Los propietarios confian en el arrendamiento residencial como fórmula para rentabilizar sus ahorros. Un negocio al que recurren 2,23 millones de arrendadores que deciden alquilar su vivienda.
La cantidas total de caseros se han multiplicado en España durante los últimos diez años.
A pesar de la falta de información, ocasionada por un negocio poco profesionalizado, la Agencia Tributaria da cuenta del creciente número de propietarios que saca rendimiento a un inmueble arrendándolo.
Y es que, entre 2015 y 2017, el alquiler residencial vive una nueva edad de oro. Superando la caída ocasionada por los años de la crisis inmobiliaria (2008-2014).
Con el actual incremento en la demanda y tres años de rentas en positivo, los alquileres seguirán siendo una alternativa interesante para muchos ahorradores.
Un 55% más de arrendadores en España
En el país de la propiedad, los arrendadores de vivienda siguen haciendo negocio.
Un reciente artículo publicado en Cinco Días pone cifras al increible aumento en el número de multipropietarios que optan por alquilar una vivienda o más.
A pesar de la escasez de datos, provocada por la falta de profesionalización, el mercado del alquiler no deja de crecer. Una de las fuentes de información que lo asegura es el Observatorio de Vivienda y Suelo, coordinado por el Ministerio de Fomento.
Aunque los datos más clarificadores proceden de la Estadística del IRPF, elaborada por la Agencia Tributaria. En ella se contabilizan los contribuyentes que declaran rendimientos del capital inmobiliario., siempre que no constituyan actividad económica.
En ese sentido, los llamados rentistas ascendían a 2.237.463 contribuyentes del total de 19,3 millones que presentaron la declaración del IRPF 2015. Último año disponible.
Esto supone un 7% más de caseros en solo un año (IRPF 2014). Una estadística que seguramente habrá ido en aumento en los ejercicios 2016 y 2017.
La crisis ha puesto en valor el alquiler
La evolución reciente del mercado residencial ha impulsado el número de viviendas en alquiler. No solo en los años de la crisis, sino también en pleno boom inmobiliario.
Según la Agencia Tributaria, desde el estallido de la burbuja, los contribuyentes que declaraban poseer viviendas en alquiler han pasado de 1,64 millones (2008) a 2,23 millones (2015). Un 36,15% más.
Mientras que, trasladándonos una década atrás, el número de caseros se ha disparado en cerca de 800.000. Desde los 1,44 millones (2006) a los más de dos millones actuales. Un 54,5% más.
Y los motivos, por sorprendentes que parezcan, están estrechamente ligados a la crisis inmobiliaria.
Demanda y rentabilidad atraen al casero
En primer lugar, el incremento en el número de propietarios que optó por arrendar su inmueble se debió a la falta de crédito provocada por la crisis.
Sin salida para su vivienda, muchos optaron por ponerla en alquiler para obtener algún tipo de ingreso.
Una situación que, superada la crisis, ha cambiado enormemente. Siendo ahora cuando el alquiler pasa de ser un plan B a la principal alternativa de inversión.
Motivada por la revalorización de los inmuebles, el incremento en la demanda y la elevada rentabilidad por alquilar una vivienda. Un beneficio bruto que no deja de crecer. Y el Banco de España ya sitúa entre el 4,2% (rentabilidad anual por alquiler) y el 10,9% (plusvalías por venta).
Todo ello en un momento en que los precios y la demanda están lejos de frenar su escalada.
Llegando a generalizarse los casos en que un casero opta a su vez por ser inquilino. Ya no por falta confianza en el mercado, sino por propia elección. O porqué los bancos aún no ofrecen unas condiciones óptimas.
Perspectivas del alquiler de vivienda
Ante este panorama, vale la pena estudiar el mercado y escuchar a los expertos.
Las rentas aún pueden crecer:
Según los diversos portales, el precio del alquiler lleva acumulados diversos años de caídas. Si partimos de la renta media en los últimos años, los alquileres han pasado de 9.172 €/año (2008) a 7.513 €/año (2015). Una caída del 18% que deja mucho recorrido a futuros incrementos de rentas.
El fenómeno ha ido en aumento:
Tras un periodo de alquileres a la baja, entre 2008 y 2014, en el año 2015 hubo un cambio de tendencia. Desde entonces, los precios del alquiler acumulan tres años en positivo. Llegando a registrarse subidas de doble dígito a finales de 2017. Un dato que no solo indica incremento de rentas sino que también va acompañado de un mayor número de arrendadores.
Perspectivas positivas en ciudades:
De cara a 2018, expertos y portales señalan una moderación en los incrementos de las rentas del alquiler. Debido a que los barrios urbanos con mayor demanda empiezan a agotar el stock disponible. Por ello, el relevo debe llegar de la mano de otros núcleos de interés residencial.