Ni demasiado cara, ni peligrosamente barata. El valor de la vivienda en la zona euro ha encontrado la estabilidad y tiene por delante mucho recorrido.
El mercado residencial se encuentra en un momento perfecto para invertir en ella, no solo en España sino también en la mayoría de Europa.
El Boletín Económico 7/2016, elaborado por el Banco Central Europeo, dedica uno de sus capítulos al análisis de la evolución reciente de los precios de los inmuebles residenciales en la zona Euro.
El organismo asegura que los últimos incrementos en el valor de la vivienda están lejos de provocar otra burbuja inmobiliaria. Y aunque existen diferencias entre unos países y otros, son muchos los que se suman a la recuperación.
Es así como el mercado residencial se convierte en una valor seguro para las familias y en refugio para los inversores. Sin embargo, no hay que perder la cautela y si medir el nivel de endeudamiento para garantizar el futuro del sector.
Estabilidad instalada en el mercado residencial
El BCE señala que los actuales incrementos del precio de la vivienda van en linea con la serie histórica registrada desde 1999 y no hacen pensar que se repita lo sucedido en 2007.
La tasa de variación en el valor de la vivienda en Europa ha pasado del 2,2% en el cuarto trimestre de 2015 al 2,7% del primer trimestre de 2016, y de ahí al 3% del pasado segundo trimestre.
Un encarecimiento que responde a la nueva dinámica económica europea y que se encuentra a mitad de camino entre el nivel más alto y el nivel más bajo en el mercado residencial.
Ambos extremos abren la horquilla de precios del 0% al 6% en la valoración global. Dos puntos que marcan la diferencia entre los países donde sigue subiendo la vivienda y aquellos donde sigue cayendo.
Y actualmente nos encontramos justo en mitad de dicha horquilla, en el 3% de variación interanual.
Doble velocidad del valor de la vivienda
Para el BCE, las diferencias entre unos y otros países de Europa se seguirán reduciendo. el final de la corrección en los precios de la vivienda y de los ajustes harán más consistente el mercado residencial.
Aún así, no debemos olvidar el carácter heterogéneo del inmobiliario residencial europeo. Un sector donde también se dan las dos velocidades del mercado español. La Europa que crece y la que decrece.
A comienzos del año 2014 se elaboró una tabla con los países de la Eurozona que permite diferenciar entre tres y cuatro grupos de mercados.
Por un lado, países donde apenas se dejó sentir la crisis de 2007 como Alemania o Austria, registran altas tasas de crecimiento. Y a su vez empujan a otros estados miembros como Estonia, Luxemburgo o Portugal.
Un segundo grupo lo forman países que se desplomaron en su día y, tras la corrección, crecen sólidamente. Aquí aparecen España e Irlanda, pero también Letonia y Lituania.
Y, finalmente, quedan aquellos estados miembros donde aún se mantienen valores negativos. Países como Italia, como Grecia y como Chipre.
Entre todos dibujan un mapa muy equilibrado en lo que al valor de la vivienda se refiere.