La designación de Barcelona como Ciudad de la Literatura premia su patrimonio y espíritu creativo, al tiempo que pone en valor las rutas de la Barcelona literaria.

El pasado 11 de diciembre, la ciudad de Barcelona recibió el reconocimiento internacional por su patrimonio literario. Designada como Ciudad de la Literatura, la capital entró a formar parte de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco.

Este conjunto de capitales culturales lo forman 116 puntos del mundo que destacan en diversas disciplinas como el cine, la música, el arte digital, la artesanía, la gastronomía, la literatura o el diseño.

Como ciudad creativa, la Barcelona literaria destaca por la riqueza y diversidad de su patrimonio escrito en dos lenguas, la potencialidad internacional como capital editorial, el dinamismo de los agentes implicados en la promoción tanto de la lectura como de la educación literaria y, con especial interés, por el carácter popular y festivo de una celebración como es el Día de Sant Jordi.

Qué duda cabe que centenares de libros y autores se han inspirado en esta ciudad de historias y rutas literarias. La poesía, la narración y el teatro escritos desde Barcelona o tras su paso por la ciudad han formado parte de la obra de autores universales. En una biblioteca que crece como cualquier fenómeno de la literatura.

¡Una oportunidad para descubrir la Barcelona literaria!

El premio a la Barcelona literaria

El distintivo concedido por la Unesco sirve para reconocer e impulsar a Barcelona como motor editorial internacional en catalán y español. Casualmente, fue hace 20 años cuando la Unesco designó al 23 de abril (Diada de Sant Jordi) como Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor.

Este nuevo reconocimiento dará soporte internacional a la experiencia y la difusión literaria que se lleva a cabo desde Barcelona. De hecho, la ciudad pasa a formar parte de un grupo de ciudades literarias en el que ya figuran Cracovia, Dublín, Dunedin, Edimburgo, Granada, Heidelberg, Iowa, Melbourne, Norwich, Praga o Reikiavik.

Con 40 bibliotecas públicas, más de 250 sedes de editoriales y diversos eventos literarios, el galardón pone el broche a una ciudad que quiere ponerse manos a la obra en un sector que se está reescribiendo en la actualidad.

A la convivencia entre grupos editoriales y nuevos formatos bibliográficos se suma la ayuda a las librerías y el apoyo a las bibliotecas como cuna de futuros lectores.

2016, año de celebración

La primera reunión del consejo promotor de Barcelona como ciudad de la Literatura se celebrará en enero. Será entonces cuando se marquen las líneas de trabajo.

Sin embargo, Barcelona ya tiene una primera agenda de actividades literarias para 2016.

La inauguración de la Casa Verdaguer de la Literatura (Museu Vil.la Joana, Vallvidrera) será uno de los primeros actos. El edificio es una masía del siglo XIX situada en la Sierra de Collserola donde residió el conocido autor catalán.

La ciudad y la literatura catalana también recibirán reconocimiento por parte de la Feria del Libro de Varsovia (Polonia), en calidad de invitados, además de tomar parte en la reunión anual de la Red de Ciudades Creativas de Östersund (Suecia).

Durante 2016 el CCCB será escenario de Eurocon, un encuentro bianual de Literatura Fantástica Europea, que se suma a la celebración periódica del Kosmopolis.

Eventos que formarán parte de una larga lista de actividades en la ciudad literaria.

Las rutas literarias de Barcelona

Como Ciudad de la Literatura, Barcelona puede promover la visibilidad de un patrimonio literario en el que destacan diversas figuras. Algunas de ellas se pueden evocar a través de rutas literarias.

Barcelona escenifica recorridos protagonizados por personajes de todas las épocas. El jovencísimo Arnau Estanyol entre calles feudales del Born y la Ribera que noveló Ildefonso Falcones; el pequeño Daniel Sempere en los rincones del barrio Gótico recordados por Carlos Ruiz Zafón; o el detective Pepe Carvalho en el Raval de los años 70 que recreó Manuel Vázquez Montalbán.

A todos ellos se han ido añadiendo importantes escritores que en un momento u otro frecuentaron lugares de la Barcelona literaria. Muchos de ellos autores latinoamericanos.

Entre los reconocidos públicamente, la modesta residencia de Roberto Bolaño en pleno Raval, o loslugares de Sarrià-Sant Gervasi donde Gabriel García Márquez se alojó mientras trabajó en algunas de sus obras.

Algo más desapercibida ha pasado la inspiración gaudiniana de Julio Cortázar en el Palau Güell, las primeras horas de Mario Vargas Llosa en una pensión del Gótico y la que fue su residencia durante un lustro en Sarrià; los recuerdos del autor mexicano Sergio Pitol en la calle Escudellers; o los lugares que frecuentó el poeta Juan Rulfo.

Todos estos lugares forman parte del patrimonio literario barcelonés.

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