¿Estás pensando en vender tu propiedad? Al momento de concretar una compraventa inmobiliaria, el vendedor y el comprador cuentan con dos opciones para cerrar el acuerdo: pueden celebrar un acuerdo privado, o bien, firmar una escritura pública ante un notario. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Qué opción es más conveniente? En este artículo te contamos todo lo que debes saber si estás dudando en acudir a un notario para firmar una escritura al momento de vender tu propiedad.

Firmar una escritura pública a la hora de concretar una compraventa inmobiliaria no es una cuestión de carácter obligatorio. Sin embargo, es lo más recomendable. ¿Por qué?

Si bien un contrato privado celebrado entre las partes tiene la misma validez, no posee las mismas garantías. La participación de un notario en estas ocasiones dota a la operación de más información y brinda mayor seguridad jurídica a ambos contratantes. Mediante la actuación de un notario, tanto comprador como vendedor podrán asegurarse de que el acuerdo es legal, inamovible y 100% seguro.

¿De qué se ocupa un notario?

Antes de decidir si acudir a un notario para firmar una escritura o celebrar un contrato de manera privada, es importante conocer de qué se ocupan estos funcionarios públicos.

La principal labor de un notario es la de dar fe del compromiso que existe entre comprador y vendedor y de la información que figura en la escritura, de manera que ninguna de las dos partes pueda negar ante la otra lo que allí se dice. Pues la escritura pública, como documento, es una prueba fehaciente de que comprador y vendedor están de acuerdo con la compraventa de la vivienda y de su voluntad para firmar lo que allí está acordado.

Aspectos de la escritura que debe verificar

El notario también tiene como obligación verificar que todas las cláusulas que aparecen en la escritura son válidas y se ajustan a la ley. Es en este momento que se encargan de:

  • Comprobar las identidades, capacidades y legitimaciones, tanto del vendedor como del comprador.
  • Verificar la validez de los documentos que acreditan que la propiedad se encuentra libre de cargas.
  • Chequear que la descripción del inmueble coincida con la que figura en la certificación catastral descriptiva y gráfica.
  • Asegurarse de que la vivienda cuente con otra documentación adicional, como la Cédula de Habitabilidad y el Certificado de Eficiencia Energética.

Todos estos aspectos son obligatorios para cerrar una operación inmobiliaria.

En todo momento, hasta que culmine su tarea, el notario debe asesorar de manera imparcial al comprador y al vendedor, como también informarles acerca de las consecuencias legales que se pueden derivar de ciertos actos. Por ejemplo, el hecho de que, una vez llegada esta instancia, ninguna de las dos partes puede arrepentirse del acuerdo. El vendedor debe ceder la propiedad y el comprador no puede echarse atrás.

¿Qué beneficios brinda la labor del notario a la hora de vender una propiedad?

Como mencionamos al principio, no es obligatoria la contratación de un notario y la firma de una escritura pública para concretar la compraventa de un inmueble. Sin embargo, existen beneficios que esta decisión implica y que, celebrando un contrato privado no se pueden obtener. ¿De qué se tratan?

Si bien en la legislación española rige el principio de la libertad de forma, es decir que, no se requiere de una escritura pública para formalizar una compraventa inmobiliaria, los beneficios de firmar un contrato privado, no son los mismos. Concretar la venta de tu vivienda en presencia de un notario definitivamente te será de ayuda antes, durante y después de realizar el traspaso de la propiedad. ¿Cómo?

Seguridad jurídica

El mismo día en el cual el comprador y el vendedor concreten la transacción el notario se encargará de enviar al Registro de la Propiedad una copia de la escritura de la compraventa y de la escritura de la hipoteca, en caso de que la otra parte financie la compra mediante un préstamo. Esto te garantizará como vendedor que, una vez finalizada la operación, no puedas ser afectado por un embargo o una demanda en caso de inconvenientes. 

Otro beneficio consiste en que cada escritura se archiva en el protocolo notarial. Desde allí podrás obtener siempre nuevas copias, consultar los datos de la operación, revisar lo acordado y verificar en qué condiciones se llevó adelante la compraventa. Esto quiere decir que, contando con la presencia de un notario en una operación inmobiliaria, te aseguras de que la escritura no se perderá ni quedará en manos de una sola de las partes.

Cómo elegir un notario para la firma de una escritura al vender una propiedad

Generalmente es el comprador quien elige un notario a la hora de firmar la escritura pública. Esto se debe a que la elección de este funcionario suele ser competencia de quien debe afrontar mayores costos notariales. Sin embargo, si hay acuerdo entre las partes, ambos pueden elegir al notario. No es necesario que este pertenezca a la misma jurisdicción en donde se encuentra el domicilio.

En caso de que el comprador y tú no arriben a un acuerdo en esta cuestión y te opongas a la elección que él hizo puedes reclamar al Servicio de Atención al Usuario del Colegio de Notarios más cercano.

Si la tarea de encontrar el notario indicado te toca a tí debes saber que actualmente existen en España alrededor de 3.000 notarios. En el sitio web del Consejo General del Notariado cuentas con un buscador que te permitirá encontrar uno según la zona en la que te encuentres.

¿Cuál es el coste de acudir a un notario para la firma de una escritura al vender una propiedad?  

Como seguramente ya sabes, una compraventa inmobiliaria esta sujeta a múltiples gastos y al pago de impuestos específicos. Si nos centramos únicamente en el aspecto tributario, el comprador debe hacerse cargo de:

Impuestos que debe pagar el comprador por la operación de compraventa

  • Actos Jurídicos Documentados (IAJD).
  • Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) (en caso de tratarse de una vivienda de segunda mano).
  • Impuesto al Valor Agregado (IVA) (en caso de tratarse de una vivienda nueva).

Por su parte, el vendedor debe encargarse de:

Impuestos que debe pagar el vendedor por la operación de compraventa

  • Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
  • Plusvalía municipal.

Si pasamos a los gastos, veremos que los principales son:

Gastos inherentes a la operación de compraventa

  • Aranceles notariales (los honorarios del notario).
  • Aranceles registrales (el costo por inscribir la escritura pública de compraventa en el Registro de la Propiedad).
  • Minuta de la gestoría (los honorarios de los gestores en caso de que se les encargue la realización de trámites en su nombre).

¿En qué consisten y de qué monto son los honorarios notariales?

En este caso, estos honorarios están fijados por el gobierno español desde el año 1989. Es decir, que el valor será el mismo para todos los notarios matriculados en el país sin importar la zona en donde se encuentre tu propiedad. De todas formas, lo que sí influye es el precio del inmueble y puedes obtener descuentos de hasta un 10% gracias a la competencia que existe entre las diferentes notarías. 

La factura notarial que recibirás no sólo incluirá los honorarios del notario, que sólo representan un porcentaje menor. El servicio también cubre la llamada fe pública extrajudicial: oficinas, sueldo del equipo profesional, seguro de responsabilidad civil, informatización, encuadernación y conservación de las escrituras, etc. El notario tiene como obligación entregarte una factura con el detalle de sus servicios y los costos extra correspondientes. Si te surge alguna duda respecto a la factura recibida, puedes solicitar una revisión gratuita al Colegio Notarial.

¿Quién debe asumir los costos de contratar al notario?

A la hora de decidir quién se ocupará de los costos notariales debes saber que la ley da total libertad al comprador y al vendedor para afrontar esta cuestión. 

Sin embargo, ten en cuenta que, si ambos no llegan a un acuerdo, entonces se aplicará el criterio legal dependiendo de la zona en la que te encuentres. Existen jurisdicciones, como Navarra, en donde, en caso de no producirse un pacto, comprador y vendedor deben hacerse cargo de los gastos notariales por partes iguales. Hay otras, como Cataluña, en donde el comprador es el que debe afrontar el gasto totalmente.

Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso. ¡Te esperamos!

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