Existen diversos criterios para otorgar estrellas a los hoteles. Tal como hemos explicado en este blog en numerosas ocasiones, para alcanzar una determinada clasificación dentro de este reconocido parámetro, un establecimiento puede incrementar la calidad de sus servicios, o incluso sus dimensiones arquitectónicas. En general, muchos de los criterios que se utilizan para alcanzar las ansiadas cinco estrellas son aspectos muy visibles para los huéspedes. Aunque, por supuesto, detrás de cada espacio y servicio, debe haber un equipo de recursos humanos y de administración altamente capacitado en sus tareas. En este camino, la cantidad y tipo de habitaciones ofrecidas no sólo caracteriza a un alojamiento, sino que muchas veces le otorga identidad y estatus. En la nota de hoy te contaremos cuál es la clasificación de habitaciones de hotel más habitual y qué debe ofrecer cada una.

Identidad, lujo y servicio

Si bien para un hotel las habitaciones son prácticamente la columna vertebral del negocio, muchas veces sucede que los potenciales huéspedes confunden o sencillamente desconocen la diferencia entre los servicios incluidos en uno u otro tipo de estancias. Por lo tanto, es importante que la comunicación del hotel sea clara y específica hacia quienes visitan el propio sitio web para que puedan aprovechar al máximo su estadía y que ésta sea acorde a la experiencia buscada. De tal manera, también la gerencia se verá beneficiada porque facilitará la diversidad de reservas que entonces no se concentrarán sólo en las habitaciones más comúnmente conocidas.

Para mejorar las ventas de habitaciones y evitar malentendidos con los huéspedes, a continuación explicaremos cómo clasificar las habitaciones de un hotel y mostrar las diferencias entre una y otra.

¿Cómo es la clasificación de habitaciones de un hotel?

Tal como se dijo anteriormente, existen aspectos comunes en la clasificación de habitaciones de hotel que además de otorgarle estrellas, suelen ser visibles ante los clientes. Entre ellas debemos incluir el tamaño, la disposición respecto del resto del establecimiento o el entorno geográfico del hotel, la calidad de sus servicios, las comodidades y, por supuesto, la capacidad de alojamiento. Entre las categorías más comunes se encuentran:

  • Estándar: es habitualmente la opción más económica. Suele incluirse bajo este criterio a las habitaciones que cuentan con una o dos camas y servicios básicos.
  • Habitación doble: de hacerse la distinción por capacidad de alojamiento ésta es, en general, la segunda estancia más habitual en un hotel. Consiste en un ambiente preparado especialmente para dos personas, con una cama doble.
  • Habitación Twin: en algunos hoteles se la agrupa en la categoría anterior y por ende a veces lleva a confusiones cuando se las encuentra por separado. La diferencia es que esta habitación está preparada para dos personas pero se ponen a disposición dos camas individuales.
  • Habitación triple: como su nombre lo indica, está preparada para alojar a tres personas. Cuenta con diversa configuración de camas: puede ser una doble y una individual o tres individuales.

Hasta aquí todas las habitaciones incluyen baño privado y servicios básicos tales como televisor, teléfono para comunicarse con la recepción, calefacción, sábanas e insumos de tocador, etcétera. Veamos ahora, aquellas que cuentan con características diferenciales.

Habitaciones de hotel especiales

  • Suite Junior: es una habitación más grande que en una estándar. Tiene anexada un área de estar, muchas veces separada por algún tipo de pared divisoria.
  • Suite Room: éstas son habitaciones de lujo con espacios claramente separados. Pueden incluir una sala de estar pero también alguna pequeña cocina.
  • Habitación familiar: estas habitaciones están preparadas para grupos más grandes y por ende cuentan con más espacio, así como incluyen múltiples camas o cunas. Además puede haber un área de juego, más allá de las comodidades ya mencionadas.
  • Habitaciones accesibles: son habitaciones preparadas especialmente para su acceso por personas que tienen movilidad reducida. En este sentido, tienen baños equipados adecuadamente, espacios amplios para maniobrar sillas de ruedas y en ocasiones cuentan con una gran tecnología domótica que ayuda al huésped a transitar el espacio de manera más cómoda.
  • Habitación Superior: este es el tipo de habitaciones que se encuentra definida no sólo por su espacio, comodidades y capacidad sino también por su ubicación y su entorno. En general se trata de la habitación o habitaciones con mejores vistas desde el hotel. Son más grandes que las habitaciones estándar y a menudo incluyen comodidades de lujo.
  • Deluxe: este tipo de estancias están preparadas para ofrecer el más alto nivel de servicios. Ello se ve en sus dimensiones, puesto que son las más espaciosas, pero también en su decoración de alta calidad, su ubicación y las comodidades seleccionadas entre la más alta gama.
  • Penthouse o Suite Presidencial: para aquellos hoteles que cuentan con este tipo de estancias, el Penthouse o Suite presidencial es la categoría más alta dentro de sus estancias. De hecho suele incluir habitaciones múltiples, comodidades de lujo y vistas espectaculares hacia el entorno del hotel.

Mejorar la clasificación de habitaciones de un hotel y potenciar las reservas

Como puede observarse, existen gran diversidad en la clasificación de habitaciones de hotel. La elección por parte de los potenciales huéspedes dependerá entonces de muchos factores, más allá de la cantidad de personas a albergar, los servicios requeridos o el presupuesto.
Para un hotel, ampliar la diversidad de habitaciones es una oportunidad para que los visitantes identifiquen el alojamiento con la calidad de servicio que merece. En este sentido, si bien lo ideal es considerar la diversidad de oferta de habitaciones desde su misma construcción, lo cierto es que existen posibilidades de hacer crecer el negocio volviéndolo más atractivo para distintos tipos de clientes.
Cabe recordar que para aumentar de categoría no es necesario que un hotel tenga más habitaciones disponibles. Se entiende que, si bien esa es una de las principales estrategias, muchas veces la ampliación es imposible por cuestiones de presupuesto o de limitaciones arquitectónicas o incluso, normativas. Pensemos por ejemplo en aquellos edificios que no pueden ser modificados porque son parte del patrimonio histórico o cultural del lugar. No obstante esto, el mejorar la calidad del servicio en las habitaciones de un hotel es una estrategia mucho más accesible ya que si bien implica algunos costes, el impacto que esto puede tener en las reservas es potencialmente mayor.

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