Las oficinas vuelven a ocuparse lentamente en todo el mundo. Y es que en gran parte del mundo la vacunación contra el coronavirus avanza a grandes ritmos, lo que propicia una realidad muy distinta a la de hace 12 meses atrás. La pandemia hizo que la gran mayoría de las empresas cambien su modalidad de trabajo hacia formatos más flexibles, ya que la presencialidad en las oficinas estaba prohibida. Lamentablemente, este contexto trajo consigo que muchas compañías vayan a la quiebra por no poder mantener a sus empleados.
Pero como marcamos en varios artículos en Oi Realtor, la realidad comienza a cambiar gracias a la baja de casos de coronavirus y la inminente vacunación global. ¿Esto es así en todo el mundo? En gran parte sí, pero hay sitios donde la pandemia aún golpea con fuerza, como Latinoamérica.
Una situación completamente distinta a la americana es la de Israel por ejemplo, o la de Oceanía. Lugares con realidades disímiles en relación al coronavirus, pero que en los últimos meses han podido abrir sus oficinas para los empleados.
Hemos explicado también la situación de los países de Europa y particularmente en España, como también el gran avance de Estados Unidos con su potente campaña de vacunación. En el siguiente artículo resumimos estas cuestiones y explicaremos una de las grandes consecuencias del teletrabajo y la no presencialidad en las oficinas.
En este artículo encontrarás:
Las oficinas en la Unión Europea
La media de teletrabajo durante toda la pandemia en la Unión Europea es de un 21,5% según un estudio realizado por la consultora Adecco. Por otra parte, España se sitúa bien por debajo en la tabla, con una proporción de teletrabajadores del 14,5%, relegando así al país al puesto 16 de 22.
Suecia y Holanda son los únicos dos países europeos en los que el teletrabajo aplica entre más del 40% de los ocupados, con un 40,9% y 40,1% respectivamente. Por debajo de ellos se sitúan Luxemburgo (37,5%) y Finlandia y Dinamarca (33,5%).
Sin embargo, hay trabajadores de varios países que esperan o quieren un retorno más o menos generalizado a sus oficinas para el mes de julio. Creen además que habrá una normalización y vuelta a las oficinas para principios de junio, mientras que países como Alemania se sitúan en el otro extremo y no esperan una vuelta rutinaria a sus escritorios hasta agosto.
Los casos de Israel y Oceanía
Israel es el claro ejemplo de la superación de Oriente Medio ante el coronavirus. Desde hace varias semanas cuentan con un porcentaje muy alto de su población vacunada, lo que genera que los empleados puedan volver a sus oficinas.
Dos meses después de que Israel reabriera su economía, su capital Tel Aviv está pasando de la era del trabajo desde casa. La presencia en las oficinas en Israel ha vuelto a más del 95% de la capacidad total, frente a un porcentaje del 15% con las primeras restricciones del 2020 y del 40% en el segundo rebrote del virus.
Países con altos niveles de vacunación están dando los primeros pasos hacia la reapertura. Australia y Nueva Zelanda mantuvieron controlado al coronavirus, aunque muchos empleados de oficina permanecen en sus casas.
Oficinas en Norteamérica
En los Estados Unidos esperan levantar muchas restricciones pandémicas y los principales bancos están planeando reanudar la vida de las oficinas. Pero no siempre la realidad en el país norteamericano fue así.
El 2020 fue un año complicado para Estados Unidos. Antes de su fuerte campaña de vacunación, tuvo un alto grado de contagios y muertes en la población por el coronavirus. Muchas oficinas y empresas debieron cerrar o amoldarse al teletrabajo. Es así que más del 80% de las empresas mantuvieron “cierto grado” de teletrabajo después de la crisis.
El caso de Canadá es algo similar. Según estadísticas de Canadá, 3,3 millones de canadienses trabajaron desde casa a mediados de abril de 2020, durante la primera ola de la pandemia. A octubre, ese número se redujo a 2,4 millones de personas. Sin embargo, la cantidad de personas aumentó en diciembre debido a las nuevas restricciones.
Oficinas en Latinoamérica
Como marcamos anteriormente, las empresas y negocios a partir de la pandemia cambiaron drásticamente su modelo de trabajo presencial de oficina a una modalidad de home office o teletrabajo. La situación en Latinoamérica fue crítica en los primeros semestres del 2020. Un informe de la la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó que en la región solo el 76% de los empleados podrían trabajar desde sus casas.
Las cifras de la entidad contemplan la probabilidad para hacer teletrabajo de 13 países y un estimado de la región. En el caso de Guatemala la cifra es de 14% al igual que Honduras; Bolivia cerca de 15%; Ecuador, 16%; México, 17%; Belice, 18%; El Salvador, 18%; Guyana, 19%; República Dominicana, 22%; Panamá 24%; Chile, 25%; Brasil, 26% y Uruguay, 31%. La cifra promedio de América Latina es de tan solo 22%.
Además, según un informe de la consultora IDC, en Latinoamérica un 57% de los líderes empresariales y comerciales implementaron este formato durante el confinamiento, y planean continuar haciéndolo. El reporte realizado por dicha consultora constó en encuestar a más de mil líderes empresariales y empleados de 15 países diferentes de la región.
El hallazgo fue que el 83% de los empleados encuestados y el 77% de los líderes se consideran igual o más productivos en la casa o en otra ubicación remota. Desde la consultora indicaron que “esto supone permitir a todos los colaboradores encontrar formas individuales de trabajar que estimulen la productividad y la innovación en cualquier momento y lugar, al emplear cualquier dispositivo.
Sin embargo, encontraron opiniones o preocupaciones distintas entre ambos grupos. El 52% de los empleados considera importante trabajar en un horario accesible para equilibrar con la vida familiar, mientras que ese aspecto fue considerado por el 42% de los líderes. Otro aspecto disímil fue la falta de supervisión. Mientras que el 31% de los jefes lo considera importante en la modalidad de teletrabajo, solo el 13% de los empleados lo cree indispensable.
Consecuencias de trabajar desde casa
La compañía farmacéutica Grünenthal en Perú informó que no ir a las oficinas y trabajar desde las casas afectó a un inmenso número de empleados en Latinoamérica. Según su estudio, el dolor lumbar crónico afecta a aproximadamente 60 millones de personas, de los cuales unos 10 millones presentan incapacidad para realizar su labor causada por esta dolencia. Esto puede traer limitaciones para caminar, interactuar socialmente, hacer deporte e incluso dormir.
El dolor crónico está asociado a riesgos ocupacionales que se han agravado con el aumento del teletrabajo durante la pandemia de coronavirus. “Esto tiene importantes efectos en la salud mental del paciente, en la capacidad para realizar actividades diarias como trabajar y, en consecuencia, en su productividad”, señaló en el reporte la presidenta de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos, Patricia Bonilla.
“Es considerada como la enfermedad mecánica más costosa. Por los gastos en tratamientos, hospitalizaciones e intervenciones, como por los que implican licencias por incapacidad y reemplazos temporales o permanentes de estas personas”, agregó Bonilla.
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