Una de las grandes maravillas de la naturaleza, los lagos. Aquí te mostramos desde Oi Realtor una amplia selección de los mejores lagos para visitar en Cataluña.
Lugares mágicos ideales para pasar el día de excursión con los amigos, la familia, la pareja o con uno mismo. No solo podrás refrescarte sus aguas sino que además quedarás enamorado de los paisajes tan maravillosos que te ofrecen estos sitios. ¡Anímate a visitar los fascinantes lagos en Cataluña!
LAGO DE BANYOLES (GERONA)
Es el lago más grande en Cataluña, así que hay sitio para todos. Su agua turquesa, los patos, el embarcadero de madera y las montañas que lo rodean hacen de Bañolas ( Banyoles en catalán ) un lugar idílico donde pasar todo el día a remojo y sin chocarse con nadie.
La parte de más tránsito es la de su Club náutico, situado en uno de sus extremos. Este recinto privado cuenta con un enorme área donde poder tomar el sol, así como diferentes instalaciones para practicar deportes náuticos. De hecho, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 sirvió como escenario de la competición de remo.
¡Con leyenda incluída!
Si tienes pensado recorrer el lago por tu cuenta, cuidado con el dragón. Como si se tratase del mismísimo Ness , los habitantes de Bañolas también tienen su propia leyenda que se remonta a la época de Carlomagno, cuando los locales le pidieron que matase al monstruo.
El dragón se escondió dentro del lago y únicamente un monje francés, San Emeterio, logró sacarlo de allí con sus rezos. Después de aquello el animal volvió a sumergirse y nunca más se le volvió a ver.
LAGO DE MONTCORTÉS (LÉRIDA)
Tirando para el norte, a las afueras del pueblo de Montcortés, nos encontramos con este increíble lago que parece haber quedado en el olvido, incluso para sus propios habitantes. Da igual que vayas en pleno verano, allí apenas te encontrarás a unos cuantos locales leyendo, pescando o disfrutando de un baño. Sin dudas, el lago de Montcortés es uno de los mejores lagos en Cataluña.
¡También posee su propia leyenda!
Según su leyenda, bajo este lago se encuentra sepultada una antigua ciudad víctima de una tormenta. Fue después de que un mendigo llegase a ella pidiendo limosna para comer. Sus habitantes, que eran bastante tacaños, le negaron la ayuda. Excepto una mujer. Esta chica, que llevaba un pan para alimentar a su familia, le ofreció un bocado.
El mendigo, agradecido, le advirtió que esa misma noche habría una gran tormenta. Si no salía de casa no le pasaría nada. Después de eso, la ciudad se sumergió en el lago. Ahora se dice que cada noche de San Juan se oyen los gritos de los antiguos habitantes y a la mujer se la puede ver saliendo del agua con el pan.
RIERA DE MERLÈS (BARCELONA)
Todo en uno: pozas, río y saltos de agua. Esta riera es tan larga que hasta pasa por tres comarcas: Osona, Bages y Berguedà. La ruta es bastante conocida y está concurrida en los meses de verano. No obstante, dependiendo del tramo hay espacio para todos.
La parte del camping, donde se puede dejar el coche, es la más transitada, por lo que te recomendamos que no te quedes en la primera zona de baño y que vayas avanzando. Cuanto más te alejes, bien por el agua o por la orilla, te encontrarás con pozas semi vacías. Así hasta llegar a la Gola de les Heures, el salto de agua donde se encuentran otra vez los turistas.
FORADADA DE CANTONIGRÓS (BARCELONA)
Este maravilloso lago de Barcelona recibe el nombre de forat (agujero) por la forma que hacen las rocas, por donde se filtra el sol y desde donde ya se puede ver el salto de agua de 15 metros. ¡Increíble!
Junto a la poza, además, están las ruinas de un antiguo molino que en su día se construyó para aprovechar el desnivel del río. El lugar en sí no es muy grande, por lo que hay días de más y menos tránsito de bañistas. No obstante, por su localización y su belleza no se puede pasar por alto.
TOLL DEL VIDRE Y TOLL DE LA PRESÓ (TARRAGONA)
La traducción de toll al castellano es poza. En esta zona de Tarragona, en Arnes, hay unas cuantas. Una de ellas es la de Vidre, un pequeño lago de fácil acceso a pie en el que el agua cristalina invita a quedarse a vivir en ella. No suele estar muy masificado, aunque por sus pequeñas dimensiones con que vayáis tres de los que estáis leyendo este artículo ya podéis llenarlo.
Lo bueno que tiene es que, al estar en Tarragona, normalmente los turistas se quedan en las playas. Por lo tanto, podrás disfrutar este precioso lago en una calma absoluta.
En el caso de que no haya sitio en el anterior siempre podemos probar la toll de la Presó, también muy cerquita de Arnes. Este es algo más grande que el anterior, ya que tiene varias zonas de baño. También cuenta con partes más profundas para tirarse desde las rocas. El lugar es una auténtica pasada.
Por último, si estas dos opciones anteriores no acaban de convencerte, Arnes aún se guarda en su manga dos pozas más: Assut de Lledó, bajo las antiguas vías de un tren hoy en desuso; y Els Estrets, también de agua cristalina y algo más inaccesible.
Lagos de Colomer
En el Pirineo de Lleida se ubica este conjunto de siete lagos que, si bien no son los más indicados para darse un baño, sí se encuentran en un enclave especial. Sin dudas de los mejores lagos para visitar en Cataluña.
Situados a más de 1.700 metros sobre el nivel del mar, los Lagos de Colomer ofrecen varias rutas de senderismo en las que es habitual encontrarse con los más adeptos a la montaña. Es imprescindible ir con un equipamiento razonable, pues aunque no se trata de una zona de difícil acceso, sí cuenta con complicaciones lógicas derivadas de su situación geográfica.
Lago Malniu
¡Otro de los fantástico lagos de Cataluña! Otro lago en los Pirineos, aunque en esta ocasión en la provincia de Girona, es el Lago Malniu, que ofrece numerosas rutas en una zona cercana a la frontera francesa que cuenta con otro estanque cercano.
Este lago se encuentra a unos 2.200 metros de altitud y en sus inmediaciones cuenta con un refugio que puede salvar de un apuro a más de un excursionista. El paisaje poblado de árboles deja paso a una gran masa de agua que se acumula en un pequeño valle rodeado de vegetación y mucha nieve en la temporada de invierno.