Gracia es uno de los barrios más auténticos de la ciudad de Barcelona. Un lugar que nunca deja de sorprender e inspirar a artistas y emprendedores, e impactar a todo tipo de visitantes en su Fiesta Mayor.
Sobre el antiguo municipio de la Vila de Gracia se levanta hoy uno de los distritos con más carácter de Barcelona. Tan tradicional como bohemio, Gracia conserva el encanto mediterraneo de una urbe cosmopolita.
Sus calles y plazas se llenan de una personalidad única, sus comercios y restaurantes transmiten una fascinación especial y su gente vive un amor inexplicable por esta pequeña ciudad dentro de la capital.
Partiendo de la céntrica Vila de Gracia y llegando al Camp d’en Grassot i Gràcia Nova, Vallcarca i Els Penitents o La Salut i El Coll; Gracia conserva un toque de pueblo popular que rompe esquemas.
Un encanto especial que resulta aún más impactante al llegar su Fiesta Mayor.
¡Así es el Barrio de Gracia!
Los orígenes y vida en Gracia
Los primeros antecedentes de la antigua Vila de Gracia se remontan al año 1626. Una larga historia que cambió con la construcción del Eixample y la ampliación de la gran ciudad de Barcelona, a la que acabó anexionándose en 1897.
El barrio de Gracia se caracteriza por unas casas más bajas y una arquitectura más simple que la del Eixample. Una sencillez que rompen algunos edificios residenciales de diseño modernista (Art Nouveau) con motivos florales y hierro forjado.
En el corazón del distrito, la Vila de Gracia, los niños aún juegan por las plazas, sus padres disfrutan del descanso en alguna terraza y los abuelos conversan bajo algún árbol. La escasez de grandes monumentos como La Pedrera o la Sagrada Familia, situados al sur y al este de Gracia la libera de muchos turistas.
Una situación que cambia al llegar el verano. Durante 8 días de agosto el barrio de Gracia celebra su Fiesta Mayor, una de las más populares de Barcelona. Los vecinos muestran su ‘orgullo’ y se vuelcan en una celebración que impresiona, desde el engalanado de las calles y a los conciertos musicales.
Lugares de la Vila de Gracia
Rodeado de grandes avenidas como el Paseo de Gracia y espacios abiertos como el Parque Güell, la Vila de Gracia destaca por ser un distrito de pequeños y encantadores lugares.
Entre ellos destacan algunas plazas repletas de historias:
– La Plaza de la Revolució de 1868: Su nombre puede leerse en el suelo y su sabor disfrutarse en alguna de sus magníficas heladerías y bares. De ella parte la calle Verdi, conocida por sus diversos restaurantes y sus históricas sales de cine.
– La Plaza del Diamant: Su referencia a la Guerra Civil a través de la novela homónima de Mercè Rodoreda la llena de simbolismo. Sin embargo, el nombre proviene del antiguo dueño de esta zona de la Vila de Gracia, un joyero que también ha legado su nombre a calles colindantes (calle del Oro, del Rubí, del Topacio..).
– La Plaza de la Vila de Gracia: Lleva también el nombre del último alcalde antes de anexionarse a Barcelona, Rius i Taulet, y está presidida por una gran torre con un reloj.
– La Plaza de la Virreina: Acogió antiguamente el palacio de la viuda del Virrey del Perú, así como la Parroquia de Sant Joan. Hoy es lugar de juegos y paseos entre vecinos.
– La Plaza de la Llibertat: Situada frente al Mercado de la Llibertat. Un mercado modernista de Francesc Berenguer i Mestres, ayudante de Gaudí.
– La Plaza del Sol: Lugar de encuentro, tradicionalmente rodeado de bares y restaurantes, que con el buen tiempo se convierte en una de las plazas más animadas del barrio.
Todo un barrio para vivir
El simbolismo de Gracia se acostumbra a perder en su epicentro, la Vila de Gracia. Este núcleo de casi 50.000 habitantes y pequeñas calles está rodeado por otros barrios característicos.
Al norte, y sobre la Plaza Lesseps, se encuentran Vallcarca i Els Penitents. Barrios situados entre dos cerros, el Putxet i el Coll, y que se extienden a través de la riera de Vallcarca. En su parte más alta, y a los pies de Collserola se encuentra la zona de Petinents.
Al este de Vallcarca i Els Penintents se encuentra el barrio de La Salut. Una zona en la que el edificio más destacado es en realidad un complejo al aire libre, el Parque Güell de Antoni Gaudí.
Sobre La Salut, en el extremo nororiental del distrito de Gracia, encontramos el barrio del Coll. Toma el nombre de la pequeña colina donde se encuentra y lo comparte con el precioso Parque de la Creueta del Coll.
Finalmente, el Camp d’en Grassot i Gràcia Nova son los dos últimos barrios separados del centro del distrito de Gracia. Ambos combinan armónicamente el encanto característico de Gracia con el diseño del Eixample de Ildefons Cerdà. Entre sus equipamientos destaca la Iglesia del Inmaculado Corazón de María.
Lugares unidos a la fascinante Vila de Gracia, el barrio con más encanto de Barcelona.
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