Este modelo de organización sienta sus bases en el preocupante agotamiento de recursos naturales que genera el sistema lineal actual. Conoce el concepto de construcción circular y por qué es crucial para el cuidado del planeta.
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Es sabido que el sector de la edificación representa una figura clave en la economía de España y del mundo. Es por eso que un pasaje a la construcción circular resulta crucial para poder cumplir con los objetivos de sostenibilidad delineados por organismos internacionales.
A diferencia del sistema lineal actual, que sienta sus bases en la extracción, fabricación, utilización y descarte, la circularidad busca eliminar residuos y contaminación desde el diseño. También mantener productos y materiales en uso y regenerar sistemas naturales.
A continuación, conocerás cómo impacta este modelo de organización en el cuidado del medio ambiente.
Economía y construcción circular
Antes de hablar de construcción circular, debemos saber primero qué es la economía circular.
Este concepto hace referencia a un modelo de organización que busca que los productos, sus componentes y los recursos utilizados para su fabricación mantengan su utilidad y su valor a lo largo del tiempo.
Es decir, además de perseguir las tres erres de la sostenibilidad (reducir, reutilizar y reciclar), el proceso productivo debe alcanzar la eficiencia máxima desde su diseño.
Las primeras aproximaciones a este modelo se originaron en los años 70, promovidas por el arquitecto Walter Stahel. Sin embargo, no fue hasta la década del 90 cuando surgieron las grandes escuelas, como la filosofía de diseño Cradle to Cradle (C2C), del también arquitecto William McDonough.
La propuesta de estos visionarios se basó en desarrollar un método basado en la rematerialización de productos y servicios. Esto incluyó la eliminación de consumos innecesarios de materias primas y recursos no renovables a escala humana.
¿Cómo se relaciona con el sector de la construcción? A través de la utilización de materiales saludables, sin toxicidad, y que puedan reutilizarse como materia prima una vez que cumplan su función en una edificación.
La necesidad imperiosa de aplicar la economía circular a este ámbito tiene que ver con que la edificación representa el 36% del consumo de energía. Además, es responsable del 40% de las emisiones globales de dióxido de carbono.
Por otro lado, según datos del Foro Económico Mundial, el sector genera el 60% de los residuos a nivel global y consume el 26% del aluminio, el 60% del acero y el 25% del plástico.
Los tres principios de la economía circular
Según la Fundación Ellen Macarthur, el presente modelo económico de “extraer, producir, desperdiciar” está llegando ya al límite de su capacidad física.
De esta forma, la economía circular se presenta como una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad.
“Esto implica disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el diseño”, destaca la entidad.
Respaldada por una transición a fuentes renovables de energía, el modelo circular crea capital económico, natural y social basándose en tres principios:
- Eliminar residuos y contaminación desde el diseño.
- Mantener productos y materiales en uso.
- Regenerar sistemas naturales.
Construcción circular en Europa y España
La Unión Europea (UE) lanzó su primera estrategia de economía circular en 2015.
Luego, en marzo del año pasado, aprobó el Nuevo Plan de acción para la economía circular “por una Europa más limpia y más competitiva”, como un bloque clave dentro del Acuerdo Verde Europeo, la nueva nueva agenda comunitaria para un crecimiento sostenible.
En España, en tanto, también se aprobó en marzo de 2020 la Estrategia Española de Economía Circular. La construcción se posicionó entre los sectores prioritarios del plan.
Alineado con la estrategia para la economía circular de la UE, el documento marca objetivos para esta década.
Estos permitirán reducir en un 30% el consumo nacional de materiales, recortar un 15% la generación de residuos respecto a 2010 y minimizar la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2.
Según reza la norma, el sector de la construcción debe “hacer frente a los retos derivados del modelo de aglomeración y desarrollo urbano y a los problemas de eficiencia energética e infrautilización del parque de edificios existentes, tanto para usos residenciales como económicos.
Además, señala que “es necesario, en cualquier caso, que la evaluación de impactos ambientales se realice mediante el análisis de todo el ciclo de vida para obtener una visión adecuada de la situación”.
Beneficios de la construcción circular
Según destaca un informe sobre la construcción en España publicado por Construcía, el modelo circular parte de la idea de que nada es un desperdicio.
Así es que los productos han de ser diseñados desde el primer momento para que esto se cumpla; tanto en el empleo de materiales, su fabricación, ensamblaje e instalación, como en su posterior desmontaje.
“Solo así se podrán preservar sus componentes para alargar su uso tras cada ciclo en una recirculación constante o ciclabilidad”, resalta el documento, y cita un cálculo realizado por la Fundación Ellen MacArthur, que asegura que la economía circular es capaz de reducir las emisiones globales de CO2 de cemento, acero, plástico y aluminio en un 40%.
Según sostiene Arturo Fernández, CEO y cofundador del Grupo Construcía, para revertir el impacto de este sector en términos de consumo de materiales y de generación de residuos, “urge un nuevo modelo de negocio que solvente estas tres visiones: cuidar al planeta, a las personas, y que asegure la rentabilidad de las compañías constructoras para garantizar su continuidad, ya que son un motor económico en este país”.
En este sentido, el empresario señala los beneficios principales de un edificio hecho en base a la construcción circular:
- Genera más demanda por sus características de sostenibilidad y, como consecuencia, un incremento de ventas.
- Reduce los costes operativos a lo largo de su vida útil. Esto es gracias a que permite ejecutar las actuaciones y recuperaciones de material bajo un proceso constructivo mucho más ordenado y barato.
- Se anticipa a una legislación que lo más probable es que provoque una disminución del valor de los edificios ya construidos porque contienen altos niveles de toxicidad.
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