Desde Oi Real Estate queremos contarte hasta qué punto se prevé que subirá el euríbor. Las últimas subidas podrían ser sólo el comienzo. Continúa leyendo el artículo para enterarte.
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Hasta el momento, el Banco Central Europeo ha sido el banco central más tímido. Sin embargo, la historia nos indica que lo habitual es que esta política no dure mucho tiempo.
El euríbor ya se encuentra por encima del 1%. No mencionamos, aún, del que será utilizado para actualizar los préstamos hipotecarios en las siguientes semanas. Ya que el euríbor de mayo cerró en el 0,287% de media, se trata de la media mensual que se utiliza para la mayoría de las hipotecas. En junio, el índice se ubica en el 0,75% aproximadamente a unos días de que finalice el mes, motivo por el cual lo habitual es que se mantenga rondando el 0,8%. No obstante, ese 1% es el dato diario de las últimas jornadas. La realidad es que, a partir del 15 de junio, el índice ha superado esa frontera cada día y nada parece indicar que la tendencia vaya a modificarse en las próximas semanas.
En base a esta situación, la pregunta es hasta qué punto subirá el euríbor. Para aquellos que deban actualizar su cuota en los próximos meses, es importante aclarar que la situación no tiene buen pronóstico.
Fráncfort
El primer lugar en el que debemos poner el foco es Fráncfort, sede del Banco Central Europeo (BCE). Esto se debe a que, el euríbor no lo fija el BCE (debemos tener en claro que se trata del tipo al que se prestan los bancos entre sí) sin embargo, al final los tipos que establecen para su negocio si los bancos están influenciados de manera directa por lo que haga el organismo.
La institución que preside Christine Lagarde ya ha emitido un anuncio de dos subidas sucesivas de tipos. En primer lugar, una de 25 puntos básicos, que tendrá lugar en julio. Por su lado, la segunda, será en septiembre, a pesar de que no ha aclarado a cuánto subirá. En un principio, se dio por hecho que sería como mínimo de 50 puntos básicos. No obstante, debemos tener cuidado, ya que es posible que sea superior. Los mercados han comenzado a descontarlo y con buenos motivos. Al poner la mirada sobre lo que están haciendo y diciendo el resto de las grandes entidades bancarias centrales podemos darnos una buena idea al respecto.
Por ejemplo, el Banco de Inglaterra, subió este mismo mes de junio los tipos por quinta vez en lo que va de año hasta el 1,25%. Por otro lado, nada indica que vaya a detenerse ahí. Ya que la inflación en Reino Unido se ha disparado hasta el 9,1% durante el mes de mayo. Un aumento de precios que tiene su impacto de manera muy acusada en los bienes más esenciales de la cesta de la compra. Hace poco tiempo, podíamos ver una previsión de hasta el 20% de subida del índice que agrupa únicamente a los alimentos para finales de año. Ningún Gobierno ni banco central puede permitirse una cifra así, por lo que no resultaría extraño que la autoridad monetaria británica continúe endureciendo su política.
El crecimiento
Las subidas de tipos siempre traen consigo una contrapartida, encarecen y dificultan el crédito nuevo, y también, disparan los costes para el que ya estaba concedido y se renueva ahora o bien, para aquel que actualiza sus tipos periódicamente. A corto plazo, movimientos de este tipo, por lo general, generan un enfriamiento de la actividad, algo que no es exactamente lo que necesitaban unas economías que aún no se recuperan por completo del impacto del Covid-19 y que este año sufren las consecuencias de la guerra en Ucrania. De hecho, incluso así, los banqueros centrales ya comienzan a decir que se arriesgarán, ya que lo prioritario es la inflación.
Jerome Powell, por ejemplo, se encargó de recordárselo esta semana al comité del Senado con el que se reunió. La lucha contra la inflación es “incondicional”, aseguró el presidente de la Reserva Federal. El hombre en el que todos ponen el foco en estos momentos, probablemente, la persona con más poder en la economía mundial, lo ha dicho muy claro.
Con la inflación cerca de los dos dígitos no hay dudas en qué es lo prioritario. De hecho, si esas subidas ponen en peligro la recuperación u ocasionan una “recesión”, sería necesario hacerlo porque representaría un peligro mayor arriesgarse a que se generasen los temidos efectos de segunda vuelta sobre los precios. “No estamos intentando, y no creemos que sea necesario, provocar una recesión”, afirmó Powell, “pero creemos que es absolutamente esencial” enfriar la escalada de los precios. Fue sumamente claro, si es necesario elegir entre dos resultados negativos, optarán por enfriar una economía que ellos mismos sobrecalentaron.
La realidad es que, lo que Powell les vino a decir a los senadores norteamericanos, principalmente a los demócratas que le pedían que no aumentara los tipos para no afectar la recuperación económica, es que esa disyuntiva, inflación o crecimiento, ya no se encuentra en discusión. Y que en este momento, luchar contra la inflación, es prácticamente la precondición para poder evitar o minorar la recesión. La estanflación ya no se trata de un fantasma sino, más bien, de un escenario previsible.
El Banco Central Europeo y el conflicto político
Por otro lado, el BCE anuncia una pequeña subida para el mes de julio. Y se trata de uno de los bancos centrales que menos se ha movido. Únicamente el Banco de Japón ha logrado mantenerse constante en la política de tipos bajos con mayor determinación. La pregunta que la mayoría de los consumidores se hacen en la eurozona es ¿hasta cuándo?
El anuncio de Lagarde hace unos días fue bastante tímido. Era lo mínimo que se esperaba. De hecho, lo de septiembre tampoco es seguro a dónde llegará y también porque la francesa no es del agrado de los halcones alemanes u holandeses, ya ha comenzado el ruido. La realidad es que en España o Italia puede que observemos las subidas de los tipos de interés con miedo, sin embargo, en Alemania u Holanda lo que les da temor es que lleguen tarde y sean muy reducidas. En los países más ricos de la Unión Europea la prioridad es contener la inflación.
En este punto, también, existe otro elemento de interés, en otras ocasiones, el BCE fue el primero y más contundente cuando se trataba de este tipo de medidas. De hecho, en 2007 como en 2010, el BCE fue más allá que el Banco de Inglaterra u otros bancos centrales al momento de subir tipos. Incluso, varios le acusaron de empeorar las cosas debido a sus apuros.
Hoy en día, el recuerdo de estos acontecimientos quizá tiene su peso y aclara en parte la cautela de dicha institución. Sin embargo, esto no durará por siempre. En primer lugar debido a que el objetivo de la autoridad monetaria europea continúa siendo llevar la inflación al 2%. En este momento, nos encontramos en el 8,1% en la eurozona, esto es cuatro veces más de su objetivo. Esto no logrará sostenerse durante mucho tiempo.
Sin embargo, también, está la cuestión política. Mientras que el resto de los bancos centrales son nacionales, con respecto a que establecen la política monetaria dependiendo de la situación de su país, el BCE agrupa a casi una veintena de países con necesidades muy distintas. Por ejemplo, en el caso de los países bálticos, la inflación se encuentra rondando el 20% (Estonia 20,1% en mayo; Lituania 18,5%; Letonia 16,8%). Por su lado, en Francia se encuentra en el 5,8%.
¿Se puede lograr una única política monetaria para dos situaciones tan diferentes?
La realidad es que no existe una solo respuesta. Solo se puede afirmar que, todos los países presentan tasas de inflación por encima del 2% que tiene como objetivo el BCE y, por otro lado, luego de una década de políticas flexibles, en este momento el argumento de los halcones parece que gana peso. Da la sensación de que quieren hacer notar que nuestras opciones no funcionaron, y es momento de dejarles el mando. Si cada uno de los bancos centrales sube tipos de manera acelerada, será aún más difícil para Lagarde mantener el freno.
Las monedas
Con respecto a esto, hay un último punto de importancia. La fortaleza de las monedas y la competencia entre las mismas. El dólar ya lleva varios meses apreciándose respecto al euro. Lo que implica todavía más presión sobre la inflación en la eurozona. Es cierto que para las empresas exportadoras es una gran noticia, sin embargo para los consumidores, una divisa más débil implica precios más elevados. Se trata de un incentivo extra para que el BCE tome medidas. Por ejemplo, en Reino Unido, Catherine Mann, miembro del comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, ya ha solicitado más subidas de tipos para apreciar la libra y volverla más atractiva para los inversores. Aquí podemos encontrarnos frente a otra de esas dinámicas difíciles de comprender, una vez que unos inician la carrera, los otros tienen que seguirles incluso estando en desacuerdo, para no quedar descolgados.
¿Hasta dónde subirá el euríbor y los tipos este año?
Hasta dónde subirá el euríbor o los tipos es algo que no es posible pronosticar. No obstante, ese 1% que nos dio una sorpresa a mitad de este mes de junio tiene muchas posibilidades de ser un recuerdo bonito en poco tiempo.
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Si te encuentras en una situación que no puedes resolver por tu cuenta, no dudes en acudir a Oi Real Estate. Un equipo de profesionales estará a tu disposición y te ayudará en todo el proceso ¡Te esperamos!
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