Las viviendas ocupadas de forma ilegal conforman una problemática que, si bien lleva décadas de profundización, se ha acelerado en los últimos dos años a niveles impensados. El motivo es claro, la crisis por la pandemia COVID 19. Los procesos de desahucios son prolongados y muchas familias ven en la okupación la única forma de conseguir dónde vivir bajo techo, al menos durante un tiempo. Sin embargo, en el último período se ha visto en España una singular modalidad de crecimiento preocupante: los denominados “okupas top”. En este artículo de Oi Real Estate, veremos cómo logran instalarse estos okupas de lujo en viviendas vacacionales.

La crisis del acceso a la vivienda y las organizaciones

Toda crisis social mantenida en el tiempo abre el camino a que organizaciones fraudulentas tomen partido. En este sentido, la crisis del acceso a la vivienda no ha sido una excepción; ni en España, ni en toda Europa. Es de conocimiento público que organizaciones clandestinas se han ocultado y permanecen ocultas detrás de la situación de precariedad de muchas familias, para introducir un negocio ilegal que roza lo mafioso.

Ubicando personas en casas vacías y manteniéndolas en constante rotación a lo largo y ancho del territorio, logran evadir los grises de los procedimientos de desahucios presentados por sus propietarios. Las cámaras de dueños de propiedades vienen pugnando desde hace años por el tema de la despersonalización de los lanzamientos; sin embargo, el problema de la okupación no solamente subsiste, sino que se ha incrementado de forma alarmante.

De 2013 al día de hoy

Ante la okupación como método establecido de toma de viviendas, en el año 2013 los ayuntamientos tomaron cartas en el asunto y realizaron la primera medición oficial de este fenómeno. En aquel entonces, se constató que más de 7.000 viviendas yacían ocupadas de forma ilegal.

Sin embargo, durante la pandemia estos números se dispararon hasta encender las alarmas en el sector inmobiliario, en los juzgados y en el ámbito político. Solo durante 2020, con la crisis de la pandemia y las medidas sanitarias que prohibieron la circulación en España como protagonistas, se registraron más de 3.400 procesos de desahucio por okupación.

Okupas de lujo en viviendas vacacionales

Los turbios mecanismos de organizaciones que manejan la okupación de forma sistemática, han conseguido darles una vuelta de tuerca a sus estrategias. Ahora, y según las autoridades de los juzgados intervinientes, la modalidad de okupación ha logrado establecer sus métodos en viviendas vacías ubicadas en localidades de lujo y como parte del sistema turístico o segunda vivienda.

Se trata de una suerte de “secuestro” de viviendas lujosas. Localidades como Málaga, Barcelona o las Islas Baleares, registran esta metodología. Así, los okupas comenzaron a pedir “rescate” para devolver las unidades a sus dueños, como un “favor” que les evitará a estos atenerse a los engorrosos y prolongados procesos de desahucio legal. Como opción viable, los okupas reclaman una vivienda para largarse y dejar la unidad tal cual estaba.

Un método de extorsión impensado

La disparada en la demanda de servicios de seguridad, cámaras wifi y otros implementos por parte de los propietarios durante el encierro en pandemia, no alcanzó para mitigar estos métodos de extorsión impensados. Los propietarios, con tal de asegurarse recuperar la propiedad, se abren a menudo a aceptar condiciones algo alocadas y que tampoco les aseguran que el problema se resuelva en lo inmediato.

Se conoció en octubre último un caso de okupación en Málaga en el que una pareja, con cuatro menores a cargo, usurpó una vivienda cercana a la playa. La familia propietaria accedió a negociar mediante una compañía experta en manejar desahucios. Los okupas solicitaron entonces una vivienda a cambio de su retirada; y los dueños de la unidad accedieron a brindársela, pero solo por unos meses.

La resolución de este caso queda librada más al azar que a una resolución legal; ya que los okupas solo accederán a marcharse si los propietarios se comprometen legalmente a no denunciarlos bajo ningún caso. ¿Qué le garantiza a los dueños de la propiedad que no correrán la misma suerte en la segunda vivienda asignada?

Familias contra familias

Detrás de todo este enrollo mafioso, no debemos perder de vista que el conflicto de fondo existe y es una realidad. En un contexto donde empresas de luchadores profesionales (como en España la FueraOkupas) logran un auge de contrataciones para “acelerar” el desahucio, se tiende a olvidar que detrás de todo esto hay familias que realmente no tienen donde vivir y que se sienten comprensiblemente tentadas a participar de este circuito ilegal.

Las empresas como FueraOkupas reciben finalizando este 2021 y en promedio más de 150 llamadas diarias. Se estima que el 75% son por la problemática del impago del alquiler por parte de inquilinos morosos y un 25% hacen referencia a la okupación ilegal. Expertos en artes marciales y boxeadores amateurs se reclutan cotidianamente en estas compañías, que cuidadosas de no cruzar la delgada línea entre lo permitido legalmente y los clandestino, se manejan de forma ágil e intimidatoria para con los ocupantes.

¿Conoces un caso de okupación cercano? ¿Te ha tocado vivir uno en carne propia? Nos encantaría conocer tu experiencia.

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