la más conocida de las nueve puertas de acceso que tiene la Plaza Mayor. El nombre viene de la calle con la que comunica, la calle Cuchilleros.
Desde hace casi 150 años, en Navidad la Plaza Mayor se llena de puestos con artículos navideños, objetos de broma y disfraces de todo tipo. Aunque es posible ver tiendas en la Plaza durante todo el año, en esta época tan especial se decoran con más esmero y adquieren una belleza diferente.
¿Qué actividades se realizaban?
La Plaza Mayor ha sido siempre un entorno de intensa actividad económica. Así lo atestiguan algunos de los diez arcos que dan acceso a ella: el de la Sal, donde se encontraba el depósito de venta de este producto, el de Botoneras, denominado así porque debajo se apostaban las vendedoras de botones, y el de Cuchilleros, nombrado anteriormente.
Desde sus inicios, la Plaza Mayor tuvo también una intensa vida social y cultural y fue el marco de festejos diversos. Los Austrias la utilizaron mucho como escenario de sus apariciones. Por ejemplo, aquí se proclamó rey a Felipe IV, en 1621. El espacio sirvió también para albergar espectáculos teatrales, torneos, corridas de toros y fiestas de carnavales, así como pasos de romerías, muy populares durante los siglos XVI y XVII. Era el caso de la dedicada a San Marcos, que se celebraba el 25 de abril. Llamaba mucho la atención porque los romeros solían acudir vestidos con harapos, por lo que fue conocida popularmente como la del trapillo (de trapo). De ahí proviene la expresión “ir de trapillo” para referirnos a una manera de vestir sencilla y casera.
El espectáculo menos festivo al que se podía asistir en la plaza eran las ejecuciones. Entre los posibles tipos de ejecución que se aplicaban, ser degollado era aparentemente el menos doloroso, por lo que estaba reservado a los nobles. La horca y el garrote vil se utilizaban con quienes no tenían ningún título nobiliario. Todos exhalaban su último suspiro ante los curiosos que se agolpaban para la ocasión en el rojo corazón del Madrid barroco.
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