Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en agosto de 2021 existían más de 300.000 viviendas de uso vacacional o turístico (VUT). La Federación Española de Asociaciones de Vivienda y Apartamentos Turísticos (Fevitur) informa que representan el 31,5% de la oferta alojativa de España. A su vez, el 1% del parque total de viviendas. No obstante, la cantidad real de alojamientos de este tipo es difícil de medir, dado que existe mucha oferta “B”. Es decir, por fuera del mercado legal. Estos apartamentos turísticos que no están registrados no cumplen la normativa y, a su vez, promueven la competencia desleal. Entonces, ¿qué pasa con la regulación de viviendas vacacionales?

El problema tiene, como de costumbre, dos campanas. Los representantes de las VUT consideran que su actividad “ya está suficientemente regulada”. Por su parte, los hoteleros exigen un mayor equilibrio en el esquema. Por ello ofrecen dos opciones: menos regulación para ellos o más para las VUT. En la Confederación Española de Agencias de Viajes y Alojamientos Turísticos (Cehat) creen que estas últimas “desordenan la oferta y la demanda” en el sector.

Ramón Estalella, secretario general de la patronal hotelera, explica que “es difícil sacar datos porque hay mucha actividad sumergida y mucha vivienda ilegal”. Sobre eso trabajan desde Fevitur. Específicamente, en un “ambicioso” proyecto de medición junto a la Secretaria de Estado de Turismo. El objetivo es filtrar las ofertas legales e ilegales a través del cruzamiento de datos entre las comunidades autónomas.

En la agrupación de viviendas vacacionales excusan que la actividad ilegal en las VUT le hace más daño a ellos mismos que a cualquier otro. En esas palabras lo define uno de sus fundadores, Miguel Ángel Sotillos. Además, responde a las acusaciones de que realizan “una actividad ilegal” y afirma que “es falso”. “Está regulado, luego hay gente que no cumple”, precisa. El problema, a su vez, da lugar a distintos tipos de estafas.

La queja de los hoteleros

En todas las comunidades autónomas hay legislación respecto a asuntos turísticos. Dentro de sus competencias está la de establecer los requisitos para otorgar licencias y las multas en caso de que la actividad sea ilegal. Sobre este punto, sin embargo, Sotillos advierte que hay ciudades que están “prohibiendo” altas nuevas y “persiguiendo” las que hay para que se den de baja.

En el sector hotelero piden una regulación más justa. El segmento de las viviendas vacacionales es uno de sus principales y más prometedores competidores. “Queremos que se libere el terreno de juego, no somos contrarios a las VUT, pero existe una gran diferencia normativa”, plantea Estalella. En ese sentido, el representante de los hoteles propone dos opciones: “O nos quitan a nosotros regulaciones o se las ponen a los otros”. Para Sotillos, es impensado que ellos tengan las mismas normas que las de un hotel, porque no lo son.

La pandemia cambió las cosas por un tiempo. Muchas viviendas vacacionales se convirtieron en alquileres de medio y largo plazo. Cuando se fueron las restricciones y volvió la demanda turística, regresaron al uso turístico. Los hoteleros reparan en esto para señalar la flexibilidad que ellos no tienen. Desde Fevitur reconocen que las VUT contaron con esa ventaja en la pospandemia. Pero, no obstante, recuerda que no se vieron beneficiados por ninguna ayuda “que otras empresas sí pudieron tener”.

El enojo de los vecinos

“No hay manera de limitar si hacen una fiesta de cuarenta personas, ni de identificar quiénes están en las casas, nadie lo puede controlar”, ilustra Estalella. El hotelero hace referencia a otro gran problema de las VUT. Las críticas de los vecinos no son pocas. Su profunda expansión en ciertos barrios populares y la falta de capacidad de los propietarios para controlar quién entra y sale de los pisos, entre las principales quejas. En la agrupación de viviendas vacacionales muestran disposición para colaborar con las Administraciones para medir impactos y solucionar problemas de ruido y molestias. Sin embargo, le restan importancia al problema: argumentan que este tipo de viviendas respecto al parque global es “irrisorio”.

Acuerdo entre las partes

Aunque pareciera existir una rivalidad insalvable entre Cehat y Fevitur, no existe tal cosa. Estalella los considera “profesionales”, aunque no ahorra sus críticas respecto a su visión sobre la regulación. Para el hotelero, los representantes de VUT quieren “las mínimas regulaciones posibles”. Su fundamento recae en que, como la demanda es “finita”, generar nueva oferta genera distorsiones. Sotillo también busca consensuar un sector con mejor calidad y servicio. Para él, se debe “hacer entre todos promoción en destinos y competir contra otros países”. Sobre esto, razona: “Si se van a otro país, se lo gastan allí”.

Ambos lados parecieran tener voluntad de tender una mano. “Hay que llegar a un acuerdo, nosotros no nos metemos en las regulaciones de los campings o las casas rurales”, propone el titular de Cehat. El fundador de Fevitur coincide: “Estamos dispuestos a sentarnos y debatir, consensuar y poner datos encima de la mesa. Pero datos, no relatos y sin ideas preconcebidas de que somos los malos”.

¿Dónde vacacionaste el verano pasado? ¡Cuéntanos en los comentarios! Esta última temporada hubo un 90% de ocupación en viviendas vacacionales. Para saber más sobre ello:

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