Las dificultades actuales de la actividad constructora se deben, en buena parte, a la herencia recibida durante los años de crisis. Un stock de vivienda nueva difícil de asimilar.
El estallido de la burbuja inmobiliaria encontró a muchas localidades españolas en mitad de una vorágine constructora cuyos efectos aún permanecen.
De hecho, el stock de vivienda nueva sin vender provoca que algunas urbanizaciones inacabadas se encuentren a pocos metros de grúas que hoy vuelven a ponerse en marcha.
Según un informe del Ministerio de Fomento, a finales de 2016, España tenía 491.693 viviendas sin vender. Una cifra que ha ido cayendo ligeramente en los últimos años, pero que al actual ritmo aún tardaría 25 años en absorberse.
En algunos casos, la situación no preocupa excesivamente por la recuperación de la demanda. Pero en otros, la caída del stock de vivienda parece no avanzar al ritmo deseado.
Castellón es el mejor ejemplo de este segundo caso. La cuarta provincia con más vivienda disponible y una de las que menos consigue vender.
Solo se venden 22.000 unidades al año
El pasado 31 de diciembre de 2016, España daba por acabado el año de la recuperación inmobiliaria. El pasado ejercicio vino marcado por la reactivación de las ventas y la subida de los precios de la vivienda.
Sin embargo, aún quedaba por sumar otro sector al nuevo ciclo: la construcción. Poco a poco parece que la actividad va sumando esfuerzo y dando resultado. Aunque la herencia recibida de la crisis no lo pone fácil.
Exactamente ese mismo día de diciembre, 491.693 unidades de vivienda nueva aún estaban pendientes de venta. Una cifra que apenas había caído en 158.087 viviendas desde el máximo stock acumulado (649.780 en 2009).
A razón de los 22.155 inmuebles vendidos en el último año, un 4,31% del stock disponible en 2015, España tardaría un cuarto de siglo en absorber el excedente. ¿Será posible algo así con en actual ciclo inmobiliario?
Tres provincias con stock y demanda
Entre las provincias con más vivienda nueva disponible destacan tres con cerca de 40.000 inmuebles cada una.
Se trata de la Comunidad de Madrid (42.015 viviendas), Alicante (42.100) y Barcelona (39.935). Sin embargo, su situación está lejos de preocupar al sector inmobiliario.
Precisamente esas tres provincias son las que registran mayor demanda de vivienda, según el Instituto Nacional de Estadística.
Como tampoco preocupan otras regiones como Canarias, que posee 28.928 viviendas, Valencia que cuenta con 23.916 inmuebles.
Otras capitales de la vivienda nueva
Justamente la situación contraria se vive en Castellón. Una provincia que no solo acumula 26.265 viviendas nuevas sin vender, un 6,21% de todo su parque. Sino que también posee el 5,34% de todo el stock disponible en España, mientras su población apenas representa un 1,27% del total.
Únicamente superada por Madrid, Alicante y Barcelona, la costa castellonense concentra la mayor proporción de vivienda nueva a la venta (32,9%) respecto al stock edificado desde 2008. Un parque residencial que entre la capital y Vinarós deja destinos como Peñíscola u Oropesa de Mar donde la situación tardará años en normalizarse.