Para algunos es una inversión redituable; para otros, solamente un sueño. En cualquier caso, la idea de tener una casa de verano, y aún más en la playa, forma parte del inmaginario social. España, con sus largas costas, es un paraíso para locales y extranjeros. Sin embargo, los precios de las viviendas allí ubicadas se vuelven cada vez más prohibitivos. Las estadísticas muestran saltos abruptos en los valores de los pisos, que ya son equivalentes a los de las grandes ciudades.

En Oi Real Estate repasamos el panorama inmobiliario de las casas de verano para este 2022, a fin de acercarle más detalle a lo que podría convertirse en una gran inversión o en un sueño para pocos.

El perfil comprador local

El mercado inmobiliario viene reconociendo desde hace un tiempo el alza general en los precios de la vivienda. Sin embargo, gran parte de los saltos en las estadísticas venían siendo previsibles, dadas las condiciones que afectan al rubro. El cambio en los tipos del BCE aplicado a bancos locales, la suba de precios y la baja disponibilidad de obra nueva, encareció ya toda la oferta. Hoy en día las casas de verano subieron sus valores hasta equipararse con los de las grandes ciudades.

La mayor parte de las ventas se realiza a inversores extranjeros o a locales ya acostumbrados a los valores actuales. Lógicamente, esto se refleja en los estándares de los mismos propietarios, que se corresponden en general a personas de alto nivel adquisitivo. En ese camino, las playas más buscadas son las de Torre del Mar (Málaga), Matalascañas (Huelva) y San Juan (Alicante). Asimismo, hay un creciente interés en provincias costeras como Gipuzkoa, Bizkaia, Barcelona, Tenerife, Gran Canaria, Málaga y Granada.

Al interés en una casa vacacional, sea para uso durante la temporada o para obtener rentabilidad mediante su alquiler, se le suma la idea de usufructuarla para el trabajo. Siempre que sea económicamente accesible, hay quienes tras la pandemia ven en las casas de verano mejores posibilidades de trabajo a distancia. Sea para vacacionar, como modo de inversión, o como transición al teletrabajo, el perfil de los compradores sigue siendo el de los más tradicionales: madrileños, andaluces y catalanes.

El perfil comprador extranjero

Algunos expertos señalan que la suba de precios en algunas zonas ha sido tal que no se había visto siquiera en los años de la burbuja. Según la tasadora Tinsa, el precio de la vivienda en la costa mediterránea subió en mayo un 6,8% interanual y específicamente en Tenerife, fue del 4,7%. Gran parte de este aumento se debió al finde las restricciones para viajar, lo que impedía a los inversores de otros países concretar su compra. Esto explica por qué el peso de estos compradores ha vuelto a los niveles previos a la pandemia por COVID-19, siendo en la actualidad de un 13%.

Así, los destinos que empujan el promedio hacia arriba son Alicante (40,72%), Baleares (35,37%), Málaga (33,70%), Tenerife (32,15%), Girona (27,88%), Gran Canaria (21,36%), Murcia (19,35%), Almería (18,30%), Tarragona (14,25%) y Castellón (11,86%). Según el Colegio de Registradores, estas provincias siguen siendo las más elegidas por británicos, alemanes y franceses. Ahora, sin embargo, se suman compradores de Europa del Este, que recurren a estas opciones como segundo hogar, dado el conflicto bélico actual.

Disponibilidad de casas de verano en las islas y otras costas

Con precios que van desde los 220.000 euros por un dormitorio sin vistas al mar hasta los 700.000 euros en pisos con dos dormitorios con vistas, el mercado inmobiliario resulta casi prohibitivo para gran parte de los españoles. Pero tampoco a los extranjeros, que representan prácticamente un tercio del mercado, los convoca este perfil de propiedades. Gran parte de ellos busca rentabilidad a través del alquiler, por lo que invierten en viviendas de 180.000 o 200.000 euros, con una rentabilidad del 4%.

El siguiente rango de precios lo ocupan los españoles que sí pueden acceder a casas de verano con destino a su uso en la temporada. Este grupo, por ejemplo, registra compras de residencia en Baleares en la banda de los 300.000 a 400.000 euros.

Los valores en costas diferentes a las de las islas, son más cercanos a estos últimos y, por tanto, accesibles a un perfil más amplio de compradores. En Alicante, tanto españoles como ingleses, belgas y holandeses se distribuyen por todos los municipios. Según el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Alicante, los precios aquí se sitúan entre los 150.000 euros de las localidades al sur de la provincia (Torrevieja o Guardamar del Segura) y los 300.000 euros o más de las playas del norte (en Altea, por ejemplo).

En la Costa Brava, la mayor demanda se concentra en Blanes, Roses, Lloret de Mar o L’Escala. Pero tambien aquí la demanda por parte de extranjeros tiene un notable peso. Prácticamente un cuarto de todas las transacciones son con capitales que provienen de otros países, en especial de Francia. Tal afluencia se vio favorecida porque durante el primer trimestre de 2022 el metro cuadrado en esta región se situó en los 2.488 euros. De esta manera, el mercado volvió a indicar valores previos a la pandemia.

Finalmente, el rango de precios más bajo para adquirir casas de verano se concentran en las provincias de Huelva, Granada, Almería, Murcia, Castellón o Lugo, con un precio promedio entre 1.000 y 1.300 euros por metro cuadrado.

Los alquileres de casas este verano

La suba de precios no afecta sólo las transacciones de compra, sino que lo mismo puede decirse de los alquileres. Una semana en julio o agosto, puede costar aproximandamente 1.000 euros semanales. Esto significa una suba de casi el 10% (para ser exactos, del 9,7%) para esta temporada, con un promedio nominal de 1.016 euros por semana.

Los precios más altos esta temporada se encuentran en la costa catalana. Desde Tarragona, con alquileres semanales de 1.370 euros, hasta Los Pinos, con 700 euros, pasando por Girona (1.500 euros 50 metros) o Cadaqués (1.200 euros) o Palamós (850 euros).

Para encontrar menores precios hay que ir hasta Cantabria o Murcia. En el centro de San Vicente de la Barquera hay apartamentos por 595 euros o por 735 en la playa de Comillas.

No obstante este panorama, las playas de España están teniendo alta demanda esta temporada. Cierto es que se detectan las estrategias típicas de grupos familiares, tales como reducir los días de vacaciones o alejarse un poco de las costas. A pesar de esto, la necesidad de escaparse un rato de este caluroso verano está tan vigente como siempre.

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