En un momento de poca rentabilidad del ahorro, previo a la reforma de las pensiones, el patrimonio inmobiliario permite mantener el poder adquisitivo a los pensionistas.

Un 70% de la población española con más de 65 años tienen en la pensión pública su única fuente de ingresos. Son datos de VidaCaixa donde se recalca que un 66,9% de los jubilados cobra hasta 1.250 euros mensuales. Mientras que un 37,8% apenas llega a los 750 euros.

Datos a los que el Banco de España ha añadido un jarro de agua fría con su estimación sobre las pensiones. Haciendo caer la pensión media del año 2060 al equivalente del 40% del salario medio.

Ingresos de los pensionistas y patrimonio inmobiliario

La solución pasa, en muchos casos, por convertir el patrimonio inmobiliario en un complemento a la pensión. Unos bienes entre los que la vivienda tiene un peso importante.

Ceder la residencia habitual por una renta vitalicia, contratar una hipoteca inversa o vender el inmueble a cambio de un alquiler garantizado son algunas fórmulas para rentabilizar la propiedad. ¿Cuál es la mejor?

Rentas, préstamos y alquiler de vivienda

Teniendo en cuenta que el 87% de los pensionistas dispone de una vivienda en propiedad, esta representa la parte más importante de su patrimonio. Al tiempo que una inversión con rentabilidad garantizada, como recuerda Unespa.

Entre las fórmulas para complementar la pensión usando la vivienda habitual, existen algunas muy habituales.

Recibir una renta vitalicia
El propietario firma con un grupo de inversores la transmisión de la titularidad del inmueble a cambio de una renta mensual de por vida y del usufructo de la vivienda. Permitiendo incluso irse a vivir a una residencia, mientras alquila la vivienda, y ganando así una segunda renta. Eso así, al fallecimiento, el inmueble pasa a manos del comprador.

En ese sentido, la propia Unespa estimó que 8.638 personas transformaron su patrimonio en rentas vitalicia.

Rentas vitalicia y patrimonio inmobiliario

Firmar una hipoteca inversa
Se trata de un crédito con garantía hipotecaria que concede una aseguradora o un banco. Con ella, el propietario transmite la vivienda y la entidad ofrece una cantidad mensual fija y vitalicia. Quedando en manos de los herederos la posibilidad de recuperarla al fallecimiento del dueño, siempre que se salde la deuda pendiente.

Vender con alquiler garantizado
A través de una doble operación, el propietario vende la vivienda al tiempo que firma un contrato de alquiler vitalicio con el comprador. Se establece así un arrendamiento a precio de mercado, actualizable anualmente, en el que los suministros corren a cargo del inquilino y los impuestos recaen en el comprador.

Patrimonio inmobiliario, inversión garantizada

Actualmente, los productos bancarios han perdido buena parte de su interés. Especialmente los comercializados desde España.

Un abandono masivo de la figura del ahorrador. Hasta tal punto que las entidades europeas ofrecen 5 veces mayor beneficio por depósitos a un año y 12 veces más por depósitos a dos años, que las entidades nacionales.

Ante este panorama, los 8,6 millones de jubilados que poseen una vivienda tienen en su mano un futuro garantizado.

Pudiendo asegurarse una renta o cambiando su vivienda por otra más adecuada a sus necesidades e ingresos. La exención por el pago de impuestos en la venta de su vivienda habitual, articulado por el RD 439/2007, les evita el pago del IRPF.

Y el mercado inmobiliario, con nuevas y modernas propiedades, les facilita la vivienda perfecta para cada momento.

Fuentes: ‘La revolución de la longevidad y su influencia en las necesidades de financiación de los mayores‘. VidaCaixa
8.600 personas transforman su patrimonio en rentas vitalicias‘. Unespa

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