El modelo de coworking de oficinas, tal como hoy lo conocemos, ha recorrido un breve camino, aunque nutrido de cientos de aditamentos, a través de los mercados más desarrollados. España y Europa toda, recién están comenzando a abrirle los brazos, luego de que el modelo saltara el océano desde los Estados Unidos. Los desarrolladores de startups encuentran en el concepto de espacios colaborativos un interesante escenario para hacer crecer sus eventuales “unicornios”. En este artículo de Oi Real Estate veremos al coworking como modelo ideal de startups. ¿Realidad o mito comercial?

Coworking y startups, nuevas/viejas expresiones

Las expresiones coworking y startup son de las más significativas y propias de la era digital. A pesar de estar en el vocablo de los jóvenes empresarios y de no ser desconocidas por las nuevas generaciones, al día de hoy pueden seguir causando cierto resquemor entre los +35. Ya que nos realizamos la interrogante sobre si son la pareja perfecta en el mundo tecnológico comercial de hoy, es bueno que primeramente todos sepan de qué se trata.

Coworking

El término coworking, desde su traducción del inglés, no refiere ni más ni menos que al “trabajo compartido”, o “trabajo colaborativo”. Quienes más gustan de esta expresión, prefieren llamarlo “espacio de trabajo compartido”; esto es porque coworking, más allá de la expresión, fue desarrollada como un concepto. En él, se pretende dar especial importancia a los recursos compartidos en una oficina; es más, los usuarios del coworking prefieren evitar la palabra “oficina”, ya que “espacio” suena más relacionado a la calidez y aparece como propicio en ese afán permanente del compartirlo todo.

Sin embargo, aunque puedan estas “pretensiones” parecerte algo llamativas o graciosas, tienen un trasfondo bien valedero detrás. Sendos estudios de finales de los 90, de manos de los desarrolladores de los primeros coworking estadounidenses (para ser exactos, de Sillicon Valley) han ofrecido resultados más que respetables.

El transformar la oficina en un espacio que justamente no lo parezca, y sí se asemeje a uno que pueda brindar la calidez hogareña, ha resultado de gran valor en cuanto a la producción de ideas y la productividad de las plantillas. Según ellos, el coworking como modelo ideal, es la clave para que los empleados de oficina se sintieran parte funcional de las empresas. Y vamos, no les ha ido tan mal.

Startup

Una startup, por otro lado, es una compañía de creación innovadora. Un proyecto que intenta comercializar sus productos o servicios a través del conocimiento y el uso masivo de las tecnologías avocadas a la información y a la comunicación. A su vez, contará con los más avanzados estudios de campo que prevean su desarrollo y un negocio que vaya escalando hasta lograrse mantener el tiempo.

Su mayor virtud es la planificación. Aunque, claro, nadie posee la bola de cristal. Las startups inician su camino con un grado de organización tal en sus pasos a seguir, movimientos de inversores, etc., que errar en las mínimas variables o en los imprevistos de los desajustes económicos propios o del país, podría ser fatal para el proyecto. Y así es. Muchas quedan en el camino.

Por eso, para desarrollar una startup se debe entender bien no solo cada pliegue del paño del marketing; sino que también es muy conveniente poseer conocimientos de la economía local en la que será plantada esa incierta semilla.

Coworking como modelo ideal de startups

¿Son la pareja perfecta? Existen muchos motivos como para suponer que nada es mejor para una startup que desarrollarse en el ámbito que es capaz de ofrecerle el coworking. ¿Vemos algunos de ellos?

Flexibilidad horaria y bajos costes de espacios físicos

Los fundadores de las compañías startups suelen buscar ante todo, un espacio asequible donde instalarse. Por otro lado, dichos espacios deben contar con horarios flexibles para una total funcionalidad de los equipos desarrolladores.

Posibilidad de mancomunarse con otros sectores

El coworking ofrece a quienes utilizan sus espacios la virtud de poder vincularse en ideas y recursos con otros sectores del mercado. Así, un equipo de desarrolladores en proceso de diseño de una startup inmobiliaria podrá relacionarse en el día a día acaso con un equipo de arquitectos, o de diseñadores de interiores, etc.

Recordemos que esta es una de las metas fundamentales de esta modalidad de espacios de oficinas: que quienes los integren logren una comunicación fluida de cara a resultados positivos.

La emancipación de las startups

La gran mayoría de las startups nacieron (o están naciendo en este momento, mientras lees nuestro artículo) en una habitación, como resultado de una buena idea. Sus primeros pasos, desarrollo de cálculos, estudios de campo, etc., suelen surgir desde una vivienda particular.

El coworking se presenta como una primera opción más que potable para trasladar esas ideas, apenas desarrolladas, a un espacio tecnológico superior.

El ubicarse en una zona de acceso privilegiado

El auge de los coworking encontró su mayor asidero en los barrios más privilegiados de las grandes metrópolis. Para todo equipo desarrollador de una startup, es más que vital el pertenecer a una zona de nutrido flujo en el área tecnológica y generadora de corrientes innovadoras.

Un entorno de trabajo que posibilite las buenas ideas

Generar un buen ambiente de trabajo es un objetivo que viene ganando camino. Hace años que las más flamantes mega empresas a nivel mundial (como Google, o Facebook), íconos del espacio colaborativo de tareas, enfocan la mirada en una serie de modalidades que conforman el ABC de los coworking.

En este sentido, los líderes de muchas startups aceptan al coworking como modelo ideal para desarrollar mejor las ideas y alcanzar más rápidamente los primeros objetivos.

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