Entre los éxitos de la economía colaborativa destacan las empresas Airbnb y Uber
El modelo empresarial de economía colaborativa causa furor en el mercado –con muchos detractores a su vez-, sobre todo en el mercado turístico y de servicios. El gigante de alojamientos turísticos privados, Airbnb, es uno de los ejemplos. Nathan Blecharczyk, el fundador de la empresa, puede presumir que la valoración de Airbnb esté por encima de la cadena hotelera Marriott. Congrega más de un millón de alojamientos en más de 30.000 localidades de 192 países.
Este modelo de negocio ha supuesto ganancias tanto para la empresa como para los que optan por alquilar su vivienda. Basta con que los interesados suban una descripción de la propiedad y adjunte un par de fotografías, las condiciones y los días libres. Aunque no todo ha sido color de rosa en el camino de esta empresa. Su llegada ha traído consigo problemas legales y se ha abierto el debate alrededor de la economía compartida. A pesar de eso, Airbnb ha conseguido coronarse como el alojamiento oficial de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016.
El director de Airbnb de España y Portugal, Arnaldo Muñoz, explica para La Vanguardia su experiencia al frente de esta empresa. “En 1999 estaba claro que algo estaba pasando, una manera de hacer negocios mucho más dinámica, menos jerarquizada y democrática”, así explica el surgimiento de Airbnb y de otros muchos proyectos del estilo. Muñoz es consciente de los detractores de este modelo, sobre todo de los que se acogen a la materia legal para criticar a la empresa. “No se puede asfixiar con regulación” declara el director, y es que los nuevos mundos 2.0 y la tecnología necesitan una legislación acorde con la situación de cambio constante que se está viviendo en la actualidad.
Muchos de sus detractores afirman que lo que Airbnb hace no es economía compartida, algo que tanto Muñoz como el director general coinciden con que la economía compartida no es dar las cosas gratis sino compartir y sacar provecho de lo que sobra.
Uber es otro de los ejemplos de esta emergente economía compartida. Surgió en 2009 como una red de transporte privado. El servicio que ofrece conecta los pasajeros con los conductores de vehículos que están registrados en la compañía. El modelo de esta compañía enfurece al sector del taxi que no ve con buenos ojos estas nuevas formas de consumo.
Adaptarse o morir parece ser el lema que persigue a los empresarios actuales, los que tendrán que aprender a convivir cada vez más con estas nuevas propuestas empresariales. Porque lo que está claro es que han llegado para quedarse.