Conocida por su popular frase “menos es más”, esta filosofía de vida se aplica a distintos ámbitos y trae aparejados diversos beneficios para el planeta. Dentro del área de la construcción, las casas minimalistas están entre las preferidas de los defensores del medio ambiente. Entérate por qué.
En este artículo encontrarás:
Las casas minimalistas van muchas veces en línea con la construcción sostenible ya que ambas tendencias comparten varios objetivos: bregan por un uso responsable de los recursos, utilizan materiales poco procesados y le dan protagonismo al entorno natural.
De esta forma, existen muchos diseños arquitectónicos enmarcados dentro del popular “menos es más”.
Estos no se limitan a una decoración austera o una elección de colores sobrios, sino que se preocupan por cuestiones estructurales que muchas veces terminan por convertirlos en espacios amigables con el planeta.
Minimalismo: ¿qué es y cómo surgió?
El origen del minimalismo se remonta al movimiento del arte mínimo y geométrico en las artes visuales, surgido en Nueva York en la década del 60.
Sin embargo, arquitectos como Mies Van der Rohe ya habían sentado previamente las bases de esta tendencia al expresar sus ideas acerca de la pureza de las formas, el racionalismo y el funcionalismo.
Conocida con el popular eslogan “menos es más”, esta corriente sociocultural aboga por el orden y la simplicidad en el hogar y por un estilo de vida que deja de lado el consumo indiscriminado.
Así, esta idea se convierte en algo consistente con los planteamientos del desarrollo sostenible aplicado a la construcción y la vivienda.
Similitudes entre las casas minimalistas y las viviendas sostenibles
Prescindir de las cosas que no necesitamos y reducir el consumo de las que sí es una costumbre que a muchos les cuesta llevar a cabo en una sociedad regida por el bombardeo publicitario. Sin embargo, se trata de una buena manera de contribuir con el cuidado del medio ambiente.
Antes incluso de reciclar o reusar materiales y objetos, es mejor reflexionar acerca de la necesidad real de adquirir nuevos productos. Y en la misma línea, previo a comprar o construir una vivienda, es útil reflexionar acerca del uso que le daremos.
Menos superficie pero más valor
Un buen ejemplo de confluencia entre minimalismo y sostenibilidad es la tendencia creciente hacia el diseño de calidad y a medida de apartamentos pequeños.
La reducción de la superficie de la vivienda supone un importante ahorro no solo durante la fase de construcción sino también a lo largo de todo su mantenimiento.
Además, los espacios más compactos consumen una menor cantidad de energía y limitan la capacidad de acumulación de bienes físicos en su interior.
Los lofts o edificios mini son otro ejemplo claro del minimalismo. La construcción de edificios pequeños busca extender el lema “menos es más” a todo tipo de edificaciones, aunque sin descuidar la eficiencia.
Diseños simples con una buena vida útil
Si bien las casas minimalistas pueden parecer sumamente sencillas a primera vista, no debe pensarse que por ello no han pasado por un riguroso proceso de depuración y simplificación para resultar realmente óptimas.
Un buen diseño de este tipo tiene generalmente un aspecto sencillo pero resulta ser muy funcional, eficiente y de alta durabilidad. Cuando un objeto está bien hecho y cumple satisfactoriamente con la función para la que ha sido concebido, el usuario estará satisfecho y alargará su vida útil.
De esta forma, apostar por diseños funcionales, atemporales y de calidad puede ser la mejor forma de contribuir a una reducción del consumo a futuro.
Más versatilidad, menos recursos
Un concepto derivado del funcionalismo es el diseño versátil y flexible. Este es aquel capaz de adaptarse a diferentes situaciones o necesidades del usuario. Los muebles multiuso son un buen ejemplo, ya que consiguen más servicio y versatilidad con menos material, menos dinero y menos coste ambiental.
En línea con este ítem, las plantas de las casas minimalistas son abiertas, con el menor número posible de muros, y capaces de crear relaciones fluidas entre los espacios. Esto da lugar a estancias que pueden adaptarse a distintos usos y funciones.
Materiales no procesados, luz natural y conexión con el entorno
El uso de materiales y acabados naturales, sumado al máximo aprovechamiento de la luz solar y la conexión del interior de la vivienda con su entorno son algunas de las características que las casas minimalistas comparten con las viviendas sostenibles.
De este modo, se fomenta el uso de materiales con un bajo procesado industrial y, por lo tanto, con un menor impacto en el medio ambiente. Entre los más comunes se encuentran la madera, el vidrio y el acero.
Además, el uso de materiales transparentes y acabados blancos y claros contribuye a aprovechar al máximo la luz natural. Esto reduce el gasto de energía vinculado a la necesidad de iluminación artificial.
Minimalismo constructivo
A diferencia de otros estilos arquitectónicos que optan por composiciones más complejas, el minimalismo se caracteriza por recurrir a volúmenes sencillos, formas puras y ángulos rectos.
Esto facilita la modulación de los sistemas constructivos que componen el edificio y la incorporación de elementos prefabricados e industrializados.
La prefabricación reduce la cantidad de desechos en obra y las emisiones vinculadas al transporte de residuos al vertedero. Además, acelera la ejecución material del proyecto, al mejorar la precisión y la eficiencia, minimizando las emisiones por transporte de personal a obra.
Ejemplo de esto es la casa prefabricada que Ikea lanzó en plena pandemia, que en 17 m2 reúne todo lo que necesita una pareja para vivir cómodamente.
El proyecto se llama Tiny Home y se engloba dentro de las iniciativas que la firma sueca tiene previstas, vinculadas a la sostenibilidad.
Una de las características de la vivienda, diseñada en una casa rodante que puede remolcarse con cualquier coche, son sus grandes ventanas. Estas permiten la entrada de la luz y consiguen un efecto de amplitud.
Ventajas de las casas minimalistas
Esta corriente ha sido de las más influyentes en la arquitectura contemporánea debido a varios factores. Algunos de ellos son:
- Siguiendo el concepto de Van Der Rohe, ir a lo esencial conlleva a una reducción de costes; tanto por el ahorro que se tiene en la supresión de los adornos, como por la utilización de materiales rústicos o con una mínima intervención.
- Los materiales rústicos y la luminosidad no solo benefician el planeta; también contribuyen al bienestar psicológico y emocional de los individuos que habitan estos espacios.
- Los materiales utilizados garantizan la durabilidad y el sostenimiento de la estructura en el tiempo.
- La arquitectura minimalista es estéticamente armoniosa.
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