Los datos positivos del mercado residencial, tanto en compradores nacionales como en residentes foráneos, se deben también al aumento de la financiación. Afortunadamente, la banca recupera un papel activo en la compra de vivienda.
A medida que un mercado se anima, se hace necesaria la participación de más agentes activos. Es el caso del mercado inmobiliario.
El incremento de la actividad ya no solo responde del interés de los inversores extranjeros. Los residentes empiezan a darse cuenta que dilatar la compra de vivienda puede suponer perder una oportunidad.
Por parte de residentes foráneos, la reactivación no deja lugar a dudas. Durante el año 2016 se han completado un 15,5% más de transacciones respecto al año anterior.
Mientras que el comprador nacional lo hace más tímidamente, debido a la pérdida de poder adquisitivo. Su renta familiar, que ha caído cerca del 10%, necesita más que nunca la complicidad de la banca. Es así como las hipotecas al 80 y al 90% empiezan estar más presentes.
El residente extranjero quiere comprar
La última estadística del Ministerio de Fomento supone un nuevo espaldarazo al mercado residencial. Según sus datos, la compra de vivienda por parte de inmigrantes se incrementó hasta los 11.500 millones de euros durante 2016.
Esto supone un 15,5% respecto a 2015, cuando las ventas llegaron a los 9.953 millones. De esta inversión total, 10.281 millones (+16,3% interanual) correspondieron a viviendas usadas mientras que 1.218 millones (9,7% interanual) fueron para viviendas nuevas.
Las comunidades autónomas más activas fueron la C. Valenciana, donde se vendieron viviendas por 2.578 millones. Andalucía con 2.393 millones y Cataluña con 2.135 millones completaron el ranking de comunidades.
CCAA directamente relacionadas con las dos provincias con mayor número de compraventas: Alicante (2.187 operaciones) y Málaga (1.950 operaciones).
Pérdida de renta y cambio de preferencias
La caída en la renta media de las familias es un dato que no ha pasado inadvertido al Banco de España. Según los datos de la ‘Encuesta Financiera de las Familias‘, que elabora periódicamente, renta y riqueza familiar han descendido considerablemente.
Desde 2011, la renta de las familias ha caído un 9,7% hasta los 22.700€/año. Mientras que la riquez de las familias lo hizo un 22,1% hasta los 119.400€.
Este hecho repercute directamente en el momento de búsqueda y compra de vivienda, según DonPiso. Reduciéndose así preferencias tanto en el presupuesto disponible como en la superficie demandada.
De esta manera, la vivienda media cuesta aproximadamente unos 97.500 euros y su superficie útil es de 80 m2.
La banca ayuda a la compra de vivienda
La disponibilidad de crédito hipotecario empieza a estar presente en el momento de la compra de vivienda.
Según las estadísticas del Banco de España, a finales de 2016, el porcentaje medio de financiación para adquirir una vivienda fue del 64,2%. Cifra que iguala a septiembre de 2004.
Nada que ver con septiembre de 2009, cuando se registró el mínimo histórico (55,4%). Con ello quedan aparcados los peores años del crédito bancario. Un momento realmente gris en el que las entidades llegaron a tomar el menor valor para financiar de los dos existentes, el de tasación o el de compra.
El cambio en la política financiera de hace dos años supone un golpe de timón en un momento difícil para la banca. De hecho, el saldo hipotecario ha caído en 109.000 millones de euros desde su máximo registrado a finales de 2010.
¡Y es precisamente ahora cuando necesita recuperar clientes lo antes posible!