A todos nos gustaría disfrutar de una casa independiente, sin vecinos en la planta de arriba ni nadie que nos quite las vistas. Pero no todos están dispuestos a pagar por ello. Y ahí está el dilema: ¿Aticos con vistas o a buen precio?

Un estudio de uDA

Tan importante como decidirse por una zona residencial o escoger el número de habitaciones en la vivienda es tener claro a que altura de un edificio viviremos.

Un reciente estudio de uDA (Urban Data Analytics) estima que cuando subimos una planta en la búsqueda de vivienda debemos pagar 3.000 euros más o asumir una variación del 3% en el valor del inmueble.

Por ello, no cuesta imaginar que la diferencia entre un ático y una planta baja pueda estar cerca del doble del precio original. Concretamente, una última planta cuesta un 45% más que una vivienda a pie de calle, según el portal inmobiliario Pisos.com.

Entre una y otra vivienda, además del precio, hay muchos factores a tener en cuenta y algunas ciudades donde tener un ático es un inmueble de lujo.

Pros y contras de una planta de más

La altura es un factor importante en una vivienda urbana, pero al mismo tiempo que plantea ventajas también supone inconvenientes

Con un ático disfrutamos de mucha privacidad y pocas molestias, por no hablar de luz natural y fantásticas vistas despejadas.

Pero tampoco olvidemos el sobre coste en consumo y desperfectos de una vivienda expuesta al tiempo. Los áticos son más fríos en invierno y más calurosos en verano.

Al optar por una planta baja, pensamos en accesibilidad. Nos olvidamos de coger e incluso pagar el ascensor, y aprovechamos patios que en otras plantas quedan limitados a terrazas y balcones.

Aunque también perdemos privacidad y silencio. La luz es bastante más escasa y el agua a pie de calle más peligrosa.

Baile de presupuestos del ático al bajo

Hacerse con una vivienda con vistas supone no escatimar en el presupuesto de comprar.

Según datos de Pisos.com, un ático con excelente panorámica puede llegar a costar hasta un 81% más que la planta baja del mismo edificio.

La diferencia media es de un 45% entre la primera y la última planta, aunque los matices hacen que la diferencia de precio pueda llegar a dispararse. Un hecho directamente relacionado con la oferta disponible.

Si en 2015 los áticos representaban el 4% de los inmuebles a la venta, los bajos equivalían al 8%. Una proporción que se mantiene en 2016, con un 5 y un 10% respectivamente.

La escasez de áticos y el carácter exclusivo que imprime a la vivienda se asocian con una categoría superior a la de un bajo, tradicionalmente asociado a propiedades de bajo coste.

Ciudades con áticos (y bajos) por las nubes

España es un país donde se aprecia el sol y se disfruta del buen tiempo, incluso sin salir de casa. Por eso, un ático céntrico en una de sus capitales goza de mucho prestigio.

No resulta extraño que Madrid sea la ciudad con los áticos más caros de todo el país. La capital española cuenta con los áticos más grandes (138 m2 de superficie media) y de mayor precio (488.519€ de media).

En el otro extremo, áticos asturianos y cántabros se quedan cerca de los 84 m2 y apenas superan los 143.000 euros.

Si hablamos de plantas bajas, Euskadi y La Rioja son las regiones de referencia.

Una vivienda a pie de calle en el País Vasco cuesta por encima del resto de regiones (254.432 euros de media). Mientras que las mayores dimensiones de las plantas bajas se encuentran en La Rioja (118 m2 de media).

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