El turismo se vale de distintos aspectos de un país para expandir su oferta. Puede invitar, por ejemplo, a recorrer la geografía local, a disfrutar de las actividades de ocio más innovadoras, a tener experiencias únicas de la mano de la tecnología de avanzada, o a inmiscuirnos en la historia del lugar. De esta última propuesta se valen los hospedajes que conforman los Paradores de Turismo de España, un mercado que lleva más de cien años desde su creación y que ofrece lugar a millones de viajantes cada año. En la nota de hoy te invitamos a recorrer algunos de esos centros de interés que abren sus puertas para transportarte a un punto en la historia y la cultura española.
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Apelar al turismo para conocer (y cuidar) nuestra cultura
Es sabido que España tiene una larga y diversa historia. Podrían ser innumerables los monumentos arquitectónicos que lo testifican, si no fuera que el paso del tiempo exige su conservación y reconocimiento. Así lo entendieron quienes empezaron a pensar estos edificios primero como patrimonio cultural, y luego como una propuesta que cruza la protección de los mismos, con una proyección hacia un turismo sostenible, educativo y único.
Casi cien establecimientos forman hoy la lista de Paradores de Turismo de España que ofertan por encima de cuatro millones de plazas y dan trabajo a más de cuatro mil personas. El conocerlos es sin dudas un gran plan para quienes buscan experiencias singulares y gustan de llevarse nuevos saberes de vuelta a casa. ¿Aún no conoces estos lugares? Acompáñanos a recorrer primero sus orígenes… ¡podrían sorprenderte!
Un poco de historia
Para conocer el origen de los paradores de turismo hay que remontarse a 1911, año en el que se creó la Comisaría Regia de Turismo y Cultura Popular. Este organismo tenía como objetivo principal promover el turismo y el patrimonio cultural de España. Su principal impulsor fue el marqués Benigno Mariano Pedro Casto de la Vega-Inclán y Flaquer, un militar y político que había mostrado un especial interés en recuperar el arte histórico popular español, tal como lo evidenció al promover la restauración del Museo del Greco en Toledo.
Junto a otros funcionarios, el marqués abordó la problemática desde distintos lados: mejoró la red de transportes para facilitar la llegada de turistas, impulsó la propaganda del país en el extranjero, motivó la visita de referentes internacionales y proyectó la recuperación de lugares y tradiciones folklóricas. Así fue que se restauraron varios monumentos y se crearon los primeros parques nacionales: el de Covadonga y el Valle de Ordesa.
No se tardó demasiado tiempo en llegar a la idea de crear alojamientos en todo lo largo y ancho de España, para beneficiar la estadía de los viajantes locales y de otros países. Tal es el origen de reconocidos hoteles como el Ritz y el Palace en Madrid, el Alfonso XIII en Sevilla, y el María Cristina en San Sebastián. En este camino, se promovió la construcción de las Casas de América, destinadas a hospedar a estudiantes e investigadores extranjeros.
Crece la idea de hacer turismo y proteger los monumentos nacionales
El 9 de octubre de 1928 se creó la Junta de Paradores y Hosterías del Reino, con el objetivo de utilizar para el hospedaje aquellos edificios que por su historia, ubicación o entorno natural resultaran singularmente atractivos. Así se reacondicionaron a tal efecto lugares como el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, el Hotel La Muralla de Ceuta, el Hostal de San Marcos de León, el de Alcañiz (que está en un castillo medieval), el de Almagro (con las instalaciones de un convento franciscano del siglo XVI), o el de Lerma, en el palacio ducal.
Asimismo, se dio vida a establecimientos que contaban con un entorno natural único, tales como el de La Gomera, en una mansión canaria frente al mar, y el de Fuente Dé, en los Picos de Europa. Una nota aparte merece el Parador de Gredos, que fue el primero en abrirse y se mantiene activo hasta la actualidad.
La hospedería en los paradores de turismo nacional
La evolución de estos acontecimientos es lo que derivó en que años después se inaugurara la hospedería bajo un nuevo concepto: el de los establecimientos que recuperan las viviendas típicas de un lugar, con sus diseños tradicionales, pero acondicionadas con los mejores servicios y confort que puede exigir el turista actual.
De esta manera, aquello que inició como una propuesta para promover el turismo y la cultura de España en el exterior, fue la semilla de lo que hoy conforma una red de paradores turísticos nacionales, sitios de lujo que hoy están al alcance para vacacionar en pareja, solo o en familia.
Así pues, si disfrutas de experiencias únicas y quieres adentrarte en el pasado de nuestro país, al tiempo que colaboras con la conservación del patrimonio cultural, no dudes en incorporar estos lugares a tu próximo itinerario. La historia de toda España te está esperando.
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