A pesar del complicado momento de la industria hotelera, las grandes cadenas del lujo apuestan por Barcelona en sus zonas más emblemáticas. Un espacio valioso en el que todos los hoteles de lujo quieren estar.
La industria hotelera necesita renovarse en España. Es un momento complicado por la falta de ocupación y la gran competencia entre las diferentes cadenas. Sin embargo, las principales cadenas de hoteles de lujo apuestan fuerte por crecer en ciudades como Barcelona y Madrid.
Mientras la capital española aún intenta recuperarse de la importante caída del turismo en los últimos meses, el objetivo de Barcelona es afianzar su éxito con nuevos hoteles de lujo.
Hilton, por ejemplo, quiere consolidar su presencia en Barcelona a través del Hotel Mandarín Oriental (Pg de Gracia, 36). Un 5 estrellas en el majestuoso Paseo de Gracia que ampliará su capacidad hasta las 120 habitaciones e incorporará al Chef Ángel León, del Restaurante Aponiente.
Otra de las que quiere tomar el paseo del lujo barcelonés es Four Seasons. La venta de la torre Deutsche Bank de Barcelona (Pg de Gràcia, 111) por cerca de 90 millones de euros abre las puertas a la cadena hotelera canadiense, entre otras. Una decisión que no tardará en tomarse.
Pocas cadenas faltan por llegar. Entre los próximos hoteles de lujo en posicionarse dentro del Eixample barcelonés la cadena InterContinental es una de las más destacadas.
Una operación ya confirmada hace meses afecta otro de los ‘grandes’ edificios de Barcelona. La venta de la torre Agbar (Av. Diagonal, 211), obra del arquitecto Jeanne Nouvel, por 150 millones de euros sorprendió a muchos.
El primero de los hoteles de lujo que Hyatt tendrá en Barcelona dispondrá de 417 habitaciones, el tercer centro de convenciones de de la ciudad y de un gran mirador en la cúpula.
Con el nuevo diseño de la Plaza de Glòries, el flamante hotel de Nouvel competirá aún más con el templo expiatorio de Gaudí. Una ‘pequeña’ batalla poco igualada porque al acabarse la Sagrada Família, la torre Agbar representaría sólo la torre número 19 de la basílica.
Hace poco más de un año, otra transacción sonada fue la del Hotel W Barcelona (Pl. Rosa dels Vents, 1). Los propietarios del establecimiento más imponente del litoral barcelonés vendieron el inmueble por 200 millones a un fondo catarí.
La apuesta de este país por Barcelona no quedó ahí. A principios de 2014 otro fondo de Qatar compró uno de los hoteles de lujo más céntricos, el Renaissance Barcelona Hotel (C. Pau Claris, 122). La operación hizo ganar 78,5 millones de euros a la cadena hotelera Marriott.
Sin embargo, no sólo son los inversores foráneos quienes se fijan en Barcelona. Amancio Ortega, fundador de Inditex , también ha querido hacerse un hueco en el centro neurálgico de la ciudad.
El empresario ya poseía, a través de su sociedad patrimonial, el inmueble que alberga la tienda de Apple (Pg de Gracia, 1). Ahora apuesta por la compra de todo el edificio, situado en la Plaza Catalunya, por 44 millones de euros.
En sus planes está convertirlo en un hotel, y entre los grupos interesados se encuentra la propia Marriott.
Antiguos y nuevos operadores hoteleros buscan su sitio en un ciudad de primera categoría. El centro de Barcelona busca dueño entre hoteles de lujo de altura internacional. ¿Quién será el siguiente en invertir en él?
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