Hay formas sostenibles y eficientes de combatir el calor que no requieren de un gran gasto energético. Conoce algunas estrategias para mantener la casa fresca en verano sin recurrir a los métodos tradicionales de refrigeración y así evitar pagar una fortuna en luz. 

Las altas temperaturas continúan en aumento y con ellas también la preocupación por mantener la casa fresca sin pagar una fortuna en la factura de la luz. 

Afortunadamente, existen ciertas técnicas que escapan a los métodos tradicionales de refrigeración y resultan sostenibles y económicas. Veamos algunas de ellas.

Cómo mantener la casa fresca sin tener que pagar una fortuna en la factura de luz?

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Ventanas

Las ventanas son las mayores responsables de las pérdidas energéticas. Frente a esto, el doble acristalamiento es un muy buen aliado para el confort de una vivienda. 

Además, existen vidrios que poseen baja transmisión térmica y bajo factor solar, e incluso perfiles con rotura de puente térmico. 

Otra opción es usar vinilos sobre el vidrio para disminuir el impacto de los rayos UV.

También es útil comprobar el estado de las tiras de los cierres, ya que suelen deteriorarse con el paso del tiempo.

Si se despegan fácilmente o puedes sentir el viento pasar por la ventana cerrada, posiblemente necesiten un recambio. Tú mismo puedes hacerlo, retirando las viejas con agua caliente y limpiando bien antes de colocar las nuevas. 

Puertas

Naturalmente, las puertas también funcionan como aislantes entre diferentes departamentos de la vivienda y hacia el exterior. Verás como mejoras notablemente su rendimiento si ajustas su cierre a través de burletes.

Esta opción es bastante económica, ofrece buenos resultados y puedes instalar las tiras flexibles tú mismo. 

Suelos

Los suelos son una fuente de pérdida energética que puede alcanzar valores de hasta un 15 %. En especial, aquellos que están en contacto con el terreno, el exterior o locales sin calefacción, como garajes o almacenes

Si dispones de un dinero extra para invertir, debes saber que existen materiales que ayudan a mejorar el aislamiento de los suelos considerablemente y mantener la casa fresca en verano y templada en invierno.

Algunos ejemplos son los suelos secos, que incorporan aislamiento térmico en sus placas, y los sobreelevados, que crean una cámara de aire que actúa como aislante.

Paredes y techos

Con un buen aislamiento en paredes y techos se puede ahorrar hasta un 30% en refrigeración y mantener la casa fresca. 

Para cerciorarte de que el calor no entra a través de ellos, puedes aplicar materiales aislantes. En el mercado hay varias opciones, que van desde pinturas que reflejan la luz y desvían el calor, hasta fachadas ventiladas.

Si estás pensando en invertir a futuro, puedes dejarte asesorar por un técnico cualificado para conocer cuál es la mejor solución según la ubicación, la orientación y el tamaño de tu hogar.

Persianas, cortinas y toldos

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Evitar en la medida de lo posible la insolación directa sobre los cristales es otra técnica útil para esquivar el calor.

Para esto, son factores clave las persianas, las cortinas y los toldos exteriores. Mantén estos dispositivos cerrados durante el día y verás cómo logras mantener la vivienda mucho más aislada. 

Ventilación 

Ventilar por las mañanas y por las noches es otra técnica para mantener la casa fresca y ahorrar en la factura de la luz. En estos dos momentos de la jornada se registran las temperaturas más bajas.

También es recomendable hacerlo durante el día si la vivienda dispone de ventilación cruzada. Eso sí, prestando atención a la dirección predominante de los vientos y observando en qué fachadas da el sol para evitar que el aire que ingresa sea más cálido que el que sale.

Una  vez ventilados los ambientes, es bueno volver a cerrar todo para conservar esta temperatura y el aire fresco.

Luces y electrodomésticos 

Cerrar las ventanas para evitar la entrada del sol (y con él, del calor), pero mantener encendidas las luces, no es una verdadera solución para evitar los sofocones de verano.

Esto no solo emitirá más calor, sino que, además, generará tarifas eléctricas elevadas. 

Entonces, lo que debes hacer es permitir que la luz solar se cuele lo suficiente por las rendijas de las persianas. Para esto, puedes abrir las cortinas interiores y, en caso de tener lámparas de varias bombillas, quitar alguna o encender solo las de mesa. 

Por su parte, los electrodomésticos también emiten calor. Especialmente el horno, el lavavajillas, la lavadora y la secadora.

En este sentido, es mejor si los utilizas en las horas de menos temperatura atmosférica y cuando no debas permanecer en la cocina. Además, a la hora de comprar, siempre prioriza aquellos altamente eficientes.

Agua caliente

En verano es habitual que se reduzca el consumo de agua caliente, especialmente en la ducha. Sin embargo, continúa siendo crucial para algunas tareas del hogar, como fregar los platos o poner lavadoras.

En los hogares donde las tuberías son antiguas o están mal aisladas, esto puede aumentar la temperatura interior. En estos casos, un buen sistema de aislamiento en la red de tuberías es realmente útil.

Plantas

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Al evaporarse, el agua disminuye la temperatura del ambiente. Debido a este fenómeno, es útil regar las plantas de la terraza o el jardín asiduamente.

Si tu vivienda no dispone de un espacio amplio en el exterior que sea posible remojar, puedes colocar plantas y maceteros en las ventanas. Al absorber los rayos del sol, estos crearán una película de frescor que el aire esparcirá por el lugar.

También puedes probar plantando enredaderas, ya que crean una capa de vegetación en la fachada que funciona como aislante natural.

Decoración

Detalles como los muebles y los colores de las paredes también influyen en la sensación térmica de una vivienda.

Por ejemplo, los muebles de madera ayudan a regular la humedad de las habitaciones, las alfombras no son aconsejables en verano y los sofás de materiales naturales como el lino o el algodón son más convenientes que aquellos de cuero o piel sintética.

En cuanto al color, escoge colores claros tanto para muebles, cortinas, estores o paredes. Estos absorben menos calor y reflejan mejor la luz.

¿Aun necesitas el aire?

La refrigeración de los ambientes es uno de los principales consumos de energía de un hogar durante los meses de verano.

El uso adecuado del aire acondicionado puede acarrear un ahorro de hasta el 30% en la factura eléctrica. 

Si a pesar de todos estos consejos necesitas utilizarlo, puedes tener en cuenta los siguientes consejos: 

  • Programa el aire a 24°C. Los ambientes no se enfriarán más rápido por disminuir la temperatura, y cada grado de diferencia supone un ahorro de un 8% de energía.
  • Enfría solo los ambientes que se estés usando.
  • Cada temporada, revisa que los filtros estén limpios. Cuando están sucios, el equipo tiene que funcionar durante más tiempo para enfriar adecuadamente.
  • La altura recomendada para colocar el aire acondicionado es de 1.80 a 2 metros ya que el aire caliente sube y desplaza al frío, que tiende a bajar.
  • A diferencia de los tradicionales, los aires acondicionados inverter tienen un compresor que funciona de manera continua, adecuándose a la necesidad de temperatura que requiere el ambiente y ahorrando más energía para funcionar.
  • Al prender el aire, cierra puertas y ventanas para mantener el ambiente fresco.

Vale aclarar que, en determinados lugares, un ventilador puede ser suficiente para mantener un nivel de confort adecuado, produciendo una sensación de descenso de la temperatura de entre 3 y 5°C.

Esperamos que nuestros consejos para mantener la casa fresca en verano sin pagar una fortuna en la factura de luz te sean de utilidad. Si tienes algún comentario para hacernos, puedes hacerlo en la casilla, debajo del post. Nos interesa tu opinión!

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