Entre las calles de la ciudad algunas destacan por su pequeño tamaño pero gran encanto, sus pasajes. Son tesoros que parecen esperar a ser encontrados con un ambiente sin nada que ver con las grandes avenidas. Son los pasajes de Barcelona.
Recorriendo desde el Eixample a Ciutat Vella, Barcelona soprendre con diversos pasajes curiosamente repartidos por su entramado. Tranquilas callejas como los pasajes de la zona alta de Barcelona.
Algunos con pequeños jardines en su interior y otros con paredes que son testigo de la historia de una ciudad milenaria. Contrastes que recuerdan el carácter cosmopolita y las diversos barrios que dan carácter a cada uno de los pasajes de Barcelona.
Todos ellos con nombres de artistas, personajes o incluso santos. Con una mágia especial y mucho por contar.
Pasajes en el Eixample
En el Eixample Derecho, y entre las calles Aragó y Pau Claris, se encuentra el Pasaje Méndez Vigo. Inaugurado en 1968, contiene diversas casas con jardines. Una de ellas es la Casa Degli Italini que popularmente da a conocer este como el ‘pasaje de los italianos‘. Entre sus encantos, un antiguo árbol pimentero que llama la atención.
Las calles Roger de Llúria y Pau Claris acogen a un pasaje con una curiosa mezcla de estilos, entre el clásico, el novecentista y el árabe. Es el Pasaje Permanyer, el más antiguo del Eixample. En él se recuerdan las casas inglesas que en 1864 servían de residencia y hoy sirven de despachos.
Tanto Méndez Vigo como Permanyer conservan un adoquinado muy típico en Barcelona que hoy prácticamente ha desaparecido.
Los pequeños callejones que se alzan entre las calles Roger de Llúria y Girona, carecen de ese carácter atemporal y arquitectónico. Pero no del encanto propio de los pasajes de Barcelona.
No muy lejos y en paralelo a la Basílica de la Purísima Concepció se encuentra el pequeño Pasaje del Rector Oliveras. Y rodeando al Mercat de la Concepció existe un entramado de dos pasajes muy diferentes, el sobrio Pasaje de les Escoles y el siempre animado Pasaje del Mercat.
Camino al Eixample Izquierdo, y en paralelo a la calle Provença, se encuentra el Pasaje de la Concepció. Se accede por dos de las avenidas más exclusivas, el Paseo de Gracia y la Rambla Cataluña. Sin duda es el ‘pasaje gastronómico‘ de Barcelona, aunque la presencia de exclusivas tiendas de ropa como Santa Eulalia o Dolce & Gabbana también lo convierten en referente de la moda.
Pasajes de Ciutat Vella
En el barrio Gótico, algunos lugares parecen escapar del bullicio que se vive junto a las grandes instituciones.
A pocos metros de la Plaza de Sant Jaume se encuentra el Pasaje del Crédit. Construido entre 1875 y 1879, ocupa el lugar que dejó el antiguo Convent de l’Esperança. Lleva desde la Baixa de Sant Miquel a la Calle Ferran. En su historia brilla su relación con la Sociedad Catalana del Crédito y que en el número 4 naciese el genial pintor Joan Miró en 1893.
Más abajo y entrando en la Plaça Reial desde La Rambla se llega al Pasaje Bacardi. Con el nombre de la familia que poseía los terrenos donde se edificó, acercarse a ella es volver atrás en la historia. Ornamentaciones y detalles que resisten el paso del tiempo.
Los pasajes de Barcelona que podemos encontrar en El Born poco tiene que ver con los del Eixample.
Un ejemplo es el Pasaje Sert que está situado entre las calles Sant Pere mes Alt y Trafalgar. Con el nombre de una antigua fábrica de alfombras y tapices. Pero hoy en día es un callejón tranquilo que atrae a curiosos y vecinos por igual. La piedra con tonos amarillos de sus paredes y la luz intensa que proviene de su interior lo convierten en un lugar con encanto.
También entre las calles Trafalgar y Sant Pere més Alt se encuentra un callejón entre antiguos edificios industriales. Es el Pasaje Manufactures que data de 1873 y debe buena parte de su encanto al ambiente que entre pequeñas tiendas y vecinos se puede respirar. Su pasado industrial y ligado al téxtil se conserva en pequeños y grandes detalles.
Por su lado, en el diverso barrio del Raval encontramos otros curiosos callejones.
El Pasaje Mil-Vuitcents, situado entre la calle del Carme y la Plaça de la Gardunya con el Mercat de la Boquería tiene una interesante historia. Un pasado en el que acogió las Antiguas caballerizas de la Casa Torrens.
Mientras, junto a la calle Arc del Teatre el Pasaje de Lluís Cutchet también algo que contarnos. Este es el lugar donde en 1814 se abrió la Casa de baños de Can Casteliu. Todo un referente del pasado que aún nos recuerda algún letrero.
Historia de una ciudad que junto a grandes avenidas también se escribió en pasajes con encanto.
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