Las comunidades de convivencia colaborativa, covivienda o cohousing son una magnífica solución para la prevenir la soledad. También, facilitan el acceso a la vivienda y permiten compartir gastos. En el caso de los adultos mayores, ayuda a evitar la institucionalización en residencias. En el siguiente artículo, podrás conocer de qué se trata esta iniciativa que crece exponencialmente en España.
¿Qué es el cohousing?
El cohousing (o covivienda) es un modelo de convivencia en viviendas colaborativas. Fomenta la socialización y la cooperación entre sus miembros. Suelen ser comunidades intencionales o grupos de personas que tienen las mismas prioridades. Los integrantes diseñan en conjunto y deciden cuál será el modelo de convivencia. También, determinan cómo se utilizarán los espacios integrados. En este paradigma, los procesos de creación son siempre participativos.
Las comunidades cohousing conviven en un conjunto residencial formado por viviendas de uso privado y zonas comunitarias compartidas. La vida colaborativa carece de jerarquías y es democrática. Suele ser autogestionada por los propios residentes.
Los espacios comunes varían, pero usualmente incluyen una gran cocina y comedor donde los residentes toman turnos para cocinar para todos los residentes. También, suelen tener una lavandería, un espacio para niños, oficinas, salas de juegos, salas de televisión, talleres o cuartos de herramientas y gimnasios.
La covivienda facilita la interacción entre vecinos y acarrea beneficios sociales y prácticos. Además, existen beneficios económicos y ambientales al compartir recursos, espacios y objetos. El cohousing difiere de algunos tipos de comunidades intencionales, ya que los residentes no tienen una economía compartida, ni tienen enfoques religiosos o sectarios.
¿Cuál es su origen?
La teoría moderna de la covivienda se originó en Dinamarca en la década del sesenta. Fue creada por el arquitecto Jan Gudmand-Høyer y un grupo de familias que estaban insatisfechas con las viviendas y con el tipo de comunidades existentes.
El concepto fue introducido en Estados Unidos por los arquitectos norteamericanos Kathryn McCamant y Charles Durrett. Luego de visitar varias comunidades de covivienda en Dinamarca, escribieron un libro al respecto.
Existen muchas comunidades de covivienda en Dinamarca y otros países nórdicos europeos. Hay cerca de ochenta y cuatro comunidades operando en los Estados Unidos y otras cien en etapa de planificación o construcción. En Canadá, se hallan siete comunidades operando y aproximadamente quince en proceso.
Requisitos legales
Por lo general, las comunidades de covivienda tienen una de las tres formas legales existentes para los inmuebles de este tipo:
-Propiedad privada con áreas comunes.
–Condominio.
–Cooperativas de vivienda, de consumo o sociales.
El condominio (con usufructo temporal) es la más común porque se ajusta a los modelos de las instituciones financieras y de registro público de propiedad para estructuras de vivienda con múltiples propietarios. Por otra parte, las instituciones financieras otorgan créditos más fácilmente en esquemas de propiedad privada o condominial que en copropiedad.
La covivienda difiere de los desarrollos de condominios tradicionales o subdivisiones condominiales, ya que el desarrollo está diseñado con aportes de sus futuros residentes. Por otra parte, las instalaciones comunitarias están basadas en las necesidades reales de los que habitarán allí, más que en las ideas del desarrollador que busca hacer atractiva su venta.
Senior cohousing
A medida que las personas pioneras en la creación de estas comunidades envejecían, descubrieron el potencial del senior cohousing (covivienda para adultos mayores). Esta modalidad les permitiría tener una alta calidad de vida en la vejez, impactando positivamente en su bienestar y en la salud.
En 2019, Cohousing Spain ha registrado alrededor de ochenta iniciativas de este tipo en distintas fases de desarrollo. Entre ellas se destacan las cooperativas de derecho de uso para mayores como Trabensol, La Muralleta en Tarragona y Profuturo en Valladolid. También, existen proyectos en funcionamiento en Oviedo, Cantabria, Cuenca, Jaén, Barcelona, Málaga y Cáceres.