Las instalaciones de techos verdes en los edificios es ya obligatorio en Copenhague y a parte de contribuir a la mejora medioambiental, también reduce el gasto de aire acondicionado y calefacción
Ya lo usaban los escandinavos hace siglos y desde hace 60 años Alemania también los incorporó en sus casas rurales. Los techos verdes se están haciendo un hueco en la arquitectura después de que Copenhague fuera nombrada Capital Verde Europea 2014 y tuviera la iniciativa de convertir en jardines las azoteas de los edificios de Copenhague.
Estos techos verdes son azoteas que se cubren para que crezcan plantas en lugar de acoger hormigón o tejas. Se apuestan por estos techos verdes debido a los numerosos beneficios que aportan a las ciudades, ya que estas presentan cada vez un índice más alto de contaminación en el aire. Estos techos verdes son capaces de regular las temperaturas actuando como aislantes térmicos –la cubierta no supera los 35 grados en verano-.
Esto se traduce en que los vecinos podrán prescindir del aire acondicionado y de la calefacción, o al menos no usarlo tan a menudo. Además, la estructura de la azotea también sirve como huerto urbano, fomentando así el consumo sostenible y ecológico. Por no hablar de la mejora de la calidad del aire de las ciudades, ya que estas plantas absorberían los contaminantes y ayudarían así a disminuir las enfermedades respiratorias.
Esta propuesta ya se está llevando a cabo en distintas ciudades de todo el mundo como en Stuttgart, Copenhague, Paris, Madrid o Barcelona. En el municipio de Boadilla del Monte (Madrid) se llevó a cabo la construcción de 100.000 metros cuadrados de vegetación en la azotea, convirtiéndose en una de las cubiertas ecológicas más importantes del mundo.
En la ciudad alemana de Stuttgart se ha conseguido reducir entre dos y tres grados la temperatura media gracias a la incorporación de estos techos verdes. Además en algunas ciudades de Alemania se les hace un descuento a los propietarios en la factura del agua, ya que el 50% de la lluvia que cae queda en las cubiertas y se pueden hacer tuberías más pequeñas.
Las posibilidades de cubiertas ajardinadas son infinitas. Se pueden instalar en una azotea con hasta 45 grados de pendiente y la cobertura de vegetación puede ser total o parcial.
La tecnología actual permite obtener resultados sorprendentes en este tipo de azoteas contribuyendo a la mejora medioambiental y a embellecer el skyline urbano.
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