Los sistemas de aprovechamiento útil de la energía están detrás, tanto del progreso de los países como de la sostenibilidad global. Un tema importante que evalúa el EAPI sobre arquitectura energética.

Cada año, el Foro Económico Mundial actualiza su informe sobre la arquitectura energética a nivel global. Un documento en el que España ocupa la séptima posición mundial, únicamente superada por otros países europeos.

El llamado ‘Global Energy Architecture Performance Index Report 2017‘ (EAPI), compara y ordena una lista de 127 países a partir de diversas variables. Aspectos que influyen en el crecimiento de la economía, el desarrollo y la sostenibilidad energética, así como la disponibilidad de sistemas accesibles y seguros.

Mirando atrás los últimos cinco años, del EAPI han surgido iniciativas que han aportado mejoras en la eficiencia energética. Pero también se ha demostrado que queda mucho trabajo por hacer en la creación y gestión de la energía.

El Top 10 de la arquitectura energética

Como índice global de arquitectura energética, el EAPI evalúa 127 países del mundo a partir de 18 indicadores de rendimiento.

Indicadores relativos a:
a. El crecimiento y el desarrollo económico
b. La sostenibilidad medioambiental
c. La accesibilidad energética y la seguridad

En este ranking mundial de 2017, a España solo la superan Suiza (0,80 puntos sobre 1), Noruega, Suecia, Dinamarca, Francia y Austria.

Indicador de rendimiento de la arquitectura energética y sus resultados
Ranking según el índice de rendimiento de la arquitectura energética y sus resultados

España, a pesar de mantener la misma posición de hace un año (0,75 puntos sobre 1), tiene algunos aspectos mejorables en su sistema energético. Como el impacto de la política energética en el crecimiento económico (0,65 puntos) o la sostenibilidad energética (0,73 puntos).

Sin embargo, en accesibilidad y seguridad energética (0,87 puntos) estamos cerca del líder mundial. Y en perspectivas de cara al periodo 2017-2019, creceremos entre dos y cuatro veces más que cualquier otro país del Top 6.

Una apuesta valiente por la eficiencia energética podría hacernos ganar posiciones y sumarnos a los países de referencia mundial. Al contrario de lo que sucede con medidas que sancionan el autoconsumo, como el conocido impuesto del sol.

Un problema sin solución ‘global’

Hoy por hoy, toda medida concreta adoptada a nivel nacional resulta insuficiente para solucionar un problema ‘global’.

Las nuevas fuentes de energía suponen un reto para que los países apliquen políticas energéticas, y construyan infraestructuras que den soporte y acceso a la energía. Tanto a los ciudadanos como a las empresas.

Medidas políticas y nuevas infraestructuras que el abaratamiento del precio del petroleo ha contrarrestando. Al tiempo que el sistema de arquitectura energética se vuelve más complejo y las inversiones tanto públicas como privadas más necesarias.

Aunque el problema de fondo sigue estando en poner de acuerdo a los grandes consumidores con los países más eficientes.

Los grandes consumidores de energía 'empañan' el trabajo de los países más eficientes
Los grandes consumidores de energía ’empañan’ el trabajo de los países más eficientes

Dos grupos con diferentes prioridades pero con un mismo problema: el difícil camino hacia la sostenibilidad global.

Algo en lo que la arquitectura y la construcción tendrán mucho que decir.

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