Norman Foster reprende su proyecto después de que renunciara a él en 2014 por desavenencias con el Ayuntamiento
En 2014, el arquitecto británico quiso remodelar el palacete que adquirió situado en la calle Monte Esquinza de Madrid, pero las trabas que puso el Ayuntamiento de la capital hicieron que Foster se llevara su fundación de Madrid. Ahora, dos años después parece que el arquitecto y su esposa Elena Ochoa han limado asperezas con el ayuntamiento y han reactivado su proyecto en la capital.
La sede madrileña acoge desde su fundación parte del legado Foster. El palacete se adquirió por nueve millones de euros después de que Bankia lo pusiera en venta en 2012. El edificio cuenta con un espacio de 1.704 metros cuadrados que con la remodelación que quieren llevar a cabo dispondría de un total de 1.874. Al inicio, el matrimonio Foster quería dedicarlo a acoger gran parte de su archivo y obras de colección particular, además de utilizarlo como plataforma de debate de asuntos urbanísticos, arquitectónicos, diseño y arte, entre otras disciplinas.
Entre las iniciativas que acogerá la Fundación Foster se encuentra la del aeropuerto de drones en un pabellón propio. Las acciones están impulsadas por el equipo de la fundación y , como bien explica Elena Ochoa, contará con la ayuda del IMT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), las escuelas politécnicas federales de Lausana y de la Universidad de Zúrich, la Politécnica de Madrid y la Fundación Lafargue Holcioum.
Por el momento, como ya comenta Elena Ochoa, la fundación se encuentra en desarrollo todavía. Pero a finales de mayo, coincidiendo con la bienal de Venecia, se anunciará si se lleva a cabo definitivamente el proyecto.
El proyecto de reforma, llevado a cabo por el propio Foster, se topó con trabas al tratarse de una finca protegida debido a su valor histórico –construida en 1902 como residencia del duque de Plasencia- y por eso no fue visto con buenos ojos su reforma por la comisión local de patrimonio.
A pesar de las negativas del anterior gobierno, el equipo de Manuela Carmena ha tendido la mano al arquitecto y apuntan que estarían encantados si finalmente se decidiera por la ciudad de Madrid para fijar su sede. Aun así, desde el ayuntamiento no se han pronunciado todavía sobre la aprobación del proyecto, ya que esperan que sea la fundación la que informe sobre sus intenciones en Madrid.
Un futuro en Chamberí
La implicación del arquitecto, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009, podría ir más allá de las paredes de su palacete. La sede se encuentra próxima al Frontón Beti-Jai, actualmente en ruinas pero pendiente de remodelación. Esta construcción data del siglo XIX y es la única instalación deportiva en Madrid que conserva su diseño original tras 120 años de historia. La obra de remodelación va a salir a concurso próximamente y Foster ya se ha interesado por el proyecto, aunque desde el ayuntamiento han asegurado que el arquitecto británico “tendría que hacerlo sin que esto, pese a colindar con el edificio de su fundación, tenga nada que ver con su proyecto personal”.